23 mar 2014

La nueva Merced...


La Merced será para otros/GLORIA LETICIA DÍAZ
Revista Proceso # 1951, 22 de marzo de 2014
Un plan para “modernizar” una de las zonas más emblemáticas de la Ciudad de México implicaría exiliar y arrumbar a trabajadores y vecinos. Sin consultar a los habitantes, la administración de Miguel Ángel Mancera avanza en su propósito, sin atender las causas de los problemas que arrastra el céntrico barrio ni ayudar a los grupos que se verán afectados.
En La Merced circula el rumor de que van a demoler una parte de la zona para convertirla en centro comercial…
Doña Teresa Flores Marchena quiso sacarse la espina y fue al Museo de la Ciudad de México a revisar los planos y maquetas del barrio donde ha vivido 50 años.
“Me encontré con un cuadrito y vi mi calle, Adolfo Gurrión, convertida en una plaza comercial, y no vi mi edificio. Ahí fue cuando me preocupé: ¿Dónde nos van a meter?, ¿qué va a pasar con tanto niño?, ¿por qué la delegación (Venustiano Carranza) no nos ha dicho nada?”, cuenta doña Teresa desde la azotea de su edificio, desde donde se aprecian los trabajos de reconstrucción de una parte de la nave mayor de La Merced, incendiada en febrero del año pasado.
A sus 81 años, la señora no se arredra y acusa a las autoridades capitalinas y delegacionales de no haber informado, a ras de calle, del proyecto Rescate Integral de La Merced, promovido por el gobierno de Miguel Ángel Mancera después de aquel accidente.

 “Nunca nos han ayudado ni con una cubeta de pintura. Todos los que vivimos en este edificio de 20 departamentos, fácil somos más de 100, pagamos predial, agua, luz, y ahora resulta que nos quieren sacar”, se queja la anciana rodeada de niños que usan la azotea como parque, porque el que tienen cerca está ocupado por el comercio ambulante.
 En los 50 años que lleva viviendo en La Merced, doña Teresa ha atestiguado cuatro incendios. Los dos últimos –en febrero del año pasado y en enero de éste– son para ella los más graves. “Los camiones de bomberos no podían entrar por tanto puesto ambulante clavado en la calle; de la quemazón del año pasado nomás veíamos las lenguas de fuego, con miedo de que llegaran hasta el edificio”, relata.
 Otra octogenaria y comerciante de toda la vida, Julia Cid, con un local dentro de la plaza Merced 2000, también siente miedo luego de enterarse de que su lugar de trabajo, donde vende cosméticos y se ha hecho de clientela, está amenazado al menos en papel: “¿Qué voy a hacer si tiran esto? No me va a quedar otra que irme a la puerta del Metro y estirar la mano”.
 Ambas mujeres verbalizan la incertidumbre que flota en el aire en esa céntrica zona de la Ciudad de México.
 Las dudas se desataron cuando el Consejo Consultivo para el Rescate de La Merced, nacido después del siniestro de febrero de 2013, avaló un anteproyecto de plan maestro para el barrio, que eliminaba de un plumazo algunos inmuebles habitacionales y comerciales, y a otros les cambiaba el rostro.
 Hoy quienes mayor preocupación muestran son los locatarios de los centros comerciales Plan Ranchero, Plaza General Anaya y Plaza Merced 2000, sitios que dejarán de existir si se cristaliza el anteproyecto. Además, serían modificados los mercados de San Ciprián, de Flores y su anexo, así como una parte de la nave mayor del mercado de La Merced.
 Comerciantes y vecinos ya manifestaron sus temores a los autores del anteproyecto –Carlos Marín, José Muñoz Villers y Víctor Hoffman, integrantes del Taller de Estudios y Análisis Metropolitano (TEAM 730)–, quienes en siete foros organizados por la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) expusieron su plan. Los arquitectos trataron de convencer a los asistentes a los encuentros –en total acudieron mil 800 personas, 99% de ellas comerciantes, según la Sedeco– de que aun cuando su bosquejo ya había sido seleccionado entre 100 que se presentaron a concurso, no era definitivo. Aseveraron además que, en todo caso, los inmuebles a destruir o modificar habían sido seleccionados por las autoridades, en las bases de la licitación.
 En la convocatoria efectivamente aparecen áreas “a intervenir”. Se marcan ocho “inmuebles subutilizados (con potencial de reciclamiento)”, así como 10 espacios públicos clasificados como “predios disponibles”.­
 En el último foro entre arquitectos y pobladores –realizado el 3 de marzo–, TEAM 730 se comprometió a “buscar alternativas” para la redacción final del Plan Maestro para el Rescate Integral de La Merced, utilizando información que proveerá el Programa Universitario de Estudios de la Ciudad (PUEC).
 Pero la desconfianza persiste. Valeria Reyes, locataria del Mercado de Flores, dice que la ausencia de autoridades en los foros alimenta el resquemor: “Aunque el equipo ganador aceptó las propuestas que le hicimos, no hay nada escrito. Además no había autoridades, ni de la delegación ni del gobierno central, que se comprometieran a no tocar los mercados”.
 Reyes señala que hay un sentimiento de impotencia entre los comerciantes. “Se nos dice que el mercado de flores y su anexo no tienen identidad, ¿y nosotros qué culpa tenemos? Este mercado se reconstruyó después del incendio del 7 de noviembre de 2001; aquí hay 111 locales, y cada uno tiene trabajadores; si nos afectan, no sabemos qué vamos a hacer”.
 Rogelio Hernández, comerciante de la Plaza Merced 2000 y representante de los locatarios, resalta que en conversaciones con funcionarios de la Sedeco le aseguraron que por lo menos ese espacio no sería tocado, aunque reconoce que fue un compromiso verbal y no del secretario Salomón Chertorivski, quien coordina la rehabilitación de la zona.
 Mientras se aclara la situación, admite Hernández, hay daños colaterales. En febrero, platica, “un amigo me pidió fungir como aval en la renta de un local en Jamaica. Le di las escrituras de mi local en la plaza para continuar con el trámite y entregárselas a su abogado; a los pocos días regresó y me dijo que no podía aceptar mi local como garantía porque Miguel Ángel Mancera iba a demoler la plaza; es decir, mi local ya se devaluó, si yo quería vender probablemente no me van a dar lo que vale, la incertidumbre generó una afectación a nuestro patrimonio”.
 Para Hernández es incomprensible que el proceso de rescate se haya detonado tras la deflagración, y que en vez de corregir el origen del siniestro, “la sobreexplotación de las fuentes de energía eléctrica por omisión de la autoridad, lo que están haciendo es buscar un pagador; en lugar de reordenar el ambulantaje, quieren corregir la situación demoliendo plazas, cuando aquí nunca ha habido un incendio de esas dimensiones”.
 El reclamo de Rogelio Hernández se debe a que desde hace varios años ha denunciado los riesgos en materia de protección civil de la zona. Incluso una semana antes del reciente incendio había concertado un recorrido con autoridades de la Dirección Territorial Morelos –que sería resguardado por personal de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) “para evitar que golpeadores de líderes de comerciantes ambulantes interfirieran y rompieran el recorrido–. Sin embargo las autoridades delegacionales no llegaron a la cita y una semana después ocurrió el incendio que se atribuyó a un cortocircuito”.
 De la nave mayor del mercado de La Merced, locatarios como Édgar Mendieta y Ricardo Cruz se han distinguido por exigir la atención de las administraciones delegacionales, del gobierno central y de la Asamblea Legislativa para que atiendan el cúmulo de problemas que tienen los diferentes centros de abasto, debido a “un abandono criminal desde que se registró un incendio tremendo en diciembre de 1988, en el que oficialmente murieron 66 personas”, recuerda Cruz.
 Tras señalar que el mercado de La Merced está clasificado como patrimonio artístico por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Cruz resalta que después de la conflagración del año pasado, un grupo de locatarios acudió a la dependencia para pedir “que estuviera atenta con lo que las autoridades realizarían. La gente del INBA nos confió que querían hacer en la zona siniestrada una plaza comercial; no entramos en detalles de quiénes tenían esa propuesta”.
 Édgar Mendieta, quien fue detenido en marzo del año pasado tras encabezar una manifestación en el Zócalo capitalino en la que exigió la intervención de Mancera en la reconstrucción del mercado, cuenta que aun cuando sólo hay mil damnificados directos por el siniestro, “somos 5 mil 600 afectados, es decir, todos los locatarios de las distintas etapas de La Merced. Nuestras ventas han caído en un promedio de 80%, y eso lo podemos verificar también con los desperdicios diarios. La delegación asegura que recolecta 20 toneladas de basura al día, y la mayoría son productos que no se vendieron. (…) En 1957 se levantó el mercado en nueve meses, ahora ya va un año y no avanza la reconstrucción, parecería que se pretende reventar a la gente”.
A esconder a los pobres
Luis Enrique Hernández Aguilar, del Caracol, una organización de atención a población callejera, sostiene que es probable que el proyecto esté acompañado de un proceso de limpieza social, como lo ha sido hasta ahora el rescate del Centro Histórico. “A los chavos de la calle ni siquiera se les permite atravesar la calle de Madero, los elementos policiacos tienen instrucciones de prohibir que transiten, ya no digamos pedir limosna. Eso es lo que pensamos puede ocurrir en La Merced, porque además ya pasa en Coyoacán y la Condesa, donde fueron recuperados espacios en apego a un proyecto de ‘potenciar la ciudad’, aunque sólo sea en imagen. Lo que ocurre es que se oculta la pobreza”.
 Quienes ya están preparadas para enfrentar el proceso son las prostitutas de La Merced, que apoyadas en el trabajo de Brigada Callejera Elisa Martínez y la defensa de la abogada Bárbara Zamora consiguieron un amparo que las reconoce como trabajadoras no asalariadas, por lo que el gobierno capitalino está obligado a permitirles ejercer, además de que debe proporcionarles facilidades para acceder a programas sociales.
 Jaime Montejo y Elvira Madrid resaltan que la resolución de la juez primera de Distrito en Materia Administrativa, Paula María García Villegas Sánchez, del 31 de enero de este año, debe poner fin al hostigamiento que desde hace más de 20 años han padecido las trabajadoras sexuales en La Merced.
 Sostienen que en 1997 se enteraron de las intenciones de “demoler 15 manzanas dentro del Perímetro B” como parte de un proyecto de embellecimiento del Centro Histórico, en el que estaría excluida “la banda muerta de hambre, se veía venir como un proyecto clasista”.
 En 2008, recuerdan, en una reunión con Héctor Serrano Cortés, entonces director de Programas Delegacionales del gobierno de Marcelo Ebrard, el funcionario ofreció a Brigada Callejera médicos y material a cambio de que convencieran a las sexoservidoras de La Merced a concentrarse en tres puntos. Les explicaron que el objetivo último era trasladar toda la prostitución a zonas fronterizas con el Estado de México.
 Elvira Madrid apunta que la importancia del amparo ganado –que logró que la juez catalogara como inconstitucional el artículo 24 de la Ley de Cultura Cívica– es que la ley “ya no va a poder utilizarse para joder a las chicas, porque era utilizada para extorsionar tanto a las trabajadoras sexuales como a los clientes, y él único fundamento era que existían denuncias de vecinos contra el sexoservicio, pero la juez dice que los derechos de los vecinos no pueden estar por encima de los de las chicas que deciden de manera libre ejercer el sexoservicio, e incluso les reconoce el derecho a formar sindicatos”.
 Para los investigadores de la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) Héctor Castillo y Ricardo Tena, respectivamente, si el proyecto quiere tener éxito debe considerar a los diversos actores en la zona, no sólo a los comerciantes establecidos, sino una larga lista de grupos sociales, entre los que están quienes viven en los límites de la legalidad y en la ilegalidad.
 Investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, conocedor de la zona y responsable de la elaboración de un diagnóstico para el rescate del tejido social (que se considerará en la elaboración del Plan Maestro), Castillo asevera que el proyecto implicará el incremento de precios del suelo, como ocurrió en el Perímetro A del Centro Histórico, “y hubo una concentración de empresarios que compraron varios edificios. (Carlos) Slim es uno de ellos, aquí seguramente va a haber reacomodos, lo que no se vale es que hagan lo que hicieron cuando se construyó el Metro Merced y se tiraron vecindades, esos damnificados se fueron a Nezahualcóyotl”.
 Para Tena, el investigador de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del IPN, el anteproyecto ganador “no parece intervenir en una zona tan conflictiva, sino ser un proyecto para hacer negocio. Derrumbar y construir siempre deja ganancias”.
 Ambos especialistas cuestionaron que la coordinación del rescate de La Merced esté a cargo de la Sedeco e insistieron en la urgencia de integrar a la sociedad organizada en el diseño final del Plan Maestro, para evitar errores que han mantenido deteriorada la zona.
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Los grandes capitales se apuntan/
GLORIA LETICIA DÍAZ
Para avanzar en la rehabilitación del Centro Histórico de la Ciudad de México el gobierno de Miguel Ángel Mancera prevé aplicar este año más de 80 millones de pesos al proyecto Rescate Integral de La Merced, con la intención de atraer capital privado.
El responsable del proyecto, el secretario de Desarrollo Económico del Gobierno del Distrito Federal (GDF), Salomón Chertorivski Woldenberg, admite que para aprovechar el potencial de La Merced –“el espacio comercial histórico más importante del país y uno de los más importantes de Latinoamérica”– los fondos públicos no bastan y se tienen que dar los primeros pasos para incentivar a la inversión privada.
En entrevista con Proceso, ­Chertorivski refiere que el arranque del diseño de un Plan Maestro para el Perímetro B del Centro Histórico ha despertado interés en algunos inversionistas, sobre todo inmobiliarios, quienes podrían hacer planteamientos concretos cuando el gobierno capitalino rehabilite la calle de Corregidora, para lo cual se erogarán 60 millones de pesos. Además se tiene previsto reordenar el comercio ambulante y poner luminarias en la avenida Circunvalación.
 El Perímetro B del Centro Histórico, que incluye el mercado de La Merced, está enmarcado al sur por la avenida Fray Servando Teresa de Mier, por Circunvalación al norte; Congreso de la Unión al oriente, y Eduardo Molina al poniente.
 “Ha habido quien nos dice: ‘Yo pondría una tienda, un cine, yo quisiera poner un edificio de oficinas’. Sí hay interesados y yo creo que tan pronto detonemos uno o dos proyectos, que limpiemos un poquito o pongamos luminarias, se va a ir logrando la inversión”, afirma a Proceso el economista egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México y maestro en política pública por la Universidad de Harvard.
 –¿Cuál de los interesados ha levantado la mano? –se le pregunta a quien fuera secretario de Salud en el gobierno de Felipe Calderón y coordinador del gabinete social del gobierno de Lázaro Cárdenas Batel en Michoacán.
 –Alguien en particular, no. Tenemos comunicación constante con la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios y la Cámara Nacional de la Industria de la Vivienda y nos han expresado que por supuesto estarían interesados en invertir una vez que tuviéramos el Plan Maestro.
 El titular de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) del GDF agrega que si bien La Merced perdió la mitad de su población en los últimos 15 años, es atractiva para los desarrolladores inmobiliarios porque “tiene urbanidad”.
 “La ciudad ha invertido en esa zona importantes recursos en infraestructura y urbanismo a lo largo de muchas décadas”, recuerda. “En ese polígono tienes nueve estaciones del Metro, tres de Metrobús, tienes agua, luz, calles. Es una zona en la cual puede habitar y hacer su vida económica y social mucha más gente”.
 El responsable del proyecto Rescate Integral de La Merced reconoce que en este caso “la línea conductora es el desarrollo económico” y añade que se están ubicando terrenos en la zona para su enajenación.
 “Estamos haciendo un barrido de terrenos propiedad del GDF o que estén en disposición de ser adquiridos por terceros… en fin, estamos en un estudio de un área de gestión estratégica que puede implicar cambios de uso de suelo y un replanteamiento urbano de la zona.”
 Información de la Sedeco indica que el primer barrido fue hecho por la Fundación del Centro Histórico, la cual localizó 27 inmuebles o espacios “sin uso” en el Perímetro B.
 El funcionario capitalino dice desconocer el precio del metro cuadrado en la zona de La Merced, porque recientemente no ha habido movimientos inmobiliarios importantes y las transacciones que hay suelen ser informales.
 Para darse una idea de la cantidad de recursos y de la actividad económica que se mueven en la zona, agrega, “hemos recibido información de que se ha pagado hasta 1 millón de pesos por el traspaso de un local dentro del mercado de La Merced, porque tienen una vida económica tremenda”.
 Tomando como base las tendencias internacionales de densificación (incremento de la densidad poblacional), como ocurre en París o Nueva York, Chertorivski no descarta que en La Merced se construyan edificios de más de 10 niveles destinados a personas con altos ingresos.
 “Eso sería posible sobre todo en la cara que da a los ejes viales. Son zonas donde sí puede haber densificación sin problema… Muchos comerciantes de La Merced hacen dos hora de viaje, les funcionaría habitar cerca de ahí; hasta alguien pudiera poner un edificio de departamentos en renta para los diputados, les quedaría muy cerca”, sostiene.
El detonante
El hecho que dio pie al proyecto de regeneración de una de las zonas más conflictivas de la ciudad fue un siniestro: un incendio destruyó 23 mil de los 44 mil metros cuadrados de la nave mayor del mercado de La Merced el 27 de febrero de 2013.
Y en enero de este año un nuevo incendio afectó los mercados Ampudia y del Banquetón.
Los percances permitieron a la Sedeco aproximarse a la actividad económica en el mercado de La Merced: en promedio cada local produce 9 mil pesos diarios, según información de locatarios damnificados.
En abril de 2013 la Sedeco destinó más de 10 millones de pesos en préstamos para los mil 29 comerciantes que perdieron sus locales y que “han estado pagando puntualmente, algunos hasta ya pidieron otros préstamos”, comenta Chertorivski.
De la reconstrucción de la Nave Mayor, apunta, es responsable la delegación Venustiano Carranza, a cargo del perredista José Manuel Ballesteros.
En un comunicado fechado el pasado 9 febrero Ballesteros calculaba en 150 millones de pesos la rehabilitación; de ellos la demarcación ya había erogado la tercera parte y anunciaba el pago de un seguro de 6 mil pesos por cada locatario afectado.
Mancera recurrió en septiembre del año pasado a la creación del Consejo Consultivo para el Rescate Integral de La Merced, presidido honorariamente por Jacobo Zabludovsky.
El organismo dispuso someter a concurso el Anteproyecto Conceptual para el Plan Maestro de La Merced en octubre del año pasado, para intervenir 220 hectáreas del Perímetro B del Centro Histórico.

De los 100 trabajos presentados, el jurado –presidido por Gabriel Mérigo Basurto, del Centro de Investigaciones y Estudios de Posgrado de la Facultad de Arquitectura de la UNAM– seleccionó el coordinado por los arquitectos Carlos Marín y José Muñoz Villers, quienes encabezan el Taller de Estudios y Análisis Metropolitanos.

El anteproyecto prevé tres fases del rescate, a realizase en 16 años: detonante, revitalización de los mercados de La Merced y rescate del espacio público (2014-2015); desarrollo y resiliencia de la zona (2015-2018), y consolidación y potencial de desarrollo (2018-2030).

El equipo de Marín y Muñoz, premiado con 150 mil pesos, será responsable de elaborar el Plan Maestro para el Rescate Integral de La Merced, vigilado por el Colegio de Arquitectos de México (CAM).

La Sedeco destinó 21 millones 750 mil pesos para el Proyecto General para el Incremento de la Competitividad del Polígono Económico Productivo Ecosistema Merced.

Según un desglose de la erogación –proporcionado por la Sedeco a este semanario– 10 millones 916 mil 700 pesos se destinaron al CAM para “desarrollar el Plan Maestro para el Incremento de la Competitividad del Polígono Económico Productivo Ecosistema Merced, con una visión de desarrollo sustentable y regional”.

Nueve millones 280 mil pesos se canalizaron al Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC) de la UNAM, para la realización de cinco estudios que “serán la base para que el Colegio de Arquitectos desarrolle el Plan Maestro”.

Los estudios prevén un modelo de movilidad para atender “las necesidades de los flujos interurbanos y de las diversas regiones metropolitanas” que se concentran en La Merced; un modelo logístico para “el traslado, manejo y resguardo de mercancía”; un estudio “socioeconómico empresarial para la definición de las variables más significativas de incidencia para el cambio”; un “modelo de innovación de buenas prácticas comerciales para las especificidades del ecosistema”, y un estudio de “reconstrucción del tejido económico social para diseñar nuevas aristas e incentivos que conformen un esquema de inclusión social y empleabilidad”.

De los más de 21 millones mencionados, 1 millón 553 mil 300 pesos se destinaron al diseño de “un modelo de validación de los sistemas de intervención en la investigación del proyecto Polígono Económico Productivo Merced en sus cinco componentes y su Plan Maestro”, a cargo de la consultoría Unidad de Transferencia Tecnológica.

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