24 sept 2017

Santa Sede niega acusaciones del antiguo Revisor General de cuentas vaticanas.

Santa Sede niega acusaciones del antiguo Revisor General de cuentas vaticanas.
Libero Milone realizó una denuncia en una entrevista publicada este domingo 24 de septiembre en el diario italiano Corriere della Sera.
Ante declaraciones del antiguo Revisor General de la Santa Sede, Libero Milone, en la que denunciaba que fue obligado a dimitir de sus responsabilidades bajo amenaza de arresto por un delito que asegura no haber cometido, la Santa Sede indica, por medio de un comunicado difundido por la Sala de Prensa, que el señor Milone se extralimito de sus competencias al investigar la vida privada de exponentes del Vaticano.

En el comunicado, se afirma que la Oficina de la que era responsable Libero Milone “encargó ilegalmente, y extralimitándose de sus competencias, a una sociedad externa la investigación de la vida privada de exponentes de la Santa Sede”.
Se indica también que esa acción, “además de constituir un delito, erosionó irremediablemente la confianza depositada en él, quien, ante sus responsabilidades, aceptó libremente presenta su dimisión”.
La Sala de Prensa asegura que “las investigaciones sobre esos hechos se están realizando con escrúpulo y respeto a la persona”.
Libero Milone realizó esa denuncia en una entrevista publicada este domingo 24 de septiembre en el diario italiano Corriere della Sera, donde asegura que “no dimití de forma voluntaria. Me amenazaron con arrestarme. El jefe de la Gendarmería me intimidó y me obligó a firmar una carta que tenían ya preparada”.

La Santa Sede negó estas declaraciones y mostró “sorpresa y pesar”. 
También recordó que, con su proceder, Milone “no ha mantenido su acuerdo de confidencialidad de los motivos de su dimisión”.
Libero Milone ejerció el cargo de Revisor General de la Santa Sede desde el momento de su creación por parte del Papa Francisco el 24 de febrero de 2014 y hasta su dimisión el 20 de junio de 2017.
La tarea del revisor general era la de auditar las cuentas de los dicasterios de la Curia Vaticana y las demás instituciones dependientes de la Santa Sede y del Estado Vaticano.
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Ex revisor vaticano rompe el silencio, Santa Sede lo acusa de espionaje
Explota el caso del ex revisor general y hombre clave en la reforma financiera impulsada por el Papa, quien rompió el silencio y denunció que fue obligado a renunciar, pero el Vaticano replica: ordenó espionaje a altos funcionarios
ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ
Vatican Insider,
“Me obligaron a renunciar con facturas falsas”, denunció Libero Milone, ex revisor general de la Santa Sede. “No respetó el pacto de confidencialidad, ordenó espionaje sobre altos exponentes eclesiásticos”, replicó el Vaticano. En las últimas horas explotó un nuevo caso para la Curia Romana. Uno de los hombres clave de la reforma financiera impulsada por a Francisco rompió el silencio, tres meses después de haber renunciado sorpresivamente a su puesto. Aseguró haber dimitido tras una “puesta en escena” con el único objetivo de precipitar su salida. Pero fuentes vaticanas lo acusan de extralimitarse en sus competencias. 
 “Querían arrestarme y por eso firmé mi renuncia” aseguró Milone, holandés de 69 años y con una reconocida trayectoria en el mundo de las finanzas. Su paso por Armitage&Norton en Inglaterra, Deloitte & Touche y Wind en Italia lo convirtieron en el hombre ideal para llevar adelante la reforma del Papa argentino. Así, el 5 de junio de 2015 se convirtió en el primer revisor general del Vaticano.  
 Un puesto de tal importancia que depende y reporta directamente del Papa. Entre sus tareas destaca la de verificar procesos económicos y financieros, asegurar la eficacia de los procedimientos administrativos y examinar la conveniencia sobre el uso de los recursos. El nombramiento en el cargo tiene una duración de cinco años, pero Milone apenas cumplió dos. El 20 de junio pasado, la sala de prensa vaticana anunció su imprevista renuncia. Nadie se lo esperaba, apenas cuatro días antes él había disertado en un congreso vaticano sobre corrupción. 
 En las siguientes semanas, el ex revisor guardó silencio. La Santa Sede también. El caso parecía haberse olvidado. Porque este domingo el funcionario reapareció en escena, en una entrevista simultánea concedida a varios medios de comunicación (Il Corriere della Sera, Wall Street Journal, Reuters, Sky Tg24). En ella ofreció un amplio relato. 
 Contó que el 19 de junio, en una reunión con el sustituto de la Secretaría de Estado vaticana Angelo Becciu, se le dijo que su “relación de confianza con el Papa se había deteriorado” y que, por ello, el pontífice solicitaba su dimisión. “Ni pedí los motivos, y me ofrecieron algunos que me parecieron increíbles”, sostuvo Milone. 
“Respondí que las acusaciones eran falsas y construidas para engañar sea a él que a Francisco; y que, por lo tanto, iba a hablar con el Papa. Pero la respuesta fue que no era posible. Becciu, al contrario, me dijo que fuera a la Gendarmería (Vaticana)”, siguió. 
 Más adelante, el ex revisor denunció haber sido tratado con un “comportamiento agresivo” por parte del comandante de la Gendarmería, Domenico Giani, quien le exigió gritando que “debía confesar todo”. “¿Pero confesar qué? Si no había hecho nada”, insistió.  
 Además, describió que ese mismo día los gendarmes lo llevaron a su oficina y bloquearon a todos sus colaboradores dentro hasta las 8:30 de la noche; les intimaron a entregar todos los documentos y, como un funcionario no estaba presente, llamaron a los bomberos para forzar su armario y su escritorio. 
 Luego que le mostraron dos facturas de un mismo proveedor y lo acusaron de distracción de fondos, es decir de peculado. Él, dice, respondió que una era falsa. Eran 28 mil euros pagados para limpiar oficinas de eventuales micrófonos. Y señaló que, con esa prueba, lo acusaron de haber “buscado inapropiadamente” información sobre exponentes vaticanos. “Descubrí que me investigaban desde hace más de siete meses”, confió.  
 “Como sostenía mi inocencia, Giani me dijo que, o confesaba, o corría el riesgo de pasar la noche en la Gendarmería. Si el objetivo de ustedes es que renuncie, renuncio. Voy a preparar la carta, dije. Respondieron que ya estaba lista. La fueron a buscar. La leí y dije: esta no la firmo. Porque era el 19 de Junio pero la carta estaba fechada el 12 de mayo. Nos equivocamos, dijeron así. Pero cómo, si la fueron a buscar, objeté. De todas maneras se llevaron todo, también mi celular y el iPad. El día después interrogaron por cinco horas a uno de mis colaboradores, Ferruccio Panicco, y le pidieron la renuncia”, relató. 
 Continuó con una amplia descripción. Aseguró haber intentado contactar con el Papa y de haberle escrito una carta enviada “por canal seguro”, a la cual nunca recibió respuesta. De todas maneras, no se refirió a él en términos negativos. “Creo que el Papa es una gran persona, y había iniciado con las mejores intenciones. Pero temo que ha sido bloqueado por el viejo poder que ahí está ahí, y que se sintió amenazado cuando entendió que podía referirle al Papa lo que había visto en las cuentas. Esto dice la lógica”.  
 “Veo una dificultad en el conciliar los principios teóricos con la práctica”, aseguró Milone, sobre la reforma financiera vaticana. Y apuntó: “Cuando se sabrá la verdad, si se sabrá, será claro que soy inocente al mil por ciento. Es más, no quiero ni siquiera decir inocente, porque no me debo disculpar. Se verá sólo que hice mi trabajo”.  
 La réplica vaticana a estas declaraciones fue inmediata.
 Una nota oficial, difundida por la sala de prensa de la Santa Sede, las lamentó mostrando “sorpresa”. Aseguró que, con ellas, el ex revisor “dejó de cumplir el acuerdo de tener reservados los motivos de la dimisión de su puesto”. 
 Además recordó que, en base a los estatutos, la tarea del revisor general es la de analizar los balances y las cuentas de la Santa Sede y de las administraciones vinculadas. Pero denunció que, “por desgracia”, Milone se “extralimitó en sus competencias” y “encargó ilegalmente a una empresa externa desarrollar actividades investigativas sobre su vida privada y la de exponentes de la Santa Sede”. 
 “Esto, además de constituir un delito, ha irremediablemente deteriorado la confianza sostenida en el doctor Milone el cual, puesto ante los hechos, aceptó libremente presentar su dimisión. Se asegura, finalmente, que las investigaciones fueron conducidas con todo escrúpulo y en el respeto de la persona”, sentenció. 



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