15 sept 2008

Cocalero


¡Coca o muerte! Venceremos!
En Bolivia -tambien en Perú-, la hoja de coca esta en la agenda política; en Bolivia Evo Morales, fue el autor de ¡Coca o Muerte Venceremos! en su campaña para obtener la presidencia; en Perú, hzo o propio Ollanta Humala, sin éxito.
Distancia de Evo Morales ante "Cocalero"
Columba Vértiz de la Fuente, reportera.
Publicado en la revista Proceso (www.proceso.com), No. 1663, 14/09/2008;
Atrapado por la personalidad contrastante de Evo Morales, primer presidente indígena de la nación boliviana, el director de origen brasileño Alejandro Landes decidió convertirlo en el protagonista de su historia Cocalero, documental de estreno en México filmado en Bolivia. Inicialmente el cineasta fue acusado de espionaje, tras retratar las contradicciones del político aymara y sus fuertes lazos con los cultivadores de la hoja de coca.
Al estilo vérité con cámara en mano, el cineasta Alejandro Landes siguió al indio aymara Evo Morales durante su campaña presidencial en Bolivia y captó también a Leonilda Zurita, confidente del jefe máximo en el Movimiento Al Socialismo (MAS), dando como resultado el documental Cocalero.
A decir del director, Cocalero ofrece una mirada "muy humana frente a temas que representan la complejidad de la identidad latinoamericana".
Landes nació en Brasil pero creció en Ecuador y define al Evo Morales de Cocalero -filme de 86 minutos proyectándose en salas mexicanas- como un pícaro, travieso, coqueto con las chicas, bromista y comelón. Además, lo ve con una ética de trabajo feroz, muy astuto políticamente, aunque también es alguien bastante solitario, "tal como se encuentra la gente en el poder".
Las razones específicas del porqué Landes creó Cocalero (estrenada comercialmente en Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Estados Unidos, Grecia, Inglaterra, Polonia, Uruguay y Venezuela, y se ha presentado en más de 50 festivales internacionales), dice ya no recordarlas bien. Sólo sabe que es el tipo de cine que quiere realizar:
"Antes de Cocalero vi varios documentales sobre la soledad y el poder, tal vez eso influyó. Y Morales me pareció muy interesante, quería saber un poco más de dónde venía. Se me hizo una figura que estaba siendo como que muy estereotipada por el mundo."
Morales nació el 26 de octubre de 1959 en la comunidad de Isallavi y conoció la cárcel, sufriendo el confinamiento y las torturas durante su trayectoria sindical con los cocaleros, quienes han luchado contra los anteriores gobiernos presionados por Estados Unidos para erradicar la hoja de coca, negando el derecho de sembrar la planta asociándola "malamente" como droga, cuando ha sido el cultivo más importante de Bolivia y parte de su patrimonio cultural.
El cineasta esclarece entonces los motivos para emprender el rodaje:
"Lo que me atrajo fue la relevancia histórica de la improbable apuesta de Evo Morales: convertirse en el primer presidente indígena de un país que más de 500 años después de la llegada de Colón continuaba viviendo en un apartheid. La historia personal de Evo parecía reflejar las complejidades de Bolivia y su lugar en el mundo."
Con Evo en Bolivia
La entrevista con Proceso ocurre en la reciente visita de Landes a la capital mexicana.
El cineasta, quien radica en Buenos Aires, Argentina, rememora su llegada a La Paz el 1 de octubre de 2005, unos 80 días antes de las elecciones. Estaría acompañado por el fotógrafo Jorge Manrique Behrens y con apoyos de una pequeña compañía de producción de Los Ángeles (Fall Line Films) como el director de Cocalero.
Inicialmente esperaba que la narrativa de la filmación siguiera líneas raciales y étnicas. No obstante, una vez que empezó a grabar la cinta, Landes alcanzó a comprender la honda relación entre Morales y los cocaleros. Solicitó entrevistarse con algún miembro del equipo de comunicación de Morales, los atendió una mujer y los condujo a la oficina del entonces candidato presidencial de Bolivia. Relata:
"Evo entró apresuradamente con varios papeles en mano, iba con sus habituales jeans y campera azul, y puso a toda la oficina inmediatamente en marcha. Le entregué nuestra propuesta por escrito, pero antes de que pudiera terminar de contarle nuestro plan de Cocalero nos dijo que lo buscáramos al día siguiente a las cinco de la mañana en la puerta de las oficinas del MAS. No hubo un encuentro formal, simplemente dio una rápida ojeada al documento y un 'sí' intuitivo..."
Fue un "sí" que trabajaron y negociaron cada día, a partir de entonces.
El cineasta (quien estudió política económica en la Universidad de Brown y colaboró como redactor en The Miami Herald y el programa televisivo Oppenheimer presenta), únicamente bosqueja en Cocalero los claroscuros del protagonista, "y lo que pueda ser crítico o no se lo dejamos al espectador", refiere:
"Todos los matices de gris del personaje nacen alrededor de él: la peluquera, el chofer y todo el mundo lo tilda del primer presidente indígena; sin embargo, el mismo chofer dice que no sabe expresarse en los idiomas aymara y quechua de forma fluida. Morales habla de los estatutos del MAS, pero al mismo tiempo él es el único que se mantiene en el poder sin limitaciones, sin necesidad de respetar eso.
"También se ve la valentía de este sindicato de coca que ha nacido por la represión norteamericana en contra de la hoja de coca. Me pareció interesante, gramáticamente hablando, representar todo desde adentro y utilizando personajes, porque se llega a conocer a Leonilda Zurita, candidata del MAS a senadora, y a su marido; a la peluquera de Evo, la vocera bonita del MAS en Santa Cruz, y a la modista que al final le hace el traje presidencial a Evo."
Espías en conflicto
La filmación se desarrolló de manera óptima, hasta que una mañana Landes y Behrens fueron acusados de ser agentes de la CIA:
"Sorprendentemente no fuimos expulsados, pero Evo se retrajo, tornándose más frío y evasivo con nosotros. Su gente hizo lo mismo. Era una acusación difícil de desmentir, y mi doble nacionalidad y la de Jorge (venezolano-español) no ayudaban mucho. Luego de una serie de intentos fallidos para recuperar su confianza, nuestro equipo técnico local renunció. La etiqueta de la CIA nos estigmatizaba y perdimos un camarógrafo y un sonidista."
Behrens y él decidieron pasar más tiempo en el Chapare, la tupida jungla de Cochabamba, en la sede del sindicato de cocaleros en el que estaba Leonilda, a quien llamaron y fue amable con ellos:
"Nos invitó a quedarnos en su casa, bien adentrada en las plantaciones de coca. Ella nunca dudó de nuestras intenciones y la seguimos a reuniones de campañas y sindicales, y en sus tareas domésticas. Fue la guía al mundo de los cocaleros."
Después, Morales les permitió acceder de nuevo a su intimidad:
"Le pedimos presenciar algunos eventos y no se opuso. Volvimos a acercarnos y nuestra relación mejoró notablemente, hasta nos invitó a acompañarlo a la anticumbre en Argentina, en la que junto con Hugo Chávez y Maradona formaban parte de una protesta anti-Bush y de la propuesta del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA)."
Finalmente, Alejandro Landes, con 120 horas de material bajo el brazo, armó una coproducción Bolivia-Argentina de la película. Después del trago amargo, el realizador no duda en catalogar su relación con Morales de "muy complicada", pues nunca llegó a ser fuerte en afectos, aunque "tuvo momentos cálidos".
Ahora, como presidente de Bolivia desde el 22 de enero de 2006, Evo Morales enfrenta a bandas de paramilitares bajo el nombre de los "comités cívicos" que han atacado diversas instituciones. Ante el cuestionamiento de si cree que esa figura que aparece en el documental ha cambiado al día de hoy, Landes responde, no, sin dificultad:
"Me imagino que ha cambiado... Es casi imposible realmente resolver esa pregunta, porque el Evo Morales que yo conocí era alguien próximo, muy cercano, y el Evo Morales que ahora escucho y conozco es el que percibe todo mundo a través de los medios, entonces sería para mí imposible hacer esa comparación."
Y pese a lo sucedido, considera que es un hombre "muy hábil políticamente y ha fomentado una gran discusión en Bolivia", si bien aquello que más le sorprende es que "muchos le pronosticaban a Morales seis meses como presidente, y él está enteramente ahí, sigue como con un fuerte mandato público... Ha sido sorprendente lo que ha sucedido".
Así, el director apuesta en México a que Cocalero "haga reflexionar en la realidad mexicana" al público, pues entonces "cumpliría mi propósito como cineasta". De inmediato borra cualquier definición de la película como indigenista:
"Es curioso, porque hay una problemática indígena y también la realidad tiende a ser más sindicalista nacional que indígena en ese momento... La identidad no se vive entre blanco e indígena, sino que se contempla a alguien como Evo Morales, que es más complejo... La cinta es de un indígena aymara pero que no habla aymara ni quechua en forma fluida, un indio que prefiere zapatos Nike y la playera del Real Madrid antes que un atuendo originario del pueblo boliviano."
En abril de 2007, Morales asistió a una función de Cocalero en la selva del Chapare, junto con cerca de 2 mil cocaleros. En broma, el presidente de Bolivia le dijo al realizador:
"Cuidado te metes conmigo... aquí los compañeros te cuelgan."
Landes cree que a Morales no le gustó el documental:
"Nunca me dio la mano al final, ni hablamos ni recibí respuesta oficial. Básicamente me cortó..."
-¿Lo incomodaría su película?
-Mmm... me imagino que sí...
Pero por su lado, Landes manifiesta que le gustó el resultado fílmico y destaca que durante la postproducción, el documental fue reuniendo las colaboraciones "entusiastas" de una gran variedad de nacionalidades: argentina, boliviana, brasileña, colombiana, cubana, ecuatoriana, mexicana, venezolana y estadunidense, por lo cual deduce satisfecho:
"Esto otorgó una identidad única y múltiple a la película, una perspectiva a la vez local y universal que refleja la creciente conciencia colectiva de un continente en mi cinta."

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