8 jul 2008

Entrevista a Ingrid Betancourt

"Sin Farc no hay Uribe": Ingrid Betancourt
En una extensa entrevista Ingrid Betancourt, afirmó que "Colombia está aislada en la región" y acusó al presidente Álvaro Uribe de falta de "serenidad" en varios temas, incluido el escándalo de la "parapolítica".
Tomado de SEMANA ON LINE; 08/07/2008;
Durante una entrevista exclusiva con BBC Mundo en el centro de París a menos de una semana de su liberación, Betancourt evaluó la posibilidad de ser candidata presidencial de Colombia, apoyó el polémico ataque militar colombiano a un campamento de las FARC en Ecuador en marzo y reprochó actitudes del presidente venezolano, Hugo Chávez.
Lo que siguen son extractos del diálogo que Betancourt, de 46 años, mantuvo con BBC Mundo en el hotel parisino Fouquet's Barriere.
-Hay mucha gente que está sorprendida por sus declaraciones al ser liberada, sobre todo por sus elogios al presidente de Colombia, Álvaro Uribe. ¿En qué ha cambiado su visión de Colombia en estos seis años?
-Yo pienso que, primero, al César lo que es del César. A Uribe hay que reconocerle lo que ha hecho por Colombia.
Pero desde un punto de vista ya analítico, el problema sigue siendo el mismo en el sentido de que entre Uribe y yo hay una diferencia fundamental y es que Uribe concibe el problema colombiano como una crisis de violencia, de seguridad, y esa crisis de seguridad, esa violencia es la que produce un malestar social.
Yo pienso al revés. Yo pienso que es porque hay un malestar social que hay violencia.
Esas interpretaciones diferentes hacen que las políticas para atacar el problema se piensen de manera diferente.
-¿Uribe debe buscar un tercer mandato?
-Yo no sé si deba. Eso está en su cabeza. Él verá qué hace. Yo siempre he creído que la constancia de las políticas de gobierno son necesarias para ver resultados.
Entonces, el hecho de que haya habido un segundo mandato hoy está recogiendo el fruto de esa continuidad.
Si los colombianos quieren darle un tercer mandato al presidente Uribe pues que se lo den, si consideran que ésa es la mejor opción.
-Pero hay quienes dicen que eso podría ser un problema para la democracia, que en definitiva la transformación del país dependa de un sólo hombre.
-No, yo creo que no. Creo que hay hombres de generaciones, hay líderes que pueden marcar la historia.
Yo pienso que desde el momento que sea democrático y de que los colombianos tengan siempre la posibilidad de retirar su apoyo cuando sientan que es necesario.
Y quiero decir una cosa. Hoy en día todo el mundo dice: "Reelección de Uribe".
Si hay un tercer mandato y la posibilidad de que él se presente, y puede que no lo reelijan.
Es decir, nada está dicho. Entonces, dejemos que los colombianos tengan la oportunidad de decir qué quieren.
-¿Qué opina del escándalo de la "parapolítica"?
-Eso es grave. Es grave, es profundo, pero es necesario.
Yo creo que la justicia ha hecho un trabajo extraordinario en una situación muy complicada porque obviamente tocar la "parapolítica" es tocar los cimientos del apoyo al presidente Uribe a nivel político.
Tranquilamente hay que decirlo. Todo el mundo lo sabe. En Colombia se sabe. Eso no quiere decir que estemos diciendo que el presidente Uribe sea paramilitar. No.
Pero el hecho es que sí hay una sensibilidad ideológica que hace que los que están a la derecha, y en particular en la extrema derecha, los paramilitares, le dieron el apoyo a Uribe.
Entonces, claro, el presidente hoy se encuentra con un Congreso diezmado, sin gente, es decir, vacío, porque todos los que eran paramilitares, que eran la mayoría, que eran los que lo habían apoyado, están en la cárcel.
-¿Cree que ha reaccionado bien Uribe ante ese problema?
-Yo pienso que puede ser más sereno. Yo creo que hay que tener más serenidad.
Y sobre todo pienso que él puede darse el lujo, y en eso pienso que es algo que tiene que ir buscando, de mantener serenidad aún cuando él pueda sentir que lo están atacando.
-¿Está bien la idea de Uribe de impulsar un referéndum para definir la legitimidad de la reelección del presidente?
-Eso no cambia nada. El presidente puede inventarse 800 referéndums y puede que los colombianos lo vuelvan a elegir 30 veces y que pidan que lo vuelvan a votar. Pero la justicia tiene que seguir su curso.
-Según las encuestas, usted es uno de los políticos de Colombia con mayor popularidad. ¿No es un estímulo para considerar su candidatura presidencial?
-Es un estímulo para servir a la gente que uno necesita que esté ahí, hablando por ellos.
Me irrita un poquito que me pregunten la cuestión esta de la presidencia porque es como si yo saliera con ansias de conquistar la presidencia de la república. No.
-Pero es natural en el sentido de que usted es política y la aspiración, el honor mayor para un político es ser presidente de su país...
-Sí, de acuerdo. Pero yo soy una política diferente. Me parece que la presidencia está muy bien si uno puede ayudar, pero uno puede ayudar de otras manera. Y hay otros sitios, otros espacios desde los cuales uno puede ayudar.
Si uno ve que definitivamente, el sitio para uno mover las cosas es la presidencia, muy bien. Pero yo pienso que desde el cautiverio se hicieron cosas muy importantes.
Pienso, por ejemplo, que los colombianos han cambiado su actitud frente al secuestro, al drama de los colombianos.
Mucho más, hoy en día los colombianos salen a marchar, dejaron la indiferencia, son más tolerantes.
Todo ese proceso creo que es parte de lo que nosotros desde el cautiverio ayudamos a impulsar. Simplemente con nuestro dolor.
El ejemplo hace mucho. No necesita uno que lo elijan presidente de la república.
-¿De qué depende su decisión en definitiva?
De lo que Dios quiera. Y cuando digo eso suena muy así, pero no.
La verdad es que pienso que los espacios se tiene que abrir naturalmente.
Si yo veo en algún momento que es bueno para Colombia que yo esté ahí, lo estaré.En este momento no veo la necesidad de estar ahí, peleándome a codos.
Lo que está haciendo Uribe está bien. No es el único que lo puede hacer y puede haber otros que lo hagan mejor.
-¿Aceptaría un cargo en el gobierno de Uribe?
Sería un poquito limitante. Pienso que termina uno como poniéndose un bozal. A mí me gusta mucho mi independencia. No quiero decirle que no, porque uno nunca sabe.
De pronto hay alguna causa extraordinaria que uno quiera defender y no sé. Pero, en este momento, pienso en la posibilidad de coger temas específicos y tratar de sacarlos adelante, desde la plataforma del micrófono que usted me está poniendo.
-¿Las FARC son un grupo "narcoterrorista", como lo define el gobierno?
-Eso no lo dice el gobierno; lo dicen las acciones que hacen.
-¿Hay que seguir atacando a las FARC como hace Uribe o hay que negociar con ellos?
-La negociación hay que buscarla como prioridad, pero la presión militar hay que mantenerla, porque las FARC nunca van a negociar mientras piensen que tienen una opción militar para conquistar el poder.
Entonces, la presión militar es para hacerles entender que ésa es una utopía que nunca van a lograr.Es necesario para que se sienten a dialogar.
Y pienso que tiene que haber un cambio dentro del Estado, el gobierno y Uribe en particular, del vocabulario que se utiliza.
-¿Apoyó el bombardeo en Ecuador que mató a "Raúl Reyes"?
-Sí. Si Colombia tiene la certeza de que las FARC están en otro país y en ese país no hay la posibilidad de que se cumpla con lo que se debe hacer -que es parar esa presencia ahí- pues creo que al final de cuentas sí.
Obviamente, lo ideal hubiera sido que se hubiera contado con el gobierno de Correa, que se le hubiera advertido, que hubiera sido una operación conjunta, pero muchas veces lo que sucede es que no hay confianza entre los mandatarios.
Entonces, por eso es tan importante que se creen vínculos de confianza y hermandad para que ese tipo de operaciones se hagan no contra el otro, sino con el otro.
Es difícil crear vínculos de confianza en este momento, sobre todo después de las acusaciones que ha habido de ambos lados.
-¿Qué opina de los ordenadores de Raúl Reyes que muestran contactos y apoyos, según Colombia, a las FARC por parte del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y del presidente de Ecuador, Rafael Correa?
Me tiene sin cuidado. Me parece que ese es un tema secundario que no debería ni siquiera ser discutido en público.
-Pero ¿no le parece que es grave si es cierto que hay un gobierno de otro país que apoya a una organización "narcoterrorista", como usted define a las FARC?
-Me parece que son más importantes las vidas humanas de los secuestrados que están en la selva y, por lo tanto, a mí no me importa que Chávez tenga contacto con las FARC, si ese contacto con las FARC hace que Chávez tenga influencia sobre ellos y que a través de esa influencia pueda convencerlos de liberar a mis compañeros.
Lo único que yo sí le pido a Chávez y a Correa es que entiendan que los cambios en Colombia se tienen que hacer por la vía democrática y que ellos tienen que contar con el presidente de Colombia.
Y créame que yo no voté por Uribe no solamente porque estaba secuestrada sino porque no hubiera votado por él porque yo soy de otro pensamiento político.
Pero lo que sí me parece es que Uribe, que uno lo quiera o que no lo quiera, es el único vocero legal de los colombianos.
-¿Estuvo bien Uribe al cesar la mediación de Chávez cuando lo hizo diciendo que Chávez había pasado el límite?
-No, yo creo que no. (También) lo que estuvo muy mal fue que Chávez se hubiera puesto a vociferar y a utilizar un vocabulario que después cerró la posibilidad de cualquier tipo de comunicación con Uribe. Creo que en eso, Chávez se equivocó.
Pero yo creo que Uribe no debió suspender la mediación de Chávez porque estuvo a punto de coronar.
En ese sentido, ahí yo pienso que Uribe no pensó en la vida de los secuestrados. Tuvo suerte porque ahora logró sacarnos a nosotros y lo hizo de una manera extraordinaria. Qué bien.
Pero quedan otros y, de todas maneras, vamos a seguir necesitando a Chávez y entonces necesitamos que esos puentes se vuelvan a hacer.
-¿Le parece que Colombia está aislada en la región?
-Yo pienso que Colombia está aislada en la región. Es así. Tiene, de pronto, a Alan García en el Perú, pero definitivamente sí.
Pero, bueno, son puentes que se tienen que tender y los demás países de la región tienen que entender que esa es la opción que ha escogido Colombia.
Hay veces que Colombia va en contravía de los demás países de América Latina porque la situación de Colombia es diferente a la de todos los demás.
El único país que todavía tiene guerrilla es Colombia y por eso es que estamos en la extrema derecha.
Quienes han hecho elegir a Uribe son las FARC. Si no hubiera FARC, no habría Uribe. Los colombianos votan por Uribe porque están hasta la coronilla de las FARC.
- ¿Se puede dejar de lado la posibilidad que se haya pagado a algún miembro de las FARC, del grupo que los custodiaba, para su liberación?
-Para "Gafas" (uno de los miembros de las FARC que lideraba su custodia) estoy segura que no, porque yo lo conocía de manera íntima, y por la expresión en su cara -estaba tan humillado y asustado- yo sé que él estaba sorprendido.
A la captura de los otros no la pude ver, pero después vi el video por televisión, y se ve cuando son capturados, tienen la cabeza baja, es difícil pensar que ellos sabrían algo...
El alma humana es difícil de entender y no pondría las manos en el fuego por eso. Sí por "Gafas", pero no por los otros.
Realmente creo que los militares colombianos que hicieron el trabajo sí arriesgaron sus vidas.
Si no lo hubiesen hecho, la alegría que expresaron no podría haber sido la que compartí con ellos.
-¿Y qué de la posibilidad de que se haya pagado a un alto miembro de las FARC?
-Eso es posible, es posible. Pero eso no quita el riesgo que las tropas en el campo, si hubiesen pensado que había un problema, podrían haber reaccionado.
Había 60 guardias armados alrededor nuestro. Cualquier cosa que hubiese salido mal, estaríamos todos muertos.
-¿Cómo se define usted ideológicamente hoy?
-Yo siempre seré de izquierda. Pero no es una izquierda tontarrona ni ingenua.
Es decir, yo creo que uno tiene que estar donde la gente sufre, donde uno puede hacer la diferencia.
A mí me parece, por la ejemplo, que las FARC no son de izquierda. A mí me parece que son la extrema derecha de alguna izquierda de otro tiempo prehistórico. Pero de izquierda no son.
Para acceder a la presidencia de Colombia usted tendría que renunciar a la ciudadanía francesa. ¿Estaría dispuesta a hacerlo teniendo en cuenta la pasión que usted expresa por Francia?
Va a tocar hacer una reforma constitucional... (risas).
Los que quedan / Editorial de El Tiempo, 8/07/2008;
La operación de liberación de Íngrid Betancourt y sus 14 compañeros fue una verdadera patada al tablero del acuerdo humanitario. Todo cambió. De allí, la importancia de discutir cómo hacer para que los secuestrados que siguen en manos de las Farc -25 de ellos 'canjeables' y cientos más extorsivos- retornen a la libertad.
El rescate de quienes eran consideradas las "joyas de la corona" de las Farc en su chantaje al Gobierno colombiano para despejar los municipios de Pradera y Florida, cambió completamente la situación respecto al acuerdo humanitario. Antes, el Gobierno estaba bajo presión; ahora, las Farc se quedan sin esa carta, y tal despeje está prácticamente fuera de cuestión. De tema central en el pasado, el acuerdo humanitario pasa ahora a ser, a lo sumo, un componente en una eventual negociación de paz con las Farc. Ayer, eran los gobiernos de Francia y Venezuela y los países amigos los protagonistas; hoy, hay signos crecientes de que el
gobierno del presidente Uribe aspira a retomar el control completo sobre la discusión del intercambio.
Clara señal fue lo que dijo el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, sobre las "explicaciones" que debería dar uno de los dos delegados de los países amigos, el suizo Jean Pierre Gontard, sobre su figuración en los correos de los computadores de 'Raúl Reyes'. La embajada suiza pareció tomar cierta distancia, al afirmar que se trata de un "consejero externo". Más allá de lo que falta aclarar en este episodio (¿participó o no en negociaciones para liberar empresarios suizos en el 2001?; ¿tiene relación con los 500.000 dólares de la caleta de las Farc en Costa Rica?; ¿fue o no la fuente de la versión de que se habrían pagado 20 millones de dólares para este rescate?), todo indica que una reducción del papel de los países amigos y, en general, de todo intermediario extranjero con las Farc, sería bien vista en la Casa de Nariño.
Está por verse qué papel quiera dar el presidente Uribe a la Iglesia Católica, que ha venido mediando, y a Carlos Lozano y Álvaro Leyva, que han contado con autorización oficial para ello. No estaría mal que el Gobierno diera claridad. Tampoco deja de ser relevante que en el Ministerio de Interior esté alguien que conoce bien a las Farc, por su relación con ellas durante el Caguán, como Fabio Valencia Cossio. Además, conservador, una filiación a la que las Farc han privilegiado en el pasado para la interlocución.
Además de una previsible "nacionalización" en cualquier futuro proceso de paz, el cambio en la situación lo muestran también las declaraciones que vienen de la izquierda internacional. Fidel Castro volvió a hablar duramente contra el secuestro. Hugo Chávez reiteró su condena de éste y les pidió a las Farc que liberen a todos los secuestrados. Y hasta Rafael Correa pronunció duras palabras contra los falsos revolucionarios que secuestran. Confirmaciones de que todos sienten que el balón está en la cancha colombiana y Uribe dispone el juego. A todo esto, hay que sumar el fuerte impacto que tendrá la campaña internacional propuesta por Íngrid Betancourt.
De allí la importancia de lo que haga el Gobierno. Puede ser ocasión para remover inamovibles. Si el Gobierno acepta despejar un área reducida y sentarse a hablar de paz, con la condición de que las Farc liberen unilateralmente a todos los rehenes, no solo los "canjeables", y se comprometan a no secuestrar más, podría abrir caminos. Lo esencial es que, liberados los 'importantes', el país no se olvide de los demás. Aunque mucho depende de lo que hagan las Farc después de este golpe, propuestas como esta podrían contribuir a abrir nuevos caminos de negociación.

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