Razones/JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ
Excelsior, 30 de agosto de 2017
Anaya y Madrazo; Morena y Arreola
El problema que enfrenta Ricardo Anaya, más allá del tema patrimonial, es eminentemente político. Para defender sus posiciones está comprometiendo, en una disputa política, pero personal, a toda la estructura de su partido, no toma definiciones respecto del proceso interno de selección de candidato presidencial porque quiere serlo e incluso ha terminado enfrentado con un grupo de por lo menos 12 senadores que consideran que lo importante es la agenda legislativa, no la defensa del patrimonio del suegro de Anaya.
En realidad, Anaya rompió con el PRI después de las victorias electorales de junio del año pasado, que fueron el punto más alto de su gestión en el blanquiazul, pero también el que marcó el inicio de su declive. Y lo hizo porque fue entonces cuando se sintió candidato.
Fue similar a lo que sucedió con Roberto Madrazo cuando era presidente del PRI: ganó varios procesos electorales locales, tenía mayoría en el Congreso y, desde allí, rompió con aliados internos y externos. Operó para imponer su candidatura desde la presidencia del partido y terminó en el tercer lugar, lejos de Felipe Calderón y López Obrador. Con un agravante: en aquella elección, en 2006, el PRI obtuvo para el Congreso muchos más puntos que para su candidato presidencial. En otras palabras, buena parte del voto priista se volcó hacia Calderón, en contra de López Obrador, y abandonó a Madrazo.
Hoy, doce años después, si insiste en imponer su candidatura, Anaya se enfrentará a una coyuntura similar, con la posibilidad de que los votos panistas se vayan hacia el PRI, sobre todo si el candidato es José Antonio Meade.
Con un factor adicional: Morena, cuyo piso y techo electoral son prácticamente los mismos, cerca de 30 por ciento, se está enfrentando a su primera crisis interna. La manipulación que han hecho para impedir la candidatura de Ricardo Monreal en la Ciudad de México es vergonzosa por evidente y por el intento de engañar a su militancia y a la ciudadanía, por el silencio de López Obrador y por la intervención abierta de sus hijos en detrimento de los organismos del partido. Los resultados divulgados ayer no debilitan, sino refuerzan esa percepción, ya que los mismos no coinciden con una sola de las encuestas levantadas desde meses atrás.
Muy crítico con esta columna y su autor, ha resultado quien, desde siempre, mejor defiende los argumentos de López Obrador: el director de SDP, Federico Arreola. Mi exdirector en Milenio dice que quizá yo he cambiado porque antes me consideraba un periodista serio. No creo haber cambiado, el debate que tenemos hoy con Arreola lo hemos mantenido por años, y lo seguimos manteniendo ahora. Federico se equivoca y mucho en su texto. Dice que insulté a Claudia porque dije que era una tontería utilizar el argumento de género para decir que por eso criticaban la encuesta de Morena. Pues no me equivoqué: es una tontería, un argumento indigno de una mujer preparada como Claudia: nadie la ha criticado por ser mujer, ni siquiera se le ha criticado a ella en particular (yo no lo hago en mi texto). Lo que se critica es el engaño de la encuesta.
Dije que la encuesta no es seria y Federico pregunta que cómo puedo saberlo. No es seria porque hay otras 17 encuestas que muestran resultados diametralmente diferentes. Porque esos mismos resultados son contradictorios (¿Martí es más conocido que Monreal?) y porque tardaron cuatro días en darlos a conocer. Dice Federico que miento, que todos los precandidatos de Morena aceptaron las reglas y que si hubiera leído alguna declaración de Monreal lo sabría. No es verdad: el único acuerdo fue que se designaría al candidat@ mediante una encuesta, pero no hubo acuerdo sobre lo demás. La propuesta de Monreal de que se realizaran encuestas espejo fue desechada. No sólo leí las declaraciones de Monreal, lo entrevisté y esa entrevista salió al aire en el programa Todo Personal, y escribí sobre el tema en esta columna. Tan no estaba de acuerdo Monreal con el método, que le ha pedido a López Obrador que rectifique el engaño cometido con la misma. Federico, hay que leer menos selectivamente.
Se pregunta Federico cómo sé que los hijos de López Obrador participaron en ese proceso. Pues lo sé porque es público. Porque López Obrador ha designado a sus hijos Andrés Manuel y José Ramón como dirigentes del partido en la ciudad y el Estado de México, es información pública. Lo sé, porque dirigentes de Morena informaron que estaban reunidos con José Ramón revisando los resultados. Por cierto, Gonzalo, otro hijo, es el dirigente de Morena en Tlaxcala.
Como sé que a Bartlett lo acusaron de fraude y ahí está, con López Obrador; como sé que Romo fue socio de Pinochet; como sé que Korrodi, el de Amigos de Fox, también ha sido recibido y como sé que Morena defiende a Rigoberto Salgado, el (todavía) delegado de Tláhuac, y a sus hermanos, pese a su relación con el cártel que operaba desde hace años en esa demarcación.
Mi respeto y afecto personal por Federico Arreola no ha cambiado. Mis profundas diferencias por la forma intolerante y autoritaria de hacer y entender la política de López Obrador, tampoco.
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Habla del PRI y elogia la maestría de EPN y el dedazo; habla de Morena e insulta al hijo de AMLO/FEDERICO ARREOLA
@FedericoArreola
SDP.,
Por una encuesta López Obrador y sus hijos merecieron insultos, muchos. Por el dedazo más viejo y antidemocrático, ovaciona Jorge Fernández a Peña, Gamboa, Narro, Meade, Nuño y Osorio Chong
Por una encuesta López Obrador y sus hijos merecieron insultos, muchos. Por el dedazo más viejo y antidemocrático, ovaciona Jorge Fernández a Peña, Gamboa, Narro, Meade, Nuño y Osorio Chong
Los insultos a José Ramón López Beltrán
¿Se alocó mi amigo, el talentioso Jorge Fernández Menéndez, columnista de Excélsior? Veamos lo que dijo ayer en el diario dirigido por Pascal Beltrán del Río:
1.- Que los argumentos de Claudia Sheinbaum utilizados para defender la encuesta de Morena en la Ciudad de México son “una absoluta tontería”. De plano es de mal gusto el comentario de Jorge. De muy mal gusto. Pudo simplemente haber expresado una opinión contraria a la de a la señora Sheinbaum, con respeto desde luego, y aportar al debate. Pero en vez de razonar con seriedad, Fernández Menéndez cayó en la vulgaridad. Algo le pasó, Jorge no es así. O no era así: los columnistas cambian.
2.- Después de afirmar, desde luego sin pruebas, que la encuesta de Morena, la “hicieron López Obrador y sus dos hijos, Andrés Manuel y José Ramón” –en realidad la hicieron encuestadores competentes que militan en Morena–, insulta al mayor de los muchachos, a José Ramón, del que dice que es de “una patanería insoportable” en las redes sociales.
3.- ¿Patanería insoportable? José Ramón simplemente tuitea como cualquier persona de su edad: con burlas. Por cierto, se aguanta cuando es él el que recibe la broma. Así lo ha hecho durante años en Twitter. Así se usa en Twitter. Miles de personas hacen exactamente lo mismo. A mí me divierte participar en ese juego, bastante. Y si de vez en cuando me enojo, dejo la red social un rato y me pongo a leer o a hacer ejercicio.
4.- Pero veo que Jorge Fernández no entiende un mundo nuevo en el que, a diferencia de lo que se acostumbraba cuando no había Twitter ni Facebook, la gente sin acceso a los medios encuentra la forma de cuestionar a los periodistas. ¿Mundo nuevo? Ni tan nuevo. Ya son varios años de redes sociales, es decir, de personas que se las arreglan para poner en su lugar a los columnistas. Ya debería Jorge estar acostumbrado. Pero, por lo visto, le sigue doliendo que lo cuestionen.
5.- Sobre los encuestadores de Morena, a los que Jorge Fernández no conoce, dice que “no tienen seriedad ni profesionalismo”. ¿En qué se basa para afirmar tal cosa? Solo en sus prejuicios. Si no los conoce, debería simple y sencillamente admitir que, por falta de información, no puede hablar de ellos ni bien ni mal.
6.- Fernández Menéndez asegura que Claudia Sheinbaum miente al decir que los cuatros aspirantes a la candidatura a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México avalaron las reglas. En realidad, el que miente es el señor Fernández Menéndez.
7.- No sé si Jorge entrevistó o al menos leyó una sola de las entrevistas que le hicieron a Monreal antes de la encuesta de Morena. En todas dijo que aceptaba las reglas. Si no le gustó el resultado y se quiere ir a otro partido, es su derecho y se le debe respetar. En la democracia, como el futbol y el matrimonio, se vale cambiar de camiseta.
8.- Jorge Fernández hasta ladrón llama a AMLO: “El silencio de Andrés Manuel… hoy parte a Los Ángeles a presentar otro de sus libros (vaya que es prolífico). No sé por qué cuando me enteré de la graciosa huida recordé aquella película de Woody Allen, Robó, huyó y lo pescaron”. Eso no es gracioso, Jorge: es chafita.
9.- Andrés Manuel López Obrador, dice Fernández, no soporta a Monreal porque este tiene personalidad propia, pero pueden tener un lugar destacado en Morena (i) los que “se pueden robar elecciones (Bartlett), cometer delitos electorales (Korrodi) o ser socio de Pinochet (Romo)”.
10.- Y en el remate de su columna de ayer, Fernández Menéndez vuelve a golpear a la familia del líder de Morena: “Dicen que Andrés Manuel ha cambiado. Quizás, lo ha hecho, pero para mal: por lo pronto, ahora el poder en Morena es suyo compartido con sus hijos, los hermanos López Beltrán, Andrés y José Ramón”.
¿Hubo dedazo en Morena?
No lo sabemos. Personalmente pienso que no. Se pactó una encuesta y se hizo. Cuatro contendientes aceptaron el método. Ganó Claudia Sheinbaum, que es falso que en las encuestas de los medios no ganó en ninguna, como afirman tantos columnistas. Ganó en dos de las más serias que se hacen en México: la de SDP Noticias aplicada al universo de usuarios de Facebook de la Ciudad de México y la del diario Excélsior, donde Jorge Fernández escribe, esta última realizada por uno de los encuestadores más importantes de nuestro país, Ulises Beltrán. Hasta Roy Campos, de Consulta Mitifsky, hizo una encuesta en la que ganaba Sheinbaum. Por eso, Campos dice hoy en El Financiero: “Voy a dar una declaración políticamente impopular, yo sí creo que haya habido una encuesta y sí creo que se hizo bien”.
Pero, independientemente de si hubo dedazo o no, ¿por qué los insultos a López Obrador y su familia?
El dedazo de EPN en el PRI, maravilla de maravillas de la política
Donde habrá dedazo, nadie lo duda, es en el PRI. En este partido sigue habiendo una única ley sucesoria: la del tapadismo.
¿Qué dice un columnista como Jorge Fernández Menéndez, que insulta a AMLO y a sus hijos por un supuesto pero improbable dedazo, del clarísimo juego del tapado priista? ¡Puros elogios!
Veamos la columna de hoy del señor Fernández:
1.- Que es un proceso, el del dedazo, que se hace “siguiendo el libro”. Ah, chingaaa. En serio, eso dice mi amigo Jorge.
2.- Le maravilla que de seis u ocho aspirantes, a partir de las declaraciones de Emilio Gamboa, la lista “quedó reducida a cuatro personajes: José Antonio Meade, Miguel Osorio, Aurelio Nuño y José Narro”.
3.- ¿Por qué es importante lo que ha dicho Gamboa? Porque este, “uno de los políticos más experimentados del PRI no se ha equivocado desde 1982 en prever la selección del aspirante priista”. Esto es, porque se trata de todo un experto en dedazos.
4.- Pero lo más relevante de Gamboa radica en que “es un hombre, particularmente, cercano al presidente Peña y es difícil imaginar que haya dejado esos cuatro nombres sobre la mesa sin tener, previamente, la certidumbre de que son ellos los que están en el ánimo del propio presidente Peña”. O sea, a Emilio Gamboa hay que hacerle caso simple y sencillamente porque tiene comunicación con el único que decide en el PRI, EPN.
5.- Para los columnistas como Jorge Fernández es legítimo y digno de aplauso el dedazo en el PRI solo por las señales que manda el presidente Peña. Y es que el presidente de México “se ha centrado en los cuatro de la lista de Gamboa, llevándolos, incluso, consigo a encuentros privados con empresarios como Carlos Slim”.
6.- Qué formas democráticas tan extraordinarias, parece decir Fernández Menéndez, esas de exhibir ante el hombre más rico de México a los cuatro tapados.
7.- Y, por si no fuera suficiente motivo de placer, el tapadismo estupendo que tiene al columnista en el orgasmo político, también se va a dar en el PVEM: “Los cuatro, también, estuvieron en la reciente plenaria del partido Verde”.
8.- Elogios y elogios a la maestría política de Peña y el PRI. Don Jorge Fernández Menéndez admira como nadie el tapadismo y el dedazo: “Con esa baraja, el partido en el gobierno tiene bien cubierto el posible espectro de posiciones de cara al 2018 y está realizando un ejercicio interesante, al mostrar a esos cuatro personajes en varias pasarelas simultáneas, juntos o por separado”.
9.- Paréntesis: Por una encuesta López Obrador y sus hijos merecieron insultos, muchos. Por el dedazo más viejo y antidemocrático, ovaciona Jorge Fernández a Peña, Gamboa, Narro, Meade, Nuño y Osorio Chong.
10.- Y de plano Jorge pega un jonrón analítico al informar que “no veremos un dedazo inesperado, tendremos un proceso de selección que incluirá la búsqueda de acuerdos y respaldos regionales y locales que convergerán en lo nacional”. Estoy impresionado por tanta sabiduría política, me cae que sí.
11.- Lo único que no puede permitirse el PRI es lo que más se le exige a Morena: elecciones internas. Fernández Menéndez es contundente: “Lo único que no puede permitirse el Partido Revolucionario Institucional es un proceso interno como el de 1999, que terminó con el triunfo de Francisco Labastida sobre Roberto Madrazo, pero con un partido dividido, exhibido a partir de sus disputas internas y ahorcado (y lleno de deudas) financieramente. De esa contienda interna que concluyó en noviembre del 99 nunca se pudo recuperar el Partido Revolucionario Institucional para los comicios de julio del 2000. Seis años después, Madrazo, entonces presidente del partido, impuso su candidatura después de otro proceso interno que, incluso, se frustró antes de que se consumara, cuando una serie de filtraciones (que provenían del mismo PRI) dejaron fuera de la contienda a Arturo Montiel. Por cierto, esa historia priista recuerda, en mucho, lo que doce años después está viviendo el PAN”.
12.- Me parece muy prudente de parte de Jorge Fernández que no desee para el PRI un proceso que en el pasado lo ha dividido y quebrado en lo económico, y que hoy divide y seguramente quebrará al PAN. Pero, ¿por qué exigir que Morena sí se divida y derroche sus recursos en algo que dejará al partido de AMLO en ruinas?
13.- Para mantener la unidad, el PRI juega al tapado y al dedazo. El columnista Fernández lo aplaude-.
14.- Para mantener la unidad y no caer en el dedazo, Morena pactó una encuesta. El columnista Fernández no solo no aplaude el método, sino que insulta a AMLO y a su hijo mayor.
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
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