¿Por qué el pecado del aborto necesita una absolución particular?
Hace unos días se publicó la carta del papa
Francisco por el Jubileo de la Misericordia en la que extendió a todos los
sacerdotes la facultad especial de perdonar el aborto, es decir, la capacidad
de dar una “absolución particular”.
A este respecto, el Penitenciario
Mayor de la Santa Sede, Cardenal Mauro Piacenza, dice - a lla agencia católica ACI Prensa- explicó que “la facultad
especial (para perdonar el pecado del aborto) fue hecha para hacer comprender
la gravedad del hecho consumado: desde el primer instante de su existencia, el
ser humano debe verse reconocido con los derechos de la persona, entre los
cuales está el derecho inviolable a la vida de todo ser inocente e indefenso”.
En
ese sentido, recordó que el canon 1398 del Código de Derecho Canónico advierte
que las personas que colaboran para que un aborto se consume “caen bajo la pena
de excomunión”. “Ciertamente no es responsabilidad solo de la madre, a veces
lamentablemente víctima de graves presiones de personas y situaciones, sino
también el médico que practica la intervención, como el personal de enfermería
que lo asiste y el padre del niño”.
Sin
embargo, indicó que puede “darse el caso en el cual la única persona que no cae
bajo excomunión es la madre porque fue ‘forzada’”.
Explicó que el objetivo de “la pena de la excomunión llamada ‘latae
sententiae’ (automática)”, es proteger la vida humana y llevar “a los culpables
al arrepentimiento y a la conversión”. “Con la pena de excomunión la Iglesia no
intenta de algún modo restringir el campo de la misericordia. Simplemente se
evidencia la gravedad del crimen y el daño irreparable causado al inocente
muerto, a sus padres y a la sociedad entera”, señaló.
Piacenza señaló que “la remisión de la excomunión por aborto está
reservada al obispo”, pero puede delegarla a otros, como el penitenciario
diocesano, vicarios y capellanes.
Además,
“gozan de la facultad de absolver tales delitos los confesores pertenecientes a
una orden mendicante y algunas congregaciones (como los franciscanos,
dominicos, agustinos, carmelitas, trinitarios, mercedarios, siervos de María,
mínimos, lazaristas, jesuitas, entre otros), pero es habitual que el obispo
conceda a todos los sacerdotes de la diócesis la facultad de absolver”, es
decir que actualmente ya es una práctica generalizada.
En
ese sentido, afirmó que el gesto de Francisco “se encuadra en el contexto del
Jubileo de la Misericordia, gesto significativo en un horizonte de gran cabida
a la conversión, de retorno pleno a Dios con todas las consecuencias de paz y
de gozo porque, como dice el salmo, ‘es eterna su misericordia’”.
Políticos
y divorciados en nueva unión
Durante
la entrevista, el Arzobispo aprovechó para aclarar la confusión que suelen
propalar algunos medios cuando abordan el tema de los divorciados vueltos a
casar y la Eucaristía, y para explicar cuál es la situación de los políticos
que aprueban las leyes que despenalizan el aborto.
Explicó que cuando la Iglesia ha excomulgado a alguien porque ha
cometido un acto grave –como el aborto–, es en realidad “la persona que, por
propia decisión, se priva de la comunión con todo el Cuerpo eclesial”. “La
autoridad eclesiástica no hace más que tomar acción con las inevitables
consecuencias”.
“Otra
aclaración es que los medios en general alimentan no poca confusión en la
opinión pública, que hace a muchos hablar rápido de ‘excomunión’, de ‘excomulgados’.
Por ejemplo, se dice siempre que los divorciados vueltos a casar están
‘excomulgados’, ¡pero esto no es cierto y nunca fue verdad!”, expresó.
Sobre
los políticos que proponen y aprueban leyes abortistas, dijo que estos “no caen
bajo la pena de excomunión en cuanto no consuman directamente y materialmente
el delito, pero ciertamente tienen una gravísima responsabilidad moral, están
en pecado y por tanto, tienen necesidad de confesarse”.
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