21 mar 2010

204 aniversario del Natalicio de Juárez

Preside en Palacio Nacional el acto conmemorativo del 204 aniversario del Natalicio de Benito Juárez
Al encabezar la ceremonia conmemorativa del 204 aniversario del Natalicio de Benito Juárez y a 48 horas de la visita que hará a México la Secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, el Mandatario destacó que las naciones valoran la necesidad que hay de impulsar la corresponsabilidad en la lucha contra el crimen organizado.
"El Estado mexicano no habrá de permitir que organizaciones delictivas, de facto o de cualquier tipo, vulneren la libertad de los mexicanos y la legalidad que requiere el Estado nacional", sostuvo.
Con la banda tricolor al pecho, Calderón afirmó que los mexicanos no darán ni un paso atrás frente a quienes pretenden ver a un México postrado y sin futuro.
El acto oficial se efectuó en el Patio Mariano de Palacio Nacional, ante descendientes del Benemérito de las Américas y representantes de los Poderes Legislativo y Judicial.
Asistieron el Presidente de la Corte, Guillermo Ortiz; el titular de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Francisco Ramírez Acuña, y el vicepresidente del Senado, Francisco Arroyo.
Diversas intervenciones durante la Ceremonia del CCIV Aniversario del Natalicio del Licenciado Benito Juárez García
Senador Francisco Agustín Arroyo Vieyra, Vicepresidente de la Mesa Directiva de la Honorable Cámara de Senadores.
Señor Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Señor Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; señor Presidente de la Honorable Cámara de Diputados; señores integrantes del Gabinete.
Señores familiares de don Benito Juárez García; honorable asistencia.
Este 2010, año de aniversarios, nuestra historia nos refleja como un pueblo con determinación, que ha sabido resolver los más serios conflictos para construir y reconstruir la armonía de la sociedad y sus bases de progreso, y proyecta la gran figura del Presidente Benito Juárez García como una referencia ineludible.
Juárez es un símbolo funcional de ética política, pero también de praxis. Tuvo una ideología: la de la libertad, la legalidad, la de la igualdad y la democracia, pero también el temple y la sabiduría para realizarlas como parte del Estado mexicano.
No olvidemos que la historia es nuestra Patria, la que va con cada mexicano y a la cual siempre necesitamos regresar. Cómo sabríamos el camino a casa si olvidamos cómo es nuestra casa, luego de aventurarnos por el mundo.
El Presidente Juárez fue el Padre de la República, porque le dio, junto con su brillante generación, la ideología liberal y la base jurídica necesarias para impedir toda regresión e incorporar a la sociedad la definición y manejo del rumbo nacional.
En su momento, el Presidente Juárez encarnó a la República misma y la llevó consigo para preservarla, ponerla a salvo de quienes por ambiciones personales y por acciones deseaban suprimirla y someterla a la servidumbre extranjera.
Fueron horas, sin lugar a dudas, muy amargas.
Para quienes no podían apreciar la fuerza oculta de este gran hombre, llegó a parecer que todo estaba perdido, pero no para el Presidente Juárez, quien sabía que con mantener la lealtad a México todo estaba ganado. Y así fue. Logró la restauración de la República.
Esa emulación proponemos hoy, en estas horas agridulces del país, que lo son por sus grandes problemas, al tiempo que por sus altas potencialidades. La reivindicación de la Patria mexicana está esperando por nosotros.
La unidad es necesaria en este trance, en el cual debemos actualizar las bases de nuestra soberanía. Estamos obligados a ofrecer un Gobierno eficiente y, para ello, realizar las reformas necesarias, y por ahora las posibles.
La política, para autentificar la representación en la medida en la que lo exige la sociedad; la económica, para estimular la producción y la redistribución de los beneficios; la de seguridad, para alejar la erosión social que martiriza, y lastra y sangra a varias regiones del país.
Desde el inicio del mandato, los integrantes del Poder Legislativo acompañamos esta misión, que tiene como única condicionante el compromiso.
Los sacrificios que se hacen por la causa de México siempre se reconocen y retribuyen, como hacemos hoy con el Presidente Juárez, sin importar las incomprensiones de algunos, o la mala fe de otros. La visión de Estado nos trasciende, y si la tenemos, trascendemos con ella.
Muchas gracias.
- MODERADOR: Hace uso de la palabra el Ciudadano Diputado Francisco Javier Ramírez Acuña, Presidente de la Mesa Directiva de la Honorable Cámara de Diputados.
-DIPUTADO FRANCISCO JAVIER RAMÍREZ ACUÑA: Señor Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe Calderón Hinojosa.
Señor Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Guillermo Ortiz Mayagoitia; señor Vicepresidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Francisco Agustín Arroyo Vieyra; miembros del Gabinete Presidencial; familiares de don Benito Juárez García.
Señoras y señores:
El Aniversario del Natalicio de don Benito Juárez García es momento propicio para que los políticos presentes recordemos la importancia de nutrir una parte de nuestro pensamiento y acción con la historia de nuestro México, asumiendo las luchas populares, las gestas de los héroes y los sucesos que dieron forma al México contemporáneo.
Don Benito Juárez ejerció el poder en uno de los tiempos más complejos de la historia de México, en condiciones de interminable Guerra Civil, miseria, ignorancia, pérdida sustantiva del territorio nacional, debilidad institucional, bancarota fiscal e intervención extranjera. Sin duda, un entorno político adverso.
A pesar de dichas circunstancias, el talento, tesón y determinación del Presidente Juárez hicieron que no se doblegara. Por el contrario, en cada episodio donde podía preverse que acabaría su carrera política, terminaba más fortalecido, logrando así el rescate de la soberanía nacional y la supervivencia misma de México.
Las Leyes de Reforma, la noción constitucional para organizar la República conforme a los principios de igualdad de los ciudadanos ante la ley, del Sistema Federal, la democracia y la división de Poderes, así como la construcción de Instituciones cuya función para gestionar el bienestar prevalecen hasta nuestros días, legado que, sin duda, forman parte de la vida de todos los mexicanos y hacen que el Presidente Juárez ocupe, merecidamente, un lugar preponderante en la historia de nuestro país y de cada uno de los mexicanos.
La transformación de México, concretada en los últimos años, no ha hecho variar el proyecto original de las primeras Instituciones de la Patria. El orden constitucional vigente mantiene una clara línea de identidad con los empeños constructores de los Insurgentes, con el fortalecimiento de la República, ideada por los liberales de la Reforma, encabezada por don Benito Juárez, por los sueños de igualdad y justicia de los combatientes de la Revolución Mexicana.
Decía el Benemérito de las Américas: Mexicanos, encaminemos ahora todo nuestro esfuerzo a obtener y a consolidar los beneficios de la paz.
Hoy los mexicanos hemos sido capaces de consolidar la democracia, hemos convertido en realidad cotidiana el ejercicio acotado del Gobierno; hemos rescatado la dignidad de los Poderes Legislativo y Judicial; hemos fortalecido el Federalismo con gobiernos estatales y municipales que tiene un peso en las decisiones de México, como nunca antes, y con todo y esto sin derramar sangre para conseguirlo.
A 200 años de nuestra Independencia y 100 años del inicio de nuestra Revolución, es importante que hagamos eco de las frases del Presidente Juárez y encaminemos los esfuerzos del Estado mexicano a obtener y consolidar los beneficios de la paz.
Hoy, como en los años del Presidente Juárez, México vive momentos difíciles, momentos que demandan de sus dirigentes altura de miras y actuar con responsabilidad; altura de miras y actuar responsablemente para construir el presente y el porvenir de México, desde nuevas perspectivas ideológicas que respondan a las condiciones del país y del mundo actual.
Pero tomando en cuenta que aún falta por cumplir el ideario del Presidente Juárez, en términos de fortalecimiento de la República, de equilibrio y respeto entre Poderes e Instituciones de combate a la corrupción; de garantía a los derechos humanos, de conjugar libertad y justicia en el marco de la democracia, agenda en la que estamos trabajando todos los días los mexicanos.
Es rescatable para la política de hoy insistir en una actuación inspirada en la determinación y la congruencia del hombre, que no se doblega ante las circunstancias y que triunfa más allá de las adversidades. Éste es el reto de quienes hoy nos toca la responsabilidad y hacemos la política desde la perspectiva humanista.
Hoy nos corresponde, a quienes asumimos los Poderes Federales y locales, ratificar la esencia de nuestro régimen republicano, representantivo y Federal, presidencial en su forma democrática, y que requiere consolidarse, fortaleciendo más nuestro esquema de peso y contrapeso para que todas las Instituciones asuman al máximo sus funciones y responsabilidades.
Lo importante de las Instituciones, aparte de crearlas o transformarlas, es darle el sentido profundo que satisfaga los anhelos del pueblo.
Es por eso que en estos tiempos en que estamos inmersos en un proceso de reformas del Estado mexicano, en que la agenda política discute incesantemente modelos de reformas del Estado, de reforma política y de orientación democrática de las Instituciones públicas, corresponde a las y los legisladores de la República, asumir con patriotismo y valentía, como lo tuvo el Presidente Juárez, las responsabilidades derivadas de los retos que hoy enfrenta nuestro país.
Es claro que nuestro México requiere reformarse. Hoy los mecanismos de acceso al poder necesitan abrirse, y de esta forma, empoderar al ciudadano; por lo tanto, debemos encontrar mecanismos claros de estímulo y castigo para nuestros representantes, para nuestras Instituciones, adecuarlas, que permitan al aprendizaje legislativo, que no desperdiciemos las experiencias del pasado.
México requiere también una reforma de trascendencia en el ámbito laboral, que nos permita fomentar la creación de empleo, ampliar los derechos de las y los trabajadores, buscar una mayor transparencia y democracia sindical, y brindar a las empresas mexicanas mayores y mejores herramientas de competitividad, progreso y desarrollo ante un mundo globalizado, para darle a México el lugar que le corresponde y que nos exigen los mexicanos.
Las diferentes fuerzas políticas de México, tenemos un fuerte compromiso con la ciudadanía. Es tiempo de responder con hechos lo que con votos nos han plasmado y entregado los ciudadanos.
Es imperativo hacer un análisis profundo de las diferentes propuestas de las reformas estructurales, para poder así generar los cambios que el país nos reclama.
Debemos convertir a México en un país de éxito, en un país de logros, donde las ideas sean el hilo conductor de nuestras propuestas, donde las coincidencias sean de verdad mayores que las diferencias, donde los antagonismos ideológicos no sean la limitante para lograr los acuerdos requeridos.
Es tiempo de decisiones y de avances, escuchemos la voz de la ciudadanía que nos exige cambios. Los legisladores debemos construir en nuestra propia circunstancia compleja y problemática los acuerdos y consensos a los que nos dio la instrucción el pueblo de México.
Este es un año de conmemoraciones nacionales: celebramos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana. Honremos todos los mexicanos la memoria del Benemérito de las Américas, don Benito Juárez García, actuando con responsabilidad y congruencia.
Muchas gracias.
-MODERADOR: Tiene la palabra el ciudadano Ministro Guillermo Iberio Ortiz Mayagoitia, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
MINISTRO GUILLERMO IBERIO ORTIZ MAYAGOITIA: Maestro Felipe Calderón Hinojosa, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Diputado Francisco Ramírez Acuña, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados; Senador Francisco Agustín Arroyo Vieyra, Vicepresidente de la Mesa Directiva del Senado de la República.
Señores Secretarios de Gobernación, de Educación Pública, de la Defensa, de Marina; demás integrantes del Gabinete Presidencial que nos acompañan esta mañana; muy distinguidos descendientes de don Benito Juárez García.
Señoras y señores:
No vacilé en ayudar del modo que me fue posible a los que trabajaban por el cumplimiento de la ley, que ha sido siempre mi espada y mi escudo. Así describió su convicción por el orden y la legalidad don Benito Juárez, cuyo natalicio conmemoramos hoy, en este Palacio Nacional, que fue la residencia en que vivió para la Nación y también donde murió trabajando por ella.
Nació en 1806, en lo que era una colonia española que se encaminaba apenas a su independencia. El Estado mexicano no vio nacer a Juárez, fue Juárez quien vio nacer a México.
Quizás a ello se debe que consagrara su intelecto, su espíritu y su vida entera a la construcción de Instituciones públicas, cuya legitimidad emana invariablemente de la ley.
Formador, porque la historia se lo demandaba; reformador, porque su convicción se lo exigía, Oaxaqueño entrañable que supo encauzar la indignación que le provocaba la injusticia en una lucha incansable por construir los caminos de la justicia en México, que llegan hasta nuestros días.
Benito Juárez en el Siglo XXI no es ya una sola persona, es el nombre que representa a una generación histórica; es también, el súbdito indígena de la Colonia que adquirió, por primera vez, en nuestra historia la ciudadanía por derecho propio, con prerrogativas tales, que pudo impartir justicia, como fue de Hacienda en su natal Oaxaca, y como Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde fundó el Semanario Judicial.
Pudo participar en la creación de leyes como Legislador en el Congreso de la Unión, y llegó a presidir la naciente República, fundada en la soberanía del pueblo, del mismo pueblo que él conoció antes de que se emancipara.
Benito Juárez luchó por la democracia constitucional, con cabida para todos los habitantes del país por igual, con la ley como fuente exclusiva de todo poder y con el respeto a los demás, como fuente de la paz y de la seguridad pública.
Desde la infancia supo reconocer la desigualdad como un desafío para la justicia, y vio en la equidad de oportunidades el camino para que cada hombre libre se haga cargo de su propio destino.
Cito sus palabras: Mientras el maestro en un departamento separado enseñaba con esmero a un número determinado de niños, que se llamaban decentes, yo y los demás jóvenes pobres como yo, estábamos relegados a otro departamento. Hasta aquí la cita.
Las ideas de igualdad de ese niño, oriundo de San Pablo Guelatao, eran tan fuertes que beneficiaron a los mexicanos de su tiempo y orientaron a la Nación hacia la ruta de libertades, que hoy reconocemos como universales.
Benito Juárez ha trascendido nuestra historia y nuestro territorio. Ya no es símbolo exclusivo del país, sino que forma parte de los personajes representativos del llamado Nuevo Continente. Todos ellos anhelaron la democracia por la que vivieron y lucharon, cuya evolución nos permite estar aquí el día de hoy.
Don Benito Juárez merece llevar por siempre la distinción con la que se le recuerda y se le reconoce. Él es el Benemérito de las Américas.
El destino le tenía reservada una conmemoración especial. El 21 de marzo fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial.
Feliz coincidencia que honra a quien nació en esa fecha para marcarla con la misma esencia que nuestro calendario cívico. En el Salón de Plenos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación están siempre presentes su imagen, su palabra y, sobre todo, su gran legado, que nos recuerda que todo poder público dimana del pueblo y se instituye para su beneficio. Así lo vislumbraba Juárez a principios del siglo pasado.
En 2010, Año de la Patria, en que conmemoramos nuestros movimientos de Independencia y de Revolución Mexicana, recordamos con respeto a quienes hicieron de ellos momentos de construcción y de definición nacional.
Al hacerlo asumimos públicamente nuestra responsabilidad histórica de preservar los derechos y libertades que debemos para fortalecer nuestra democracia y nuestra justicia, mirando al futuro, inspirados en la valentía, inteligencia y convicción de quienes merecen honores nacionales, como don Benito Juárez García, Benemérito de las Américas.
Muchas gracias.

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