10 ene 2012

Visita al campo Policial No 1

El Presidente Calderón en la Visita al Campo Policial No. 1, Fuerza Civil de Nuevo León, 9 de enero de 2012
Se firmó un Convenio de coordinación con N León y la SDN, donde se establece la participación de las Fuerzas Armadas para brindar apoyo en actividades de seguridad pública y para el fortalecimiento de las instituciones; dos son las vertientes principales que se derivan del acuerdo suscrito: La primera tiene como objetivo la capacitación de los efectivos policiacos estatales en el Centro de Adiestramiento de la IV Región Militar…el primer escalón de estas unidades inició su preparación el 11 de julio del 2011 pasado. A la fecha, se han adiestrado ya 479 policías estatales, efectivo que incluye a hombres y mujeres.
En Escobedo Nuevo León el presidente exhortó a policías a conducirse con ética. Sostiene Presidente que la inseguridad se gestó durante años sin que se atendiera. La problemática de inseguridad que se tiene hoy, aseguró, no se dio de la noche a la mañana, sino que se fue gestando durante muchos años sin que se atendiera debidamente y en algunos casos el crimen organizado se ha incrustado en las instituciones, como es el caso de algunos municipios de Nuevo León.
Dijo, textual:
“Yo he dicho y reitero: El día en que en México tengamos 32 policías estatales confiables y eficaces, una por cada entidad federativa, el día que tengamos 32 Procuradurías de Justicia que funcionen y sean confiables, se manejen honestamente desde el Procurador hasta el último de sus policías ministeriales y, quizá, el día que tengamos, también, la misma confiabilidad en los sistemas de justicia, en jueces, secretarios. En fin. Ese día, amigas y amigos, México habrá resuelto totalmente su sistema y su problema de seguridad y de justicia.
Mientras tanto, tenemos que trabajar incansablemente en reconstruir nuestras instituciones. Tenemos que hacer en muy pocos años lo que no se hizo en muchos, muchos años. Ese es el tamaño del reto.”
“Ésta es la etapa más terrible en la que se pueden encontrar una sociedad. Y por desgracia en algunos municipios o en algunos lugares del país, algunos de ellos aquí, en Nuevo León, llegamos a completar yo creo que hasta las tres etapas…
Primer componente, entonces: Enfrentar a los criminales.
Segundo componente, más importante que el primero, el fortalecimiento institucional.
Si el problema que tuvimos fue que se nos fueron descomponiendo, perdóneme la expresión, pudriendo las instituciones de seguridad y justicia, la estrategia, el segundo eje, tiene que ser reconstruir y fortalecer las instituciones de seguridad y justicia.
Trabajamos para tener, nuevamente, instituciones de seguridad y justicia confiables, que la gente no tenga miedo. Que la gente sepa no que está trabajando el policía para los delincuentes, como por cierto, mucha gente así lo intuye, porque muchas veces ha pasado; sino que está trabajando para sus hijos, para sus familias.
Por eso, en el Gobierno Federal estamos haciendo un esfuerzo muy importante para depurar y profesionalizar a la Policía Federal y a la PGR. Y ahí no hay que cejar, ahí hay que estar limpia y limpia y limpia, y siempre estar atentos, porque siempre el riesgo de infiltración está presente.
Ahora. Debemos recordar, amigos, por otra parte, que, además del robo, la extorsión y otros delitos, más del 92 por ciento de los delitos que se cometen en el país son considerados, según la ley, del llamado fuero común, hablo del robo, la extorsión, el secuestro mismo, el cobro de derecho de piso, el homicidio, incluso, tiene este carácter.
Y se trata de delitos que tienen que ser combatidos por todos, pero competencialmente, por autoridades locales. Y, por otra parte, también hay que recordar, que el 90 por ciento de los policías del país, son policías estatales o municipales.
 “Y más allá de las creencias religiosas que, desde luego, se tienen y se deben, desde luego, respetar, incluso, sin entrar a ese terreno que tiene que ver con esperanza, vida futura, etcétera, incluso, el sentido de la vida aquí y ahora tiene que ver con la felicidad. La clave de vivir es ser feliz, pero la felicidad plena sólo se encuentra en el bien, sólo se encuentra en el bien, que es lo que realiza el hombre….
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Rodrigo Medina de la Cruz, Gobernador del Estado de Nuevo León, dijo:
“Descuidamos, en el pasado, nuestras instituciones de seguridad y justicia. Hoy, hoy ocupan la más alta prioridad de mi Gobierno y nada se ha escatimado para darles un alto nivel de calidad. Destacan, asimismo, los procesos de depuración, de Control de Confianza, de reclutamiento y formación, la reforma al Sistema Penal y la implementación de políticas incluyentes para restituir el tejido social, a través del Programa Unidos Transformando mi Comunidad..
“Otra obra de infraestructura importante es este Campo Policial Número 1, en el que nos encontramos, que alberga y capacita a personal de Fuerza Civil, conformado por tres células con capacidad cada una de 500 elementos operativos, más sus mandos. Esto es, una capacidad total de mil 500 elementos, cuyo funcionamiento permite aislar al personal nuevo del personal activo en proceso de evaluación y depuración.
Otro es, la Universidad de Ciencias de la Seguridad, donde se implementa el Servicio de Carrera Policial para asegurar que sólo los elementos más aptos y honestos, llegarán a ocupar los cargos de mando y mayor relevancia en esta corporación.
Otro es la, construcción del Penal de Mina, una superficie de 359 hectáreas. Es absolutamente imprescindible, está en marcha una primera etapa y tendremos que renovar esfuerzos para concluirlo y ponerlo en operación.
Nuevo León no se ha limitado sólo a cumplir con el propósito de crear la Primera Unidad de Policía Acreditable, sino que, además, ha construido infraestructura para ponerla en manos de instituciones que forman parte del Estado mexicano y que han hecho una tarea de enorme valor social y cívico.”
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Discurso completo del Presidente:
El Presidente Calderón en la Visita al Campo Policial No. 1, Fuerza Civil de Nuevo León
09 ene 2012 | Discurso
General Escobedo, 9 de enero del 2012
Muy buenos días, amigas y amigos.
Señor licenciado Rodrigo Medina de la Cruz, Gobernador del Estado de Nuevo León. Muchas gracias por sus palabras.
General Guillermo Galván Galván, Secretario de la Defensa Nacional.
Licenciado Facundo Rosas, Comisionado de la Policía Federal.
Diputado Jorge Santiago Alanís, Presidente del Congreso del Estado.
Magistrada Graciela Buchanan Ortega, Presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado.
Licenciada Clara Luz Flores Carrales, Presidenta Municipal de Escobedo.
General Noé Sandoval, Comandante de esta IV Región.
Muy distinguidos invitados especiales.
Saludo, también, a los alcaldes de diversos municipios que están aquí. De Monterrey, de Apodaca, de San Pedro Garza García, de Guadalupe, de San Nicolás, de Juárez, de García, de Santiago, de Cadereyta, de Santa Cantarina, a todos ustedes, muchas gracias por estas aquí.
Jóvenes integrantes de Fuerza Civil.
Amigas y amigos.
Muy buenos días.
Para mí es muy satisfactorio el estar con ustedes en este Campo Policial No. 1 de la Fuerza Civil, de Nuevo León, inaugurado recientemente y que forma parte del esfuerzo que estamos haciendo en todo el país y, particularmente, en este Estado de Nuevo León, por reconstruir nuestras instituciones de seguridad y de justicia.
Se trata, como podemos ver, de instalaciones funcionales, de la mayor importancia, y pienso que representan, para los nuevoleoneses, la oportunidad de contar con una policía estatal confiable, profesional y bien preparada para afrontar el reto de la delincuencia.
Yo he dicho y reitero: El día en que en México tengamos 32 policías estatales confiables y eficaces, una por cada entidad federativa, el día que tengamos 32 Procuradurías de Justicia que funcionen y sean confiables, se manejen honestamente desde el Procurador hasta el último de sus policías ministeriales y, quizá, el día que tengamos, también, la misma confiabilidad en los sistemas de justicia, en jueces, secretarios. En fin. Ese día, amigas y amigos, México habrá resuelto totalmente su sistema y su problema de seguridad y de justicia.
Mientras tanto, tenemos que trabajar incansablemente en reconstruir nuestras instituciones. Tenemos que hacer en muy pocos años lo que no se hizo en muchos, muchos años. Ese es el tamaño del reto.
Y por esa razón, amigas y amigos, me da mucho gusto que estemos aquí, hoy, en esta nueva organización, en esta nueva policía, en esta Fuerza Civil de Nuevo León, porque en ustedes, muchachos, está la semilla de un Monterrey, y de un Nuevo León, mucho más seguro.
Mucho más seguro para quiénes.
Para todos los nuevoleoneses, sí, pero incluyendo a ustedes y a sus familias.
Hoy, vivimos un momento en que el Estado de Nuevo León y la Nación entera enfrenta uno de los más grandes desafíos en su historia: El desafío de la inseguridad y la amenaza del crimen sobre nuestra sociedad.
Los regiomontanos, los nuevoleoneses conocen muy bien, muy bien la dimensión de esta amenaza.
Cuántas historias ustedes han conocido en los medios y han escuchado de boca a boca, de gente que ha sido robada, gente que está siendo extorsionada, gente que ha sido secuestrada o sigue desaparecida.
Vemos, también, las capturas que, por cierto, se han multiplicado. Incluyen personajes de alta y de baja calaña, y personajes, también, incluso, a veces, que uno nunca se imaginaría que estuvieran participando en la delincuencia.
Recientemente, por ejemplo, los medios dan todavía hoy, el fin de semana, la noticia de un ex portero del propio Monterrey, de Los Rayados, que participaba, precisamente, poniendo a víctimas.
Obviamente, las autoridades judiciales dirán finalmente sí él es culpable o no, pero las evidencias que se han recolectado son francamente preocupantes y asombrosas, del grado de corrupción y de decadencia a la que se llegó en esta sociedad y en estas instituciones.
Por esa razón, me alegra tanto el estar hoy, aquí. Sobre todo, a unos cuantos meses de que ocurrió uno de los hechos más repugnantes, más repudiables, más viles cometidos por la criminalidad, como fue el infame incendio del Casino Royale aquí, en Monterrey, donde más de 50 personas, mexicanas y mexicanos inocentes, perdieron la vida a manos de delincuentes sin escrúpulos y sin el menor respeto por ellos.
Y desde que ocurrieron estos lamentables hechos, el Gobierno Federal ha trabajado muy estrechamente con las autoridades estatales y municipales para el esclarecimiento de lo ocurrido y para la detección y captura de los responsables.
Afortunadamente, los avances que hemos hecho, también, en el plano institucional. Por ejemplo, en la concentración de una base de datos sobre identificación personal, nos dio la oportunidad de atrapar a los primeros integrantes de la banda, a los pocos días de ocurridos los hechos. Y hoy se ha atrapado a una treintena de ellos.
Gobernador cuántos serán. Van 17, ya, integrantes de la banda detenidos, que están en proceso. Independientemente de varias bandas que han sido desmanteladas en Nuevo León.
Quiero, por cierto, felicitarles a ustedes, amigas y amigos, a los elementos de la Fuerza Civil de Nuevo León, porque capturaron, precisamente, el jueves pasado a Baltazar Saucedo Estrada, alias El Mataperros, uno de los autores intelectuales del atentado en el Casino Royale.
Muchas felicidades, muchachos, por ello. Porque han atrapado, prácticamente, a quien era el jefe de la banda.
Yo reitero la solidaridad de mi Gobierno con las familias de quienes fallecieron en el Casino Royale, y con los nuevoleoneses en general.
Quiero decirles que, a partir de ese día, además, enviamos aquí, al estado, miles de elementos, miles de elementos, entre soldados, marinos y Policías Federales para, precisamente, fortalecer las tareas de seguridad en Nuevo León.
Y quiero decirles que, independientemente de las estrategias, las prioridades, la atención que debe prestarse a todo el país, yo quiero decirles a los nuevoleoneses y a los regiomontanos, que no vamos a descansar hasta recuperar plenamente la seguridad de todo Nuevo León, y la tranquilidad de las familias nuevoleonesas.
La espiral de crimen, la espiral de violencia generada, también, por los criminales, no es un problema que haya surgido de la noche a la mañana. No se apareció, así, como por arte de magia. Es un mal que se vino gestando, que se vino incubando durante muchos, muchos años.
Es una plaga que se fue metiendo, y se fue tolerando, hasta que se hizo expansiva y, por momentos, incontrolable. Es un cáncer que no se le atendió en el primer momento, y fue creciendo, y haciendo tumores, y generando metástasis. Hoy sabemos que está mostrando su verdadero rostro de violencia y de maldad.
Y ante esta realidad, el Gobierno, y no sólo el Gobierno Federal, y en eso agradezco siempre el apoyo del Gobernador, sino todo gobierno, es decir, un gobierno estatal, el gobierno municipal, todos, tenemos la obligación Constitucional, la obligación ética, la obligación política y moral de hacer cumplir la ley, y de defender a la población. Se trata, el combatir a la delincuencia, de un imperativo categórico para cualquier gobierno. Así lo hemos visto, y así es.
La delincuencia, además, amigas y amigos, es un problema expansivo. Se equivocan quienes piensan que la delincuencia tiene un comportamiento estático. Es un fenómeno que si no se le contiene, se expande. Es un gas que necesita ser contenido, ser sometido; es un caudal que, si no tiene un cauce, precisamente, adecuado, simple y sencillamente desborda y todo lo inunda. Si se le deja crecer, todo lo tocará y todo lo corromperá.
Quiero decirles, amigos, que éste es un fenómeno que ha sido, además, estudiado en el mundo y que se ha presentado en diversas partes, en Italia, en el propio Estados Unidos, en África, en Asia, en nuestra América Latina. El fenómeno del crimen organizado.
En nuestro México, además, se exacerbó, se intensificó en la última década, porque no sólo se trata del viejo negocio de los narcotraficantes, que conocieron nuestros padres y nosotros mismos hace tiempo, de gente que nada más quería colocar droga en Estados Unidos y ya.
Sino que a partir de que México empezó a tener más poder adquisitivo, más poder de compra, los criminales se dedicaron, también, a distribuir en nuestro México, y eso cambió totalmente su comportamiento.
Piensen ustedes. Por ejemplo, qué se necesita para pasar una tonelada de cocaína a Estados Unidos. A los choferes, el personal de reguardo, los cómplices.
Pero distribuir esa misma tonelada de cocaína aquí, en la Zona Metropolitana de Monterrey, significa tener la capacidad de vender un millón de bolsitas de un gramo, por lo menos, porque, además, le dan su rebajada. Un millón, lo cual implica un despliegue de complicidades y de criminales.
Y, sobre todo, un elemento que no había antes, que es el control territorial. Las bandas quieren controlar el territorio, porque quieren controlar sus tienditas, sus antros, sus tables, los puntos de venta donde tienen. Y eso hace que una banda choque con la otra y genera la terrible violencia.
Pero algo peor, si se les deja dominar, entre comillas, un territorio, para ellos ya no tiene ningún costo adicional no sólo cobrarle cuotas a los vendedores, sino cobrarles cuotas a otros criminales, a los robacoches, a los que venden gasolina adulterada, robada. No les cuesta ningún trabajo robarle a la gente, extorsionarla, secuestrarla, porque tienen el control de nuestras ciudades. Ese es el gran problema que tuvimos.
Y hubo un gran error al pensar que si uno no se metía con ellos no iba a pasar nada, ya se vio que sí pasó.
Y ahora, lo que estamos haciendo, es limpiar la casa. Es como llegar, me imagino, al Gobernador en sus primeros días, con un poco, me pasó a mí, como si uno llega a una casa y de repente ve una cucaracha, y la sigue y se metió por un agujerito, y levanta el tapiz del agujerito y resulta que todo está lleno de cucarachas.
Ahí, lo que queda no es volver a poner el tapiz y ponerle ahí un poquito de resistol, y se acabó. Hay que levantarlo todo y hay que limpiarlo, y no descansar hasta que se limpie la casa. Y eso es, precisamente, lo que estamos haciendo.
Y por qué fue creciendo este tema.
Porque, les decía, amigos, que el crimen organizado, y esto está explorado, tiene un comportamiento expansivo que algunos, incluso, lo ubican de tres fases. Tomando una metáfora, quizá muy burda, pero descriptiva de la biología.
Dicen, por ejemplo, que tiene una primera fase, que es predatoria.
Esto qué significa.
Son comportamientos de bandas, casi, casi de pandillas, que pudieran ser controladas por cualquiera de los alcaldes y su propia policía. Están en una colonia, son pillos, malandrines, robacoches. En fin. Que pueden ser controlados, que deben ser controlados.
Sin embargo, si no se le contiene, pasa a una segunda etapa, que le llaman los expertos, que es parasitaria.
Qué es.
Como su nombre lo indica, los criminales empiezan a ser como parásitos que se enquistan en las instituciones. Empiezan a controlar a un comandante de la judicial, empiezan a meterse con algún director, empiezan a hacerse cuates y se hacen compinches de algunos patrulleros. En fin. Se meten como parásitos en el Gobierno.
Y viene una tercera etapa, amigas y amigos, todavía peor, que es la simbiótica; es decir, donde el crimen y las instituciones de seguridad y justicia son una y la misma cosa, son lo mismo.
Los criminales, entonces, empiezan a robar y a secuestrar a través de los propios policías y cuando la gente va a denunciar no acaba de salir de la oficina del Ministerio Público, cuando ya le están llamando los propios criminales: Ya sabemos, te estamos viendo que nos viniste a poner el dedo y te va a cargar equis cosa.
La sociedad ya no tiene no sólo quien lo defienda, sino que con todo el poder de la sociedad, con las armas de la sociedad, con la inteligencia, con los radios, con las placas, con las patrullas de la sociedad, están asaltando en despoblado a la propia sociedad.
Ésta es la etapa más terrible en la que se pueden encontrar una sociedad. Y por desgracia en algunos municipios o en algunos lugares del país, algunos de ellos aquí, en Nuevo León, llegamos a completar yo creo que hasta las tres etapas. Y por eso es tan importante este esfuerzo de depuración que ha emprendido el gobierno del estado con todo nuestro apoyo para limpiar las policías.
A veces ha pasado, amigas y amigos, que cuando sabemos que hay una policía que está muy penetrada, a veces el retirar esa policía de la operación, incluso, ayuda a bajar la incidencia de los delitos, lo cual es un proceso verdaderamente importante.
Hay otra cosa que quiero subrayar el día de hoy. No es sólo la delincuencia organizada el problema, porque a medida que va creciendo el avance de la delincuencia, va paralelamente de un proceso de debilitamiento de las instituciones de seguridad y justicia, es decir, van haciéndose más vulnerables hasta hacerse inservibles las policías.
Y cuando una policía ya no funciona o, peor aún, está de lado de los delincuentes, empieza a florecer, como cuando se abre la puerta del refrigerador y no se cierra, y empieza a echarse a perder la comida, empieza a florecer todo tipo de delincuencia.
Empieza a actuar impunemente cualquier criminal, incluso, el asaltante de la esquina, el asaltante de las tienditas, el asaltante de los camiones o micros, no sé cómo se llamen aquí, el que asalta a los muchachos en la secundaria, el que le quita el celular a los muchachos en las prepas, el que le roba el monedero a las señoras afuera del súper. En fin. Esa delincuencia florece.
Qué tanto, amigas y amigos.
Cuando crece la debilidad institucional o la corrupción de policías preventivas o ministeriales, ya no es, ni principalmente el crimen organizado, lo que prolifera es la delincuencia común. Porque el robo, por ejemplo, es más del 80 por ciento de los delitos que se cometen.
Es decir, en México, y aquí, en Nuevo León, también, anda por ahí la cifra, cuatro de cada cinco delitos que sufre la sociedad son robos: el robo del celular, el robo a casa-habitación, el robo del coche, el robo con violencia, sin violencia, etcétera, etcétera.
Por eso, amigas y amigos, hemos implementado una estrategia que es integral, como ha dicho el señor Gobernador, una estrategia que tiene tres componentes.
Cuál es el primero.
Enfrentar y someter a los criminales. Y a la fuerza de los criminales hay que oponerle, como se llama su corporación, una verdadera fuerza civil, una verdadera fuerza del Estado.
Y, por eso, ante la petición, ante el clamor, en muchos casos, ante la exigencia de ciudadanos en varias partes del país, y a petición expresa de las autoridades locales, en este caso del Gobierno de Nuevo León, en el Gobierno de la República tomamos, desde el primer día, la determinación de apoyar a las familias frente a la delincuencia.
Por ello, por ejemplo, enviamos a nuestras Fuerzas Federales, que son fuerzas entrenadas, bien equipadas, leales a México, verdaderos patriotas y leales a sus instituciones.
Y hemos enfrentado a los criminales con toda determinación, sin titubeos, como debe ser.
La sociedad ha sido testigo, además, de la captura de innumerables delincuentes, de decomisos inéditos de armas, ya perdí la cuenta, pero llevábamos, General, como 130 mil o 140 mil armas decomisadas en los cinco años que llevamos de Gobierno.
Para que se den una idea. En el sexenio del expresidente Miguel de la Madrid, estaba revisando los reportes de entonces, y en todo el sexenio se decomisaron algo así como 700 armas. Nosotros llevamos ya casi 140 mil armas decomisadas en estos años, sustancias ilícitas. En fin.
Quiero destacar, además, que las Fuerzas Federales tienen la instrucción explícita de actuar con respeto a la ley, y con respeto a los derechos humanos. La presencia de las Fuerzas Federales, además, ha sido visible en Nuevo León y, particularmente, en esta zona metropolitana.
Existen, como ya se ha dicho, ocho puntos de control que se ubican estratégicamente en la zona metropolitana, a partir de la cual, se realizan operativos de combate al crimen, patrullaje, control vehicular, y se reciben denuncias ciudadanas.
Se trata de instalaciones que, con tino, construyó el Gobierno del estado, pero que están operadas, muchas de ellas, por Fuerzas Federales. De hecho, de las ocho, seis están operadas por el Ejército Mexicano, y una está operada por la Policía Federal, la séptima. La octava, está operada aquí, por fuerzas locales.
Primer componente, entonces: Enfrentar a los criminales.
Segundo componente, más importante que el primero, el fortalecimiento institucional.
Si el problema que tuvimos fue que se nos fueron descomponiendo, perdóneme la expresión, pudriendo las instituciones de seguridad y justicia, la estrategia, el segundo eje, tiene que ser reconstruir y fortalecer las instituciones de seguridad y justicia.
Trabajamos para tener, nuevamente, instituciones de seguridad y justicia confiables, que la gente no tenga miedo. Que la gente sepa no que está trabajando el policía para los delincuentes, como por cierto, mucha gente así lo intuye, porque muchas veces ha pasado; sino que está trabajando para sus hijos, para sus familias.
Por eso, en el Gobierno Federal estamos haciendo un esfuerzo muy importante para depurar y profesionalizar a la Policía Federal y a la Procuraduría General de la República. Y ahí no hay que cejar, ahí hay que estar limpia y limpia y limpia, y siempre estar atentos, porque siempre el riesgo de infiltración está presente.
Ahora. Debemos recordar, amigos, por otra parte, que, además del robo, la extorsión y otros delitos, más del 92 por ciento de los delitos que se cometen en el país son considerados, según la ley, del llamado fuero común, hablo del robo, la extorsión, el secuestro mismo, el cobro de derecho de piso, el homicidio, incluso, tiene este carácter.
Y se trata de delitos que tienen que ser combatidos por todos, pero competencialmente, por autoridades locales. Y, por otra parte, también hay que recordar, que el 90 por ciento de los policías del país, son policías estatales o municipales.
Es decir, con todo y el esfuerzo que hemos hecho nosotros para tener, también, al igual que Fuerza Civil de Nuevo León, una policía confiable a nivel Federal, que es la Policía Federal, hasta ahorita llevamos, más o menos, 36 mil elementos.
Pero si uno considera cuántos elementos policíacos hay en el país, si uno suma a los estatales y municipales que hay, hay más de 400 mil. Entonces, imagínense qué podría pasar en el país el día que esos 400 mil, y pongan ustedes que ni los 400 mil, 200 mil de ellos, funcionen a todo mecate, como se dice. Ese día, amigas y amigos, vamos a cambiar la realidad del país.
De ahí, la importancia del apoyo que le hemos dado a los gobiernos estatales para que cuenten con policías confiables.
El apoyo que le damos a Nuevo León, no sólo es para directamente ayudar a los ciudadanos, es también para darle tiempo, espacio, margen de maniobra al gobierno estatal y a los gobiernos municipales, a que reconstruyan sus propias policías, como es el caso de Fuerza Civil.
Por eso, me da mucho gusto estar en este Campo Policial No. 1.
Los felicito. Quiero decirles que la responsabilidad de proteger a los ciudadanos es muy grande, sí, pero más grande es la satisfacción de saber que se trabaja por un mejor país.
Yo quiero exhortarlos muchachos y jóvenes, policías, a que nunca cejen en su empeño de servir y de transformar Nuevo León, porque la transformación de Nuevo León es de ustedes y sé que la van a lograr y, desde luego, exhortar también, al Gobierno del estado, agradecer la colaboración que hemos tenido, e invitar a que sigamos trabajando juntos por la seguridad.
Es necesario avanzar, por ejemplo, en los dos Centros de Control de Confianza que ya tiene Nuevo León, en la evaluación de todos los elementos de las policías, aquí no debemos de cejar, y el compromiso de Nuevo León es evaluar al cien por ciento de policías a diciembre de 2012 y quiero reiterar que cuentan con el apoyo del Gobierno para ese objetivo.
Ahorita que hablaba el Gobernador, que quiere tener policías a la altura de las mejores del mundo. Es que esa es la clave. Yo recuerdo que algunas de las reuniones que tuvimos, alguien ahí me comentó: Es que no se trata de tener policías como en Suiza.
Yo no dije nada, pero yo para mis adentros dije: Y por qué no, por qué los mexicanos no podemos tener policías como las mejores del mundo, por qué no. Al contrario. Yo creo que en la medida que tengamos policías que se acerquen a esos parámetros, nuestro país se va a encaminar, también, en otros renglones, a ser de esos parámetros.
Y el tercer componente, más importante que el combatir a los criminales, más importante que reconstruir instituciones, es reconstruir el tejido social.
Qué es eso.
Básicamente, tener una sociedad que no sea campo fértil para los criminales. Una sociedad que les dé oportunidades a los muchachos. Parte también del problema que tenemos en México es que tiene una sociedad muy joven y, también, los gobiernos quedamos muy atrás en la capacidad de darle oportunidades a los muchachos, es decir, no hay escuelas para todos, no hay trabajo para todos y eso es una de las causas, también, por la que enfrentamos, por un lado, las adicciones y, por otro lado, la criminalidad.
Y aquí se trata de abrir nuevas oportunidades para las familias más desprotegidas a través de programas sociales.
En nuestro caso qué programas.
El Programa de Oportunidades mismo, el Programa de 70 y Más, que apoya a los adultos mayores, el apoyo para la construcción de nuevas universidades. Hasta ahorita llevamos 96 nuevas universidades en el país, más la ampliación del campus de otras 50 más.
La construcción de nuevos bachilleratos, llevamos, más o menos, mil nuevos bachilleratos en todo el país, 985 para ser exactos y, también, Centros Nueva Vida para rehabilitación y tratamiento de adicciones.
El rescate de espacios públicos. Yo me acuerdo que empezamos aquí, en Monterrey, ya hace algunos años, rescatando lo que era, por ejemplo, un terreno baldío, un basurero, lo hacíamos cancha de fútbol.
Yo me acuerdo que aquí mismo inauguramos, la primera, con una cancha de pasto sintético y ahí, para la inauguración, le tiré un penalti a mi esposa, que afortunadamente se dejó que fuera gol, porque si no me hubiera puesto ahí en ridículo, pero hábilmente, se tiró para el otro lado.
Y de lo que se trata es no sólo de hacer la cancha, sino de que la comunidad rescate ese espacio, lo ocupe y pueda tener espacios recreativos para los muchachos. En fin.
Esos son los tres ejes de la estrategia.
Quiero terminar, amigas y amigos, con una reflexión final.
Yo estoy convencido de que con estas instalaciones, con esta nueva Fuerza Civil, con el empeño perseverante de combatir y de capturar a los delincuentes, con el rescate de espacios públicos, con la creación de nuevas universidades.
Hoy voy a anunciar, por ejemplo, un programa de becas-crédito para todos los estudiantes, para que si quieren ir a una universidad de paga, puedan sacar un crédito que les permita pagarlo y luego que salgan el poder redimirlo. En fin. Todo eso.
Qué estamos haciendo.
Estamos sembrando la semilla de un México mejor. Esa es la idea.
Atrás de mí, estaba viendo yo ahí unos arbolitos, yo soy aficionado mucho a los arbolitos, y a plantar y a hacer. Y aunque los plantaron ya más bien creciditos, y qué bueno, que se ven así.
La verdad, es que la clave de lo que estamos haciendo es como que poniendo arbolitos en el país en materia de seguridad. Y ahorita hay que regarlos, y hay que cuidarlos, y algunos hay que taparlos de que nos le llegue la helada. En fin.
Pero si perseveramos, muchachos, el día de mañana, el día de mañana, esos serán árboles frondosos, que van a hacer un verdadero bosque que va a cubrir, con su sombra, a miles y miles de familias nuevoleonesas.
Yo creo en eso. Yo creo que para un México nuevo, hay que sembrarlo, hay que cuidarlo, y aunque tome mucho tiempo, y aunque uno no lo alcance a ver, al menos como Gobernante, que algún día esos árboles crezcan y den frutos. De eso se trata, también, en materia de seguridad, lo que hoy estamos haciendo. Estamos sembrando la semilla de un México mejor, más seguro, más justo y más próspero.
Sabemos que pasará, desde luego, un largo tiempo. Pero estoy seguro que si seguimos trabajando y si seguimos con esta labor, la semilla se convertirá, primero, en una plantita y, después, en un árbol que cubrirá, con su sombra generosa al país, y rendirá frutos para todos los mexicanos.
Y un último mensaje para ustedes, jóvenes integrantes de Fuerza Civil:
A mí, de los módulos que siguen aquí en su capacitación, el que más me gusta, es el primero, que es el del que debe tener valores, sentido ético, valores ciudadanos, derechos humanos.
Por qué razón, amigos.
Porque la clave de todo, y no sólo de ser policía o no, la clave de todo es encontrarle el sentido a la vida. Para qué estamos aquí. Para qué vivimos. Qué caso tiene nuestra existencia.
Y más allá de las creencias religiosas que, desde luego, se tienen y se deben, desde luego, respetar, incluso, sin entrar a ese terreno que tiene que ver con esperanza, vida futura, etcétera, incluso, el sentido de la vida aquí y ahora tiene que ver con la felicidad.
La clave de vivir es ser feliz, pero la felicidad plena sólo se encuentra en el bien, sólo se encuentra en el bien, que es lo que realiza el hombre. Por esa razón, cuando hacemos el bien, nos perfeccionamos como seres humanos; y cuando hacemos el mal, nos degradamos como seres humanos.
Y si esto es válido en lo personal, también es válido y con toda razón en lo colectivo, y si no véanlo. Cuando en una sociedad la gente hace el bien, esa sociedad es mejor; y cuando en una sociedad se hace el mal, esa sociedad es peor, se degenera y se hace, simple y sencillamente, inhumana.
Y qué es eso.
Esa es la ética, precisamente, las reglas que nos hacen actuar conforme al bien. La ética son los principios que nos hacen obrar bien y siempre. Y por eso es tan importante encontrarle sentido, el sentido de la vida a lo que hacemos, actuar bien para crear un bien en el cual podemos encontrar la felicidad personal y colectiva. Y ese es el sentido del trabajo.
Y por qué se los digo, amigos, porque no se trata nada más de un sueldo, que qué bueno que ya es de los más altos del país, y ojalá y siga mejorando el sueldo de policías y de soldados, y de todos. No se trata nada más del sueldo, muchachos, ni de las becas, ni de las viviendas,    que ojalá pronto se les puedan entregar. Eso es bueno, sí, y se vale, pero no se limiten a eso.
Mi papá, en paz descanse, contaba una anécdota, que a mí me gusta mucho, y con ella, quiero terminar:
Dicen que allá, en la Edad Media, en Europa, cuando empezaban las grandes ciudades, había en una loma varios canteros trabajando. Entonces, llegó una persona y le preguntó a un cantero: Tú, qué estás haciendo. Y casi, casi, le contesta: Qué no ves, estoy puliendo una piedra, le contestó al hombre, y siguió ahí con su trabajo, con su cincel y su marro.
Y, sí, estaba puliendo la piedra, además, con arte, con buen gusto, bien pulida, bien partida. Y fue con el segundo y le preguntó: Oye, tú que estás haciendo, que también estaba puliendo la piedra; y le dijo: Yo estoy ganándome un jornal, estoy ganándome un salario. Y, efectivamente, el señor pulía la piedra, era cantero, también, pero además, llevaba a su familia en cada cincelada que le daba a la piedra. Estaba ganando el pan para sus hijos y eso era más que válido y legítimo.
Y le pregunto un tercero: Qué estás haciendo. El tercero dejó el cincel, se puso de pie, miró hacia el cielo y le dijo: Yo estoy construyendo una catedral. Y, efectivamente, pulía la piedra y ganaba un jornal, pero en lo que hacía, estaba haciendo, precisamente, lo que fueron las grandes catedrales que hoy son el signo hermoso y distintivo de la Europa que se hizo en ese tiempo.
Yo quiero invitarlos, muchachos, a que sí, hagan su oficio como policía de Fuerza Civil y a que sepan que se están ganando dignamente un salario bien merecido, que le permitirá el sustento a ustedes y a su familia. Pero sobre todo, siempre tengan presente, que más que un oficio y más que el salario, ustedes están construyendo la catedral de un Nuevo León y de un México nuevo que será posible que albergue, en mucho mejores condiciones, a varias generaciones de mexicanos y de nuevoleoneses.
Mucho éxito, y sigan adelante con Fuerza Civil, para que sea la fuerza de ese nuevo Nuevo León.
Muchas gracias.


 

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