La oración que el Papa Benedicto XVI escribió en el papel que introdujo en la mañana de este martes en una de las hendiduras del Muro de las Lamentaciones.
* * *
Dios de todos los tiempos,
en mi visita a Jerusalén, la "Ciudad de la Paz",
morada espiritual para judíos, cristianos y musulmanes,
te presento las alegrías, las esperanzas y las aspiraciones,
las angustias, los sufrimientos y las penas de tu pueblo esparcido por el mundo.
Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob,
escucha el grito de los afligidos, de los atemorizados y despojados;
envía tu paz sobre esta Tierra Santa, sobre Oriente Medio,
sobre toda la familia humana;
despierta el corazón de todos los que invocan tu nombre,
para caminar humildemente por la senda de la justicia y la compasión.
"Bueno es el Señor con el que en él espera,
con el alma que le busca" (Lamentaciones 3, 25)
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Dios de todos los tiempos,
en mi visita a Jerusalén, la "Ciudad de la Paz",
morada espiritual para judíos, cristianos y musulmanes,
te presento las alegrías, las esperanzas y las aspiraciones,
las angustias, los sufrimientos y las penas de tu pueblo esparcido por el mundo.
Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob,
escucha el grito de los afligidos, de los atemorizados y despojados;
envía tu paz sobre esta Tierra Santa, sobre Oriente Medio,
sobre toda la familia humana;
despierta el corazón de todos los que invocan tu nombre,
para caminar humildemente por la senda de la justicia y la compasión.
"Bueno es el Señor con el que en él espera,
con el alma que le busca" (Lamentaciones 3, 25)
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