Ex guerrilleros: EPR se enfoca a hacer política
Nota de Alejandro Jiménez, reportero.
Nota de Alejandro Jiménez, reportero.
Publicado en El Universal Domingo 18 de mayo de 2008
Diálogo apunta que cuidan su imagen pública
Para los ex guerrilleros Felipe Canseco e Ítalo Díaz, el planteamiento de diálogo e intermediación propuesto el pasado 24 de abril por el EPR para encontrar a sus militantes desaparecidos pudiera responder a una valoración de tipo política profunda al considerar que Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz están con vida.
Dicen que, para ellos, la sorpresiva decisión se precipitó después del correo electrónico anónimo difundido al mediodía del 24 de abril pasado por alguna estructura de seguridad del gobierno mexicano, en el que además de amenazar por quinta vez a los hermanos Cerezo aludieron a que los desaparecidos estuvieran siendo torturados todavía.
“En lugar de responder a la provocación desesperándose o sacando la cabeza para ser detenidos, el grupo insurgente difundió esa misma noche un comunicado con las bases de la mediación, lo que rompió el esquema contrainsurgente armado en su contra”, aseguran.
Para los ex presos del Procup, ya liberados, y hoy integrantes de la organización Izquierda Democrática Popular, el EPR veló sus armas muchos años, sin realizar acciones, de 1996 a 2007, y después de septiembre de ese año, por encontrarse en una etapa de concentración de fuerzas, en vista de que su lucha es de largo plazo, pero que la desaparición de sus militantes fue una señal de agresión parte del Estado.
Decisión que no creen que haya sido fácil de tomar, al tener encima todo el peso de su historia revolucionaria que data ya de hace 44 años, pero que, se resuelva como se resuelva, ya logró reposicionar al grupo armado en el escenario político nacional como interlocutor válido, en los hechos.
Canseco y Díaz dicen que si la intermediación funciona, habría más posibilidades para la paz que para la violencia, pero que para llegar a eso hay que sortear todavía muchos obstáculos, lo que no los hace ser muy optimistas.
“El gobierno de Calderón no tiene en su control a todos los grupos de poder que hay en el país”, lo que no le permite garantizar que fuerzas de ultraderecha y extrajudiciales no sigan actuando por su cuenta”.
Diálogo apunta que cuidan su imagen pública
Para los ex guerrilleros Felipe Canseco e Ítalo Díaz, el planteamiento de diálogo e intermediación propuesto el pasado 24 de abril por el EPR para encontrar a sus militantes desaparecidos pudiera responder a una valoración de tipo política profunda al considerar que Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz están con vida.
Dicen que, para ellos, la sorpresiva decisión se precipitó después del correo electrónico anónimo difundido al mediodía del 24 de abril pasado por alguna estructura de seguridad del gobierno mexicano, en el que además de amenazar por quinta vez a los hermanos Cerezo aludieron a que los desaparecidos estuvieran siendo torturados todavía.
“En lugar de responder a la provocación desesperándose o sacando la cabeza para ser detenidos, el grupo insurgente difundió esa misma noche un comunicado con las bases de la mediación, lo que rompió el esquema contrainsurgente armado en su contra”, aseguran.
Para los ex presos del Procup, ya liberados, y hoy integrantes de la organización Izquierda Democrática Popular, el EPR veló sus armas muchos años, sin realizar acciones, de 1996 a 2007, y después de septiembre de ese año, por encontrarse en una etapa de concentración de fuerzas, en vista de que su lucha es de largo plazo, pero que la desaparición de sus militantes fue una señal de agresión parte del Estado.
Decisión que no creen que haya sido fácil de tomar, al tener encima todo el peso de su historia revolucionaria que data ya de hace 44 años, pero que, se resuelva como se resuelva, ya logró reposicionar al grupo armado en el escenario político nacional como interlocutor válido, en los hechos.
Canseco y Díaz dicen que si la intermediación funciona, habría más posibilidades para la paz que para la violencia, pero que para llegar a eso hay que sortear todavía muchos obstáculos, lo que no los hace ser muy optimistas.
“El gobierno de Calderón no tiene en su control a todos los grupos de poder que hay en el país”, lo que no le permite garantizar que fuerzas de ultraderecha y extrajudiciales no sigan actuando por su cuenta”.
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