18 abr 2008

XX reunión de Procuradores

El Presidente Calderón en la XX Asamblea Plenaria de la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia
Viernes, 18 de Abril de 2008 Discurso
Municipio de Centro, Tabasco.
Muy buenas tardes.
Muy estimado señor Gobernador del Estado de Tabasco, químico Andrés Granier Melo. Quiero aprovechar esta ocasión para reconocer públicamente la voluntad política, la valentía y el compromiso personal y el de su gobierno para combatir la criminalidad y hacer frente al crimen organizado en el Estado de Tabasco.
Un pleno reconocimiento y apoyo, señor Gobernador.
Señor magistrado Rodolfo Campos Montejo, Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado.
Señor diputado José del Carmen Escayola, Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso.
Señor licenciado Marcos Fastlicht, Presidente del Consejo de Participación Ciudadana de la Procuraduría General de la República.
Señoras y señores procuradores de Justicia.
Amigas y amigos:
En toda democracia, garantizar la seguridad pública, la procuración de justicia pronta y expedita, el orden y el pleno ejercicio de las libertades, es tarea fundamental del Estado.
Y por ello, me da mucho gusto acompañarlos y agradecer su invitación a participar en esta clausura de los trabajos de la XX Conferencia Nacional de Procuración de Justicia.
Mi mayor reconocimiento a las señoras y a los señores procuradores que participan en este foro, porque sé que en el marco de la Conferencia se han dado pasos fundamentales para la adopción de nuevos protocolos de colaboración entre las procuradurías estatales y la General de la República que nos permitan investigar con mayor eficacia los hechos vinculados a la delincuencia.
Su voluntad de trabajo ha sido importante para avanzar en el diseño de procedimientos que nos permitan enfrentar conjuntamente delitos como el secuestro, el narcomenudeo, la extorsión, la trata de personas y el lavado de dinero.
Tengo la plena convicción de que ninguna división de competencias debe ser espacio para la impunidad de los delincuentes.
La coordinación y la suma de capacidades deben ser pieza clave para enfrentar con éxito al crimen y, sobre todo, para construir el clima de seguridad que necesitan los ciudadanos para vivir y desarrollarse en paz.
Escuchaba hace un momento la inquietud planteada por grupos de la sociedad civil, a fin de construir un Observatorio Ciudadano.
Quiero decirles, amigas y amigos, que no puedo estar más de acuerdo. Adelante con el Observatorio Ciudadano, porque sé que nuestra labor debe ser medida, sí, por el número de denuncias atendidas, por el número de averiguaciones consignadas, por el número de sentencias obtenidas; pero también y, sobre todo, debe ser medida la acción del Gobierno en materia de justicia por lo que los ciudadanos observen, perciban, sientan de la procuración de justicia, de su celeridad y de su imparcialidad.
Tengo la firme convicción de que la modernización y el fortalecimiento de las instituciones encargadas de procurar e impartir justicia, son fundamentales para garantizar el éxito en la lucha por un México de leyes y libertad.
Es por ello también que el año pasado propuse a la consideración del Congreso de la Unión, una propuesta de Reformas Constitucionales en Materia de Justicia Penal.
Gracias a esta reforma, aprobada ya por ambas cámaras y en proceso de análisis en las legislaturas locales, contaremos con mejores herramientas para que el Estado de Derecho y la seguridad pública sean verdaderos pilares del desarrollo nacional.
Algunos de los beneficios de la reforma, en caso de aprobarse, son los siguientes:
Transitaremos de un sistema de justicia inquisitorial a uno acusatorio, con juicios orales y procesos simplificados.
Podremos ofrecer al ciudadano un sistema de justicia más eficiente, más transparente, respetuoso de los derechos humanos y que proteja con mayor celeridad sus derechos.
Los ciudadanos, por su parte, gozarían de un sistema eficaz y transparente de protección de sus derechos, tanto del inculpado, pero sobre todo ahora de las víctimas y sus familiares, que refleje la nueva realidad democrática en que vivimos y que corrija la terrible injusticia en la que viven quienes padecen un delito.
Las autoridades y, en particular, el Ministerio Público tendrían nuevas y mejores herramientas constitucionales para garantizar la seguridad de las familias mexicanas y para combatir a las organizaciones criminales.
Por ejemplo, figuras como el arraigo y la extinción de dominio de bienes producto de ilícitos en favor del Estado, permitirán a la autoridad debilitar las estructuras operativas y económicas de la delincuencia organizada.
Además, en el marco del Sistema Nacional de Seguridad Pública, las policías municipales, estatales, federales, las procuradurías, podrán modernizarse y fortalecerse para hacer más eficiente la investigación y persecución de los delitos.
Deberán incorporarse al Sistema Nacional de Seguridad Pública, a la Plataforma México y a los instrumentos que se están creando para coordinar mejor los esfuerzos de los distintos órdenes de Gobierno.
Lo haremos además todos, estoy seguro, en un marco en el que se garantice la profesionalización, el control de confianza y la honestidad de los cuerpos policíacos.
La implementación exitosa de esta reforma requerirá del compromiso y la corresponsabilidad de las autoridades de los tres órdenes de Gobierno.
Por ello instruyo, aquí mismo, al Secretario de Gobernación, al Procurador General de la República y al Secretario de Seguridad Pública, aquí presentes, para que establezcan o fortalezcan canales de diálogo que permitan escuchar, atender, y no sólo atender, sino entender los problemas que vive la procuración de justicia local y también aprender de las muchas experiencias exitosas, que me consta, existen a nivel local en esta materia.
Desde la creación de la figura del Ministerio Público, a inicios del siglo pasado, no había habido una reforma que significara un cambio estructural a nuestro Sistema de Justicia Penal.
Nuestro actual sistema de justicia fue diseñado para responder a una realidad que ya cambió. Hoy, el fenómeno delictivo es mucho más complejo, y nuestras instituciones de seguridad también deben de evolucionar.
Ahora existen organizaciones criminales con una gran capacidad financiera, operativa y corruptora, y que se han fortalecido en la impunidad y en la inacción.
Por ello es urgente actuar de manera coordinada, bajo una visión común de Estado, para poner en marcha las adecuaciones y adoptar los nuevos procedimientos que nos plantea, no sólo la reforma, sino las crecientes y justificadas exigencias de justicia y seguridad por parte de la ciudadanía.
El éxito de la implementación de la reforma y de la transformación del sistema de justicia, dependerá en gran medida de quienes son sus principales destinatarios y ejecutores, que son fundamentalmente ustedes, señoras y señores procuradores.
Así que yo los invito a que unamos esfuerzos y a que sigamos luchando de manera firme, decidida, comprometida, para que los mexicanos vivan sin temor a ser violentados por el crimen.
Otra de las razones de mi visita esta mañana a Tabasco, y quisiera señalar esto como referencia, es la puesta en marcha y entrega a los tabasqueños del Plan Hídrico de Tabasco.
Se trata de un Programa Integral que enfrenta un problema recurrente cada vez más grave, como lo fueron las inundaciones del año pasado. Lo menciono porque muchas de estas obras, según me comentaba el Gobernador, las que actualmente se realizan y las que se comprometen, tenían décadas de ser exigidas y de ser prometidas.
Comentábamos, también, por ejemplo, a la vista de los bordos que seguramente ustedes habrán contemplado en la orilla de la carretera que va hacia el centro de la ciudad, que un bordo puede tener decenas y a veces hasta cientos de kilómetros para contener las avenidas de agua.
Pero que si existe un solo hueco a lo largo del bordo por una falla de ingeniería, por una vivienda indebidamente construida, por un camino que se abre sin el cuidado técnico, si existe un solo punto débil, una falla a lo largo del bordo, entonces, toda la obra pierde su eficacia y toda la población corre nuevamente un riesgo.
Y así pienso, toda proporción guardada, que debe ser la acción del Estado en la persecución de los delitos. La seguridad pública y la procuración de justicia no pueden tener fisuras a ningún nivel de Gobierno.
Por ello, también es fundamental que cerremos las puertas a la impunidad y a la complicidad con el crimen organizado por parte de cualquier autoridad o dependencia de cualquier nivel de Gobierno, insisto, cualquiera que sea el origen del partido político.
Los pasos que estamos dando en días recientes deben entenderse, precisamente, en ese sentido, en el sentido de que no toleraremos la complicidad de ningún servidor público con el crimen organizado.
Estamos luchando para que todo ciudadano pueda hacer valer sus derechos por la vía de las instituciones y mediante los cauces legales.
La sujeción a las normas asegura la unidad, la paz y el orden social, y es fundamental para construir un México en el que impere la ley.
Quienes buscan imponer sus intereses mediante la violencia, quienes pretenden usar la razón de la fuerza y no la fuerza de la razón, atentan contra el país de leyes y libertades, por el cual los mexicanos estamos luchando.
México cuenta, afortunadamente, con canales institucionales para que las ideas puedan analizarse y debatirse con respeto.
Rechazar la vía institucional, atentar contra las instituciones es atentar contra México; e insisto, sólo puede oponerse al diálogo y a las instituciones que posibilitan el diálogo y el parlamento entre los representantes, quien tiene miedo a las ideas.
Amigas y amigos:
Mi Gobierno seguirá firme en su compromiso de garantizar el orden, la legalidad y la seguridad pública en todo el país.
Yo agradezco la disposición de gobiernos estatales y de procuradores, y los invito a todos a redoblar esfuerzos en nuestra lucha para que México prospere como la gran Nación que debe ser, como una Nación de leyes y libertades, una Nación cuyo progreso se funde en la paz, en el orden, en la justicia, en la legalidad y en la seguridad pública, una Nación construida sobre el respeto al derecho de cada quien.
Nuevamente felicito a los integrantes de la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia por los muy valiosos resultados alcanzados en esta XX Asamblea, así como por su entrega en la construcción de un México más justo, más seguro y más próspero.
Muchas gracias y enhorabuena.

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