8 nov 2017

La muerte del papa Albino Luciani.., "Crónica de una muerte..."


Ahora nos dicen que Juan Pablo I no murió asesinado por la mafia como dice la película El Padrino III; una investigación desvela que el Papa sufrió un fuerte dolor en el pecho la noche antes de fallecer.

Empero, escritores y periodistas especializados se han deleitado presentando nexos entre la historia del papado más corto de la historia, con la mafia italiana y el banco ambrosiano. Hollywood también hizo su contribución especulativa con el Padrino III.
El informe, enviado a la Secretaría de Estado el 9 de octubre de 1979, desvela el "episodio de dolor localizado en la parte superior de la región esternal, sufrido por el papa hacia las 19.30 del día de la muerte; por lo pronto hay que leer el libro El "Papa Luciani. Crónica de una muerte", de Stefania Falasca, vice-postuladora de la causa de canonización....
Esta disponible en italiano .., ya llegará en español.
El libro, prologado por el cardenal Pietro Parolin, la investigadora tuvo acceso a toda la documentación clínica, a datos inéditos y a una entrevista con Sor Margherita, una de las religiosas que atendía al Pontífice y quien revela cómo, poco antes de cenar por última vez, Luciani sufrió una indisposición física a la que no dio importancia, pero que resultó vital para su muerte.
Hay que leer también el fin que tuvo el banquero De Dios..., quien murió  en 2006 murió en Sun City, Arizona , EU a la edad de 84 años, su nombre Monseñor Paúl Casimir Marcinkus, denominada el banquero de Dios.
El prelado manejó durante casi veinte años -desde 1972 hasta su retirada en 1989- el Instituto de Obras para la Religión (IOR), conocido familiarmente como e Banco Vaticano..

La autonomía e independencia de que gozaba desde 1942 esta institución permitió al arzobispo una gran libertad de movimientos.
Esta autonomía se tradujo en los oscuros contactos que mantuvo con los banqueros italianos Michele Sindona (asesor financiero de Pablo VI) y Roberto Calvi, cuyas aventuras financieras internacionales culminaron con la quiebra de sus bancos, en especial el Ambrosiano de Milán. 
El fraude dejó un agujero de 1,400 millones de dólares de entonces y muchos muertos.
El arzobispo Marcinkus estuvo implicado en la bancarrota del banco Ambrosiano que aparece reflejado en el filme El Padrino III.
Varios libros e investigaciones periodísticas sostienen que además estuvo implicado en la muerte de Albino Luciani (el papa Juan Pablo I) teoría que nunca ha sido demostrada.
Lo que es cierto es el colapso del Banco Ambrosiano fue el peor escándalo que sacudió a la Iglesia católica bajo Juan Pablo II, que implicó alegatos de vínculos sospechosos con la mafia italiana y la oscura logia masónica P-2 (Propaganda dos).
El jefe del Banco Ambrosiano Roberto Calvi huyó de Italia luego de que se declarara la bancarrota del banco y tiempo después lo hallaran ahorcado en Londres en junio de 1982.
Tráfico de armas, evasión de divisas, blanqueo de dinero y la quiebra del banco dejaron el paso a la mafia como protagonista del crimen.
Calvi había vivido peligrosamente los últimos diez años anteriores a su muerte. Incluso la policía italiana le había revocado el pasaporte para impedir que fugara de Italia y la inteligencia norteamericana le seguía los pasos desde la quiebra de Michele Sindona, preso en EE UU cuando Calvi murió. (Sindona se suicidó o fue envenenado en la cárcel).
Y aunque Marcinkus fue acusado de prácticas financieras dudosas, Karol Wojtyla lo dejó a cargo del IOR hasta 1989.
Fiscales italianos lo acusaron de complicidad en bancarrota fraudulenta, pero el Vaticano se negó en 1987 a extraditarlo, citando sus acuerdos con Italia.
El Vaticano dijo que él había sido una víctima en el caso y que no había hecho nada mal, pero el caso del Banco Ambrosiano sigue sin resolverse.
Paul Casimir Marcinkus era un hombre "muy temido y poco amado", según cuenta su biógrafo Gianni Morandi, con una vida azarosa más propia de los enredos mundanos que de la santidad eclesiástica; fumaba dos paquetes de Marlboro al día y era aficionado al bourbon.
Hijo de emigrantes polacos, nació en 1922 en el barrio de Cicero, cerca de Chicago. Se ordenó sacerdote en 1945. En 1959 estuvo en la Secretaría de Estado del Vaticano y llegó a ser uno de los hombres de confianza del Papa Pablo VI. 
Así, se convirtió en el intérprete, el organizador de sus viajes y en su guardaespaldas, trabajo por el que se ganó el apodo de 'el gorila' en los medios de comunicación.

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