28 may 2016

El Papa y Hebe: entre la grieta y la reconciliación

El Papa y Hebe: entre la grieta y la reconciliación
Francisco recibirá este viernes a Hebe de Bonafini, titular de las Madres de Plaza de Mayo. La señora llenó de insultos a Bergoglio en el pasado, pero el Papa busca trascender. La visión de Julio Bárbaro, un histórico dirigente peronista y uno de los principales detractores públicos del “kirchnerismo”
Hebe de Bonafini

Vatican Insider, '27/05/2016
ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ
CIUDAD DEL VATICANO
 El Papa recibirá a Hebe de Bonafini, titular de Madres de Plaza de Mayo. Un personaje polémico en Argentina, por sus desplantes públicos y su militancia política. En el pasado llenó de insultos al cardenal Bergoglio, al que calificó de “fascista”. Pero Francisco busca trascender, responder con “mansedumbre de pastor”. Un gesto de reconciliación, que muchos argentinos no logran comprender. “Cuando Francisco se reencuentra con su peor enemigo no está haciendo política, porque no existe nada que se logre ahí más que la madurez de las partes”, explicó Julio Bárbaro, un histórico dirigente peronista.

Bonafini cruzará la puerta de Santa Marta, la tarde de este viernes 27. Será un encuentro privado, sin límite de tiempo establecido. Un diálogo en el gran salón de la residencia papal, el mismo donde el pontífice ha recibido a Cristina Fernández de Kirchner más de una vez, o a Mauricio Macri y su familia, en septiembre de 2013.

Ahí mismo, en Santa Marta, el Papa recibió a Bárbaro una semana atrás. El viernes 20, a las cinco de la tarde. Una conversación íntima, durante la cual Francisco hizo una aclaración: Ni Bonafini, ni las madres hicieron sus necesidades en el altar de la catedral de Buenos Aires, cuando la tomaron en enero de 2008. En esa época se informó que, ante el cierre de los baños del templo, ellas habían improvisado uno con un balde y unas lonas.

“Salí de ver al Papa y escribí: tengo que salir de muchos odios. Él me dijo: Bonafini dijo cosas horribles de mi. No es cierto que cuando ocuparon la catedral no la hayan respetado, eso es una mentira. Pero si quiere verme me siento muy satisfecho que lo quiera hacer. (Francisco) reivindica el derecho de la fe a no tener las limitaciones de la política; ese reencuentro podría haber sido, para muchos, el símbolo de una unificación”, precisó Bárbaro.

Militante peronista desde su juventud, conoce a Bergoglio hace años. Pese a haber sido secretario de Cultura en la administración de Carlos Menem y titular del Comité Federal de Radiodifusión con Néstor Kirchner, terminó enfrentado con ambos presidentes. En los últimos años sus duras críticas públicas al gobierno de Cristina Fernández lo colocaron como uno de los más aguerridos “antikirhneristas”.

En entrevista con el Vatican Insider, Bárbaro dio su particular visión sobre el encono contra el Papa en su país por sus gestos y sus encuentros. “El lugar de la fe es el lugar de la misericordia”, señaló. Constató que, a los argentinos, les cuesta asumir alguien que “salga del fangal”.

“Reducir todo, en una sociedad como la nuestra, donde las pasiones son infinitas y las ideas son escasas, cuando no nulas, es triste. Trágico. Los argentinos deberíamos poner pasión a la cordura, porque la pasión que le ponemos a la demencia es desmesurada”, añadió.

Sobre las críticas lanzadas contra el Papa por recibir a Bonafini, afirmó que son producto de “una falta de comprensión” y “una falta de grandeza”. “Es no entender que la fe está por encima mío. Si la bronca entre uno y otro no entiendo que el sacerdote la supere, es porque no entiendo que exista alguien por encima de mi pequeñez, que alguien escape a mi limitación. El Papa es la demostración de que se puede estar más arriba de la pequeñez. Algunos lo podemos ver con admiración, pero a la mayoría le da bronca. ¿Por qué, si se puede ser grande, yo soy tan enano? Nosotros tenemos enanos que son gigantes”, ponderó.

Recordó que Néstor Kirchner, al inicio de su presidencia, se negó dos veces a recibir en audiencia privada al cardenal Bergoglio. Por esa negativa confesó haberle dicho al mandatario: “¡Vos no querés hablar con nadie que no puedas dominar!”.

“Él fue uno de los que más duro se enfrentó con los Kirchner. Tanto que Néstor Kirchner le pagó un libro a (Horacio) Verbitsky en su contra. Y ahora lo consideran como un kirchnerista. No cabe duda que es un hombre que coloca a la religión al margen y por encima del poder. No la hace dependiente del poder. Confrontó al poderoso de los Kirchner y ahora confronta al poderoso de los Macri con la misma actitud. No lo hacía contra Kirchner porque era macrista. O contra Macri porque es kirchnerista. En realidad él le exige al poder la justicia que la sociedad necesita y que él sabe, desde su Iglesia, que no se está dando. Toda la vida se le pidió a la Iglesia que se separe del poder y cuando lo hace nos molesta”, estableció.

Bárbaro advirtió que, en su espiritualidad, el Papa está preocupado sobre hacia dónde va la humanidad, no hacia dónde se dirige la Argentina. “Dónde va la Argentina es un problema político, dónde va la humanidad es un problema de la Iglesia universal”, insistió.

El problema de la sociedad argentina, reconoció, es que vive inmersa en un conflicto cuyos habitantes son incapaces de trascender. Y bromeando apostó que, si el Papa hubiese sido brasileño, si algunos lo criticaban hubiesen terminado “colgados en el Maracaná”.

Aceptó que mucha “gente común” está enojada con Francisco, porque es presa de ese conflicto. Mientras tanto, los líderes políticos y sociales se sienten en la necesidad de diferenciarse entre ellos, no asumir que forman parte del mismo todo. Eso ha provocado “una originalidad basada en la limitación mental, una originalidad hecha al vacío”, dijo.

Sostuvo que la cosa más importante del pontífice es el poder de su conciencia, el valor infinito de su palabra. Una especie de respuesta a Stalin que preguntaba: “¿Cuántas divisiones tiene el Papa?”.

“Decir que el Papa es peronista es un tanto injusto con su amplitud. Es absurdo porque la mayoría de quienes lo dicen no entienden lo que es el peronismo, tampoco comprenderán lo que es el Papa. Dos incomprensiones juntas dan un gran caos. Es ridículo que los peronistas que los dicen lo hacen como si el peronismo se hubiese convertido en papado, y los liberales que lo dicen lo hacen como si el daño del peronismo hubiese llegado al Vaticano. Ni lo uno, ni lo otro”, advirtió.

“Es un hombre de fe que surgió de uno de los lugares más complejos de la sociedad. El Papa puede ir a rezar al muro de los lamentos con un rabino y un islámico porque salió de ese caos. Que ese caos pueda dar personajes como el Papa es maravilloso, pero eso no soluciona los conflictos que el caos tiene en su seno”, insistió.

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