14 ago 2016

Los negocios tóxicos de Jesús Vizcarra, amigo de Peña Nieto/ Jesusa Cervantes.

2Jesús Vizcarra () ahora quiere ser uno de los beneficiados de la reforma energética de Enrique Peña Nieto. 
“Pese a que el plan de Vizcarra fue aprobado en parte, en menos de un año, por Semarnat, se ha topado con la resistencia de la comunidad de Mexicali, historiadores e indígenas cucapá..“
Revista Proceso # 2076, 14 de agosto de 2016
Los negocios tóxicos de Jesús Vizcarra, amigo de Peña Nieto/ Jesusa Cervantes.
El sinaloense Jesús Vizcarra Calderón vuelve a las andadas. Favorito del panista Vicente Fox y ahora del priista Enrique Peña Nieto, el controvertido empresario lleva meses promoviendo su complejo industrial, que incluye un basurero tóxico en las faldas de la Sierra Cucapah, a sólo ocho kilómetros de la frontera con Estados Unidos. Pese a la oposición generalizada de los indígenas de la región y activistas sociales, y a la sombra del narco que lo persigue desde hace lustros, el amigo del presidente no ceja en su empeño.
Suele acompañar con frecuencia al presidente Enrique Peña Nieto en sus giras internacionales y se le conoce como altruista de la salud, pues ofrece casi regalados diversos servicios y ha incursionado con éxito en el mercado de productos cárnicos.
Se trata del empresario sinaloense Jesús Vizcarra Calderón, quien se posicionó durante los gobiernos panistas. No obstante su fama y fortuna, desde hace años lo persigue la sombra del crimen organizado y ahora es objeto de polémica por su intención de instalar un “basurero tóxico” en la frontera norte del país.
Considerado el empresario más próspero del sexenio peñanietista, Vizcarra pretende construir una zona industrial de recicladoras para extraer materiales pétreos y otros minerales en las faldas de la emblemática Sierra Cucapah, a las afueras de Mexicali, a tan sólo ocho kilómetros de la frontera con Estados Unidos.

En esa zona, donde sobreviven los últimos indígenas cucapá y el borrego cimarrón, Vizcarra pretende levantar en 14 mil 782 hectáreas una planta fotovoltaica. También busca construir unidades habitacionales, una zona comercial y un centro internacional de innovación y entrenamiento en reciclaje y energías renovables.
Lo que más le interesa es la construcción de una “estación de manejo, revalorización y disposición final de residuos peligros”; es decir, un centro de confinamiento que pueda recibir basura tóxica procedente de Estados Unidos y del territorio nacional.
Investigadores, colectivos, maestros, representantes de la sociedad civil e indígenas cucapá se oponen a ese proyecto en el que, según estimaciones, Vizcarra invertirá 14 mil 810 millones 800 mil pesos. Y aunque detuvieron por un tiempo la autorización del gobierno federal, toda vez que se trata de terrenos ejidales para la siembra, el pasado 14 de julio el empresario logró que le dieran el cambio de uso de suelo.
Por su parte, la agencia estadunidense Jennings & Johnson busca convencer a los indígenas para que le permitan desarrollar su proyecto de desarrollo económico para la cuenca de la Laguna Salada, que consiste en llevar agua del Mar de Cortés a la citada laguna para luego exportarla a Estados Unidos, muy cerca de donde Vizcarra pretende instalar su basurero tóxico.
 La agencia ambientalista pretende invertir 8 mil millones de pesos en ese ambicioso proyecto, que incluye la instalación de granjas camaroneras, agricultura en agua salada, así como proyectos ganaderos y recargas de aguas pluviales.
 El basurero tóxico de Vizcarra estaría asentado en las tierras del ejido Heriberto Jara, en las faldas de la Sierra Cucapah, y aunque no toca los terrenos de la comunidad indígena pasa tan cerca de ella que la sola autorización podría echar a andar el proyecto de la agencia estadunidense que beneficiaría a los lugareños.
 Amargarle la boda
 Jesús Vizcarra, quien consolidó su imperio de la carne y derivados a partir del año 2000, ahora quiere ser uno de los beneficiados de la reforma energética de Enrique Peña Nieto.
 Su proyecto denominado EcoZone Mx incluye una planta de generación solar de energía para venderla principalmente a Estados Unidos. De paso, busca instalar una zona industrial de recicladoras y aprovechar los desechos tóxicos, según el documento de Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que tiene el gobierno federal desde el 25 de noviembre del año pasado.
 Pese a que el plan de Vizcarra fue aprobado en parte, en menos de un año, por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), se ha topado con la resistencia de la comunidad de Mexicali, historiadores e indígenas cucapá, quienes obligaron al gobierno a realizar un foro de información sobre el proyecto.
 El 26 de febrero último, justo cuando el empresario sinaloense y su familia preparaban la boda de Daniel Vizcarra con Mariana Ley –hija del Juan Manuel Ley López, El Chino, uno de los empresarios más fuertes en Culiacán, quien falleció semanas antes–, su proyecto fue duramente cuestionado.
 El primer reclamo fue por el basurero tóxico. En su exposición, la maestra de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) Lucy Ortega Villa fue desgranando todos los males que la concreción del proyecto atraería para la comunidad de Mexicali.
 El proyecto de Vizcarra sobre “la operación de una estación de manejo de este tipo de residuos, con una planta compuesta por un área de recepción, báscula y espera, material de tránsito, selección y transferencia, procesamiento, CONFINAMIENTO, valorización energética, oficinas, patio de maniobras…”, dijo Ortega Villa, viola la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente.
 Experta en comunicación, la académica mencionó el artículo 142 de la citada ley, según el cual “en ningún caso podrá autorizarse la importación de residuos para su derrame, depósito, CONFINAMIENTO, almacenamiento, incineración o cualquier otro tratamiento para su destrucción o disposición final en el territorio nacional o en las zonas en las que la nación ejerce su soberanía y jurisdicción”.
 El 14 de julio, al emitir su fallo parcial, la Subsecretaría de Gestión para la Protección Ambiental recordó parte de los señalamientos del foro del pasado 26 de febrero, así como los de las propias áreas de la Semarnat y de la Dirección General de Vida Silvestre.
 Esa instancia destacó: la estación de manejo, revalorización y disposición final de residuos peligros estará a ocho kilómetros de distancia de la frontera con Estados Unidos, por lo que recomendó a Vizcarra “reconsiderar” lo que dice el convenio entre dicha nación y México sobre la protección y mejoramiento del medio ambiente en la zona fronteriza que –según el artículo 4 de la ley– es el “área situada hasta 100 kilómetros de ambos lados de las líneas divisorias, terrestres y marítimas”.
 El artículo 7 obliga a que las partes evalúen, “según sea apropiado, de conformidad con sus respectivas leyes, reglamentos y políticas nacionales, proyectos que puedan tener impactos significativos en el medio ambiente de la zona fronteriza…”.
 Y mientras la sociedad civil rechazaba el 26 de febrero la instalación del basurero tóxico, la empresa de Vizcarra entregó a la Semarnat, 20 días antes, un documento en el que sostiene que nunca ha pretendido instalar un basurero tóxico en la zona.
 Fechado el 6 de febrero, el escrito alude a una “estación de manejo y revalorización de residuos peligrosos”. Sin embargo, en contratos que el empresario sinaloense firmó con 28 propietarios dice claramente que en las más de 14 mil hectáreas donde pretende asentar su complejo industrial habrá una “estación de manejo, revalorización y DISPOSICIÓN FINAL de residuos peligrosos”.
 En el apartado 11.2.5 de Operación y Mantenimiento, la empresa habla de “la operación de una estación de manejo de este tipo de residuos con una planta compuesta por un área de recepción, báscula y espera, material de tránsito, selección y transferencia, procesamiento, CONFINAMIENTO… teniendo como objetivo instalar un área de resguardo para almacenar productos, sustancias o residuos peligrosos que pretendan ser importados /exportados entre México y Estados Unidos…”.
 Al final dice que en la ilustración 3 del plano conceptual del MIA “por error aparece el nombre Estación de manejo, revalorización y disposición final de residuos peligros”, “por lo que es oportuno solicitar a esta autoridad que representa, que toda vez que mi representada no pretende desarrollar ni operar un sitio para la disposición final de residuos peligrosos, sino más bien las relacionadas con el manejo y revalorización de éstos…”.
 No obstante, en los contratos firmados con los 28 ejidatarios para el usufructo de sus tierras por 20 años, fechados el 4 de noviembre de 2014 ante notario público, sí se establece “disposición final”, es decir, un confinamiento o basurero tóxico.
 Juana Aguilar, representante del comisariado de bienes comunales de la comunidad cucapá, también entregó al gobierno federal su documento, en el que manifiesta su rechazo total a la creación del complejo industrial y el basurero tóxico de Vizcarra porque, dice, atenta contra la vida del borrego cimarrón.
 En los foros del 26 de febrero, la UABC y el Centro de Investigaciones Científicas y Estudios Superiores de Ensenada presentaron un informe sobre los grupos de borrego cimarrón en la Sierra Cucapah, así como gran cantidad de echaderos de ganado y cuevas con actividad reproductiva. Esos factores, expusieron, “pueden ser resultado de un hábitat poco o nada alterado, lo que permite migraciones con buen éxito y una actividad reproductiva”.
 Mencionaron también que “el impacto antropogénico es una de las principales causas de decline en las poblaciones de borrego en California”, de tal manera que “el impacto de su hábitat en Sierra Cucapah y sus inmediaciones pone en riesgo su recuperación”.
 El documento destacó que su movilidad en la parte norte de la sierra es muy pequeña, mientras que el impacto “antropogénico pone en peligro este requerimiento poblacional”.
 Hasta ahora, el gobierno federal sólo le aceptó a Vizcarra el cambio de uso de suelo, pero sólo podrá iniciar obras de infraestructura cuando se vuelva a analizar el impacto al ambiente y aclare si pretende instalar un basurero tóxico a ocho kilómetros de la frontera, muy cerca de donde habitan los borregos cimarrones, la comunidad cucapá y los pobladores de Mexicali.
 Vizcarra y la sombra del narco
 Para hacer su proyecto del basurero tóxico, el 6 de agosto de 2013 Jesús Vizcarra y sus hermanos Luis y Fernando, así como Jesús Manuel Alberto López Pérez, crearon la empresa Viz Resource Managment, que es sólo una parte de un conglomerado industrial que incluye la organización Salud Digna para Todos, una Institución de Asistencia Privada que no paga impuestos, Almacenes Halcón, Terravizión, GRAO, Agrofinanciera y Agrofinanciera Noroeste.
 Jesús Vizcarra empezó a destacar en la esfera pública el 8 de mayo de 2009, en vísperas de los comicios en su entidad natal. Ese día, el diario Reforma publicó una vieja fotografía donde Vizcarra, entonces alcalde con licencia y favorito para ganar la contienda como candidato de la alianza PRI-Panal, aparecía en un convivio con Ismael Zambada, El Mayo, del Cártel de Sinaloa, e Inés Calderón Godoy, legendario líder del narcotráfico ya fallecido.
 Según la fotografía, la foto fue tomada en una celebración religiosa 20 años atrás en el rancho Puerto Rico, sindicatura de El Salado, municipio de Culiacán. Pero no fue sino hasta mediados de enero de 2010 cuando Vizcarra admitió la autenticidad de la foto y declaró que en ese tiempo solía viajar por la entidad en busca de ganado para la compra.
 Dijo estar dispuesto a que la Procuraduría General de la República lo investigara. La dependencia nunca lo hizo.
 Años más tarde, el 24 de marzo de 2015, el mismo diario Reforma informó sobre la presunta investigación emprendida por el gobierno de Estados Unidos a Vizcarra y varios políticos sinaloenses:
 “Aunque ya se ha investigado antes y supuestamente no se han encontrado pruebas sólidas que los vinculen en las redes financieras del Mayo Zambada, se están indagando nuevamente los probables nexos de algunos políticos sinaloenses con este narcotraficante, especialmente al exgobernador Jesús Aguilar Padilla y al empresario Jesús Vizcarra”.
 Aguilar Padilla fue gobernador de Sinaloa durante el periodo 2005-2010, tiempo en que Jesús Vizcarra fue secretario de Desarrollo Económico del estado (2005-2007) y luego presidente municipal de Culiacán (2008-2010).
 En su réplica, Aguilar Padilla niega tener vínculos con el crimen organizado: “No tengo ninguna liga de negocios, de amistad, personal, de ningún tipo con nadie que esté ligado a ese grupo o algún otro. Nunca, ni antes de la gubernatura, ni durante, ni después; con nadie”.
 Vizcarra respondió que ni sus empresas u organizaciones sociales fundadas y dirigidas por él tienen ni han tenido relación financiera ni dependencia de ninguna organización delictiva. “Estaré a la disposición de las autoridades tanto mexicanas como de cualquier país, con la certeza de que siempre me conduzco en el marco de la ley”.
 A finales de los años setenta Vizcarra y su familia entraron al negocio del ganado con 70 cabezas de ganado, según el portal gubernamental ProMéxico. En 1973 tuvo una procesadora; 12 años después se expandió por la zona norte del país y en 1993, con apoyos gubernamentales, logró entrar a supermercados con la marca SuKarne.
 Su negoció cobró fuerza durante el sexenio de Vicente Fox. En 2004 empezó a exportar carne a Japón y Corea, y en lo que va del sexenio de Peña Nieto abrió plantas que incluyen todo el proceso de producción de carne, desde corrales para engorda y plantas de alimentos y de sacrificio con los estándares más altos, así como salas para deshuesar y de empaquetado; una de ellas está en Nicaragua y la más reciente se abrió en Durango.
 Vizcarra exporta a Centroamérica, Estados Unidos, Japón, China, Rusia y la Unión Europea. Todo gracias a un crecimiento de 26% de SuKarne en los últimos 10 años.
 Pese a la sombra del narcotráfico, Vizcarra es uno de los hombres de negocios más reconocido por Peña Nieto. Tanto que durante la gira del mandatario priista a China, en 2013, él fue incluido en la comitiva. Al año siguiente Vizcarra viajó a Honduras con el mandatario.­
 En reciprocidad, Vizcarra ha invitado a Peña Nieto a varios actos. El 30 de abril último, el presidente inauguró la planta SuKarne de Durango. Un mes antes el hijo del Zar de la Carne se casó y a la ceremonia acudieron David López, entonces vocero de Peña Nieto, y el expresidente Vicente Fox, aun cuando la boda se había amargado por los reclamos sociales en Mexicali.

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