28 ene 2018

Las columnas políticas, 28 de enero de 2018...

Acribillan a ocho en NL/ ataca comando bar de Cancún; mueren 3; ayer hubo una balacera en Xalapa..., dos muertos y lesionados...
¿Y la autoridad?
La violencia del crimen organizado reapareció este sábado...., tanto en Nuevo León como en Cancún, y los hechos delictivos que se sumen en otras partes del país...
En San Nicolás de los Garza, Nuevo León, donde un comando acribilló a nueve hombres que estaban reunidos en una casa de la Colonia Constituyentes de Querétaro, matando a ocho de ellos.
Una fuente policiaca indicó que al menos a uno de los asesinados le habían cateado su domicilio hace dos meses en una investigación por venta de droga.
Aunque no se había revelado la identidad de las víctimas, el informante mencionó que uno era conocido como "El Papi", supuesto líder de los presuntos narcomenudistas acribillados.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 21 horas..

Testigos indicaron que cuatro encapuchados llegaron a la casa y sorprendieron a las personas que estaban ahí para ver el partido de futbol entre Tigres y Pachuca.
Y a l menos 3 personas murieron y 4 más resultaron heridas tras ataque de un comando al bar 'Oasis', en Cancún, Quintana Roo, según reportes. 
De acuerdo a los primeros reportes, varios sujetos armados arribaron al establecimiento y abrieron fuego contra los asistentes.
El hecho causó terror entre los turistas.
Quintana Roo, reporta una oleada de homicidios, ya que es disputado por al menos seis grupos criminales.
En esa entidad los homicidios dolosos se dispararon en 2017 en un 117 por ciento, al pasar de 165 denuncias en 2016, a 359 casos el año pasado, principalmente en Cancún, donde se han reportado balaceras y ejecuciones a plena luz del día.. (Reforma)..
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Y la madrugada de ayer quedaron dos muertos y al menos 4 lesionados en un ataque a balazos en un bar de Xalapa...
Un grupo de hombres armados ingresaron al estacionamiento del bar 'La Bartola', ubicado en la Avenida Adolfo Ruiz Cortines, en la zona de Los Sauces, y dispararon contra personas que se encontraban en la entrada del lugar.
Los fallecidos fueron identificados como José Ignacio Cortaza, de 28 años, músico del bar y José Antonio Hernández conocido como 'El Mota', de 36 años, empleado de seguridad.
Elementos del Ejército se unieron al operativo de búsqueda de los agresores y del resguardo de los heridos en dos hospitales. 
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Las columnas políticas, 28 de enero de 2018...
 Frentes Políticos/Excelsior...
I. Apresurados. La actual legislatura tiene tres meses para resolver lo que no ha podido en todo un año. Con sólo un periodo de sesiones, que inicia este 1 de febrero, el Senado debe negociar, discutir y aprobar varios pendientes, como los nombramientos del Sistema Nacional Anticorrupción. Sin duda, no vienen semanas tersas. La oposición adelantó que se negará a sacar los nombramientos de fiscales y magistrados anticorrupción, si antes no hay una reforma de fondo a la Constitución. Sólo son doce semanas para definir las facultades de las fiscalías Especial, General de la República y Anticorrupción, se ven desde ahora, insuficientes. ¿Cumplirán? Lo dudamos.
II. Callados se ven mejor. Justo en el momento en el que todos los sectores se pronuncian por elevar el nivel de las campañas y evitar descalificaciones, hay quienes parecen no darse cuenta de lo perjudicial que resulta la estrategia del encono. Ya se vivió en 2006 cuando, al finalizar el proceso, no quedó más que odio, no sólo entre partidos políticos, sino inclusive al interior de los hogares mexicanos. En este contexto, mal hace Damián Zepeda, líder nacional del PAN, en referirse al precandidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, como el “ya mérito”, y a José Antonio Meade como el que “ya se desfondó”. ¿No tiene algo mejor que expresar?
III. Torpeza y corrupción. El Guanajuato que gobierna Miguel Márquez Márquez tiene la brújula al revés. Hace cinco años, el gobierno estatal fue advertido de que el Sistema Escudo era un engañabobos que representó un gasto de casi tres mil millones de pesos que, prácticamente, se diluyeron. Ese artilugio millonario, que ofrecía fibra óptica y cámaras de vigilancia instaladas en arcos carreteros ha representado a la fecha sólo un aumento de casi mil por ciento en homicidios dolosos, lo que ha puesto en entredicho a las autoridades estatales, pero sin duda ha enriquecido a las empresas involucradas. Pregunta: ¿Cómo resolverán este desastre?
IV. De antaño. Es común que en México haya políticos que se creen todopoderosos y arreglan los asuntos violentamente. Lamentable realidad. Pero ahora hay una diferencia, en algunos casos, la justicia llega. Sara Luz Herrera, exalcaldesa del municipio de Alvarado, Veracruz, fue sentenciada a 30 años de prisión al comprobarse su autoría intelectual en el homicidio de su secretario particular, Michel Martínez Corro. Utilizó su cargo e involucró a la directora de Comercio local, quien buscó a los sicarios que cometerían el
crimen, a los cuales les pagó 50 mil pesos. Tres décadas en la cárcel. Que quede como lección.
V. Señales. El encuentro entre José Antonio Meade y Manlio Fabio Beltrones respondió a las expectativas políticas de ambos personajes. Los dos lograron lo que querían. Y, a decir verdad, sobresalió la unidad partidista, pese a que el exsecretario de Hacienda no es militante del Partido Revolucionario Institucional. Sin embargo, el aspirante presidencial y el sonorense saben que fue un gesto para cobijarse con los colores del PRI, por no decir del gobierno. Beltrones refrendó su militancia al tricolor, con lo que disipó toda duda sobre un cambio de camiseta. Meade sabe que el apoyo del exgobernador fortalece sus perspectivas y puede contar con un fuerte aliado. En el instituto político existen fuertes discrepancias y diferencias, pero su férrea disciplina cierra las heridas que pueda haber, aunque persista el dolor. Lo demás son chisme
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Templo Mayor/ Reforma, 
Reforma 8 Ene. 2018
YA SE SABÍA que el PRI había nombrado a Luis Miranda como delegado especial en Chiapas por sus dotes como operador y también por su fama de durito. Lo que nadie imaginó es que iba a llegar con el garrote en la mano.
SEGÚN lo que se comenta allá en Tuxtla Gutiérrez, el enviado de Enrique Ochoa llegó con una sorpresa bajo el brazo: una orden de aprehensión en contra de Eduardo Ramírez Aguilar, el dirigente del Partido Verde que se rebeló en contra del dedazo en favor de Roberto Albores Gleason.
EN Chiapas, el Partido Verde que encabezaba Ramírez Aguilar planeaba lanzar su propio candidato a la gubernatura, confiado en que el gobierno de Manuel Velasco ha construido una extensa red política que le permite aspirar al poder por cuenta propia. Sin embargo, la dirigencia nacional les jugó chueco a los verdes chiapanecos y se alió con el PRI, sin siquiera avisarles.
Y COMO Ramírez Aguilar amenaza con una rebelión política y, en una de ésas, llevarse sus canicas a otro partido, todo indica que los priistas quieren retenerlo más por la fuerza (inclusive la fuerza pública) que por convencimiento.
VAYA que en Pemex son optimistas. Al informar las cifras de producción de petróleo en el 2017, presentaron como una buena noticia que el promedio diario de crudo extraído fue de 1 millón 948 mil barriles.
EN TWITTER, esa empresa ¿productiva? del Estado presumió que sacaron 4 mil barriles diarios por encima de la meta establecida. Es decir, cacarean que lograron 0.2 por ciento más de lo previsto... aunque, en realidad, la caída anda en 10 por ciento.
CON ESO de que no hay nada mejor que usar cifras verdaderas para crear realidades falsas, a los muchachos de Carlos Alberto Treviño se les olvidó mencionar que se trata de la cifra más baja desde 1990, año en que se comenzó a llevar ese registro. Eso es ver medio lleno un barril que, evidentemente, se está secando.
DONDE ya se puso intensa la contienda interna es en el PRI de Sonora, pues Antonio "Toño" Astiazarán decidió pelear por una candidatura al Senado, pese a que de las alturas le dijeron: "No te toca".
EL EX ALCALDE de Guaymas anunció que no está dispuesto a acatar la línea dictada desde la Ciudad de México, por lo que apelará a los priistas sonorenses para que decidan por ellos mismos y no siguiendo órdenes del CEN.
EL PROBLEMA para Astiazarán es que, supuestamente, la fórmula senatorial ya está definida y no será fácil bajar al alcalde de Hermosillo, el popular Manuel Ignacio Acosta; y a la diputada Sylvana Beltrones, que en el apellido lleva la fama.
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Cuidar la democracia/Enrique Krauze
Reforma, 28 Ene. 2018
Si el agravio que siente la mayoría de los mexicanos lleva al poder a la oposición en cualquiera de sus corrientes, la prioridad nacional debe ser cuidar la democracia. Si el partido en el poder prevalece, también hay que cuidarla. Al margen de las querellas políticas, en cualquier escenario, no hay que tirar el agua del gobierno con todo y el niño de la democracia.
Fue Daniel Cosío Villegas -a quien conviene leer en estos tiempos, y en todos- quien aplicó acaso por primera vez la teoría del agravio a nuestra historia. En el primer tomo de su magna Historia moderna de México (dedicado a la República Restaurada) recordó las reflexiones sobre la democracia del vizconde Bryce (1838-1922), pensador político inglés que distinguía dos formas principales en las que aparece la democracia: "a veces nace del deseo apasionado de satisfacer agravios cuya existencia y agudización se atribuyen a un mal gobierno"; en otras, es producto de una convicción teórica. En México, pensaba don Daniel, la cíclica irrupción de la democracia correspondía a la primera forma:
 Nosotros [...] hemos alimentado nuestra marcha democrática bastante más con la explosión intermitente del agravio insatisfecho, que con el arrebol de la fe en una idea o teoría, lo cual, por sí solo, ha hecho nuestra vida política agitada y violenta, y nuestro progreso oscilante, con avances profundos seguidos de postraciones al parecer inexplicables.
Cosío Villegas pensaba que el ciclo de agravio/desagravio era visible en nuestra historia independiente y moderna. La dominación española constituía un agravio para los futuros mexicanos, que no cejaron hasta lograr su propósito de Independencia. Pero el avance político y económico que lograron los regímenes (real o nominalmente liberales) del siglo XIX fue -como suele ser- lento, lo cual incubó un nuevo agravio social. Y, obedeciendo al antiguo patrón de cobrar los agravios con "embestidas singularmente destructivas", estalló la Revolución mexicana. A partir de 1920, el régimen sui géneris (revolucionario, no democrático) que gobernó al país logró medio siglo de relativa estabilidad. La matanza de estudiantes en 1968 y la quiebra de 1982 abrieron una nueva herida.
En "El timón y la tormenta", ensayo publicado en Vuelta en octubre de 1982, advertí la existencia de un nuevo agravio. Provenía del manejo desastroso que el gobierno de José López Portillo había hecho del extraordinario ingreso petrolero que tuvimos en esos años. En vez de "administrar la abundancia", el gobierno había precipitado al país a la quiebra. Ese agravio solo hallaría satisfacción y cauce de salida con la democracia, alternativa pospuesta desde el asesinato de Madero en 1913. El ciudadano trató de reivindicar sus derechos en 1988, y se topó con un fraude electoral. Finalmente, tras una etapa "agitada y violenta", el agravio se zanjó en el año 2000. En el marco de unas elecciones organizadas y supervisadas por el Instituto Federal Electoral (y no, como era la tradición desde 1929, por el gobierno), el PRI dejó el poder, llegó la alternancia en el Poder Ejecutivo y en varios estados y municipios, hubo pluralidad y competencia en el Poder Legislativo, se consolidó la autonomía de la Suprema Corte de Justicia y de otras entidades clave, todo en el marco de una libertad de expresión desconocida durante "la dictadura perfecta".
En 2018 los mexicanos abrigamos nuevos agravios: corrupción política, impunidad jurídica, violencia e inseguridad. Pero no estamos en 1982, cuando la alternativa inédita era la democracia. Ahora vivimos en democracia, cuya esencia consiste en la posibilidad de elegir periódicamente a un presidente, unos representantes al Congreso, gobernadores, diputados locales y presidentes municipales que intenten corregir el rumbo. Eso, nada menos, es lo que conquistamos en el año 2000.
Pero es aquí donde surge un grave equívoco. Hay quienes no solo culpan al gobierno en turno de los males sino a la propia democracia, y se declaran agraviados con ella. ¿Qué alternativa proponen? Sin darse cuenta (o dándose, no sé), pueden allanar el camino a un gobierno autoritario. Por eso, para evitar nuevas "embestidas singularmente destructivas" seguidas de "postraciones al parecer inexplicables", gane quien gane en la contienda, la prioridad está en defender el orden democrático: el respeto a la Constitución y las leyes, la división de poderes, las garantías individuales, las entidades autónomas, el pacto federal y ante todo, la libertad.
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Arbitrariedades/Gabriel Zaid
Reforma, 28 Ene. 2018
Un camión se pasa el alto y embiste a un automóvil. El automovilista, indignado: "¿No vio usted que yo tenía el derecho?". El otro: "¿Y no vio usted que yo tenía el camión?".
Respetar al que puede porque puede, aunque no tenga derecho, es prudente. Hay que cuidarse de los prepotentes, de los ineptos, de los distraídos, de los borrachos, drogados y locos al volante. Tener razón no es suficiente para evitar el daño. Y, una vez sufrido, no siempre es bueno reclamar. Legalmente, el atropellado tiene recursos para hacerlo. Pero, si no dispone de los otros recursos (tiempo, dinero, paciencia, palancas, acceso a los medios, abogados), lo razonable es quedarse con el daño. El pleito puede costar muchas veces más.
Abundan los abusivos, y la tradición mexicana es resignarse. No hay mucho que hacer. Acudir a las autoridades es perder el tiempo en que tomen nota, y ahí terminó. Hasta puede ser contraproducente, si la autoridad es cómplice del delito. Una violada que denuncia se expone a un segundo vejamen: los comentarios maliciosos de la autoridad, la humillación pública, las posibles represalias y (en Michoacán) hasta pagos de peritajes.
Se habla con desprecio de la resignación que perpetúa el abuso, y se entiende hacia aquellos cuya posición permitiría cambiar las cosas. Pero, en las personas indefensas, resignarse es realista. Si un asaltante exige la entrega del automóvil, negarse puede ser fatal.
Quedarse con el daño es injusto, y da una especie de legitimidad de facto a los abusivos. Tener palancas sirve para defenderse de la arbitrariedad con otra arbitrariedad. Ofrecer mordidas o pagar extorsiones contribuye a fortalecerlas. Pelear puede ser imposible o incosteable. Todo esto por el lado del atropellado.
Pero también existe el predicamento de terceros. Las autoridades decentes (que las hay) no pueden actuar fuera de su jurisdicción. Los compañeros o subordinados del que abusa no fácilmente pueden denunciarlo. Serían vistos como soplones despreciables, cuando no castigados. La gente decente en un medio corrupto acaba yéndose.
Peter Eigen, un alto funcionario del Banco Mundial, no pudo hacer nada contra la corrupción que desviaba los créditos destinados a reducir la pobreza. Optó por irse y crear una oficinita dedicada a promover la transparencia. Así nació Transparencia Internacional en 1993. Y llegó para quedarse, por sus buenos resultados, a pesar de las trabas y simulaciones que (por eso mismo) encuentra. Hay quienes desesperan de tanto abuso hoy publicado. Olvidan que la situación era peor cuando la podredumbre existía, pero no salía en los periódicos.
La corrupción lleva siglos en México. Hasta se ha dicho que es parte de la cultura nacional. Esta afirmación ridícula y legitimadora ignora el fenómeno mundial, estudiado por Max Weber: el patrimonialismo, la propiedad privada de las funciones públicas. Y la arbitrariedad como negocio palidece frente al abuso de los derechos humanos: las muertes, violaciones, torturas, secuestros, desapariciones, interrogatorios, difamaciones.
En el mundo sin ley, no hay corrupción. Imponerse legitima. La corrupción sólo es posible donde hay ley, cuando los encargados de cumplirla y hacer que se cumpla actúan como si fueran dueños de vidas y haciendas. Cuando el supuesto Estado de derecho es la máscara de un Estado de chueco.
Así fue el presidencialismo de Porfirio Díaz que, a pesar de todo, fue un avance sobre la multitud de hombres fuertes locales, dueños de vidas y haciendas. El presidencialismo sexenal avanzó más: el monócrata se retiraba a los seis años dejando a un sucesor, que le garantizaba impunidad, si no estorbaba al nuevo dueño de todo. Después, el poder legislativo, el poder judicial, la prensa y los gobernadores se emanciparon. El presidente ya no pudo imponer sucesor, aunque conserva la impunidad.
También, desgraciadamente, se emancipó la delincuencia. Había estado organizada por el poder político, que le marcaba límites. Ahora, por el contrario, la delincuencia intenta organizar el poder político y someterlo a su arbitrio.
Las fuerzas armadas han sido llamadas para combatirla, y lo han hecho con renuencia; pidiendo repetidamente un marco jurídico para su actuación, porque no son policías. La nueva Ley de Seguridad Interior lo establece, y ha sido criticada como militarismo. En realidad, es un retorno presidencialista. Deja al arbitrio del presidente, sin pasar por el congreso, la decisión de recurrir a las fuerzas armadas para la seguridad interior.
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Memoria y olvido/Eduardo Caccia
Reforma, 28 Ene. 2018
Pertenezco a una generación que tuvo en la calle los recuerdos más emocionantes de la infancia. Para salir a patear un bote o imaginar un estadio entre dos coladeras era indispensable el permiso de los padres que, sin cámaras de vigilancia ni teléfonos celulares, se las arreglaban para saber que todo estaba bien, no sin algunos ritos de paso como asegurarse de que te sabías de memoria tu nombre, dirección y teléfono, intangible cordón umbilical que aumentaba tus probabilidades de sobrevivencia en caso de que quedaras flotando a la deriva, la de tu memoria, y tu foto fuera exhibida en una estación de televisión donde un señor de nombre Ramiro Gamboa pedía a sus miles de sobrinos ayuda para localizarte.
Los jóvenes y niños de hoy no se saben de memoria el teléfono de su casa ni los celulares de sus padres, familiares y amigos. La tecnología ha hecho que no necesiten hacerlo. Los adultos también han dejado de aprenderse números que antes eran indispensables. Si antes memorizábamos entre cinco y diez teléfonos, probablemente hoy ninguno, si acaso el de uno. De hacer operaciones matemáticas sin la ayuda de una calculadora o una hoja de cálculo no hablemos. ¿Se nos están atrofiando la memoria y otras capacidades cognitivas?
Las habilidades evolutivas humanas son respuestas de sobrevivencia ante el entorno. Hemos usado herramientas a conveniencia y adaptado nuestra conducta a los retos de la época. Creo que nuestras capacidades cognitivas están en transición y ciertas tareas de ayer son sustituidas por otras actuales e inéditas. No tenemos que recordar teléfonos pero sí decenas de claves para ingresar a cuentas bancarias, redes sociales, quitar o poner candados a determinados aparatos, activar alarmas, abrir o cifrar archivos. Esta nueva infinidad de llaves digitales ha creado aplicaciones a modo de llavero cibernético, equivalentes a la agenda telefónica que acostumbrábamos tener en el único teléfono fijo de la casa.
En defensa de las nuevas generaciones diré que recordar claves de acceso es más retador que recordar teléfonos. Las primeras implican caracteres alfanuméricos, mayúsculas y minúsculas, y cualquier otro símbolo posible en el teclado, los segundos nada más números. Prácticamente todos los espacios donde hay que poner la clave de acceso tienen una muleta: "¿Olvidó su clave?". Nuestro cerebro olvida de pronto una clave fundamental y surge el rescate de los dedos, nuestras manos parecen saber cosas que nuestras neuronas desconocen. El rítmico movimiento de los dedos sabe el camino de regreso a casa; hay códigos que no podemos pronunciar sin la ayuda del índice y el anular. Donde no puedo estar del lado de la juventud es cuando se cobijan en un "me quedé sin pila" para incumplir ciertos deberes; aunque, aceptemos, la expresión es honesta y atinada, ellos, más que sus teléfonos, se han quedado sin la posibilidad de conectar con la realidad, sus circuitos neuronales se han apagado y son incapaces de hacer una llamada por otros medios, encontrar un domicilio sin GPS o la respuesta que se esconde en una enciclopedia.
¿Qué me dicen de las habilidades oculares para hacer ciertos trámites por internet donde, en prevención a un ataque de robots, tenemos que pasar la prueba de un código Captcha (Completely Automated Public Turing test to tell Computers and Humans Apart), en la que se somete a prueba nuestra paciencia, pues aquella r es en realidad un 7 que ha extraviado las maneras, y los demás caracteres, oblongos y caprichosos, parecen sumergidos en una pecera o soplados por un viento invisible y malvado que quiere confundirnos? Esas habilidades no las teníamos antes, nuestra paciencia era esperar 2 minutos a que el televisor mostrara la imagen después de haber sido prendido, o distraernos para lidiar con nuestra ansiedad durante 7 días antes de ver reveladas las fotos de la última Navidad.
Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos, escribió Borges. Ahora habrá que decir que no sólo somos lo que recordamos sino lo que hacemos para poder recordar lo que olvidamos. El futuro apunta a la extensión artificial de la memoria. ¿Seguiremos siendo "humanos"?
No será nuestra memoria sino nuestro olvido lo que nos defina.
@eduardo_caccia
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 ¿A qué tirarle?
La estación/GERARDO GALARZA
Excelsior...
Haya sido producto de una estrategia mediática o política-electoral o una simple ocurrencia, la falta de respuestas reales a la propuesta del secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, de legalizar la producción, venta y consumo de la mariguana en los estados de Baja California Sur y Quintana Roo muestra la pobreza intelectual y el temor, que bien podría ser cobardía, de la clase política mexicana.
No es ningún secreto ni se requieren grados académicos para advertir que la inseguridad pública y la violencia, sea cual fueren sus causas, aun cuando en este caso es, principalmente, por el narcotráfico, provocan el miedo de los habitantes de la región afectada y, por supuesto, la decisión de los turistas de no visitar esos sitios por paradisiacos y competitivos que sean.
Para México, el turismo, sobre todo el proveniente del extranjero, no es un mal negocio. Y sus dos principales polos de atracción están en Los Cabos (Baja California Sur), Cancún y la Riviera Maya (ambos en Quintana Roo), regiones que padecen la inseguridad y la violencia de la lucha entre cárteles del narcotráfico por el control de las plazas, tanto en el trasiego como en la venta de drogas, y también por la lucha del Estado contra esas mafias.
Entonces, Enrique de la Madrid debe saber de lo que habla, y propuso lo que, a su juicio, considera una política pública que ayudaría a resolver el problema y a mantener a esos dos estados como lugares de atracción turística, sobre todo para el extranjero, el cual, con sus gastos aporta divisas al país. Es decir, su propuesta es parte de su chamba como secretario de Turismo y la hizo durante la conferencia Perspectivas Turísticas 2018.
Ahí sostuvo que México puede perder competitividad turística por la violencia e inseguridad que causa el narcotráfico. “Creo que hacer legal no sólo el consumo, sino la producción y venta de la mariguana contribuirá, junto con otras acciones, a tener destinos más seguros”, dijo y más adelante agregó: “Me gustaría que se pueda hacer en Baja California Sur y en Quintana Roo, los dos destinos principales de México, que no tienen por qué ser víctimas de violencia o de un trato inadecuado al tema de las drogas en México”.
El tema es absolutamente polémico, desde mucho antes que el secretario de Turismo lo abordase. Y los políticos, los que buscan los votos, evitan siempre meterse en temas polémicos que, de acuerdo con sus asesores, pueden restarles sufragios al asumir una postura clara sobre ellos.
De entrada, todo indica que la propuesta de De la Madrid no fue bien recibida en el gobierno federal. Horas después de haberla hecho, el secretario de Turismo precisó en su cuenta de Twitter que su proposición fue “personal”.
Y en los hechos cayó en el vacío. En general, los funcionarios públicos y los políticos en campaña intentaron darle la vuelta, eludirla, posponerla con diversos “argumentos” que en realidad fueron un eufemismo de “no le muevan”.
Es muy probable que la propuesta de Enrique de la Madrid no sea viable tal como la planteó o quizás tampoco como no la planteó, pero es absolutamente evidente que lo que está atrás de ella es un grave problema que existe y que no ha sido resuelto, pese a que ha sido atacado. La realidad, pues.
Seguro que si se llegase a despenalizar la producción, venta y consumo de mariguana no sólo en Baja California Sur y Quintana Roo, sino en todo el país, no se acabaría ni con la inseguridad ni con la violencia que provocan los grupos criminales que controlan y pelean entre sí por ese negocio hasta hoy ilícito. La mariguana no es la única droga con la que trasiegan. Es más, quizás ya es la menos dura de las drogas ilícitas y la que menos ganancias económicas les produce… Cocaína, heroína, metanfetaminas y drogas sintéticas son ahora el gran negocio y México es uno de sus paraísos.
Por supuesto que es muy controvertido el tema de la despenalización de las drogas, en México y en el mundo, pero la polémica, por muy extrema que sea, no debe evitar el debate de todas sus posibles soluciones.
Y… nadie le quiere entrar. Bueno, ni siquiera los (pre) candidatos a la Presidencia de la República que, a juicio del escribidor, tienen la ineludible obligación de informarle a sus probables electores de las medidas que tomarán en caso de llegar al puesto que buscan. Los ciudadanos tienen derecho a conocer las propuestas de esos (pre) candidatos sobre este tema tan espinoso y otros muchos que son problemas reales en este país.
La ecuación es sencilla: El candidato convertido en Presidente de la República no sorprenderá a nadie con ninguna decisión que tome en los temas torales (anote aquí usted los que quiera) del país, incluyendo, por supuesto, el de la inseguridad y la violencia del narcotráfico. Nomás para saber a qué tirarle a la hora de depositar sus votos.
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 Coppola, el reclamo…   
De naturaleza política/ENRIQUE ARANDA
Excelsior...
“En la Iglesia no somos (no debemos ser) como algunos políticos que sólo se acuerdan del pueblo cuando hay elecciones…” Coppola 
Más de una ocasión en las últimas décadas, particularmente, desde la “normalización”, durante el salinato en 1992, de relaciones entre México y el Vaticano, los representantes papales en el país, todos, han urgido y trabajado con instancias civiles en el diseño y discusión de una legislación que coloque al país a la vanguardia en lo que a vigencia y defensa, incluso de la libertad de religión, se refiere, sin conseguir prácticamente…
Ayer, rodeado de más de 40,000 jóvenes y luego de cubrir a pie, como ellos, casi 17 kilómetros (en ascenso) hasta la monumental imagen de Cristo Rey, en la cima del Cubilete, el nuncio apostólico Franco Coppola aprovechó para reiterar el (insistente) llamado de la jerarquía católica, representante de más del 80% de la población, a trabajar por “cerrar heridas del pasado…” y avanzar en la construcción del bien común de la sociedad.
Hoy, mencionó de manera específica el representante del papa Francisco, “México debe ponerse al día con todas las democracias del mundo en lo que a libertad religiosa se refiere”, en constituirse en “un país laico en sentido moderno, y no de hace dos siglos… cuando se veía a la Iglesia y a los creyentes como algo oscuro y primitivo. Un Estado laico, explicó entonces, “que reconozca a la religión como una dimensión fundamental de la persona”, donde se establezcan reglas claras para normar la procedente separación en la actuación del Estado y la Iglesia, “cada uno en su campo: los políticos en el gobierno, los legisladores en la elaboración de leyes y la Iglesia atendiendo temas morales y sociales”.
Al presidir junto con el arzobispo de León Alfonso Cortés y el obispo de Aguascalientes José María de la Torre, la misa ante miles de jóvenes participantes en la edición XXXV de la peregrinación juvenil anual al Cubilete, y a pregunta expresa también sobre lo que esperaría del actual “año electoral”, Coppola aventuró que en la Iglesia “no somos (no debemos ser) como algunos políticos que sólo se acuerdan del pueblo cuando hay elecciones…”; nosotros deberíamos dedicarnos a formar políticos, a los candidatos, en la doctrina social (de la Iglesia) para que sepan cómo aplicarla, pues ella ofrece respuestas a muchos de los problemas que ahora se viven en México y en otras partes del mundo.
Indicó incluso que en su aún escasa estadía en el país, se le ha hecho difícil comprender cómo es que en una nación donde más del 80% de su población se declara católica, no exista una organización que “traduzca” la propuesta cristiana en la sociedad. Eso es parte del Estado laico moderno…” la Iglesia y la sociedad deben caminar y modernizarse, ambas”.
Un nuevo llamado pues, otro…
ASTERISCOS
* Revelador el Twitter que el viernes, antes incluso de que se cancelara una visita allá del presidente Peña Nieto, hizo circular Gustavo De Hoyos, de Coparmex, en apoyo de la patronal de Reynosa y para exigir que las autoridades, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca y la alcaldesa Maki Ortiz, panistas ambos, se coordinen y fortalezcan acciones contra la inseguridad
* En Nueva York, a través de la Agencia de Investigación Criminal de Omar García Harfuch y su director de Asuntos Policiales Internacionales Francisco Almazán, la PGR recibió el Premio a la Cooperación Internacional del Departamento de Seguridad Nacional (HSI) por su aporte en la investigación bilateral realizada para desarticular un grupo delictivo dedicado a la trata y explotación de personas en ambos países.
* ¡Vaya cara dura! la del dirigente de Acción Nacional en Jalisco, Miguel Ángel Martínez que, a la vista de la selección del candidato al gobierno pretende autodesignarse, desplazando para ello a Elías Iñiguez Mejía quien, a diferencia de él que “nunca ha ganado ninguna elección…”, sí lo hizo ya de la alcaldía de Yahualica, una diputación local, y la federal que ahora ostenta.
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política
                Twitter: @EnriqueArandaP

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Revista Proceso # 2152, 28 de enero de 2018
"Tengo mucho de qué arrepentirme, nada de qué avergonzarme” (Diego) /ÁLVARO DELGADO
Diego Fernández de Cevallos, panista que fue legislador y candidato a la Presidencia, ha decidido abrirse de capa ante el mundo político en una entrevista con este semanario, con el cual tuvo muchas diferencias –esas que, sostiene, ya quedaron atrás. Como nunca, hoy habla de su vida personalísima, de sus encontronazos con la artillería del poder; permite ser cuestionado respecto de su riqueza y, aun, de su secuestro, y él mismo pasa revista a la clase política de las últimas tres décadas: Salinas de Gortari, Zedillo, Fox, Calderón, Peña Nieto, López Obrador y Anaya, ninguno de los cuales se libra de sus implacables juicios.
“Yo estoy ya de salida, no tengo por qué andar cuidando moditos ni formas con nadie”, advierte Diego Fernández de Cevallos en un momento de la amplia entrevista concedida a Proceso, medio que ha registrado críticamente su biografía como candidato, legislador y litigante.
Vehemente, El Jefe Diego disecciona la política de México, la actual y la que él mismo ha protagonizado desde 1988. No esquiva temas: airea su amistad con Salinas, evalúa a Enrique Peña Nieto, enjuicia a Vicente Fox y a Felipe Calderón, respalda y critica a Ricardo Anaya, alerta sobre Andrés Manuel López Obrador y habla de su fortuna y de su intensa vida política.
De Peña Nieto pondera positivas sus reformas, pero añade que su saldo es oprobioso en corrupción, violencia y pobreza… un gobierno de contrastes. Calderón, su correligionario, es desleal al PAN, afirma: su comportamiento es “absolutamente deleznable”. De Fox, en quien nunca creyó, dice: “Es un hombre que está mal de la cabeza”.
A Ricardo Anaya, el candidato presidencial de su partido en alianza con el PRD, le critica no hacer política para ser incluyente, pero lo ve dotado de inteligencia, capacidad de trabajo, formación y cultura.
–¿Le ve tamaños para presidente de México? –pregunta el reportero.
–¡Por supuesto que sí!
Y despotrica contra López Obrador: “Es un enfermo mental, un corrupto y un bribón de tiempo completo. Jamás voy a aceptarlo como el presidente que merece México”.
–¿López Obrador puede ser presidente?
–¡Pero facilísimamente puede llegar!
Reconoce que le dio dinero al empresario Carlos Ahumada a cambio de los videos de René Bejarano, y niega que se haya echado “para atrás” en las elecciones de 1994; lo que ocurrió, afirma, es que Salinas activó el aparato a favor de Ernesto Zedillo.
Asegura que corrió de su despacho a Emilio Chuayffet, secretario de Gobernación de Zedillo, por propalar la “infamia” de que Salinas le había regalado los terrenos de Punta Diamante; y cuenta que le mentó la madre a Emilio Azcárraga Milmo, el fallecido dueño de Televisa, por sabotear su campaña presidencial.
También narra que en 2006 desactivó una “felonía” de Fox contra López Obrador y que Luisa María Calderón, al tiempo que lo acusaba de traficar influencias en el Senado, le pedía favores.
Militante del PAN desde los 17 años, cuando Luis H. Álvarez era candidato panista a la Presidencia, Fernández de Cevallos se ufana de haber nacido prácticamente al mismo tiempo que su partido. Él, en 1941 y el partido, en septiembre de 1939.
“Acción Nacional nace propiamente en el 40 y yo estaba en el vientre de mi madre. Así que tuve dos bautizos: uno, de la Iglesia Católica y otro, del PAN, porque mi padre fue uno de los fundadores. Para mí es una segunda religión.”
Coordinador de la diputación panista en el segundo trienio de Salinas, a quien Acción Nacional acusó de haber ganado la Presidencia mediante un fraude, Fernández de Cevallos convenció al presidente del PAN, Luis H. Álvarez, de quemar las boletas electorales que hubieran probado dicho fraude. Y sigue pensando que fue lo correcto.
–En su libro Medio siglo, Álvarez se arrepintió de haber cedido a la propuesta suya de quemar las boletas de la elección de 1988. ¿Usted también se arrepiente?
–Por supuesto que no. Lo volvería a hacer.
“Tengo muchas cosas de qué arrepentirme, porque he cometido muchos errores, pero no tengo nada de qué avergonzarme. No he sido instrumento de nadie para dañar a nadie. He dado la cara toda mi vida, de acuerdo a mis convicciones. ¿Errores? Sí, por supuesto. Las diferencias que haya tenido con Proceso, ¿fueron culpa de Proceso, culpa mía o culpa de ambos? Habría que analizarlo. Por mi parte, rectifico.”
–Una de las cosas de las que se arrepiente… –se le pregunta.
–Precisamente de no haberme reconciliado con Proceso hace muchos años. Estaba en mi lugar haber venido a decir: “¿Qué traen conmigo?”… y aclararlo. Si fuera un hombre de rencores no estaría aquí, por la forma como me han tratado. Sin embargo, los quiero y los quiero bien.
–¿Lo hemos maltratado?
–Me han acusado de corrupto cuando les ha dado la gana. Y está bien. Ese es su criterio. Pero no guardo un costal de agravios.
Dueño de “muchos ranchos”, el panista ha sido un hombre rico que se ufana de su fortuna, aun después de pagar el rescate de su secuestro, hace ocho años: “Nunca he hecho declaración de bienes. Nunca. Yo he hecho ostentación de bienes, porque nada me he robado”.
–¿Le duele que lo asocien al tráfico de influencias y a la corrupción?
–No. Es el precio que se tiene que pagar en un país donde el que acusa no tiene obligación de presentar pruebas.
Calderón, la deslealtad
Litigante que inició su carrera en el despacho de Manuel Gómez Morin, el fundador del PAN, Fernández de Cevallos afirma que nunca ha vivido de la política y esa, dice, es su ventaja ante quienes sí viven de ella e incurren en conflictos de interés… como la familia Calderón.
“¿Qué dijo la señora Margarita Zavala hace dos años? Yo voy a ir en la boleta electoral, dentro de Acción Nacional o fuera del partido. ¡Lo dijo y era militante de un partido! ¿No hay ahí conflicto de interés? Cuando el expresidente Calderón está apoyando a su señora, ¿hay o no un conflicto de interés?”
Y platica que su entonces compañera senadora, Luisa María Calderón, hermana de Felipe, promovió en 2003 una iniciativa para combatir el conflicto de intereses y la llamó “Ley Diego”, pues él era litigante al mismo tiempo que legislador. “Curiosamente cuando senadores del PRD, del PRI y del PAN criticaban mi trabajo como abogado, los mismos promotores de esa ley anti-Diego me estaban pidiendo defensa jurídica de asuntos personales y familiares”.
–¿Luisa María Calderón?
–¡Por supuesto! Y tengo pruebas y testigos. Luisa María Calderón, cuando a mí me decía: “Esto es injusto porque hay conflicto de intereses y yo hago la ley”. “Hazla”, le dije. Y al mismo tiempo tenía un conflicto con un departamento que le estaban robando y fue conmigo. Y además con una aclaración: se lo puedo decir en su cara.
Revela que, tras resolverle el problema, se encontró con ella, quien le espetó: “¿Crees que te lo vengo a agradecer, verdad?”
“–No, ¿por qué?
“–Pues no te lo vengo a agradecer. Esa es la forma que tú tienes para dominar a los demás.
“–Nunca lo hice para que me lo agradecieras, y si otro día te puedo volver a servir, lo haré con la misma intención.”
Sobre Felipe Calderón y sus críticas a Anaya y al actual presidente del PAN, Damián Zepeda, opina: “Este comportamiento me parece absolutamente deleznable por varias razones: por esa ingratitud que tiene para el partido que le dio todo y porque el cuento de que (el PAN) ya no es el mismo, no es suficiente. Que él se saliera de Acción Nacional (estaría) perfectamente justificado, pero que ahora apedree el tejado de la casa que lo albergó toda su vida, no me parece honorable.
“Si yo tengo críticas a mi partido y las hago públicas, es porque creo que con esto le hago un bien, no para acabar con el tejado, no para destruirlo, no para devaluarlo; sencillamente por gratitud, por lealtad a mi partido cuestiono ciertos comportamientos. Por eso digo: no vivo de la política. No tengo a una esposa apoyándola para que sea candidata independiente.”
–¿Ese es el conflicto de interés?
–¡Por supuesto! Eso salta a la vista. Yo hubiera preferido un Calderón (que dijera): “No estoy de acuerdo con el presidente de mi partido. Me repliego. Que mi señora busque la candidatura por su cuenta y riesgo. No intervengo, por decoro, por pundonor, hasta por ayudarle”. Punto.
Añade: “Mientras la rueda de la fortuna política los tenía arriba, el panorama era bellísimo y todo era justificado y democrático. Y Calderón pudo haber impuesto a dos presidentes de su partido y nadie dijo que eso era un partido distinto al de toda la vida. A la hora que la rueda de la fortuna los coloca abajo y ya no hay los espacios que ellos quisieran o consideran merecer, esto ya no valió”.
Sobre Fox, quien llegó a la presidencia gracias al PAN, del que renegó para apoyar ahora al PRI, es más crítico aún: “(Es) de dar pena. Un tipo que despertó tanto entusiasmo, que logró un cambio tan importante para dejar atrás todo un sistema hegemónico, que abrió las puertas de la alternancia, que después desbarró en muchos aspectos. Es verdaderamente penoso.
Enfatiza: “Nunca me sorprendió el señor Fox. Apoyaba yo, pero sabía que era un perfil que no podía llegar, por grandote que esté, muy lejos. No traía esa consistencia del hombre cabal; y además es un hombre que está mal de la cabeza. Y ahí sí, sólo los médicos que saben de eso y Dios”.
AMLO, “el mismo de siempre”
Fernández de Cevallos se ufana de que el PAN “está salvando cara e imagen dentro de un contexto muy complicado y muy turbio de la política en general”, sin ignorar que también se ha ensuciado de corrupción.
“¿Cuál ha sido una de las críticas que yo he hecho en relación con los partidos, incluyendo al mío? Una muy clara: cuando estaba concentrado el poder, estaba concentrada la corrupción; cuando se democratizó el poder, se democratizó, entre comillas, la corrupción.”
Y, dice, en todos hay conflictos, como en el PRI que son soterrados; y en Morena domina López Obrador. “Todos entregados a la divinidad”.
–¿Ya evolucionó?
–¡Por supuesto que no! Es el mismo de siempre. Está agazapado. Es un falsario de tiempo completo y, por supuesto, es un tipo sin honor, sinvergüenza en toda la extensión de la palabra. Corrupto. Lo que pasa, mañoso, es que le juega al pobrecito.
–¿Por qué corrupto?
–Porque todo su comportamiento es de estafa. Con un solo elemento lo digo: si todos los que están con la mafia son bienvenidos con tal de que se le entreguen a él, es un acto de corrupción política. No tenemos precedentes así. Este señor igual condena con la ira de Dios que perdona con la bondad de Dios. ¡Eso no puede ser! Es un enfermo mental, un corrupto y es un bribón de tiempo completo.
Admite que López Obrador está más cerca de ganar la Presidencia que en 2006 y es escéptico de lo que sería su desempeño.
“No sé lo que vaya a pasar. Lo que sí sé es que ese, en la Presidencia, no le conviene a México. ¿Hasta dónde va a llegar? No lo sabemos. El ser humano termina por ser, muchas veces, impredecible. Pero toda su trayectoria nos lleva a una conclusión: no es un hombre de honor, no es un demócrata. Es autoritario, es intolerante, es lépero, es alguien que ha venido cultivando todo su trayecto político en función de la división de los mexicanos entre buenos y malvados. ¿Quiénes son los malvados? Los que no están conmigo. Eso no puede ser honorable.
–¿Las instituciones son capaces de resistirlo?
–No lo sé. Hay mucha cobardía también en los demás poderes. Hay mucho de conveniencia y de acomodo. Entonces, ¿lo van a resistir en sus brutalidades, en sus abusos, en sus atropellos? ¡Quién sabe!
“Lo único que sí digo es: yo no tengo, ya no digamos miedo, no tengo temor de que llegue, porque ni él ni nadie me puede quitar nada que no me vaya a quitar la muerte. Entonces, en lo personal, no me quita el sueño.”
Peña Nieto, saldo oprobioso
Fernández de Cevallos defiende su amistad con Peña Nieto, una que viene desde que era gobernador del Estado de México –amistad criticada por los panistas–, pero eso no implica que avale su gobierno.
“El trato personal te acerca en la cordialidad, pero no quiere decir que seas tú el reflejo del otro y el otro el reflejo tuyo. Cada quien lleva su vida. Si tú tienes como amigo a un homosexual, ¿eso te hace homosexual? No. Él es así y tú de otra manera. Y tan respetable es una posición como la otra.”
Y aunque aplaude las reformas peñistas que para él son clave para el destino del país, contrasta: “Su paso por la política, como gobernador y como presidente, deja un saldo impresentable, oprobioso, en el ámbito de la corrupción, de la impunidad, de la violencia y por supuesto de la pobreza”.
–¿Él, siendo jefe de Estado, es corrupto?
–¡No! ¡Momento! Yo no voy a decir quién es bueno y quién es malo, porque no soy López Obrador. Hay unos aspectos de altísimo valor, en otros aspectos es oprobioso, impresentable, indigno de cualquier gobierno dejar estos saldos. Mas no puedo decir que la corrupción, que la pobreza, la violencia estén a cargo o a favor de una sola persona.
–¿Peña, para usted, es un hombre honesto?
–Yo digo el saldo que tiene positivo y el saldo que tiene impresentable. Saca la conclusión que quieras.
Y compara: “Es lo mismo que Salinas. Exactamente el mismo modelo de Salinas como presidente, con todas sus diferencias personales y de tiempo. Salinas fue un gran presidente de México en muchos aspectos y en otros… está su comportamiento en la elección de 1994”.
Y es que Fernández de Cevallos ha sido visto con desconfianza desde esa elección, cuando, tras resultar victorioso en el debate ante Zedillo y Cárdenas, se dijo que “desapareció” y eso se atribuyó a su relación con Salinas. Hasta Fox, en su libro A Los Pinos, escribió: “A la mera hora, se echó para atrás”.
“Una de las acusaciones que se han hecho en mi contra es que yo subí a las alturas inimaginables con el debate y que después me arreglé. Me arreglé con dinero, pues. ‘Desapareciste’, dijeron. ¿Desaparecí o me desaparecieron?”
Trae consigo y exhibe un ejemplar de la edición 1250 de Proceso, del 14 de octubre de 2000, con una entrevista de Rafael Rodríguez Castañeda con Carlos Salinas.
“Aquí está, en voz del expresidente, para que no haya la menor duda”, dice al citar que Salinas de Gortari admitió ser el orquestador de la campaña del PRI, tras el asesinato del candidato Luis Donaldo Colosio.
“Ante las ambiciones desatadas –declaró–, tuve que precipitar la designación del doctor Zedillo como sustituto de Luis Donaldo.
“–¿Con ello se terminó la pugna interna? –le preguntó Rodríguez Castañeda.
“–Con un gran esfuerzo político se logró cohesionar a distintos grupos del partido alrededor de la candidatura de Zedillo. Lástima que él haya perdido el debate televisado con Diego Fernández de Cevallos, porque estuvo también a punto de perder las elecciones. Si éstas se hubieran realizado unas horas después del debate, las hubiera ganado Fernández de Cevallos. La derrota de Zedillo en el debate obligó no sólo a fortalecer la condición interna del PRI, sino a facilitarle al doctor Zedillo todo un cuerpo de asesores y medios de comunicación para proyectar una imagen. Zedillo llegó a la conclusión que necesitaba apropiarse de los éxitos de mi gobierno para poder relanzar su candidatura, en lo cual yo estuve de acuerdo. De esa manera, pudo alcanzar la victoria en las elecciones del 21 de agosto de 1994.”
Ante esta declaración de Salinas, exclama: “¿Cómo defenderme de la maledicencia de ‘te rajaste, te dieron dinero, fuiste cobarde’? ¿Qué contestas? Para mí esto es maravilloso. Yo ya no tengo nada más que hablar. El propio presidente de la República dijo que hizo esta fechoría. Así fue”.
Y añade: “En aquel tiempo, con aquellas autoridades, con aquellos medios de comunicación, donde Televisa era ‘soldado del presidente’, yo hubiera querido ver al guapo que hubiera podido remontar esta realidad”.
–Si Salinas le hizo fraude, ¿por qué es su amigo?
–Yo soy un hombre muy apasionado en el trato con todos los seres humanos y no guardo rencores para con nadie. Si no dialogo con López es porque él no quiere. ¿Por qué puedo tratar a Cárdenas con gran afecto y reconocimiento? Porque yo no soy el juez de la conducta. Yo puedo decir lo que hizo Salinas con mi campaña y eso no quita que sea un tipo brillante y que haya hecho muchas cosas positivas para México. Yo privilegio el trato humano, pero eso no significa ser tapadera o entrar en componendas.
La mentada a Azcárraga
En la elección de ese año, apunta, fue clave Televisa. Las multitudes que iban a sus mítines no aparecían, mientras que se exaltaba a Zedillo en las pantallas. Afirma que esa parcialidad de la televisora hizo que, en Durango, le dijera a una reportera de esa empresa que, de tener enfrente a Emilio Azcárraga, le mentaría la madre.
Televisa se quejó con el secretario de Gobernación, Jorge Carpizo, quien llamó al presidente del PAN, Carlos Castillo Peraza. “Oye, le mentó la madre Diego al señor Azcárraga”.
Cuenta que se reunió con Castillo y Carpizo para aclararles: “Yo no le menté la madre. Yo a la niña le dije que me gustaría tener enfrente a Emilio Azcárraga para mandarlo a chingar a su madre. Son cosas distintas”. Días después, dice, rechazó la petición de una entrevista que le hizo telefónicamente Fernando Alcalá: “No. A ti te digo: de Emilio Azcárraga para arriba y para abajo, vayan y chinguen a su madre. Y colgué el teléfono”.
Otra vez intervinieron Carpizo y Castillo Peraza, quien le pidió que para “arreglar” la cobertura de Televisa, ya a tres semanas de los comicios, debía disculparse con Azcárraga.
“¿Así es que ahora soy yo el que tiene que disculparse? ¿De qué me viste la cara?”, cuenta que le dijo a Castillo Peraza. “Es por el partido”, respondió aquél. “No, señor. Ni vivo ni muerto, ni por una Presidencia ni por mil. Jamás le voy a pedir perdón a ese hijo de puta. Y me dice: ‘Pues yo te lo puedo pedir como presidente de Acción Nacional’. ‘¡No te atrevas!’ Ahí quedó”.
La noche misma de la elección, el 21 de agosto de 1994, Azcárraga envió un emisario al PAN, Gastón Melo, para invitarlo a cenar al día siguiente. “Estaba esperándome en la banqueta y entramos”, evoca.
“Estoy muy agradecido contigo, porque estoy muy interesado en platicar sobre lo pasado”, le dijo Azcárraga de inicio.
“No nos engañemos, Emilio. Tú no puedes ser el agradecido de aquí. El agradecido soy yo y por una razón muy sencilla: tú y yo sabemos muy bien que desde hace mucho tiempo yo vengo acariciando este momento con un solo propósito: mandarte a chingar a tu puta madre. Es a lo que vengo. Y dime en qué otra cosa te puedo servir.
“–Diego, tienes toda la razón, pero mira, Televisa…
“–No, no, no. Ustedes son el negocio y soldados del presidente. Me queda claro.”
Tras eso, cuenta, platicaron “sin ofensas y sin agravios” y acordaron una entrevista con Ricardo Rocha, en el mejor horario, sin límite de tiempo ni cortes, que se retransmitiría al día siguiente. Diego embistió a Zedillo. “Me la cumplió Azcárraga. No soy alguien que no sepa reconocer o agradecer”.
Chuayffet, “bribón y cobarde”
Fernández de Cevallos fue acusado por Santiago Oñate y Roberto Campa Cifrián, presidentes del PRI nacional y del capitalino, respectivamente, de haber recibido como regalo de Salinas unos terrenos en Punta Diamante, Guerrero. Ya era presidente Zedillo.
“La crisis económica del gobierno de Zedillo subió mi popularidad mucho más que como candidato y muchos decían: ‘Diego debió haber sido presidente’. De ahí surgió que alguna forma debería existir para bajarme a mí de un escenario en el que yo ya no tenía ninguna competencia. Y del PRI surgió la idea de que Salinas me había regalado el terreno de Playa Diamante, aunque la llaman Punta Diamante.”
Como sabía que ambos priistas no se mandaban solos, buscó al secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet, quien se ofreció a ir a su despacho de Lomas Virreyes.
“A ver secretario –le dijo–, yo he sido honesto y derecho con ustedes. Si tienen algo que imputarme, háganlo de frente, pero que manden al jefe nacional del PRI y al de la Ciudad de México a golpearme a la mala, no me parece justo.
“–Te aseguro que el gobierno no tiene nada que ver –dijo Chuayffet.
“–No le demos muchas vueltas: yo no le voy a cobrar la cuenta a este par de imbéciles. Esta cuenta me la paga el presidente Zedillo. O los calla, porque me están difamando a la mala, o se atiene a las consecuencias.”
Chuayffet prometió que vería el asunto, pero una semana después volvió al despacho de Fernández de Cevallos para reiterarle que el gobierno nada tenía que ver. Y en una tercera conversación, el panista le ratificó: “Dile a ese hijo de puta de Zedillo que la cuenta se la voy a cobrar a él”.
Y sí: exhibió en televisión a Zedillo como dueño de un departamento en Acapulco con una deuda de predial de tres años. Pero Chuayffet, también por televisión, lo acusó de mentir y aseguró que el presidente no era el propietario.
“Como a los 15 días del escándalo fue Emilio a mi despacho a ofrecerme una disculpa y a decirme que en realidad lo que él había dicho en la televisión fue porque había sido obligado por el presidente.
“Le dije: ‘Además de todo, bribón y cobarde’. Y saqué de mi despacho al secretario de Gobernación, amenazándolo con sacarlo a golpes. Esa es la historia de Punta Diamante.”
En defensa de AMLO
En 2003 Fernández de Cevallos fue clave para la difusión de los videos de Carlos Ahumada que exhibían al diputado local René Bejarano, exsecretario particular de López Obrador, recibiendo dinero. Pero lo hizo, dice, porque era un asunto de interés público, no por órdenes de Salinas.
Revela que le hizo un préstamo a Ahumada, cuya cifra no precisa, pero que hasta la fecha le adeuda. “Yo lo hice de mi cuenta personal y ante notario público, porque no estaba escondiendo nada. Yo hice ese préstamo, que nunca me pagó, y de ahí surgió todo. Esa fue mi participación. Él fue a la procuraduría y se hizo el alboroto. Y yo lo reconocí”.
–¿Cuánto dinero le prestó a Ahumada?
–Ese es asunto mío.
–¿No son los 400 millones que él dice en su libro que le prometieron usted y Salinas?
Se ríe.
–No. Lo único que puedo decirte fue que el trato lo hice con él. Lo hice públicamente y además él lo ratificó en Cuba… El dinero no me lo pagó.
Y habla de un episodio desconocido hasta ahora: desde Los Pinos se tramó, unos días antes de la elección de 2006, una maniobra para afectar a López Obrador con declaraciones de su exsecretario de Finanzas, Gustavo Ponce, encarcelado por fraude, peculado y enriquecimiento ilícito.
“Me llamó un amigo de parte de Marcelo Ebrard y me dijo: ‘Oye, tu gente está haciendo una picardía de las que no se valen’. ‘¿Qué está pasando?’ Y me dice: ‘Van a ir hoy a medianoche a la cárcel, con el jugador de Las Vegas, a sacar una declaración contra López Obrador, porque mañana la quieren estallar’. Le digo: ‘¡Esa es una felonía!’ ‘Pues sí’. ‘¿Y por qué no hablan con Gobernación?’ ‘Ya hablamos’”.
Entonces, narra, él mismo fue a hablar del tema con Carlos Abascal, secretario de Gobernación en el tramo final del sexenio de Fox, quien le confirmó la maniobra: “Me dijo que era una decisión tomada, que había operaciones y trabajos de la Procuraduría que estaban en curso”.
Entonces intervino: “Me crucé para que no se hiciera ese trámite contra López Obrador. Era una sinvergüenzada, era un abuso de poder. Lo detuve y eso les consta a Ebrard y a varios de sus amigos. ¿En favor de qué? Sí, de López Obrador, pero fundamentalmente de la justicia. Porque hay cosas que en la política no se deben permitir”.
–¿Quién tramó eso?
–El gobierno federal de ese tiempo.
–Vicente Fox.
–El gobierno federal de ese tiempo, al más alto nivel. Yo lo discutí con ellos.
–Pero en Los Pinos.
–A fuerzas. Y ahí se detuvo. Y en forma muy dura además. Lo que quiero decir es: yo estoy ya de salida, yo no tengo por qué andar cuidando moditos ni formas con nadie. De mí pueden decir lo que quieran, voy a dar la cara. Cuando supe que le iban a dar un golpe a la mala a López Obrador, me crucé, no porque fuera López Obrador sino porque el golpe era a la mala.
Y rubrica: “Lo de Bejarano yo lo hice, yo di la cara, yo lo anuncié. ¿Qué más? ¿Que a mí me mandó Salinas? Eso ya son cuentos, son enredos”.
Anaya, la ambición
No oculta su simpatía por Anaya, pero aclara que su comportamiento “tiene aristas que no comparto”.
–¿Cuáles?
–La primera, que abarca todas: la falta de trabajo político para conciliar. Más bien ha sido una actitud, no sólo de él sino de su grupo, demasiado cerrada para decir “voy y voy para adelante.”
Admite que la ambición ha llevado a Anaya a donde está. “Yo no se lo critico. Lo que critico es que debió haber hecho un trabajo político más abierto, más incluyente; pero tampoco se puede que todos los que quieran queden donde quieran quedar, porque no hay espacio para todos”.
Lo describe: “Un hombre de verdad excepcional en determinadas características. Su inteligencia, su capacidad de trabajo, su formación personal, su cultura y su capacidad para comunicar me parecen espléndidas, un tipo verdaderamente brillante, inteligente, competente, echado para adelante y que no se detiene ante ninguna agresión y ninguna amenaza. Para mí, todas ellas cualidades fundamentales para que pueda llegar y para que pueda ser un buen presidente de México”.
Avala, también, la estrategia de Anaya de aliarse con el PRD: “Estoy muy de acuerdo, porque no sería lo ideal en un mundo ideal, pero en el contexto de nuestra realidad es pertinente, explicable, como ha pasado en muchos países, donde supuestos grupos de derecha y supuestos grupos de izquierda encuentran no lo que los separa, sino que los une”.
–Pragmatismo político.
–Pragmatismo. Nada más que la política, si dejas el pragmatismo a un lado, deja de ser política. La política finalmente es el ideal que busca lo posible, no el ideal en las nubes.
–¿Usted se podría aliar con López Obrador?
–Depende para qué. Obviamente jamás voy a aceptarlo como el presidente que merece México. ¡Jamás! Pero si yo veo que hay una injusticia contra él, no necesito pedirle permiso.
Acota: “Yo prefiero al López Obrador de las campañas pasadas, que decía: ‘Aquí no pasa nadie y tiznen a su madre todos los de enfrente’, que ahora que a todos los de enfrente les dice: ‘Vénganse’. ¡Es un cínico, es un desvergonzado, un bribón de siete suelas. Punto!
El “nauseabundo” Poder Judicial
La corrupción y la impunidad, afirma Diego Fernández, también tienen que ver con la pérdida de valores y con la evolución del país.
Pero para combatirlas, señala, se necesita limpiar al Poder Judicial, al que describe putrefacto: “Veo felonías en todas partes. Si a mi nivel de abogado veo toda esa cuestión de oprobio, también veo a los que están en las barandillas y a los que están hasta abajo pidiendo justicia. Y es para llorar. Es infame lo que se vive en el ámbito de la justicia en este país”.
Aclara que no generaliza, porque si bien hay jueces y magistrados de consigna, también los hay libres, y aun coloca a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación como “orgullo de México”.
Y concluye: “Como abogado les digo: arreglemos al Poder Judicial y lo demás se arregla solo”.
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Revista Proceso # 2152, 28 de enero de 2018
El secuestro: "Nunca me doblé”/ÁLVARO DELGADO
A siete años de recobrar su libertad, el controvertido panista Diego Fernández de Cevallos sostiene que, además de su fe, varias ideas fueron clave para resistir su cautiverio, como no contar cuántos días van de infierno, si­no contar que cada día que pasa es un día menos para la libertad.
Y sentencia: “Esto cambia toda tu relación con tus secuestradores”.
El tormento al cual fue sometido por sus plagiarios no cesó durante los siete meses y 10 días que permaneció con ellos, ni siquiera la víspera de su liberación tras el pago del rescate.
–Si sale usted con vida, lo vamos a tener que afeitar –le dijo al barbado político el que parecía ser el jefe de sus captores.
Fernández de Cevallos le acababa de decir al criminal que las demandas habían sido satisfechas y ahora no sólo se negaban a devolverle su libertad, sino que querían humillarlo, despojándolo de su barba.
“Su familia ya pagó, los curas ya entregaron el dinero. Esa era una condición indispensable, pero insuficiente. Usted ha sido condenado a muerte y vamos a ejecutarlo esta madrugada”, sentenció el sujeto.
–Ya es de madrugada, no perdamos tiempo –le respondió el panista.
–No es de madrugada, son las 11:45.
–¿Y qué son para mí 15 minutos? Para qué pierde su tiempo.
–… Si usted apela su sentencia de muerte podemos reconsiderarlo.
Fernández de Cevallos recuerda que guardó silencio. Estaba desnudo, con una venda en los ojos. Dentro de un hoyo de apenas 80 centímetros de amplitud –“una tumba”–, las hormigas caminaban sobre sus piernas. Frente a él estaban sus captores, detrás de barrotes de acero.
–¿Va usted a apelar, sí o no?
–¡No!
–¿No va a apelar?
–Por supuesto que no. Esta no es una sentencia. Usted tiene dos caminos: Si mi familia pagaba, me liberaban. Cumpla su palabra o me asesina, pero no hay apelación alguna. Ustedes me detuvieron en montón y como cobardes a la mala, no ha habido ningún juicio. No puedo aceptar ninguna sentencia.
–Es que usted no coopera –le devolvió su interlocutor.
–No me importa, usted tiene un compromiso conmigo: cumple su palabra o me asesina, no hay negocio.
–Con que usted diga algo para ponerlo a consideración de los superiores.
Un diálogo insólito
Resuelto, Fernández de Cevallos se despojó de la venda de los ojos –“Si me iban a asesinar, qué más daba”–, y pidió papel y lápiz para escribir algo dirigido a la que, según los secuestradores, era su organización.
“Red para la Transformación global: Seguiré luchando toda mi vida por los valores en los que creo, como son la verdad, la ley y justicia”, escribió, y lo repitió en voz alta.
Otro sujeto que estaba en cuclillas, le hizo una señal al que parecía el jefe, diciéndole que no aceptara, mientras recibía la hoja. “Ya veremos, lo vamos a presentar a la superioridad. Pero sí le digo: si usted sale de aquí con vida, lo vamos a tener que afeitar”.
–¡Por ningún motivo me toca las barbas!
–Además orgulloso y soberbio
–Ni orgullo ni soberbia: las barbas no están en la negociación. Ya le dije a usted hace rato: cumpla su palabra o asesíneme.
–¿No preferirá que le cortemos un dedo?
–¡Tómelo!
–Le puedo tomar la palabra.
–¡No me tome la palaba, tome el dedo!
“Usted no coopera”, sentenció otra vez el sujeto, quien amenazó: “Dentro de 15 minutos van a venir por usted y va a ver lo que le espera”.
Sin la venda en los ojos, Fenández de Cevallos dice que este diálogo fue videograbado por una cámara, que tendría que estar en manos de las autoridades si los autores de su secuestro son los encabezados por el chileno Raúl Escobar Poblete, Comandante Emilio, capturado el 30 de mayo del año pasado en San Miguel de Allende, Guanajuato.
En entrevista con Proceso, Fernández de Cevallos habla del desenlace del diálogo con el jefe de sus captores, que resultó insólito:
“Todo esto está grabado –dice–. Si realmente detuvieron a estos pájaros, el gobierno debe tener la grabación para lo que yo estoy contando algún día pueda salir”, dice el litigante panista.
Y agrega: “Quiero decirle que yo a usted lo admiro mucho. Usted a mí me merece mucho respeto.
–¿Le puedo responder? –dijo Fernández de Cevallos a su interlocutor.
–Sí, claro.
–Busque a la Virgen, la Virgen es refugio de los pecadores. Yo soy pecador y le puedo asegurar que la Virgen no le fallará.
–Sin palabras –le devolvió el sujeto, mientras el panista estiró la mano entre las rejas para tocar la suya y despedirse.
Evoca: “Se dobló a la hora que yo le dije que buscara a la Virgen. Después vino un tormento brutal”.
Próxima la Navidad, el 20 de diciembre de 2010, Fernández de Cevallos fue liberado tras su secuestro de mayo, un acontecimiento que cimbró el gobierno de Felipe Calderón, quien jamás encontró a los criminales.
En junio de ese año, los Misteriosos desaparecedores emitieron un comunicado mordaz para dar a conocer que no se había reducido el monto del rescate y que no existía comunicación telefónica alguna “entre el archiduque de Escobedo y su familia”, refiriéndose al panista que tiene uno de sus tantos ranchos en ese municipio de Querétaro, y diciendo que el gobierno no tenía pistas del caso.
“Mientras tanto, a más de dos meses de su desaparición, al Jefe Diego le ha dado por confiarnos algunas de sus cuitas, de sus negocios, así como de sus amores y desamores –personales y políticos–, aunque luego, y ya casi postrado por la depre en su nueva, forzada y recóndita curul, le ha dado por exclamar imparable y angustiosamente Diego, David, Claudia, Rodrigo, Liliana. ¿Están ahí? Seguiremos informando.”
Pero Fernández de Cevallos asegura que nunca se dobló y que siempre enfrentó a sus captores. “¡No tuvieron a un hombre cobarde, tuvieron una fiera herida, un hombre que todo el tiempo los confrontó, sin miramientos y sin contemplaciones!”.
“No me diga que miento”
Desde el principio, en los interrogatorios, Fernández de Cevallos les dijo a sus captores que no mentiría: “A la primera mentira que yo diga, máteme. No me diga que miento, máteme”.
Le decían que era dueño, por ejemplo, de una mina de diamantes en Brasil y él decía que era falso. “Mátenme y no pida 100 millones de dólares, pida 2 mil millones. ¡No se abarate!”
En una ocasión, le dijeron que su familia lo había abandonado y que lo matarían para secuestrar a su hijo Diego o a su amigo Antonio Lozano Gracia. “Y el segundo golpe no hay familia que lo aguante”.
Su respuesta fue: “Tengo tres hijos más para lo que haga falta”.
El entrevistado habla de sus dubitaciones, de cómo soportó su cautiverio, de su inquebrantable fe.
–¿Qué otra idea fundamental tuvo? –se le pregunta.
–Para mí, Dios, por supuesto, pero me sirvió mucho decirle a mis secuestradores: “Miren, recuerdo aquel general romano que después de muchas guerras ganadas, de muchas medallas en el pecho cayó en desgracia y fue condenado a muerte. Cuando iba a su ejecución les dijo a sus verdugos: ‘Yo he sido un hombre de suerte, toda una vida de gloria y un momento para morir’”. ¡A mí nunca, nunca, me miraron cobarde!
En cautiverio creó una oración: “En esta prisión atroz, con la muerte agazapada, si están la virgen y Dios, con el amor de ellos dos, a mí no me falta nada”. Y escribió, en una pared, su epitafio: “Aquí yace aquel barbón, con diamantes y billetes, llegó muy pobre al panteón, por negociar con ojetes”.
–¿Y cuál es ahora su epitafio?
–No, no he pensado en mi epitafio –responde, pero ya tiene definido el lugar de su descanso eterno: En la capilla de la Hacienda La Barranca, en Jerécuaro, Guanajuato.
“Hay un pequeño orificio, abajo del altar, de este tamaño, 20 por 20, para mis cenizas, y no necesito cajitas ni bolsitas ni nada. Si aparece mi cuerpo, que dejen las cenizas. Es todo lo que ansío.”
Casi seguro de que los detenidos son sus secuestradores –“creo que con todos los datos que dan de estos criminales, sí son”–, sigue litigando para reponerse del pago del secuestro, cuyo monto no quiere revelar.
–¿Pero ya terminó?
–En esas ando. Porque hay otra cosa que no se sabe. Te secuestran y piden 1 millón, o 10 o mil. ¿Qué sigue para ti y para tu familia? Se tienen el dinero en la mano, lo pagan y ya lo perdieron. Y si no lo tienen, lo piden prestado hay que pagar un interés y además al fisco.
“Entonces el costo de un secuestro es el monto de lo que entregas, los intereses que te cobra el banco y después los impuestos que tienen que pagar. Esa es la verdad.”

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