17 abr 2010

Crisis en el Vaticano

Boston cierra casi el 20% de sus iglesias tras los casos de pederastia
La factura por los acuerdos con las víctimas supera los 70 millones
JAVIER DEL PINO - Washington
EL PAÍS - Sociedad - 27-05-2004
Los acuerdos extrajudiciales multimillonarios que han cerrado alguno de los escándalos por abusos sexuales han llevado a la archidiócesis de Boston a una crisis financiera que sólo puede solventar cerrando parroquias y vendiendo locales. El arzobispo, Sean O'Malley, reconoció que no son "tiempos fáciles" para los católicos de Massachussets y confirmó que 65 de las 357 parroquias cerrarán antes de que termine el año. El anuncio representa la consolidación de la mayor crisis que ha sufrido la Iglesia católica en EE UU. El pasado otoño la archidiócesis de Boston llegó a un acuerdo extrajudicial con 500 víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes católicos, uno de los escándalos de mayor calado que ha sacudido a la Iglesia católica en décadas y que obligó a dimitir al anterior arzobispo, Bernard F. Law. El pacto con las víctimas se cerró con el pago de una indemnización de 85 millones de dólares (70 millones de euros). A esa cantidad se suman los gastos de reparación de muchos edificios repartidos por la zona noroeste del país. El arzobispado calculaba que harían falta 100 millones de dólares para remodelar convenientemente muchos de los edificios.
Ante semejante factura, la institución católica de Boston ha decidido cerrar todas sus sedes deficitarias y vender los locales para sanear las cuentas. Setenta parroquias (que incluyen no solo iglesias, sino colegios) desaparecerán en los próximos seis meses, aunque se construirán cinco nuevas en las zonas de Boston con mayor número de feligreses, que, según las estadísticas, han pasado del centro de las ciudades a las zonas residenciales de las afueras.
Escasez de sacerdotes
O'Malley se resiste a aceptar que la decisión esté únicamente relacionada con el escándalo de los abusos en el que se vieron envueltos algunos sacerdotes católicos. Según el arzobispado, al pago del acuerdo con las víctimas se suma el incremento en los gastos inmobiliarios y los seguros, la escasez de sacerdotes y una reducción notable en la asistencia a las misas católicas.
El arzobispo se lamentó de que una tercera parte del total de las parroquias actuales está operando en números rojos y recordó también que casi la mitad de los sacerdotes han cumplido ya los 70 años. "Me encantaría que hubiera alguna manera de mantener abiertas y vivas estas magníficas casas de vida y de oración, pero no la hay", reconoció el arzobispo. O'Malley prefiere el cierre conjunto "a la alternativa de ir cerrando una parroquia detrás de otra, un colegio detrás de otro, como un goteo.
Aunque el cierre de parroquias católicas se extiende por todo el país, la situación en la archidiócesis de Boston es el más claro ejemplo para ilustrar la crisis: sus más de dos millones de practicantes en una de las zonas históricamente más católicas de Estados Unidos se quedan sin parroquias en un tercio de las ciudades y pueblos del Estado de Massachussets.
La crisis de los abusos se cerró con la expulsión de 25 sacerdotes católicos en Estados Unidos. A la factura judicial, inmobiliaria y a la escasez de vocaciones se une, según el arzobispado, una reducción alarmante en las donaciones de feligreses que recibe la Iglesia católica estadounidense. "Todo lo que ha ocurrido", reconoce el arzobispo O'Malley, "ha convulsionado la confianza que muchos tenían en la archidiócesis como institución", lamentó.
Las parroquias afectadas por el cierre colectivo pueden recurrir ante el arzobispado e incluso ante el Vaticano, aunque con escasas posibilidades de obtener el derecho a permanecer abiertas.
El 2004 podrá ser un años de números negros si la Iglesia católcia sobretodo la Norteamérica no tienen demndas millonarias por pederastia.
Fecha publicación: 2004-07-08
Estados Unidos sigue siendo el primer contribuyente económico de la Santa Sede
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 8 julio 2004 (ZENIT.org).- La Iglesia católica en Estados Unidos es la que más dinero aporta a la Santa Sede, según confirmó este jueves el cardenal Sergio Sebastiani, presidente de la prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede.
Las diócesis de Estados Unidos, al igual que las del resto del mundo, contribuyen con la financiación de la Santa Sede, según establece el canon 1271 del Código de Derecho Canónico y constituyen la principal entrada de su presupuesto.
Después de la Iglesia de Estados Unidos, en orden de contribución económica, se encuentran varios países europeos.
«En el pasado año no ha habido ninguna disminución en las aportaciones de los Estados Unidos, que siempre están en el primer puesto en las ofertas», manifestó el purpurado durante la presentación a la prensa del balance económico consolidado de la Santa Sede relativo al año 2003.
Los datos han desmentido afirmaciones de órganos de prensa en meses pasados, según los cuales, habría disminuido decisivamente la ayuda de la Iglesia católica en Estados Unidos a la Santa Sede, a causa de los escándalos atribuidos a sacerdotes en ese país.
Tanto el presidente de la prefectura como el contable general, Paolo Trombetta, explicaron a los periodistas que la Santa Sede tiene una política de mantenimiento de patrimonio y que busca «inversiones seguras aunque sean de bajo rendimiento».
En este sentido, aclararon que las inversiones son «conservativas» y «no especulativas».
Fecha publicación: 2004-07-08
El balance económico vaticano contradice las «leyendas» sobre sus riquezas
El cardenal Sergio Sebastiani constata un déficit de casi doce millones de dólares
El balance económico de la Santa Sede muestra que las «riquezas del Vaticano» son una «leyenda», constató este jueves el presidente de la prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede. Al presentar los números en rojo del Vaticano en el año 2003, el cardenal Sergio Sebastiani explicó con una sonrisa: «Si tuviéramos tanto dinero no tendríamos necesidad de sacar la mano para pedir ayuda».
«¿Y las riquezas del Vaticano?», le preguntó un periodista. «Una leyenda, la realidad es mucho más prosaica», respondió el purpurado italiano, quien explicó que, en el último año, en una coyuntura económica internacional adversa, la Santa Sede ha aplicado un plan de austeridad para contener el déficit lo más posible.
El cardenal presentó en la Sala de Prensa del Vaticano el «Balance definitivo consolidado de la Santa Sede» relativo al ejercicio 2003, que registra un déficit de 9.569.456 euros (unos 11.831.680 dólares estadounidenses).
Si bien se trata del tercer año consecutivo en números rojos, el déficit es inferior al del año precedente, que fue de 13.506.722 euros (unos 16.699.711 dólares).
La Santa Sede, en 2003, registró entradas por un valor de 203.659.498 euros (251.804.608 dólares) y salidas por un valor de 213.228.954 euros (263.636.288 dólares), un balance económico comparable al de varias diócesis católicas en algunos países desarrollados.
Entre 1993 y 2000, la Santa Sede había cerrado sus balances económicos en positivo, después de que Juan Pablo II convocara en 1991 a los presidentes de las conferencias episcopales del mundo para promover la aplicación del canon 1271 del Código de Derecho Canónico.
«Por razón del vínculo de unidad y de caridad, y conforme a las posibilidades de su diócesis, los obispos contribuyan a que la Sede Apostólica disponga de los medios que, según las distintas circunstancias necesita para el debido servicio a la Iglesia universal», explica el canon.
Con aquella reunión, quedaron atrás 23 años de números rojos que en 1991 alcanzaron el déficit más elevado, 86 millones de dólares.
Contribuyen también a la financiación de la Curia romana (cuyos servicios no generan entradas económicas directas), los religiosos, fundaciones católicas, y fieles de todo el mundo.
En 2003, según reveló el cardenal Sebastiani, estas contribuciones experimentaron un decremento, pasando de los 85,4 millones a 79,6 millones de euros. En parte, este bajón se debe a la devaluación del dólar con respecto al euro, aclaró.
El Óbolo de San Pedro (cuya contabilidad se lleva en dólares y no en euros, a diferencia del balance económico de la Santa Sede) ha experimentado sin embargo un incremento del 5,7%: 55.842.854 dólares (45.096.388 euros). Este dinero no se destina a cubrir el presupuesto vaticano, sino que se dedica a ayudas del Papa a Iglesias perseguidas o pobres, así como a poblaciones en necesidad, o víctimas de catástrofes naturales y la guerra.
Para afrontar la reducción de entradas, añadió Sebastiani, la Santa Sede en el último año ha reducido sus costes: «de unos 106 millones de euros en 2002 a 99,4 millones en el sector institucional», subrayó el purpurado.
En particular, se ha ahorrado más de un millón de euros en personal (en la Curia Romana trabajan 2.674 personas y hay cerca de unos mil jubilados). Para ello, reveló, se ha evitado con todos los medios aumentar el personal.
«Hemos limitado a lo urgente los gastos de mantenimiento, en particular, por lo que se refiere a las 118 nunciaturas apostólicas en el mundo», añadió el cardenal.
Según el administrador vaticano, las causas del déficit hay que atribuirlas a la coyuntura económica mundial, que «a partir de la última parte del año 2000 ya había entrado en una fase de crisis, y que después experimentó las turbulencias provocadas por acontecimientos de otro carácter, como el ataque a las Torres Gemelas y la serie de ulteriores atentados, la guerra en Irak y la perduración del conflicto entre israelíes y palestinos».
Dado que el Vaticano pertenece a la zona monetaria del euro, y que buena parte de sus contribuciones llegan en dólares, la devaluación del dólar con respecto a la moneda europea (el récord de 1, 26 dólares euro se registró en diciembre de 2003), también ha influido negativamente, subrayó.
¿Cómo cubrirá la Santa Sede el déficit? El cardenal confió que echará mano al «patrimonio neto». Precisó que después del déficit de años anteriores, el Vaticano ha seguido recomendaciones de la Comisión de cardenales «ad hoc», aconsejados por los administradores de grandes diócesis como Nueva York o Munich, para contener los gastos al mínimo.
El informa constata que la mayor parte de los gastos corresponde a la gestión ordinaria y extraordinaria de los organismos de la Santa Sede: Secretaría de Estado (dos secciones), 9 congregaciones, 3 tribunales, 11 consejos pontificios, la Cámara Apostólica, el APSA, la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede, la Prefectura de la Casa Pontificia, la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Vatican Information Service, la Oficina Central de Estadística de la Iglesia, 5 comités pontificios y comisiones, 9 instituciones relacionadas con la Santa Sede, el Sínodo de los Obispos y 6 academias pontificias. A esos organismos centrales hay que añadir las 118 sedes de representación pontificia en las naciones u organismos internacionales.
Además de los gastos institucionales de la Curia romana, el balance económico tiene otros sectores, como el de las actividades financieras, gestión del patrimonio que se creó cuando Italia compensó con los Pactos de Letrán, en 1929, los daños provocados por la expropiación de los Estados Pontificios. En este apartado se obtuvo un resultado negativo de 11,6 millones de euros (unos 14,3 millones de dólares).
Otro sector es el patrimonio inmobiliario (en buena parte depende también de aquellas mismas concesiones del Estado italiano), que ha cerrado con un beneficio de 22,4 millones de euros (unos 27.7 millones de dólares).
La actividad de las instituciones de los medios de comunicación (Radio Vaticana, Tipografía Vaticana/L'Osservatore Romano, Librería Editora Vaticana y Centro Televisivo Vaticano), cerró con un déficit de 1,2 millones de euros (1,4 millones de dólares), menor que el de 2002, que fue de 1,7 millones de euros (2,1 millones de dólares).

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