23 oct 2013

El espionaje de la NSA; más reacciones


En los medios, hoy 23 de octubre

EXCÉLSIOR: 
Peña ordena investigar espionaje de EU: Osorio
Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, anunció que por orden presidencial se llevará una investigación exhaustiva sobre los presuntos actos de intervención ilegal de comunicaciones por parte de la Agencia de Seguridad de Estados Unidos hacia el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa y el entonces candidato presidencial del PRI Enrique Peña Nieto y su equipo cercano de colaboradores el año pasado. “En diferentes momentos, el gobierno de México ha expresado por vías diplomáticas su preocupación y condena sobre estos hechos”, aseveró ayer el funcionario federal en un mensaje. “El presidente de la República Enrique Peña Nieto ha instruido a la Cancillería de nuestro país diversas acciones de orden diplomático que ya han sido comunicadas por el mismo secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, el día de hoy (ayer) desde Ginebra, Suiza.” http://www.excelsior.com.mx/nacional/2013/10/23/924773

EL UNIVERSAL: 
·      La Segob investigará espionaje a EPN y FCH
La Secretaría de Gobernación (Segob) investiga si en la pasada administración ciudadanos o funcionarios pudieron haber participado en presuntos hechos de 'espionaje' en contra del ex presidente Felipe Calderón o el entonces candidato presidencial Enrique Peña Nieto y su equipo de trabajo. El titular de la Segob, Miguel Ángel Osorio Chong, informó que esa investigación —solicitada por el Ejecutivo federal— está cargo de la Coordinación General de Prevención de Delitos Cibernéticos de la Policía Federal, en conjunto con el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen). Al brindar un mensaje a medios —en el Salón Juárez de Bucareli—, Osorio Chong expresó que la indagatoria será exhaustiva y 'no se descarta ninguna línea de investigación'.

 MILENIO: Espionaje: van por los cómplices mexicanos
El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, anunció que por órdenes del Presidente iniciará una investigación respecto al espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés) al entonces candidato presidencial Enrique Peña Nieto y a Felipe Calderón y, en su caso, deslindar responsabilidades, incluso sobre la posible participación de funcionarios públicos mexicanos. Dijo que se seguirán todas las líneas de investigación posibles, que estarán a cargo de la Policía Federal a través de su División Científica en la Coordinación General de Prevención de Delitos Cibernéticos, así como del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).

LA JORNADA: 
México, único que ha exigido a EU investigar el espionaje: Meade
México es el único gobierno de los que han sido mencionados como objetivos de los sistemas de espionaje de Estados Unidos que ha exigido y al que le ha sido comprometida una investigación, pero hasta el momento la respuesta ha sido insuficiente y por lo mismo inadmisible, advirtió el canciller, José Antonio Meade. El titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) demandó celeridad en dicha investigación, y adelantó que volverá a llamar a consultas al embajador de aquella nación en México, Anthony Wayne.


·      LA RAZÓN: Investigan si el gobierno de Calderón autorizó espionaje de EU
El Presidente Enrique Peña Nieto ordenó al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y a la Policía Federal investigar si funcionarios de la administración del panista Felipe Calderón participaron en el espionaje que realizó Estados Unidos contra el actual mandatario y su antecesor. Ante el escándalo desatado por nuevas revelaciones de espionaje en 2012 contra el entonces presidente Calderón y Enrique Peña, en ese momento era candidato presidencial del PRI, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, ofreció una rueda de prensa (Sic, solo leyó el comunicado). Informó que la instrucción del Presidente es realizar una investigación para determinar si hubo, en efecto, espionaje, para lo cual se instruyó de inmediato al Cisen y a la Coordinación General de Prevención de Delitos Cibernéticos de la División Científica de la Policía Federal.

SRE exige a Washington: 'investigación, no explicación'
El Canciller José Antonio Meade dijo que México no quiere una explicación, sino que exige una investigación por el espionaje de Washington. El funcionario demandó que la investigación comprometida por el presidente Barack Obama se amplíe para incluir la nueva información sobre el espionaje a los correos de Felipe Calderón, además que ésta concluya en un plazo breve, “que con base en sus resultados, se deslinden responsabilidades y se tomen las determinaciones necesarias para asegurar que actividades de este tipo no sucedan”. En conferencia de prensa en Ginebra, donde presentará un informe ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Meade dijo que el Presidente Enrique Peña Nieto, lo instruyó a citar a su regreso al embajador de Estados Unidos, Anthony Wayne, “para exigir que se nos mantenga informados de los avances en la investigación”.

EL PAÍS: EE UU elude aclarar el espionaje masivo en España y otros países
Estados Unidos ha hecho oídos sordos a las explicaciones que le exige Europa por los escándalos de espionaje. Ninguna de las negociaciones abiertas en Bruselas para aclarar por qué Gobiernos y ciudadanos europeos fueron vigilados por empresas y autoridades estadounidenses ha dado fruto y, en algunos casos, Washington ha bloqueado esa rendición de cuentas. Las discusiones entre expertos comunitarios y estadounidenses avanzan con lentitud y todas las autoridades de la Administración de Obama citadas a comparecer ante el Parlamento Europeo han rechazado acudir. La Comisión Europea prepara una evaluación de las relaciones transatlánticas para final de año. Cuatro meses después de las primeras revelaciones, los papeles del exanalista Edward Snowden siguen aturdiendo a los ciudadanos sin que la Unión Europea haya podido obtener un relato convincente sobre estos episodios.

Columnas
BAJO RESERVA/ EL UNIVERSAL
MR. ANTHONY Wayne, embajador de Estados Unidos, tendrá que ver cara a cara al secretario de Relaciones Exteriores de México, José Antonio Meade, para darle a conocer el avance de las indagatorias del espionaje de Washington a la clase política mexicana. El presidente Enrique Peña Nieto dio instrucciones precisas a la Cancillería para no dejar pasar este bochornoso asunto, que ahora se sabe tocó al ex presidente Felipe Calderón y al propio Peña Nieto, cuando era candidato presidencial. Don Anthony no podrá argumentar vacaciones ni días de asueto para no asistir a la cita, a consultas, como le llaman en el lenguaje diplomático.

FRENTES POLÍTICO/Excelsior
II.Espía sin querer. Que no, que Barack Obama no ordenó espiar al entonces presidente Felipe Calderón ni al candidato presidencial Enrique Peña Nieto. Al menos eso le contó el mandatario al canciller José Antonio Meade, a quien el presidente de EU le dio su palabra de que se investigará a fondo. Desde Ginebra, Suiza, el titular de Relaciones Exteriores dijo que a su regreso a México convocará a Anthony Wayne, embajador de EU en nuestro país, para exigirle —así lo dijo— que mantenga un canal de información sobre la indagatoria. Por cierto, Wayne andará a mediodía en San Lázaro. Quizá explique algo.

TRASTIENDA/24 Horas
En buenos problemas se metió el gobierno mexicano por su reacción ante las revelaciones del espionaje de Estados Unidos a sus presidentes. El argumento de que México no es Brasil, por lo que la forma de protesta es diferente, se agotó en Francia. Cuatro horas después de que el vespertino Le Monde revelara el espionaje en ese país, el Quai D’Orsay, como le llaman a la cancillería francesa, llamó al embajador estadounidense para dar explicaciones. En el caso mexicano, el embajador Anthony Wayne no fue importunado.., hasta este martes donde todo cambió. El presidente Enrique Peña Nieto instruyó al canciller José Antonio Meade a llamar a Wayne, aunque sea desde Ginebra donde se encuentra, y al de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, investigar qué sucedió si es que sucedió. El presidente François Hollande y la diplomacia gala les enseñaron cómo gritar, y hay que reconocerlo, en unas cuantas horas aprendieron la lección.

Columna Razones/Jorge Fernández Menéndez
Excelsior, 23/10/2013
Todos espían, todos violan la privacidad
Lo que no deja de asombrar es cómo han cambiado las formas y la capacidad de intromisión en las vidas privadas de las agencias de inteligencia.
Lo decía George Orwell en su novela 1984: “siempre esos ojos que miraban, vigilantes. En vigilia o en el sueño, en el trabajo o comiendo, en casa o en la calle, no había privacidad posible”. Treinta años después la profecía futurista del escritor británico se ha hecho realidad. En Gran Bretaña, existen cuatro millones y medio de cámaras de televisión de circuito cerrado, de vigilancia. Una por cada 14 habitantes.
Ahí está la red Echelon, que fue en realidad construida durante la Guerra Fría por Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda para interceptar comunicaciones del bloque socialista. Después del 11-S fue renovada completamente, ampliada, se le incorporaron las más altas tecnologías y hoy tiene capacidad para revisar unas dos mil millones de comunicaciones diarias. La combinación de cámaras en calles y edificios, con la información biométrica en los pasaportes y las aduanas, los sistemas que cruzan datos bancarios y financieros con los personales y el control de las comunicaciones, de todas, dan como resultado un sistema que tiene bajo control prácticamente a cualquier individuo, con beneficios indudables para muchos sistemas de seguridad y para atacar la delincuencia y el terrorismo, pero también para acabar con la privacidad de cualquiera.
El espionaje ha existido siempre, está presente en la Iliada, pero también en las novelas de John Le Carré y en la última de un autor tan contemporáneo como Ian McEwan. La verdad, nadie debería asombrarse de las revelaciones de Edward Snowden o de Julian Assange, como tampoco deberíamos hacerlo si el día de mañana se descubre que ellos, o cualquier otro, de una u otra forma, trabajaban para alguna agencia de espionaje no estadunidense. Lo que no deja de asombrar es cómo han cambiado las formas y la capacidad de intromisión en las vidas privadas de esas agencias, incluyendo la posibilidad de que analistas de bajo nivel como Snowden o Bradley Manning, el perturbado soldado que le proporcionó la información a WikiLeaks del departamento de Estado y la CIA, en realidad simples programadores, pueden acceder a tal cantidad de información clasificada, sustraerla sin problema alguno, atesorarla y transmitirla a los medios.
La información sobre que Estados Unidos accedió a las cuentas personales de Felipe Calderón cuando éste era Presidente de la República o que espió a Enrique Peña Nieto cuando era candidato y después como Presidente electo, no debería, en este sentido, causar sorpresa alguna. Llamaría la atención que no lo hubieran hecho. El espionaje de Estados Unidos en México, como en muchos otros países, es casi mitológico. Aquí se jugaron muchas de las principales partidas de la Guerra Fría; aquí durante décadas el nombre del encargado de la CIA era casi público y la KGB tenía su centro más importante fuera del campo socialista. Aquí fue asesinado Trotsky por agentes de Stalin y por aquí pasó Lee Harvey Oswald antes de matar a Kennedy. Se dice que personajes tan importantes como don Fernando Gutiérrez Barrios o Luis Echeverría, antes de ser Presidente, colaboraron con la CIA, y también con otros servicios. Los de Israel y de las naciones árabes han operado con frecuencia en nuestro país, y también lo han hecho cubanos, británicos, franceses. Y todos tenían, por lo menos, un objetivo en común, el de cualquier servicio de espionaje que se precie de serlo: obtener información del país, de sus dirigentes, de sus líderes, de sus grupos empresariales, militares, sociales, de acuerdo con sus respectivos intereses. Para eso están.
En el camino eso ha servido para todo tipo de abusos y para mentiras desopilantes (ver el libro El sastre de Panamá del citado Le Carré, como un buen ejemplo al respecto), pero éstos eran menores cuando la información era obtenida en forma personal, directa. No se compara la capacidad de daño que podía tener la Mata Hari infiltrándose en la cama de dirigentes europeos con la capacidad de Echelon de revisar dos mil millones de comunicaciones diarias.
La privacidad es la que está en juego y está cada día menos protegida, es absolutamente vulnerable por los gobiernos y por cualquiera que tenga decisión y recursos, en ocasiones mínimos, para hacerlo. El espionaje a Calderón o Peña es indefendible, pero tampoco es algo que resulte una novedad. Es, resulta evidente, una transgresión a la soberanía, misma que en estos tiempos de la globalidad siempre termina siendo relativa. Pero la que termina siendo violada tumultuariamente día con día es la privacidad.
AL MARGEN. Qué bien que Javier Lozano demandó a Manuel Bartlett que en la campaña del año pasado lo había calificado como un asesino. Y mejor es que le haya ganado esa demanda a un político que con los años ha perdido la sapiencia y los principios y que acude, como su jefe actual, a la difamación y el agravio para sustentar sus opiniones. Bien por Lozano.

Todos espían, no se hagan/Ricardo Aleman

EL ESPIONAJE TOLERADO/Rafael Cardona
La Crónica de hoy,

Hasta donde se sabe, el único capaz de solicitarle o exigirle, ordenarle o pedirle algo a Meade en la relación con Estados Unidos es Enrique Peña Nieto.
La quejicosa actitud de Felipe Calderón (residente en Estados Unidos, por cierto) en torno del espionaje sufrido(¿?) por él y su gabinetazo no podría ser más hipócrita. Quien permitió en México la irrupción excesiva, la intervención abierta del Pentágono, la DEA, la CIA, el Departamento de Estado, la duplicidad diplomática, la apertura de una oficina “binacional” ordenada por Hillary Clinton en la ciudad de México, los vuelos no tripulados y el ingreso a México de gringos sin visa ni pasaporte, ahora se queja por la lectura de sus correos y la vulneración del sitio de internet de la Presidencia.
¡Vaya cara dura! del Felipillo.
Calderón se ha hecho presente en estos asuntos sólo cuando le tocaron directamente (como si no lo supiera desde siempre). Como habría dicho Dashiel Hammet sobre la patria y el refugio ideal de los canallas, ahí se ha atrincherado el ex presidente:
 “Más que personal, es un agravio a las instituciones del país, dado que se realizaron cuando ejercía el cargo de Presidente de la República.”
Y luego la velada exposición de su influencia en el gabinete actual, como si el canciller Meade aún fuera su empleado como cuando manejaba la Secretaría de Hacienda.
 “Hablé con @JoseAMeadeK Srio. de Rel. Exteriores, para solicitar que transmita mi más enérgica protesta por el espionaje del que fui objeto.”
Hasta donde se sabe, el único capaz de solicitarle o exigirle, ordenarle o pedirle algo a Meade en la relación con Estados Unidos es Enrique Peña Nieto.
Pero todo el sainete tiene antecedentes ya sabidos. Cuando se hicieron públicos los datos revelados por Edward Snowden en cuanto al espionaje ejercido durante la campaña y el tiempo posterior a la elección, esta columna habló con el presidente Peña Nieto del tema. El secretario Meade estaba presente. Él lo discutió con Barack Obama durante la reunión del G-20 en San Petersburgo. Primero telefónicamente y después en persona y cara a cara.
Pero ahora han surgido nuevos datos, no sólo relacionados con México, sino con Francia y otros países, lo cual no debería causar extrañeza, excepto por algunos detalles: ninguno de los países agraviados por los excesos de la “inteligencia” estadunidense tiene una disposición tan dócil frente a su poderío, ni comparte una frontera de tres mil kilómetros con el imperio, ni depende de ellos para todo y en todo momento. Ninguno en todo el mundo es, para decirlo pronto, su traspatio.
Ninguno, además, está dispuesto a darles el sueño de su vida: incorporarse al proyecto de Seguridad Energética de América del Norte, gracias a la apertura de su sector petrolero en  favor del único capítulo inconcluso del Tratado de Libre Comercio.
En esas condiciones es simple comprender la docilidad.
Ésta es la información detonante del nuevo capítulo en el cual la irrupción de FCH causa tanta pena como el hecho mismo.
 “El presidente Barack Obama autorizó espiar a México en temas desvinculados del terrorismo.
“Permitió a la Agencia de Seguridad Nacional (ASN) penetrar de forma sistemática la red informática completa de la Presidencia de la República e intervenir el correo electrónico de Felipe Calderón y su gabinete, lo que le permitió al gobierno de Estados Unidos evaluar la estabilidad del país, su capacidad militar y la forma como observaban los derechos humanos.
 “De acuerdo con un nuevo paquete de documentos del ex analista de la CIA, Edward Snowden, publicados ayer por la revista alemana Der Spiegel, se muestra que en mayo de 2010 Obama dio luz verde a la ASN para implementar la operación bajo la cual se realizó el espionaje a la Presidencia mexicana. Se llamó Flatliquid y entró ‘con éxito’ a los servidores de la Presidencia donde encontraron ‘comunicaciones diplomáticas, económicas y de liderazgo, que dieron una visión continua al sistema político mexicano y su estabilidad interna’.
 “Desde entonces, la Agencia catalogó a la oficina presidencial como ‘una fuente muy lucrativa’. El semanario señaló en su artículo que “el tono del documento que revela ‘un gran éxito’ de la ASN en el seguimiento de los objetivos mexicanos muestra  la agresividad de la agencia de inteligencia de Estados Unidos para vigilar a México”.
El reportaje también puso en evidencia que México formó parte de una lista de países “de vigilancia prioritaria” elaborada por la Casa Blanca y “aprobada presidencialmente”.
 “Pero los documentos clasificados como ultrasecretos revelan que la operación Flatliquid sólo fue el inicio: estos TAO (Operaciones de Acceso a la Medida), que accedió a varias agencias del gobierno mexicano, son sólo el comienzo, tenemos la intención de ir mucho más lejos en contra de este importante objetivo”.
 “Este espionaje contra México fue supervisado desde oficinas de la ASN en Texas, pero también se llevó a cabo desde la sede de la embajada de EU en la ciudad de México”.
Frente a esto nada más queda una frase de Barack Obama: hay cosas de las que ni siquiera yo me entero o me entero cuando ya han ocurrido”.
Y ya los espías de los espías nos anuncian más revelaciones. Ojalá y el ex –si no tiene nada importante para la opinión pública— guarde silencio.

EL ASALTO A LA RAZÓN/Carlos Marín
Milenio,
“A por” los compinches mexicanos
Se apuntó ayer aquí que jamás prosperará la investigación del espionaje que el gobierno mexicano exige al de Estados Unidos.
Menos aun cuando en 2007, como parte de los acuerdos de la Iniciativa Mérida, el Departamento de Estado fue autorizado por el calderonato a instalar en México un sistema de intercepción y almacenamiento de llamadas telefónicas y servicios de web, e-mails y chats por internet a escala nacional.
Para saber si las intervenciones continuaban, ya desde julio de este año el vocero de Seguridad Nacional, Eduardo Sánchez, informó que la PGR investigaría el contrato con la empresa Verint Systems, proveedora del equipo de espionaje a EU por tres millones de dólares, introducido a México a través de la Agencia Federal de Investigación de la misma PGR.
Esa prometida indagación es el punto de partida de las acciones que ayer anunció el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, para dar con los cómplices mexicanos.
La exigida por México a EU no será satisfecha jamás, pero de la mexicana ya va siendo tarde para saber quiénes diablos fueron los compinches.

Columna Arsenal/Francisco Garfias
Excelsior,
Obama parece el presidente de Estados Unidos menos informado.
Ya declaró que no estaba enterado sobre el espionaje al entonces presidente Felipe Calderón y a Enrique Peña cuando era candidato.
Lo mismo contestó con la Operación Rápido y Furioso, que le cargaron a la Oficina Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos (ATF) de ese país.
El asunto tronó en Alemania. La revista Der Spiegel lo dio a conocer.
Dato curioso: la embajadora de México en Berlín es nada menos que la ex canciller de Felipe, Patricia Espinosa.

CALDERÓN Y LOS ESPÍAS/Pablo Hiriart
La Razón,
Que nos espíen no es novedad. Lo vergonzoso fue permitirlo, facilitarlo y alentarlo.
En el sexenio anterior se dio manga ancha a las agencias estadounidenses para cometer delitos en México y ahora el ex Presidente Calderón se indigna de las consecuencias.
Esa indignación debió mostrarse cuando las agencias de Estados Unidos metían armas ilegales, dinero sucio, y mataban en territorio mexicano. Ni pío se dijo entonces, y ahora el ex Presidente pone el grito en el cielo.
Tiene razón al protestar por el espionaje del que fue objeto, pero resulta ingenuo pensar que si se permite a los agentes de Estados Unidos operar en territorio nacional con sofisticados sistemas de espionaje, no lo espiarían a él y a otros tantos.
Fue tal la abyección del gobierno mexicano hacia EU, que cuando la Patrulla Fronteriza mató de ocho tiros a José Antonio Elena Rodríguez, de 16 años, en territorio sonorense, el gobierno de México ni siquiera llamó al embajador de ese país para exigir una explicación.
 “¿Dónde está la dignidad de los encargados de velar por la soberanía de la nación?”, pregunté en esta columna cuando ocurrió aquel crimen en suelo mexicano. No hubo respuesta.
El enojo del ex Presidente Calderón viene ahora, ya que dejó la banda presidencial.
El proyecto para interceptar correos electrónicos, denominado Flat Liquid, fue autorizado por la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos y el gobierno de Felipe Calderón permitió que Washington instalara aquí un sistema de intercepción de comunicaciones por medio de Internet (Excélsior 21-10-13).
Recordemos un caso: durante el gobierno anterior fue tiroteada una camioneta con agentes de la CIA en Tres Marías, acompañados de un marino mexicano.
La PGR informó que tenía videograbado el atentado, pero carecía de la tecnología para ver el video (septiembre-2012).
Es decir, ¿compraron cámaras de video con las que se puede filmar, pero no se podía ver lo que se filma?
Nunca dijeron la verdad: esas cámaras eran de agencias de Estados Unidos y los nuestros se limitaban a filmar, a hacer el trabajo de campo, pues.
La falta de decoro en la relación con las agencias de seguridad y de espionaje de EU llegó al extremo de que esas corporaciones metieron 20 mil armas de asalto a México, para los narcos, sin avisar al gobierno mexicano. Y metieron millones de dólares sucios al sistema financiero mexicano.
La cancillería dijo en aquel entonces que no había sido notificada de la operación, y el Procurador de EU, Erick Holder, dijo que él no había autorizado ese trasiego ilegal.
Entonces, ¿quién daba su visto bueno a la comisión de delitos en territorio nacional?
Eso es lo que ahora se va a investigar. Y esperemos que también a exhibir y a castigar.

Columna/ESTRICTAMENTE PERSONAL/Raymundo Riva Palacio
24 Horas
Se busca Estado
La mezquindad, la frivolidad y la indiferencia son pésimas compañeras de viaje de un Estado.Mezquindad, como el enanismo político de Gabriela Cuevas, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, cuando ante una pregunta sobre su reacción ante el espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos en contra del ex presidente Felipe Calderón, dijo que ese tema competía sólo al Ejecutivo, no a los senadores. Frivolidad, como la del coordinador del PRD en el Congreso, Silvano Aureoles, quien desestimó cualquier acción mexicana porque Estados Unidos, dijo, espía a todo el mundo, todo el tiempo.Indiferencia, como la de una sociedad que ante hechos que definen su destino, es apática.
Esta semana trajo nuevas revelaciones sobre la intromisión de Estados Unidos en los asuntos internos mexicanos, que entraron en 2010 en los sistemas de comunicación de la Presidencia de la República y supieron qué pensaba el gobierno, qué discutía y cuáles decisiones tomaría. Fue tan profundamente grave la revelación, que la cancillería condenó el hecho horas después de divulgarse los documentos del espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés), pero la reacción en general de la sociedad política y la opinión pública, fue displicente.
La semana pasada cerró con otras revelaciones, las de la participación de un veterano agente de la CIA en la tortura y el asesinato del policía antinarcóticos Enrique Camarena Salazar en 1985, como parte del entramado donde a cambio que los cárteles mexicanos introdujeran droga a Estados Unidos, transportaban armas a la Contra en Nicaragua durante los últimos años de laGuerra Fría en Centroamérica.
Los dos episodios no están conectados en tiempo y en espacio, pero están vinculados. Son las agencias de inteligencia estadounidense zambullidas en asuntos internos mexicanos, las que han cambiado la naturaleza de las relaciones bilaterales. El Caso Camarena modificó para siempre el tono de la relación bilateral, que se narcotizó, y desató presiones interminables para que los estadounidenses manejaran directamente la política contra los cárteles de la droga, que terminó con la cesión de soberanía por parte de la Administración de Calderón, que les materializó su utopía: condujeron la guerra contra el narcotráfico y, más aún, lo hicieron desde territorio mexicano.
En ese periodo de entrega casi total a Washington, fue durante el cual la NSA espió las comunicaciones electrónicas del gobierno mexicano para conocer todo lo que pasaba por sus mentes. No se limitaron a la administración pasada. Intervinieron también los teléfonos celulares del candidato presidencial  del PRI y nueve de sus colaboradores, para descubrir si, como decían los panistas en Washington, el regreso del PRI al poder era el retorno de la corrupcióny el narcotráfico. Si el Caso Camarena degradó la relación a un nivel de policías y delincuentes, corrupción y la viabilidad del Estado Mexicano, el caso del espionaje rompe la certidumbre en la interlocución y lastima la confianza con Washington.
El gobierno mexicano no reaccionó institucionalmente cuando aparecieron los primeros síntomas de la nueva realidad que lo envolvía. Los cables diplomáticos difundidos a través deWikiLeaks revelaron la profundidad de la penetración de las agencias de inteligencia estadounidenses en México y cómo veían sus diplomáticos al gobierno. El ex presidenteCalderón actuó visceralmente en contra del entonces embajador Carlos Pascual, y no institucionalmente, como ahora exige al gobierno de Enrique Peña Nieto, que lo haga porque intervinieron su correo electrónico y el de su gabinete.
Calderón equivocó en aquél entonces el proceder porque no entendió el mundo que adelantaba WikiLeaks. Ahora su exigencia caminó por el sendero correcto y obligó al gobierno de Peña Nieto a dejar la prudencia ante Washington y defender públicamente la soberanía nacional, que ya no se encuadra en el concepto clásico del territorio, sino que obliga a levantar nuevas barreras en un mundo cibernético y sin fronteras, para evitar que sean otros los que tomen las decisiones que corresponden a los mexicanos. Pero no es suficiente, porque la defensa de lasoberanía no corresponde únicamente al Ejecutivo.
Absurdo, por ello, la posición rencorosa de Cuevas y la estrechez estratégica de Aureoles. Lamentable las pocas voces que se han expresado y la minimización de los medios de comunicación sobre temas que nos redefinen hacia el futuro. La defensa de la soberanía nacional no es patrimonio exclusivo del gobierno. Al contrario, la inacción de la sociedad política y de la opinión pública, contribuye a su vulneración y reduce su blindaje. No son tiempos para la mezquindad, la frivolidad y la indiferencia. Son momentos, parafraseando a Ortega y Gasset, mirar más alto y mirar más lejos. El Estado es lo que está en riesgo.

Columna EN PRIVADO/Joaquín López-Dóriga
Milenio,
Claro que espían Nunca desperdicies una crisis. Florestán
El pasado jueves 5 de septiembre, en el complejo de la Cumbre del G20, en San Petersburgo, entrevistaba al presidente Enrique Peña Nieto, cuando el canciller José Antonio Meade interrumpió la grabación.
—Le llama el presidente Obama —dijo en voz baja a Peña Nieto, que se levantó y regresó como a los 20 minutos. Antes de reanudar la entrevista confirmó que había sido el presidente de Estados Unidos el que lo buscaba para hablar de las revelaciones de Edward Snowden en el sentido de que su gobierno lo había espiado, grabado conversaciones, intervenido su correo electrónico y su sistema de mensajes escritos, cuando era candidato del PRI a la Presidencia de la República.
Tenían un encuentro programado para el día siguiente y, por lo escuchado, Obama quería llegar con el tema desahogado y por eso le llamaba desde el Air Force One, en vuelo de Estocolmo, donde había hecho una visita tras cancelar la prevista a Moscú por el asilo de Putin a Snowden, a San Petersburgo.
Cuando Peña Nieto regresó no parecía satisfecho del todo y le pregunté:
—Esto de que el gobierno de Obama le haya espiado ¿no le indigna, no le enoja?
—¡Claro! —respondió. Pero más allá de ser un tema de enojo, es un tema de responsabilidad y de actuar dentro de la ley. Lo que hemos demandado a través de una nota diplomática es una investigación a profundidad que permita saber si es cierto y de serlo, deslindar las debidas responsabilidades. El presidente Obama se ha comprometido y me ha comprometido hacer esta investigación y claramente me hizo saber que está por demás interesado en dejar esclarecido este tema, a lo que demandé una investigación a profundidad.
Ahora tras conocerse la versión de que también fue espiado Felipe Calderón, Peña Nieto endurece su postura, exige a Obama el resultado de la investigación y ordena otra aquí, como anunció el secretario Osorio Chong.
Le toca mover a Obama y honrar su compromiso sobre los resultados de la investigación, que no irá muy lejos porque es evidente: claro que espiaron, espían y espiarán, de lo que el gobierno de México no tiene duda alguna.
Todos los gobiernos lo hacen, dijeron ayer, como si la generalidad fuera un excluyente de responsabilidad.
RETALES
1. RETORNO. Se lo había adelantado aquí, ayer ya se hizo oficial: Fausto Vallejo regresa hoy al gobierno de Michoacán. Jesús Reyna no lo acompañará;
2. AJUSTE. En el PRD y en el PAN ya aceptaron que no transitará su propuesta de la segunda vuelta en la elección presidencial. Ya lo han descontado; y
3. UTIL. A Lilian de La Concha, ex esposa de Vicente Fox, la engatusó un pillo, Marco Antonio Delgado, en una operación de lavado de dinero por la que ahora la acusa una fiscal en Estados Unidos. A ver cómo sale.
Nos vemos mañana, pero en privado


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