15 ene 2013

Las cartas de Sicilia y Aguayo a Harvard

El activista Javier Sicilia y Sergio Aguayo entregaron ayer una carta en la Embajada de EU en la que cuestionaron a la Universidad de Harvardpor incorporar al ex Presidente Felipe Calderón en su planta docente.
Señalaron que la Kennedy School de Harvard establece en su declaración de derechos y responsabilidades que quienes forman parte de esa comunidad se distinguen por respetar la dignidad de otros y por tomar en cuenta las consecuencias que las políticas tienen en las personas, atribuciones que consideraron no cumple Calderón.
Advirtieron que si bien el ex Mandatario tuvo varios logros, como rendir cuentas positivas en cifras macroeconómicas y por tener un historial razonable en libertad de expresión y acceso a la información, resulta cuestionable su responsabilidad en la tragedia humanitaria causada por la guerra contra el crimen organizado.
"Consideramos que la incorporación de Felipe Calderón como investigador visitante de la Kennedy
Es por ello que le solicitamos respetuosa y formalmente que nos informe por escrito las razones que llevaron a la Kennedy School a incorporar a Felipe Calderón como integrante del Programa Global Angelopoulos de Líderes Públicos del John F. Kennedy School es un insulto a las víctimas de la violencia en México", apuntaron.
Las cartas:
13 de enero del 2013
David T. Ellwood
Dean, Harvard Kennedy School
Scott M. Black Professor of Political Economy
david_ellwood@Harvard.Edu
Estimado Profesor Ellwood,
En la Declaración de Derechos y Responsabilidades de la Kennedy School se dice que  quienes forman parte de esa comunidad se distinguen por respetar “la dignidad de otros” y por tomar en cuenta las “consecuencias que las políticas tienen en las personas”. En la Misión de la Universidad de Harvard se lee que sus integrantes asumirán la “responsabilidad por las consecuencias de [las] acciones personales”.
Dado que el expresidente de México Felipe Calderón es investigador asociado de la Kennedy School ¿qué tanto cumple con esos criterios? Hay aspectos que reconocerle a la gestión de Felipe Calderón (2006-2012). Rindió cuentas positivas en cifras macroeconómicas y salvo algunas excepciones importantes tiene un historial razonable en libertad de expresión y acceso a la información. Como parte de la normalidad democrática el análisis de su gestión ya está haciéndose en las universidades.
Lo que se discute intensamente es la responsabilidad que tuvo en la tragedia humanitaria causada por esa guerra: más de 60 mil muertes, al menos 25 mil personas desaparecidas, 260 mil desplazados, 18 mil migrantes secuestrados cada año, etcétera. Las principales organizaciones de derechos humanos del mundo (Amnistía Internacional, Freedom House, Human Rights Watch, etcétera) coinciden en que México vive una crisis humanitaria sin precedentes debida, en parte, a decisiones tomadas por el expresidente Calderón quien, incluso, tiene dos denuncias ante la Corte Penal Internacional.
Sería injusto acusar a Felipe Calderón de haber ordenado la barbarie. Sí podemos asegurar que no respetó la dignidad de las víctimas, se desentendió de las consecuencias de sus políticas y evadió la responsabilidad de sus actos. Por razones de espacio nos centraremos en la tragedia de los desaparecidos.
Calderón se comprometió en diversas ocasiones a crear un Registro Nacional de Víctimas porque según declaró en octubre del 2012 es importante que “todos sepamos dónde está la gente que más sufre”. La Procuraduría General de la República sí elaboró una lista de desaparecidos durante los seis años de Calderón, pero nunca lo dio a conocer. Cuando terminaba su gobierno funcionarios de la PGR le entregaron al corresponsal del Washington Post, William Booth una lista con 25 mil desaparecidos (publicada el 29 de noviembre).
El Centro de Investigación y Capacitación de Propuesta Cívica recibió de Tracy Wilkinson corresponsal de Los Angeles Times un documento que ella también obtuvo de empleados de la PGR. Tiene los nombres, apellidos y condiciones de desaparición de 20,851 personas durante cinco años y medio del gobierno de Felipe Calderón (www.propuestacivica.org.mx). El documento demuestra la poca prioridad que su administración le dio al asunto: las denuncias no fueron investigadas y los familiares no fueron informados.
El Estado mexicano ya tiene una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre el tema de desaparición forzada (caso Rosendo Radilla): en ella se indica que existe la obligación de investigar la suerte de los desaparecidos e informar a los familiares. Además, el 20 de diciembre de 2011, el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de las Naciones Unidas, hizo público su informe derivado de la misión que en marzo de ese mismo año realizó a México (A/HRC/19/58/Add.2). Ahí se describe con objetividad y mucho detalle la situación que se gestó durante la administración del presidente Calderón. No obstante el lenguaje diplomático que se acostumbra en este tipo de documentos, en ese informe se descubre la responsabilidad gubernamental, se enfatiza recurrentemente la participación de agentes del estado a nivel federal en las desapariciones y la ausencia de medidas para solucionar la situación. Señaladamente, el informe reprueba el uso de las fuerzas armadas en labores de seguridad, por propiciar graves violaciones de derechos humanos, y recomienda su retiro paulatino pero en el corto plazo.
El Gobierno de Calderón se limitó a ignorar las recomendaciones del Grupo de Trabajo de Naciones Unidas y las peticiones que organizaciones y académicos de México y el mundo hemos hecho. Por ello es que sostenemos que Felipe Calderón es presunto responsable de la violación de los derechos de al menos 25 mil víctimas de la desaparición forzada.
Profesor Ellwood, usted calificó al “presidente Calderón de ejemplo vivo de un servidor público dinámico y comprometido”. ¿Cómo puede usted sustentar dicha afirmación, cuando hay tanta evidencia en contra?. Felipe Calderón fue un presidente insensible: su gobierno no investigó lo sucedido con los desaparecidos y ocultó de manera deliberada información importantísima para las familias.
Franklin Delano Roosevelt justificó  la Ley de Préstamos y Arriendos (marzo de 1941) para entregar equipo bélico y humanitario a los aliados amenazados por los países del Eje diciendo que se trata de “ayudar a apagar el fuego en la casa del vecino antes de que tu casa se incendie y termine hecha cenizas”.
México se consume en una tragedia humanitaria ante la indiferencia de una parte de la sociedad estadunidense. Otra, por el contrario nos ha acompañado todo el tiempo y ha enjuagado nuestras lagrimas y restañado nuestras heridas. En suma, profesor Ellwood, consideramos que la incorporación de Felipe Calderón como investigador visitante de la Kennedy School es un insulto a las víctimas de la violencia en México.
Es por ello que le solicitamos respetuosa y formalmente que nos informe por escrito las razones que llevaron a la Kennedy School a incorporar a Felipe Calderón como integrante del Programa Global Angelopoulos de Líderes Públicos del John F. Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard. Con base en la información aquí presentada no cumple con los criterios éticos de esta institución.

Sergio Aguayo 

Profesor de El Colegio de México

Presidente de Propuesta Cívica

seaguayo@gmail.com

Javier Sicilia, Poeta

Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad

javiersiciliaz@gmail.com

 

 

 

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