11 ene 2014

Mons. Marcelino Hernández



El papa Francisco nombró hace unas semanas a Mons. Marcelino Hernández Rodríguez como nuevo Obispo de Colima (México), luego de aceptar la renuncia de Mons. José Luis Amezcua Melgoza, por haber llegado al límite de edad (75).
Mons. Hernández Rodríguez, era Obispo de Orizaba, Veracruz, nació en San Luis Potosí, el 28 de mayo de 1946 y vivió en Guadalajara, Jalisco, desde 1948. Cursó sus estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Diocesano de Guadalajara y fue ordenado sacerdote el 22 de abril de 1973.
Es Licenciado en Psicología egresado de la Universidad Jesuita de Guadalajara (ITESO); ha desempeñado su ministerio como vicario parroquial, párroco, asesor diocesano, Secretario del Equipo Regional del Apostolado de los Laicos y profesor Psicología en el Seminario Mayor de Guadalajara.
El 5 de Enero de 1998 fue nombrado Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México, recibiendo la Ordenación episcopal un mes después; en la Arquidiócesis de México se desempeñó durante seis años como Obispo Auxiliar en VII Vicaría episcopal "San Pablo" y por cuatro años la II Vicaría episcopal "Cristo Rey".
Por disposición del Cardenal Norberto Rivera Carrera integró el Centro de Ayuda para Sacerdotes, el 13 de junio de 2001.

El 23 de febrero de 2008 fue nombrado Obispo de Orizaba. 
En la Conferencia del Episcopado Mexicano fue el encargado de la Dimensión del Clero, que forma parte de la Comisión de Vocaciones y Ministerios, de noviembre de 2006 al 2012. Desde noviembre de 2012 es el Presidente de la Comisión Episcopal para la Solidaridad Inter- Eclesial.
La Diócesis de Colima tiene aproximadamente 718,000 habitantes, de los cuales el 90 por ciento son católicos. Cuenta con 49 parroquias, 2 cuasiparroquias, 7 centros misión y 20 rectorías, atendidos por 123 sacerdotes diocesanos, 6 religiosos profesos y 243 religiosos.
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 Vivimos acontecimientos trágicos que nos pueden llevar a la desesperanza: Rivera
PEDRO ZAMORA BRISEÑO
Proceso-Apro, 10 DE ENERO DE 2014
COLIMA, Col., (apro).- El cardenal Norberto Rivera Carrera señaló aquí que en México “estamos viviendo acontecimientos trágicos que nos pueden llevar a la desesperanza, a la incertidumbre y a la desconfianza que destruye individuos, familias y naciones enteras”.
En su homilía pronunciada durante la misa de toma de posesión del nuevo obispo de Colima, Marcelino Hernández Rodríguez, el arzobispo primado de México llamó a los fieles católicos a no dejarse intimidar por “las diversas formas de negación de Dios, que buscan minar la esperanza cristiana parodiándola o ridiculizándola”.
En ese sentido, dijo que Hernández Rodríguez tendrá el cometido de anunciar la esperanza en las realidades de este mundo, pero sobre todo en las realidades escatológicas.
 “Se te encomienda la tarea de ser profeta, testigo y servidor de la esperanza. Tendrás el deber de infundir confianza y propalar ante todo las razones de la esperanza cristiana que no defrauda”, le indicó.
 A la celebración eucarística, realizada en el Casino de la Feria del gobierno estatal, acudieron alrededor de cuatro mil feligreses, más de un centenar de sacerdotes, cerca de 40 obispos y arzobispos del país, así como el nuncio apostólico en México, Christophe Pierre.

 En primera fila participaron en la misa el gobernador Mario Anguiano Moreno, su esposa Alma Delia Arreola y la mayor parte de los funcionarios de su gabinete, acompañados del presidente de la Comisión de Gobierno Interno del Congreso local, Martín Flores Castañeda, y del magistrado Rafael García Rincón, presidente del Supremo Tribunal de Justicia del estado.
Marcelino Hernández, quien desde abril de 2008 se desempeñaba como obispo de Orizaba, Veracruz, fue trasladado a Colima en relevo de José Luis Amezcua Melgoza, quien renunció al puesto tras cumplir 75 años de edad, como lo establece la normatividad interna de la Iglesia católica.
Al concluir la misa se realizó una comida masiva en las instalaciones de la feria estatal, aunque en uno de los módulos se concentraron más de 200 jerarcas y ministros religiosos, así como funcionarios públicos para degustar lujosos platillos acompañados con vino tinto, y a los módulos restantes fueron enviados los feligreses, a quienes se sirvió canelones, birria y otros guisados con agua fresca y refrescos.
Por la mañana, el gobernador Mario Anguiano ofreció en la Casa de Gobierno un desayuno privado de bienvenida al nuevo obispo, en el que participaron, además el nuncio apostólico, los cardenales Rivera Carrera y Juan Sandoval Íñiguez, entre otros.
Según un comunicado emitido por el gobierno, en la reunión el mandatario estatal “ratificó su disposición de sumarse a los proyectos del nuevo obispo de Colima” y “se dijo dispuesto a continuar con la relación de cordialidad, empatar objetivos y desarrollar un trabajo conjunto en bien de la población colimense”.
En entrevista posterior a los actos de toma de posesión, Marcelino Hernández dijo que en la reunión con el gobernador se enteró de la existencia de muchos programas de corte social que realiza el gobierno del estado, y en “la Iglesia nos debemos sumar a ellos. Tengo toda la disponibilidad de sumarnos a esos trabajos y cuanto antes ir a las partes más amoladas y empezar con los que más necesitan. El gobernador está dispuestísimo, yo también tengo que estarlo, vamos a tener una reunión con los sacerdotes y con el equipo del gobernador”, anunció.
Dentro de su programa pastoral, expuso, “voy a continuar lo que se está haciendo, porque sería irracional que llegue a desbaratar cosas que ni me costaron y que a lo mejor las trabajaron durante mucho tiempo y yo no voy a llegar a cumplir mi voluntad”.
Cuestionado sobre la situación de violencia que el año pasado ya costó la vida de un sacerdote en Colima, el obispo dijo ignorar que hubiese ocurrido ese hecho, pero refirió que por el momento prefiere “ser positivo, llegar a sembrar, a poner esperanza y alegría. Si seguimos con problemas de violencia, lamentamos eso, pero platicábamos con las autoridades en la mañana que hay que formar a los muchachos en el hogar, en las escuelas, por ahí van los esfuerzos”.
En torno de la suspensión de las misas nocturnas en Colima el año pasado, con motivo de la situación de inseguridad, Marcelino Hernández comentó: “A mí no me da miedo que haya violencia, si nos matan, pues allá nos vemos”.

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