14 nov 2008

Hoy las cajas negras

Jet de Mouriño se inundó de gritos
Redacción El Universal Viernes 14 de noviembre de 2008
SCT tiene previsto presentar hoy el contenido de la comunicación
La grabación del avión Learjet 45, en el cual murieron el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y el ex fiscal antidrogas José Luis Santiago Vasconcelos, muestra en su punto culminante 10 segundos de profundo drama. De acuerdo con personas que han tenido acceso a la investigación, lo que se oye en la cabina es un prólogo de la muerte: gritos desesperados.
La Secretaría de Comunicaciones y Transportes dará a conocer hoy el contenido de la grabación y detalles técnicos del percance que apuntan hacia una pérdida del control del avión, presuntamente causada por la turbulencia del Boeing 767 de Mexicana, procedente de Buenos Aires, que lo antecedía en el vuelo.
La hipótesis de la turbulencia fue planteada por controladores aéreos y analistas de la industria en entrevistas con EL UNIVERSAL la misma noche del siniestro. Argumentaban una cercanía entre el Learjet 45 y el B767 de 2.8 millas, 30% menos de la distancia mínima requerida. Las autoridades federales dieron a conocer las pantallas de los radares que mostraban que la nave nunca estuvo a menos de 4 millas.
El avión, procedente de San Luis Potosí, ingresó a la zona metropolitana a 262 nudos (485 kilómetros por hora) y la última posición del radar, cercana al lugar del percance, la ubicó con una velocidad de 185 nudos (342 kph). Pilotos entrevistados dijeron que debió reducir su velocidad a 160 nudos.
La información recabada anoche no precisa el factor de la velocidad, pero sí considera la fuerte probabilidad que en las condiciones en las cuales volaba la nave, la estela de turbulencia del B767 hizo que súbitamente el piloto perdiera el control de la nave, girara bruscamente y cayera a unos 500 kilómetros por hora.
El último accidente por turbulencia registrado fue en noviembre de 2001 cuando un Airbus de American Airlines despegó del aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York a una distancia inadecuada de un Jumbo 747 de Japan Airlines.
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Héroe y víctima de 85 años
Cinthya Sánchez y Edith Martínez El Universal Viernes 14 de noviembre de 2008
No les cayó el avión pero las llamas cambiaron el resto de sus vidas
politica@eluniversal.com.mx
Pudo caminar unas cuantas cuadras con 80% del cuerpo quemado. Sin piel en las manos marcó el número de su esposa desde el celular para avisarle que había sufrido un accidente. Sus 10 dedos le quedaron pegados al volante después de que el fuego entró a su automóvil. A él no le cayó el jet federal encima, pero las llamas lo alcanzaron y le llegaron de frente.
En su mente, sólo una información: se había caído un avión cerca de su trabajo. No sabía que en él viajaba el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y otros ocho funcionarios. Él sólo quería terminar con el ardor de su cuerpo.
Las heridas más graves las tiene en las manos y en la cara. Hoy, 11 días después de que Iván saliera de trabajar rumbo a casa y en el camino se le cruzara un jet, está internado en el hospital Lomas Verdes. Afuera siempre está su esposa en espera de llevarlo a casa.
Su nombre junto con el de 10 personas más está en la lista de los heridos del 4 de noviembre.
Víctor es el más viejo de la lista. Con 85 años y 16% de su cuerpo quemado, ha sido reportado por la Secretaría de Salud capitalina como muy grave, pero su esposa tiene fe y hasta nota mejoría: dice que tiene la cara menos hinchada y que lo más lastimado son sus manos.
Recuerda que con ellas Víctor Altamirano ha trabajado por lo menos 70 años de su vida, los últimos de contador en el edificio de Monte Pelvoux. Es un hombre activo que todos los fines de semana cortaba el pasto del jardín de su casa.
El día de la tragedia salió en su automóvil del estacionamiento en el momento menos adecuado. Lo acompañaba Josefina, una mujer de quien es jefe y que hoy sigue siendo su compañera, pero en el hospital Rubén Leñero. A ella, Víctor le salvo la vida a pesar de que le dobla la edad, la sacó del automóvil al que las llamas alcanzaron.
Al primer hospital que llegaron fue a la Cruz Roja y de ahí a Terapia Intensiva del Rubén Leñero. No tienen fecha para salir. Les han dicho que tal vez unas tres o cuatro semanas más.
Según sus familiares han sido muy bien tratados y el hospital ha tenido muchas consideraciones con ellos. Pueden recibir hasta tres visitas al mismo tiempo.
El gobierno del Distrito Federal se ha hecho cargo de todos los gastos. La familia ha dejado atrás el tema de las indemnizaciones. Ahora lo único que quieren es llevárselos a casa. Han formado, sin buscarlo, un grupo de apoyo afuera del hospital, se han visto por días y noches enteras en la espera.
Los familiares de Víctor y Josefina ya se conocían de antes y la esposa de Edmundo, el tercer paciente del hospital Leñero, con 25% del cuerpo quemado, se reencontró con Silvia, una vieja amiga e hija de Víctor.
Todos los días entran a darles de comer, han visto mejorías aunque la esposa de Víctor resume la gravedad de su esposo con la sorpresa que le causa que su marido tenga que beber 20 litros de agua diarios porque las quemaduras le quitaron gran parte de la hidratación natural.

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