Maduro
y la oposición se sientan a dialogar tras dos meses de protestas
Sectores
de ambos bandos miran con recelo el encuentro para superar la crisis
Nota de EWALD
SCHARFENBERG Caracas
El País, 11 ABR 2014
La
primera sesión de diálogo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y una delegación
de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha comenzado pasadas las
ocho de la tarde, hora de Caracas, en el salón Ayacucho del Palacio de
Miraflores. La reunión, en la que durante la primera hora solo ha hablado el
presidente, parece condenada por los peores augurios. Parte de su mala estrella
tiene que ver con la aparente confusión que hay sobre qué esperar de ese
diálogo, no sólo entre el público, sino entre sus propios actores. Por ejemplo,
el presidente Maduro puntualizaba el martes por la noche, en su programa de
radio, que la cita no era de negociación, sino “de debate”.
Como
está siendo transmitido por televisión, el evento (cuyo comienzo estaba
previsto para las cinco de la tarde) también podrá resultar en un concurso vano
de retórica y propaganda. No mucho más que eso prometen los bufidos, como de
previa de combate de boxeo, que durante la víspera intercambiaron el ministro
de Exteriores Elías Jaua y Henrique Capriles Radonski, gobernador de Miranda.
Mientras el primero advertía al segundo que preparara “bien sus respuestas”
puesto que tendría que oír “algunas verdades duras”, el también ex candidato
presidencial por la oposición anticipaba en su cuenta de Twitter que diría
algunas palabras “que harán temblar a Miraflores”, en alusión al palacio
presidencial venezolano.
Pero
si, aún así, la justa entre Gobierno y oposición llegase a mantener un foco
reconocible hacia la consecución de acuerdos que contribuyan a estabilizar el
país y regularizar el enconado conflicto político, todavía tendría que superar
el escepticismo y la crítica abierta que se expresan desde sectores de ambos
bandos.
La
disposición de la directiva de la MUD a participar en las conversaciones
decretó de hecho una ruptura en la oposición. Aunque sobre el papel todavía
forman parte de la alianza, los grupos que consideran que el régimen chavista
se tambalea y que para su derrumbe basta con mantener la presión en la calle
—encabezados por sus líderes más visibles, como el ex alcalde Leopoldo López y
la recién defenestrada diputada María Corina Machado— temen que la mesa de
diálogo tenga un efecto de desmovilización sobre las protestas que desde el 12
de febrero parecen mantener contra las cuerdas al Gobierno. En esta facción, en
la que cada día se integra con más claridad el alcalde metropolitano de
Caracas, Antonio Ledezma, existe la convicción de que el diálogo es inútil, y
hasta podría contribuir a la consolidación del Ejecutivo, sin que antes éste
cumpla unas condiciones mínimas que incluyen la liberación de los prisioneros
políticos.
Mientras
se convocaba a la reunión, continuaban los desórdenes públicos en Caracas y
otras ciudades del país. En Valencia, capital del estado de Carabobo, los manifestantes
secuestraron e incendiaron un camión de transporte de combustible el miércoles
por la noche.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario