21 dic 2019

Los Legionarios de Cristo confiesan sus pecados

Los Legionarios de Cristo confiesan sus pecados / Fred Alvarez
Con estos sentimientos y deseos imparto de corazón al querido padre Maciel y a todos vosotros que estáis aquí presentes una especial bendición apostólica...; Juan Pablo II, 30 de noviembre de 2004.
¡Histórico!
Muchos años después Los Legionarios confiesan sus pecados....
La congregación Legionarios de Cristo hizo público este 21 de diciembre un informe, detallando el número de sacerdotes que cometieron abusos sexuales de menores, así como el número de víctimas.
El informe abarca desde 1941 -año de su fundación-, hasta 2019. Fue elaborado por la “Comisión de casos de abuso de menores del pasado y atención a las personas implicadas”.
En el documento dado a conocer este 21 de diciembre, la Legión reconocen que “175 menores de edad han sido víctimas de abusos sexuales cometidos por un total de 33 sacerdotes de la Congregación”.
“Este número de víctimas incluye los al menos 60 menores de edad de los que abusó el P. Marcial Maciel” Degollado. 
“En su gran mayoría las víctimas fueron niños adolescentes de entre 11 y 16 años”, añade la congregación, precisando que “con 45 de estas víctimas de sacerdotes de la Congregación se ha avanzado en un camino institucional de reparación y reconciliación”.
Indican en su informe que “del total de los 33 sacerdotes que han cometido abusos, sin considerar al P. Maciel: 2 han incurrido en abuso por vía virtual (sexting), 4 han abusado de una víctima una única vez, 9 han abusado repetidamente de una única víctima, 11 han abusado de entre 2 y 5 víctimas, 5 han abusado de entre 6 y 10 víctimas”.
“Un sacerdote, ya removido del estado clerical, ha abusado de 13 víctimas conocidas”, añadieron.
“De los 33 sacerdotes que han cometido abusos, 14 (42,42%) a su vez habían sido víctimas de un abuso en la Congregación”, señalaron; de éstos abusadores “seis fallecieron sin ser juzgados, uno fue condenado, otro – ya removido del estado clerical – está en juicio actualmente”.
“Los demás, hasta ahora no han sido procesados por diversos motivos, como la situación legal en los diferentes países o los plazos de prescripción”, se indica...
En tanto, el ámbito canónico,  “5 fallecieron sin ser juzgados, 15 fueron sancionados, 6 están en curso de ser juzgados, 3 están en investigación previa con restricciones cautelares, uno recibió la dispensa de ministerio sin juicio, y tres fueron denunciados cuando ya habían abandonado la Congregación”.
De los 18 sacerdotes que cometieron abusos que permanecen como miembros de los Legionarios de Cristo “14 no tienen ministerio sacerdotal público; 4 tienen un ministerio restringido que excluye pastoral con menores (colegios, grupos juveniles, etc.). Además, cuentan con un plan de seguridad”.
Hace unas semanas se hicieron públicas una serie de denuncias de abusos de menores cometidos por el sacerdote legionario Fernando Martínez Suárez.
Junto a su informe, los Legionarios de Cristo publicaron un nuevo sitio web, llamado Cero Abusos, con el cual aseguran que “se comprometen a abordar las causas y consecuencias del fenómeno del abuso sexual de menores en su pasado”.
Antecedentes
Las investigaciones formales contra Maciel se inician en octubre de 1998 cuando la Congregación para la Doctrina de la Fe -a cargo del cardenal Ratzinger-, recibió formalmente acusaciones, que en parte -1996 y 1997- ya se habían hecho públicas en medios impresos y electrónicos, contra el padre fundador de la Legión...“por delitos reservados a la competencia exclusiva del Dicasterio”.
El 23 de febrero de 1997, el periódico norteamericano Hartford Courant dio a conocer los abusos sexuales de Maciel, dos medios en México—La Jornada primero y CNI Canal 40, después— dieron espacio a la denuncia que un grupo de ex miembros de la Legión de Cristo decidió hacer contra el sacerdote por abusar sexualmente de ellos cuando tenían entre 12 y 17 años de edad.
No fue sino hasta el 20 de febrero de 1999, cuando la abogada Martha Wegan les dijo a sus clientes que la congregación había aceptado el caso que recibió el título oficial "Absolutionis complicis (A. Jurado et alii -Rev. Marcial Maciel Degollado)”. 
(La foto es del 21 de abril de 1997; se trata de un encuentro privado en la Universidad Anáhuac -fueron testigos tres reporteras: Alma Muñoz, La Jornada; Claudia Flores Barreto, Televisa y Marugenia Jimenez, entonces en La Afición-; Maciel ofreció una comida de despedida al nuncio Prigione).
En junio de ese año el entonces sacerdote Alberto Athie envió una carta a Ratzinger a través del obispo Carlos Talavera y en ella se narraban algunos testimonios contra Maciel; Ratzinger al leer la misiva, le habría dicho a Monseñor Talavera: "Lamentablemente éste es un asunto muy delicado. El Santo Padre estima mucho al padre Maciel, quien ha hecho mucho bien a la Iglesia; no es prudente abrir el caso
No hay más fuentes en este tema, por lo que no sabemos si Ratzinger dijo lo que dicen que dijo...
Sin embargo, dos años después el 30 de abril de 2001, Juan Pablo II promulga el «motu proprio» «Sacramentorum sanctitatis tutela», por lo que el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe autorizó una investigación de las acusaciones.
El caso quedo aparentemente en el limbo varios meses y no fue sino hasta diciembre de 2004 que las denuncias fueron reabiertas por instrucciones del cardenal Ratzinger, justo a pocos días que el papa  Juan Pablo II le hiciera dos homenajes a Marcial Maciel por sus sesenta años de ordenación sacerdotal;el primero fue el 25 de noviembre donde Papa agradeció a  Maciel –esta vez en voz de Leonardo Sandrí- sus seis décadas al frente de la Legión de Cristo. "Me siento feliz de unirme al cántico de loas de agradecimiento al Señor que se eleva por todas las grandes cosas de estos 60 años de intenso, generoso y prolífico ministerio sacerdotal", dijo Juan Pablo II.
Ese servicio religioso se celebró en la Basílica de San Paolo Fuori le Mura y asistieron más de 4 mil personas. Sentado en el atrio, el fundador de la Legión agradeció el apoyo brindado por Juan Pablo II en sus 26 años de Pontificado. En primera fila estaban el cardenal italiano Ángelo Sodano, Secretario de Estado, Junto a él estaban el Arzobispo de México, Norberto Rivera; el Cardenal español del Opus Dei, Julián Herranz; el colombiano Darío Castrillón Hoyos, prefecto de la Congregación para el Clero; el español Eduardo Martínez Somalo, Camarlengo de la Santa Sede, y el ex Arzobispo de Boston, Bernard Law. (Acusado años después de haber permitido abusos sexuales).
El segundo reconocimiento fue más grande, ocurrió el martes 30 de noviembre ante la presencia de más de siete mil personas Juan Pablo II lo presidió y ahí animó y bendijo al padre Maciel, en el discurso pronunciado en italiano dijo: “imparto de corazón al querido padre Maciel y a todos vosotros que estáis aquí presentes una especial bendición apostólica”.
Atestiguaron esa bendición muchos prelados de México.
Cualquier analista que observara el ambiente debía concluir que estas celebraciones en vida a Maciel confirmaban que la congregación era una de los más cercanas del hoy santo..
Pero -ojo-, en ninguna de las misas celebradas en honor de Maciel estuvo presente el cardenal Ratzinger; tenía lógica ya estaba la orden de reabrir el caso, se había nombrado a un fiscal especializado para que escuchara a las víctimas: Charles Jude Scicluna.
Obviamente ello provocó que se reabrieran heridas.
José Barba –una de las víctimas- me confesó que ellos fueron notificados de la reapertura del caso el 2 de diciembre de 2004 -3 días después del homenaje papal-, por medio de su abogada, la canonista Martha Wegan.
Un mes después, en enero de 2005 -ya muy enfermo Juan Pablo II-, y después de encabezarlos por 64 años, Marcial Maciel dejaba de ser el director general de la legión por motivos de edad “y por "su deseo de ver florecer en vida a la congregación bajo la dirección de su sucesor" el sacerdote mexicano Álvaro Corcuera Martínez del Río de 47 años de edad.
Corcuera asumía el cargo, seguramente por recomendación de Maciel: ¡Durísima responsabilidad!
Fue muy difícil para el joven sacerdote dirigir la Legión, ya que le tocó cargar –en vida- con todos las presiones del caso de su amigo el padre fundador.
El 2 de abril de 2005 a las 21: 37 horas muere Karol Joseph Wojtyla; días después el 19 de abril Joseph Ratzinger es nombrado Papa y decide adoptar el nombre de Benedicto XVI; el 13 de mayo, nombra a William Joseph Levada Núñez como presidente para la Congregación de la Doctrina de la Fe, y fue quien un año después invitó a Maciel al retiro sacerdotal, simplemente fue suspendido Ad divinis para ejercer públicamente su cargo ministerial
El comunicado oficial de la oficina de Prensa del Vaticano, La Stampa, decía: “Después de haber sometido los resultados de la investigación a atento estudio, la Congregación para la Doctrina de la Fe, bajo la guía del nuevo prefecto, su Eminencia el cardenal William Levada, ha decidido -teniendo en cuenta tanto la edad avanzada del reverendo Maciel como su débil salud -renunciar a un proceso canónico e invitar al padre a una vida reservada de oración y penitencia, renunciando a todo ministerio público. El Santo Padre ha aprobado estas decisiones. Independientemente de la persona del fundador, se reconoce con gratitud el benemérito apostolado de los Legionarios de Cristo y de la asociación Regnum Christi”.
Ese fue el comunicado, no hubo ningún dictamen de la Congregación, por lo menos no se dio a conocer en ese momento.
El retiro de Maciel de su actividad sacerdotal y llevar una vida retirada de rezos y penitencias cayó como un balde de agua fría: ¡Fue un severo golpe! 
Sin embargo, la lectura que nos dejó en ese entonces Benedicto XVI es que no cumplió como muchos hubieran querido: hacer justicia. De ese tema charlé largo con mi amigo el sacerdote diocesano Antonio Roqueñí Ornelas (1934-2006); ganamos me dijo “lo bajamos de los altares, hay que saber perdonar.
Todo parecía que la historia concluiría con el retiro de Marcial en 2005, por motivos de edad avanzada, y después en 2006 con la renuncia a una vida de rezos y penitencias, y porque no-, tiempo después con su deceso el 29 de enero de 2008 se iniciaría un proceso canónico para elevarlo a los altares; esa era la estrategia de la Legión encabezada por Corcuera.
Basta ver todos los homenajes que le hicieron después de su muerte. 
Maciel fue sepultado la mañana del sábado 2 de febrero de 2008 en total hermetismo; sólo asistieron familiares, miembros de esta congregación y algunos representantes de la jerarquía católica mexicana. 
Murió sin pedir perdón a sus víctimas, porque la “gran oportunidad que pudo haber tenido de reconocer la verdad, de pedir perdón, se fue”.
La pregunta que hicimos entonces fue ¿qué pasará después de su muerte?, todo apuntaba que se iniciaría la canonización fast track que estaba preparada, pero no fue así, un año después las cosas cambiaron. 
El periodismo de investigación hizo su trabajo. El miércoles 3 febrero de 2009 el periódico The New York Times publicó la “doble vida” del sacerdote mexicano, y se difunde  la existencia de una hija.  
¡La noticia cimbró a la Orden!
 El periódico menciono que antes de la difusión Álvaro Corcuera, visitó discretamente sus comunidades y seminarios religiosos en EU, y pidió perdón por las trapacerías cometidas por su antecesor..
La divulgación de los “pecados de Maciel” no fue un asunto casual. Seguramente fue resultado de una presión que desde hace varios meses ejercía la Congregación de la Doctrina de la Fe. 
No es incidental que a mediados de enero de 2009 y antes de llegar a México al encuentro Mundial de las Familias con la representación papal, el cardenal Tarcisio Bertone haya visitado Cancún,– la noche del 12 de enero-, donde se entrevistó en privado con el obispo legionario Pedro Pablo Elizondo Cárdenas. Seguramente hablaron del tema, al tal grado de que en “círculos eclesiales circuló la versión de que el cardenal italiano traía un mensaje para la Legión”.
La información no podía ocultarse más. 
El padre Marcial Maciel había llegado demasiado lejos, había cometido varios pecados, aparentemente el mayor de ellos fue haber dejado descendencia: una hija. 
Este sería el último clavo en su cruz. Benedicto XVI de alguna manera empezaba a cumplir un añejo compromiso hecho en privado cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe: hacer justicia.
La “filtración periodística” al Times precipitó los hechos.
Un día después la agencia Catholic News Agency confirmaba la noticia. Un vocero de los Legionarios, Jim Fair, dijo :“Hemos aprendido algunas cosas de la vida de nuestro fundador”. “Son sorprendentes y difíciles de entender. Lo que podemos confirmar es que hubo aspectos inapropiados para un sacerdote católico”. Fair concluyó: “Maciel murió hace un año; lo que haya hecho en la tierra queda ahora entre él y Dios; serán el juicio y la misericordia de Dios las que se hagan cargo de él”.
Un mes y medio después, el 30 de marzo de 2009 el padre Corcuera dio a conocer una carta de la Curia Vaticana, fechada el 10 de marzo, donde Benedicto XVI ordena una inspección a los Legionarios de Cristo.
La Comisión que auditó a la congregación estuvo compuesta por tres obispos y un sacerdote, a saber: Ricardo Watty, obispo de Tepic; Charles Joseph Chaput, arzobispo de Denver y Giuseppe Versaldi, obispo de Alejandría, Italia y el sacerdote jesuita Gianfranco Ghirlanda, rector de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
La inspección a las instituciones de la congregación se anuncia dos meses después de que los Legionarios de Cristo confirmaran que Maciel -fallecido en 2008 - tuvo una amante con la que concibió una hija.
Corcuera les dice que están "profundamente apenados" y pide perdón a quienes se hayan sentido lastimados por las acciones de Maciel. "Confirmemos nuestra entrega y elevemos nuestras oraciones para que Dios nos conceda seguir buscando la santidad a la que Él nos llama y para que podamos llevar a plenitud el carisma que Él nos ha confiado”.
El Papa puso al cardenal  Cardenal Velasio De Paolis persona de su confianza en la administración de la congregación y del movimiento Regnum Christi..
En mayo de 2012, salió a la venta el libro titulado Su Santidad. Las cartas secretas de Benedicto XVI, firmado por el periodista italiano Gianluigi Nuzzi; el libro reproduce un total de 23 documentos privados del Vaticano sobre diferentes asuntos, algunos de ellos muy candentes. Ahí se encuentran documentos sobre los Legionarios de Cristo, como una nota del padre  Álvaro Corcuera que entregó personalmente al Papa durante un encuentro privado que sostuvieron el 17 de junio de 2010; una tarjeta con apuntes en alemán, confeccionada por Georg Gaenswein, luego de entrevistarse el 19 de octubre de 2011 con el sacerdote Rafael Moreno, ex asistente personal de Marcial Maciel, y un informe que consta de nueve puntos y 10 páginas redactado por el mismo delegado pontificio para la reforma de los Legionarios de Cristo, Velasio De Paolis, un año después de haber asumido sus funciones, donde da a conocer la difícil situación de la congregación.

La reacción del Vaticano fue inmediata. Calificó las filtraciones como un acto criminal y dijo que tomaría acciones legales por la publicación del libro con vatileaks.
Corcuera falleció el lunes 30 de junio de 2014 en la Ciudad de México, luego de una larga lucha contra el cáncer. 
 (VeaseLos pecados del padre Marcial Maciel Degollado /Fred Alvarez , publicado en Código Topo de Excélsior, 1 de junio de 2009, y El padre Álvaro Corcuera(1957-2014)/ LSR).
Por cierto en el filme “Los dos Papas” que está en la plataforma de Neflix desde viernes 20 de diciembre del director or Fernando Meirelles hay un encuentro ficticio en la sacristía del Vaticano entre Benedicto XVI y el cardenal Jorge Mario Bergoglio; amos confiesan sus pecados y son absueltos una a otro; Bergoglio le dice sus errores de los hechos en la dictadura de Argentina en los años 70s, y Ratzinger le dice uno de sus pecados fue no atender oportunamente el caso del cura mexicano..
- Recuerda al padre Maciel?- pregunta Benedicto XVI
Bergoglio lo mira y se queda serio...
-Hace 12 años, denunciaron que pasó décadas abusando de niños ...” le dice el Papa  y la escena se ve como le habla sin voz sobre el caso...
¡La escena es impactante!
Recomiendo ampliamente ver el filme..
Nada es casual. Por cierto, el mismo día que la Legión dio a conocer el informe, el Papa Francisco le aceptó la renuncia al cardenal Angelo Sodano como Decano del Colegio Cardenalicio; en los últimos años del papado de Juan Pablo II Sodano fue el hombre fuerte de la Iglesia, muchos obispos le deben el cargo, y quizá en parte fue culpable de ocultar los pecados de Maciel..
¿Y que ha dicho el papa Francisco del reciente informe de la Legión?
Nada. Pero está enterado de todo..
En marzo de 2015, la periodista mexicana Valentina Alazraki, le pregunta al papa Francisco su opinión sobbre Maciel...¿Usted lo conoció, supo algo de él, siente que éste haya sido un caso que haya tenido que ver también con encubrimientos, digamos, dentro del Vaticano?
-Cuando me enteré del “escandalazo” realmente me dolió mucho, me escandalicé. ¿Cómo esta persona pudo llegar hasta esto? Evidentemente que era una persona muy enferma, porque además de todos los abusos, creo que también había dos o tres mujeres de por medio, hijos, con una o con otra, no sé, o sea que había algo ahí, y mucha plata. Volviendo a lo mismo no, lo de la corrupción empieza por los bolsillos ¿no? Pero creo que se trataba de un enfermo. Un gran enfermo.
Acá, cuando se tomó conciencia de la cosa, se empezó a actuar fuerte. Entonces el Cardenal Ratzinger llevó la cosa adelante, y la llevó, la llevó, la llevó y el Papa, San Juan Pablo II le dio luz verde para llevarla, o sea, él dio luz verde, y cuando lo hicieron Papa, ya actuó, porque estaba maduro el proceso. Pero, quiero dejar muy claro que el entonces Cardenal Ratzinger y San Juan Pablo II eran conscientes y dijeron: adelante. Uno, en la investigación. Y el otro dando luz verde.
Segundo: ¿Hubo encubrimiento? Uno puede presumir que sí, aunque siempre en justicia hay que presumir la inocencia. Pero sería raro que no, no, tuviera algún “padrinito” por ahí, medio engañado, medio que, que sospechaba y no supiera. Bueno, eso yo no lo he investigado. Abusos ahora: evidentemente que desde las primeras intervenciones de tolerancia cero, eso sigue....
Coincido con el Papa de que fue Juan Pablo II quien dio la orden de abrir el caso, pero con todo respeto creo que no había necesidad de haber bendecido a Marcial Maciel Degollado, era un gran enfermo, un gran pecador un criminal...
No sabemos quien fue el “padrinito”..

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