Recep Tayyip Erdogan, aprovechó su visita a España del mes pasado para anunciar que había alcanzado un acuerdo político para acabar con la prohibición del uso del velo en las universidades.
La esposa del presidente de Turquía, Abdulá Gül, fue rechazada en la Facultad de Letras de Ankara tras haber aprobado el disputado examen de acceso a la universidad. Al igual que dos de cada tres turcas, Hayrunisa Gül, también porta el velo islámico.
"La creación de un Estado religioso se hará inevitable", alertan los rectores
El Partido de la Justicia y el Desarrollo (dirigido por Erdogan y Gül) y el Partido de Acción Nacional (nacionalista) sellaron ayer un pacto en el Parlamento turco para reformar la Constitución y la Ley de Universidades. Ambos grupos, que suman más de dos tercios de los escaños, pretenden abolir el veto del velo en los campus, uno de los pilares sobre los que se asienta el Estado laico en Turquía.
El Consejo de Rectores turcos se apresuró a poner el grito en el cielo. "Las reformas propuestas van a acelerar la erradicación del principio republicano de la laicidad", afirmaron ayer en un comunicado los responsables universitarios, designados en su mayoría dentro de la ortodoxia de los principios del fundador de la Turquía moderna, Mustafá Kemal, Atatürk. Los rectores sostienen que, si se levanta la prohibición del velo, "la transformación de Turquía en un Estado religioso se hará inevitable y muchos profesores se negarán a impartir clase en un clima de caos y violencia".
A las puertas de las universidades turcas es frecuente observar grupos de alumnas que cubren su cabeza con una peluca para poder sortear los estrictos controles de los bedeles de las facultades. A la salida de clase, las mismas jóvenes vuelven a tocarse con el pañuelo.
Varias asociaciones feministas han convocado hoy ante el mausoleo de Atatürk en Ankara una protesta contra las reformas que quiere introducir el Gobierno islamista. "Mucha gente está decepcionada con estas propuestas que sólo sirven para dividir aún más a los ciudadanos", destaca Selma Acumer, responsable de la organización KADER, que promueve la incorporación de las mujeres en la vida política.
La capital turca también será escenario de una marcha en favor del fin de la prohibición del velo en las universidades. "No se trata de una cuestión de pañuelo sí o no; sino de una cuestión de libertad", advierte el analista político del diario Turkish Daily News Mustafá Aykol.
El Ejército, que se presenta como el garante del Estado laico en Turquía, guarda silencio por ahora. Su último intento de influir sobre el poder civil el año pasado fue estéril y no impidió una nueva arrolladora victoria electoral de Erdogan y la elección presidencial de Gül.
La principal fuerza de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (socialdemócrata) ya ha advertido que recurrirá las reformas sobre el velo ante el Tribunal Constitucional. El presidente Gül se plantea convocar un referéndum para sortear el último frente de rechazo laico.
"La creación de un Estado religioso se hará inevitable", alertan los rectores
El Partido de la Justicia y el Desarrollo (dirigido por Erdogan y Gül) y el Partido de Acción Nacional (nacionalista) sellaron ayer un pacto en el Parlamento turco para reformar la Constitución y la Ley de Universidades. Ambos grupos, que suman más de dos tercios de los escaños, pretenden abolir el veto del velo en los campus, uno de los pilares sobre los que se asienta el Estado laico en Turquía.
El Consejo de Rectores turcos se apresuró a poner el grito en el cielo. "Las reformas propuestas van a acelerar la erradicación del principio republicano de la laicidad", afirmaron ayer en un comunicado los responsables universitarios, designados en su mayoría dentro de la ortodoxia de los principios del fundador de la Turquía moderna, Mustafá Kemal, Atatürk. Los rectores sostienen que, si se levanta la prohibición del velo, "la transformación de Turquía en un Estado religioso se hará inevitable y muchos profesores se negarán a impartir clase en un clima de caos y violencia".
A las puertas de las universidades turcas es frecuente observar grupos de alumnas que cubren su cabeza con una peluca para poder sortear los estrictos controles de los bedeles de las facultades. A la salida de clase, las mismas jóvenes vuelven a tocarse con el pañuelo.
Varias asociaciones feministas han convocado hoy ante el mausoleo de Atatürk en Ankara una protesta contra las reformas que quiere introducir el Gobierno islamista. "Mucha gente está decepcionada con estas propuestas que sólo sirven para dividir aún más a los ciudadanos", destaca Selma Acumer, responsable de la organización KADER, que promueve la incorporación de las mujeres en la vida política.
La capital turca también será escenario de una marcha en favor del fin de la prohibición del velo en las universidades. "No se trata de una cuestión de pañuelo sí o no; sino de una cuestión de libertad", advierte el analista político del diario Turkish Daily News Mustafá Aykol.
El Ejército, que se presenta como el garante del Estado laico en Turquía, guarda silencio por ahora. Su último intento de influir sobre el poder civil el año pasado fue estéril y no impidió una nueva arrolladora victoria electoral de Erdogan y la elección presidencial de Gül.
La principal fuerza de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (socialdemócrata) ya ha advertido que recurrirá las reformas sobre el velo ante el Tribunal Constitucional. El presidente Gül se plantea convocar un referéndum para sortear el último frente de rechazo laico.
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