20 nov 2022

Las columnas políticas hoy, domingo 20 de noviembre de 2022

¡¡Conservadores del mundo, Uníos!

Líderes y activistas de extrema derecha se congregaron durante dos días en la Cd de Mx, en torno a la  Conferencia Política de Acción Conservadora - ala conservadora del partido Republicano- manifestó la intención de formar y animar a líderes de ultraderecha  para ganar el poder..


Llaman a crear un movimiento conservador que defienda valores como la fe, la vida desde la concepción, la patria y la familia.

“Este es un movimiento de gente dispuesta a dar la vida por lo que está en juego: Dios, patria, familia, libertad, democracia. “¡Aquí no hay tibios! Y es que, si no damos la batalla, perdemos la patria”, afirmó  Eduardo Verástegui, líder conservador de México de est grupo, que apdruina Donald Trump..

Y  el actor, y productor de nuevo criticó al  López Obrador que dijo trabaja para “imponer una agenda cultural de extrema izquierda” que “atenta” contra el derecho a la vida, la familia y la libertad religiosa.

Antes del mensaje de despedida mostró un mensaje de felicitación del padrino del cencuentro, el mismísimo Donald Trump.

Las primeras palabras del republicano fueron para agradecer a Verástegui “Es muy importante para los conservadores de todo el hemisferio que se unan para defender a Dios, la familia… Tenemos que asegurar nuestras fronteras y desmantelar los cárteles criminales que violentan a nuestra gente”, dijo Trump, quien ayer estreno su cuenta de Twitter.

“Necesitamos detener la propagación del socialismo y no dejar que continúe corriéndonos de la región o de nuestras tierras”, afirmó..

Hubo muchos comentarios de ese tipo..

Muy respetuoso pero que en México no se comparten, salvo en una minoría...

Y la Cumbre no estuvo  como hubieran deseado; les faltaron invitados, les falta sustancia...;Ya sabíamos lo que iban a decir...

Entre sus más famosos conferencistas estuvieron, Steve Bannon; el ex presidente de Polonia Lech Walesa, el presidente del partido español VOX, Santiago Abasca, entre otros.

Pero Bannon no acudió al evento, expuso igual que trump en videoconferencia, su discurso para criticar el voto electrónico pues aseguró que a través de esa herramienta se quieren robar las elecciones: No pudo asistir quizá porque no puede salir de EU ya que esta indiciado por el ataque al capitolio..

Bolsonaro hijo, por su parte, destapó al actor Eduardo Verástegui como candidato a la presidencia.

“Yo no sé qué partido nos representa hoy, antes sí, pero hoy no. Y yo creo que es importante pensar en un futuro en un partido que representa a la mayoría del pueblo mexicano”, dijo Verástegui...

Están pensando en un partido hermano del republicano pero más cercano a Dios, y a la patria..

No sabemos..; pero no les alcanza para llegar a Palacio.., no aun.., este país es plural

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Urge PRD a INE parar propaganda de marcha y de AMLO

PRD pidió al INE que dicte medidas cautelares para detener promoción ilegal de AMLO, en convocatoria a la contramarcha del 27 de noviembre. 

En un escrito presentado ante la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral del INE, el PRD pide que se actué de inmediato para detener las ilegalidades en que están incurriendo tanto el Presidente López Obrador como el partido Morena, gobernadores y legisladores por el llamado a participar en la movilización del próximo domingo, que genera la promoción del Presidente.

"Se está generando una campaña a nivel nacional de propaganda personalizada a favor del titular del Ejecutivo federal con uso indebido de recursos públicos", alega la denuncia firmada por el representante del partido ante el INE, Ángel Ávila.

También se denuncia a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; la secretaria de Energía, Rocío Nahle; el Gobernador de Puebla, Miguel Barbosa; el presidente y la secretaria general de Morena, Mario Delgado y Citlalli Hernández; así como diversos diputados y senadores de Morena.

Se pide en el escrito que se mandate de inmediato a los denunciados a que se abstengan de realizar promoción personalizada a favor de Andrés Manuel López Obrador en su carácter de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, ello con uso indebido de recursos públicos derivado de los altos cargos que ostentan.

"Que se abstengan de convocar a dicha actividad, al ser meramente institucional y relativa a funciones del Gobierno federal, que nada tiene que ver con sus facultades y obligaciones derivadas de su encargo", cita la demanda.(Reforma).

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Las columnas políticas hoy, domingo 20 de noviembre de 2022

La voz del pueblo (bueno) y los tuitazos de Trump

Bajo Reserva/El Universal

Nos cuentan que en Palacio Nacional están muy contentos porque le regresarán su cuenta de Twitter a Donald Trump, gran amigo del presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien, pese a los coscorrones que le propinó precisamente por la red del pajarito azul, sigue defendiendo. Nos hacen ver que al mandatario mexicano parece que ya se le olvidó el poder desestabilizador que tenían los tuits del ex inquilino de la Casa Blanca, que ponían a temblar a los mercados y al peso. Ayer terminó la encuesta tuitera del magnate Elon Musk con un Vox populi, vox dei (“la voz del pueblo es la voz de Dios”) y como 58 por ciento votaron por que regrese el neoyorquino que busca de nuevo la presidencia en 2024, le restablecerán su cuenta. Por ahora, la memoria del Presidente de México parece no estar en su mejor momento: ya no recuerda los calambres trumpianos y tampoco se acuerda que pidió una avalancha de votos para su partido y hasta volvió a pedirla porque se le olvidó también que lo denunciarán por violar leyes electorales. Cosas de la voz del pueblo bueno.

Monreal, la máscara y los rudos, los rudos, los rudos

Nos cuentan que a pesar de que el presentador lo describió como luchador de grandes ligas, “especialista en el jabeo para derrotar a sus adversarios y el único capaz de lanzarse desde la tercera cuerda”, Ricardo Monreal apareció en la Arena México sin la máscara que le habían obsequiado la víspera, vistió formal y emitió un discurso en el que insistió en que quiere ser el “presidente de la reconciliación”. Así, nos comentan, se quedaron con las ganas quienes esperaban que desde ese escenario de lucha libre aplicara llaves discursivas contra la llamada 4T y acelerara una ruptura con Morena. Mientras los rudos del partido guinda sí le quieren aplicar martinetes, don Ricardo se mantiene en el equipo de los técnicos.

 Guardia Nacional, sin equipo para operativos en zonas difíciles

Nos hacen ver que hay preocupación en la Guardia Nacional porque se quedaron sin adquirir equipo operativo de investigación para zonas de difícil acceso. Nos detallan que recientemente la dependencia federal lanzó la licitación LA-036H00998-E295-2022 para adquirir este equipo fundamental para sus tareas de seguridad, sobre todo ahora que pasó a formar parte de la Sedena. Sin embargo, la Dirección de Recursos Materiales determinó el 4 de noviembre que ninguna de las seis empresas que buscaban el contrato reunió las características necesarias y declaró desierto el concurso.

 Retiros de exfederales de la Guardia Nacional, en curso

Nos aseguran que el Programa de Separación Voluntaria para exintegrantes de la Policía Federal que desean retirarse, continúa en firme. Nos hacen ver que cerca de tres mil elementos se registraron en el programa e iniciaron sus trámites para descargar de sus expedientes el equipo, uniformes, cómputo o cualquier otro activo que tuvieran registrado y así tener acceso al finiquito que les corresponda. En este espacio le informamos que se canceló una convocatoria para el retiro, lo cual es cierto, pero era la segunda. La primera, nos detallan, sigue vigente. Los que ya se anotaron, seguirán su trámite sin problemas.

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Templo Mayor/ Reforma

MUY ACTIVOS andan morenistas, petistas y hasta pevemistas de todo el país organizando a sus huestes para la GME (Gran Marcha del Ego) convocada por Andrés Manuel López Obrador para el próximo domingo 27 de noviembre.

QUIENES saben del asunto de los cuates y las cuotas en la 4T cuentan que, dependiendo del grado de cercanía con el Presidente, hay quienes tienen la obligación de llevar a mil, mil 500 y hasta 2 mil personas cada uno.

ESTO OCURRE entre militantes y legisladores de manera independiente al acarreo institucional que se está haciendo en los gobiernos estatales y municipales morenistas, en donde se está "invitando" a los empleados a acudir voluntariamente a fuerzas y acompañados de familiares y amigos.

ASÍ ES QUE nadie se sorprenda si pasado el puente por el 20 de noviembre, sienten que en las dependencias de gobierno los trámites no avanzan o hay poca atención a los ciudadanos.

Y ES QUE todos estarán trabajando arduamente en lograr que la movilización presidencial sea toda una demostración de músculo y lo harán -vaya ironía- ¡a marchas forzadas!

VAYA pesadilla vivieron miles de automovilistas quienes, a pesar de haber pagado su cuota para circular por la autopista México-Cuernavaca, estuvieron parados al menos dos horas en una fila de 8 kilómetros por un bloqueo de profesores de Guerrero.

¿Y LA Guardia Nacional, que supuestamente es la encargada de garantizar la seguridad de quienes viajan por las carreteras? Bien, gracias, sin intervenir y nomás mirando cómo a los ciudadanos les echaban a perder el inicio de su puente vacacional.

¡AGÁRRENSE, que Donald Trump podría volver a Twitter! Elon Musk, el dueño de la red del pájaro azul, reactivó ayer la cuenta del ex presidente de EU que había sido proscrito por la anterior administración de esa plataforma por difundir noticias falsas.

Y AUNQUE el republicano se está haciendo del rogar y dijo que no tiene interés en regresar a la tuiteada, ni duda cabe de que sus renovadas aspiraciones presidenciales son un fuerte aliciente para que lo haga.

MÁS AÚN porque su regreso se decidió después de que el propio Musk organizara un sondeo en el que participaron 15 millones de usuarios y un 52 por ciento de ellos aceptó que se reactivara la cuenta.

POR CIERTO, entre los que votaron en favor de Trump estuvo Andrés Manuel López Obrador... así es que si el hombre del bronceado naranja y el copete planchado vuelve a darle de tuitazos a México y se pone a prometer nuevos muros, que ni se quejen en Palacio Nacional.

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Trascendió/Milenio

Este domingo habrá despliegue en Paseo de la Reforma, esta vez para recordar el 102 Aniversario de la Revolución Mexicana con el Desfile desde Campo Marte hasta el Zócalo de las Fuerzas Armadas, pero también de adelitas y revolucionarios y el ferrocarril, ceremonia que encabezará el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero esta vez más temprano de lo habitual, por el inicio del mundial de futbol en Qatar..

Hablando de Medio Oriente, desde Doha, el canciller Marcelo Ebrard dio el banderazo de inicio a los trabajos del Centro México para orientar y apoyar a los aficionados que viajen al mundial y ya tuvo su primera tarea, que fue confirmar con las autoridades catarís que no había ninguna sanción a ningún mexicano por comportamiento inadecuado, luego de difundirse en redes sociales una supuesta detención al compatriota que difundió en tik tok que a pesar de la prohibición, llegó con una botella de tequila…

Mientras, en tierras chiapanecas, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum encabezó un evento con más de cinco mil personas, junto con el director del IMSS, Zoé Robledo, de quien destacó el trabajo en equipo y continuó compartiendo como lo ha hecho con otras entidades, buenas prácticas en el gobierno capitalino, pues dijo, el centralismo ha quedado atrás…

Quien presentó en la Arena México su proyecto Reconciliación por México fue Ricardo Monreal, donde reapareció “Juanito” el ex jefe delegacional en Iztapalapa, en un evento que llenó la arena de bote en bote, pero que ante la prolongación de los discursos y el protocolo, no esperaron a que culminara y fueron vaciando las butacas cuando el zacatecano todavía se tomaba fotos con los asistentes…

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Marchar el 27. ¿Y después?/Hernán Gómez Bruera

Andrés Manuel López Obrador asumió que había que polarizar más. Para el Presidente eso es necesario para que su propio movimiento no se adormezca ni burocratice

El Universal, 

No soy de esos que creen inadmisible promover una movilización desde el oficialismo; quienes piensan que las marchas solo pueden organizarse desde la oposición.

Tampoco quiero ser de esos que postulan que el domingo 13 de enero marcharon “los ciudadanos”, mientras el 27 saldrán a la calle “los acarreados”. Eso es clasismo puro. 

Aún así, me cuesta entender la razón última de la marcha a la que convocó López Obrador para el último domingo de este mes.

Originalmente, la idea era ocupar el Zócalo capitalino un jueves para el Cuarto Informe. A raíz de la inédita marcha del día 13 —cuya afluencia sorprendió a propios y extraños— el Presidente decidió convocar a su propia movilización.

Se antojan dos explicaciones: la primera es alimentar la polarización. Después de la elección de 2021, AMLO se convenció de que esa era la vía. Otros habrían tomado otra decisión. El asumió que había que polarizar más. Para el Presidente eso es necesario para que su propio movimiento no se adormezca ni burocratice.

En ese contexto se puede explicar la descuidada iniciativa de reforma electoral que presentó su gobierno: Una reforma cuyo contenido y destino, en el fondo, le importan relativamente poco al mandatario. Aunque parezca lo contrario.

En el contexto de esa estrategia polarizante puede explicarse también que AMLO haya sido —a través de su publicidad negativa— el principal promotor de la movilización del domingo 13.

Porque aunque le duela a la derecha, fue un éxito del Presidente sacar a las calles a cientos de miles de opositores. De ese tamaño es su inteligencia y habilidad política.

La principal razón de López Obrador para movilizar el día 27, dicen varios obradoristas, es “mostrar músculo político”. Y aquí comienzan mis dudas. ¿Músculo en torno a un Presidente que está en vísperas de concluir su mandato y cuya sucesión él mismo adelantó?

Más allá de rendirle culto a su personalidad, ¿qué sentido tiene salir a las calles en una versión mexicanizada del “Perón, Perón, qué grande sos”?

Si Andrés Manuel tuviera en mente un proyecto reeleccionista, entendería que sus seguidores tomaran las calles a aclamar al líder de la Cuarta Transformación.

 No siendo así, ¿para qué marchar? O incluso: ¿En torno a qué causa o propósito? No me opongo a la marcha: Marchemos, pero… ¿y después?

En 2018, cuando López Obrador cerró su campaña en el Estadio Azteca, exclamó: “Solo el pueblo organizado puede salvar a la Nación”. Una frase potentísima, salvo que al llegar al poder él y su partido se olvidaron de eso.

A diferencia de otros líderes de la izquierda populista, que han apelado continuamente a la movilización popular para apuntalar sus procesos de transformación, el obradorismo y Morena han sido renuentes a ello. ¿Por qué ahora al Presidente se le ocurre movilizar?

Se me ocurren 20 motivos para los cuales un presidente con semejante arrastre popular podría convocar a sus seguidores a salir a las calles: desde reivindicar aumentos al salario mínimo, y luego concederlos, hasta presionar al Legislativo para aprobar una reforma energética nacionalista.

Desde pugnar por una 4T versión 2.1, hasta clamar por una reforma fiscal que tase las herencias o las grandes fortunas. Incluso clamar “muera el racismo y el clasismo”, qué se yo.

Pero esta es una convocatoria sin consigna y planteada con cierta pereza mental. Una marcha para jugar a las fuercitas con la oposición de una forma un tanto infantil. ¿No será que hace falta algo más? 

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Nostalgia/Gaby Vargas

Todos tenemos sitios, épocas y lugares, en los que descubrimos la felicidad, tiempos en los que nos creíamos eternos. Versiones endulzadas de la realidad

El Universal

El día anterior había regresado del campamento. Por primera había estado fuera de la mirada de sus padres durante tres semanas. Pablo tenía 9 años, hizo amigos y vivió experiencias transformadoras, como fogatas, excursiones y caminatas.

Ya en la ciudad, su papá y yo llevamos a nuestro hijo a comer a un restaurante; lo notamos callado. Mientras esperábamos la llegada de la comida, vimos que su mirada se perdía, con la atención dentro de su mente. En unos días más, iniciaba el año escolar.

—¿Qué piensas gordo? —Le preguntamos.

—No sé lo que siento… estoy contento de estar aquí, pero quiero estar en el campamento, extraño a mis amigos, siento tristeza porque a lo mejor no los vuelvo a ver.

Pablo en ese momento estrenaba una sensación extraña, difícil de descifrar, la mezcla de gusto, tristeza y añoranza. Un cóctel de sensaciones que todo ser humano vive y revive varias veces en la vida: nostalgia. La presencia de la ausencia. Sucede ante un momento de felicidad que intuimos no volverá y que, conforme los años pasan, nos invade con mayor frecuencia.

Todos tenemos sitios, épocas y lugares, en los que descubrimos la felicidad: la casa de la infancia, el parque donde aprendimos a andar en bici, un viaje que nos pareció perfecto, el novio o la novia con quien descubrimos el amor, la música y moda de la juventud. Épocas en las que nos creíamos eternos, como eterno todo lo que nos rodeaba. Versiones endulzadas de la realidad.

Hace unos días llegué a la casa de mis suegros en Tepoztlán. Una casita que perteneció a los papás de mi suegro, a la cual llegaban en tren y en burro y que alumbraban con quinqués. Hacía cerca de 20 años, desde que mis suegros murieron, que no regresaba. Al entrar noté los mismos muebles, el mismo acomodo de los objetos, los mismos cuadros, los mismos adornos y sentí lo que hacía mucho no sentía: nostalgia. Recordé la canción en que se dice: “Las cosas quedan, la gente se va” y comprobé cuán cierto es.

Observé en mi memoria, como en cámara rápida, las paredes impregnadas de historia, imágenes, momentos vividos y detenidos en el tiempo y enterrados en la mente. Sin embargo, en el instante en que mi mirada se encontró con ellas, como magia, los recuerdos despertaron y cobraron vida.

Vi a Leonor, mi suegra, a quien tanto quise, sentada en la terraza en camisón con su taza de café matutino. Vi a mis hijos asomados por los barrotes de la escalera de madera redonda que llevaba al piso superior, mientras los adultos bailábamos en algún festejo. Me vi feliz en el jardín, abrazada de Pablo, mientras posábamos para la foto de nuestro primer embarazo. Las escenas revividas se agolpaban en la mente con un nudo en la garganta.

Nos sentamos a comer bajo la presencia imponente de los cerros de Tepoztlán. La misma vajilla, los mismos vasos y, cuando mordí el taco de aguacate, todo en mi cuerpo despertó. Me remonté a tantas comidas, risas, brindis en familia alrededor de esas tortillas que son únicas. ¡Qué gozada! Cuánta nostalgia.

Me doy cuenta de que sólo cuando hubo felicidad, encontramos nostalgia; de no ser así, sería dolor. También me percato de la manera en que los recuerdos enaltecen. La casa no era tan bella como yo la creía, era la felicidad la que la convertía en una cobija que te envuelve y acoge. Lo que extrañamos no son los escenarios, sino la juventud y lo felices que fuimos en ellos.

Asimismo, me doy cuenta de que lo que vivimos hoy, es lo que mañana será recordado con nostalgia. Por lo que el presente, en el que nos sentimos eternos, es el momento más valioso que tenemos.

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Pasar por el cuerpo/Eduardo Caccia

en REFORMA,,

Conducía por una vialidad de tres carriles, junto al camellón. Súbitamente tuve que virar. Frente a mí había un montón de arena y un minúsculo cono de plástico color naranja. Un trabajador paleaba el material que habían dejado sobre la calle y parte sobre el camellón. Si este trabajador fuera conductor, sabría que poner un cono de advertencia justo en el sitio, es inútil. Sabemos que las señales preventivas deben darse con decenas de metros de anticipación, para poder frenar. Esta anécdota, aparentemente banal, encierra claves de cómo aprendemos a hacer las cosas, cómo hay gente experta y gente ineficiente.

Ignoro si al trabajador en cuestión le dijeron vagamente "pon un cono en el carril" o si hay todo un manual en su empresa de cómo se hacen las cosas. El punto es que no es lo mismo tener la información de algo, haberlo leído incluso, que saber hacerlo (y hacerlo bien). Sin que este trabajador haya experimentado lo que es manejar, difícilmente sabrá cómo tiene que evitar accidentes con una buena prevención. En otras palabras, tiene que pasar el aprendizaje por el cuerpo, lo tiene que vivir "en carne propia". Es el mismo caso de cuando se pretende que un negocio que atiende a público selecto ("VIP"), tenga colaboradores que no hayan viajado en primera clase o que no se hayan hospedado en hoteles de lujo para experimentar la sensación de lo que es ser atendido con estándares de exclusividad, de modo que luego ellos lo repliquen con sus clientes.

La sapiencia de mi amigo y socio David me condujo a Heidegger, el filósofo alemán que retó la teoría platónica de que experimentamos el mundo con la dualidad sujeto objeto, es decir, los objetos están afuera de nosotros, quienes los observamos. Lo mismo hizo Descartes, dividió cuerpo y mente. Heidegger refuta la idea de que conocer es saber. Para él, el saber está integrado al hacer, por lo que acción y pensamiento son inseparables. Veámoslo así: les han pedido a virtuosos de la música o del deporte que expliquen racionalmente cómo hacen lo que hacen, y ha sido inútil la información. Hay algo que funde al sujeto con el objeto, como un pianista y el piano, algo que, aunque se ponga por escrito, no les sirve a los demás. Los datos no bastan. La clave está en el cuerpo. Saber las reglas del ajedrez no es saber jugar ajedrez. Un simulador de vuelo es muy efectivo, hace que los futuros pilotos pasen por el cuerpo su aprendizaje. Un piloto de fórmula uno tiene una comunión con su auto, no son dos entidades, son un binomio.

Hay quienes hacen apología de los datos y con ellos pretenden leer la realidad y dar recomendaciones, por ejemplo, a empresarios, sin jamás haber sido empresarios, sin (haber pasado por el cuerpo) lo que es dirigir una empresa y experimentar lo que es hacer empresa. En una receta de cocina, la lista de ingredientes y las instrucciones de cómo mezclarlos son los datos. Pero no bastan para saber cocinar. A Leah Chase, de Nueva Orleans, le pedían las recetas de sus extraordinarios guisos; ¡la receta era ella misma! Esto explica por qué hay personas con diferente sazón. No, no es lo mismo conocer que saber (y saber hacer).

Hay ocasiones en que necesito acordarme de una clave digital. Mi mente no la recuerda hasta que mis manos tocan el teclado. La acción mecánica de mover los dedos equivale a pasar por el cuerpo eso que es recordar un dato. La reflexión es interesante si la derivamos a otros territorios. Ejemplo, cuando personas célibes dan consejos de relación matrimonial o de vida en pareja. O pensemos en egresados de universidades que conocen mucha información, pero no saben casi nada, no han tenido práctica. Sin menoscabar la teoría, aprendemos haciendo y reflexionando en lo que hacemos. La experiencia es el saber acumulado en el hacer.

Volviendo al trabajador que arriesga su vida sobre la avenida mientras mueve la arena, ¿no debería su capacitación incluir (pasar por el cuerpo) el manejo de un automóvil para que sepa cómo tiene que colocar sus señales preventivas? Como hace una buena actriz o actor, se "adueñan" del personaje, se vuelven uno. No son actor de un lado y personaje del otro. De la misma forma, el trabajador debería ser uno con el sistema vial.

Hay algo en el mundo que nos es desconocido, hasta que lo habitamos.

@eduardo_caccia

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Disonancias/Luis Rubio

en REFORMA

"Las culturas difieren notoriamente en cuanto al contenido de sus reglas, pero no hay cultura sin reglas, muchas reglas". En el último medio siglo, México transitó de un mundo de reglas establecidas desde el poder y para el poder -las importantes siempre siendo reglas "no escritas" y, de ellas, la primera era que nadie disputara la autoridad y legitimidad del presidente- hacia un sistema de reglas codificadas y establecidas en blanco y negro. Fue un intento loable, pero realizado sin convicción más allá de algunas áreas de la economía, especialmente aquellas vinculadas a la inversión y el comercio exterior y en el ámbito electoral. El resto siguió, y sigue, el viejo patrón. Ahora vamos de regreso hacia el reino del jefe máximo. La pregunta clave es si esas dos áreas -la economía y el sistema electoral- perderán esa cualidad única que las ha hecho distintivas y clave para la prosperidad y democratización, respectivamente, del país.

Las reglas, dice Lorraine Daston*, son parte inherente a la naturaleza humana, pero no todas las reglas son iguales y cada cultura desarrolla las suyas propias y las modifica en la medida de su proceso evolutivo. Cada sociedad, dice la autora, desarrolla dos tipos de reglas: las densas y las ligeras. Las primeras son administradas por jueces o expertos porque vienen acompañadas de excepciones circunstanciales, como ocurre con procesos judiciales, el juego de ajedrez o la conducción de operaciones militares. En estos casos, se requiere la interpretación o el juicio de expertos o personas especializadas para aplicar reglas que, por naturaleza, entrañan un elevado grado de discrecionalidad. Es por esto último que ese es el tipo de reglas que prefieren los políticos encumbrados pues les confieren poderes extraordinarios, con elevada propensión a la arbitrariedad.

Las reglas "ligeras" son explícitas, precisas y no sujetas a interpretación: la escritura (con su alfabeto y reglas gramaticales), la geometría, el tránsito de vehículos y otras similares que hacen posible la convivencia y la interacción humanas porque generan disciplinas elementales. Todas las sociedades desarrollan reglas que se codifican y publican de manera natural. En países serios, la obtención de una licencia de conducir requiere un examen de conocimiento (de las reglas) y de manejo, ambos requisitos esenciales para la vida en convivencia pacífica.

Si bien siempre hay reglas que requieren interpretación, el desarrollo de las sociedades y la creciente complejidad de la actividad económica exigen reglas (y leyes) confiables, conocidas por todos, no sujetas a interpretación y aplicadas de manera uniforme. Un exportador cuenta con que las reglas aduanales y fiscales del país al que le vende serán respetadas; un importador espera que, al llegar a la aduana, sus mercancías, de cumplir con los requisitos, podrán pasar de manera expedita. De manera paralela, un inversionista que pretenda fabricar bienes en el país cuenta con que las reglas se harán cumplir de manera pareja para todos, de acuerdo con lo establecido en los códigos o tratados respectivos.

Uno fácilmente puede imaginar el proceso que llevó a la adopción de reglas para la conducción de automóviles: cuando había sólo unos cuantos transitando, especialmente en lo que hoy son los centros de las ciudades con calles angostas, cada quien circulaba a su mejor entender; igual el estacionamiento o la dirección de las calles mismas. Poco a poco fue necesario adoptar reglas para que fluyera la circulación. Cuando éstas se acogen se convierten en normas sociales, con lo que adquieren permanencia y legitimidad. Eso mismo ha ocurrido con las leyes electorales que, con toda su complejidad, se convirtieron en norma que la ciudadanía reconoce como una característica distintiva y crucial para la determinación de quién nos gobernará.

La pretensión de echar hacia atrás este andamiaje es connatural a un gobierno que prefiere imponer sus propias reglas, interpretarlas y, en el camino, mantener un amplio margen de discrecionalidad. Pero no hay mayor riesgo para una sociedad organizada que un gobernante que así actúa, especialmente cuando se trata de asuntos de enorme volatilidad. Por ejemplo, las reformas electorales, desde fines de los cincuenta pero especialmente desde los noventa, se emprendieron no por gracia divina sino por la necesidad imperiosa de evitar violencia política. Morena jamás habría llegado al poder de no haber existido ese marco normativo. Lo mismo ocurre en nuestra relación con Estados Unidos y Canadá: el tratado que nos vincula existe para hacer predecibles los flujos de mercancías e inversión en ambas direcciones. El país se paralizaría, en lo político y en lo económico, de ponerse en duda estas dos fuentes de certidumbre y paz.

Carl Schmitt, un entusiasta promotor del régimen nazi, definió la soberanía como "el poder de decidir sobre las excepciones". No es casualidad que detestara la existencia de leyes y el debido proceso porque éstos limitaban los poderes gubernamentales. Ese es el tipo de compañía en que estaríamos si, en lugar de avanzar hacia la civilización, proseguimos en esta cauda destructora de todo lo que hace funcionar al país, sin aportar nada mejor para lograrlo.

* Rules: A Short History of What We Live By

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Ciudadanos/Carlos Elizondo Mayer-Serra

en REFORMA

AMLO habla en nombre del pueblo. No se refiere a los pueblos como comunidades. Apela a quienes no tienen privilegios, a quienes no pertenecen a esa minoría tachada por AMLO de conservadora, corrupta, sin escrúpulos e hipócrita, en oposición al pueblo bueno y sabio.

Con ese pueblo AMLO ha ido tejiendo una estrecha relación. Para Peña Nieto, un buen fin de semana era jugar golf con sus amigos; para AMLO, visitar zonas marginadas. Lo hace de forma disciplinada. A Peña Nieto se le veía cómodo en eventos de gala. A AMLO, en ceremonias donde le dan un bastón de mando de algún pueblo originario.

Sin embargo, lo opuesto al pueblo no es la élite económica, sino los ciudadanos. Éstos son los actores centrales de la democracia liberal. Pueden ser de derecha o de izquierda, pobres o ricos. Se distinguen por ser individuos para quienes su relación con el Estado parte del principio de poder reclamar sus derechos y cumplir con sus obligaciones.

Los ciudadanos se manifestaron el domingo pasado de forma libre y hasta desordenada, por ello el cierre en el Monumento a la Revolución fue anticlimático: mientras muchos apenas llegábamos, otros ya se iban tras haber escuchado el discurso de Woldenberg. Los partidos políticos eran invitados marginales. El eje de las consignas eran gritos por México o a favor del INE.

No fueron ni entre 10 mil y 12 mil, como dijo el secretario de Gobierno de la CDMX; ni entre 50 mil y 60 mil, como señaló AMLO. Fueron por lo menos 4 veces más. Ahí están las fotos en las primeras planas de los diarios y los videos en redes sociales, aunque muchos ni se enteraron, pues los algoritmos de las redes sociales solo muestran lo que uno quiere ver. No se marchó únicamente en la capital, sino en muchas otras ciudades, logrando una de las movilizaciones más grandes en la historia reciente.

El domingo entrante AMLO hará su desfile. No había usado su músculo. Lo veremos en todo su esplendor. Ahí estarán los autobuses, las consignas, las matracas, los lonches. Llenarán el Zócalo, algunos de forma entusiasta, otros para cumplir con sus líderes. Habrá oradores oficiales y diatribas para los opositores.

El peso real de cada grupo no se puede medir a partir de cuántos se movilizan ni por un conteo censal con base en el ingreso o por algún otro indicador. Los marxistas aprendieron hace muchas décadas que no todos los obreros votan por partidos obreros, o por ponerlo en sus términos: no todos tienen conciencia de clase. El votante decide en función de muchos valores. Por Trump, siendo de derecha, votan obreros blancos de Pensilvania y por Biden, de izquierda, empresarios ricos de California.

Con todo, los indicadores socioeconómicos ayudan a entender la naturaleza de las coaliciones electorales. En el 2018, entre los votantes con educación superior o más, AMLO recibió una proporción de votos mayor que entre quienes contaban con educación primaria o menor. Esto se invirtió en la elección del 2021.

¿Cómo se identifica más el mexicano, como pueblo o como ciudadano? Esta pregunta fue planteada por Alejandro Moreno en una encuesta reciente. El 58 por ciento se dice ciudadano; el 40, pueblo. La aprobación presidencial entre los primeros es de 45 por ciento; entre los segundos, de 72.

La democracia contemporánea surge cuando los procesos de modernización económica crean ciudadanos. El PRI transformó un país rural en uno urbano y con crecientes clases medias, ahí cavó su eventual tumba. El ciudadano harto del PRI votó por Fox en el 2000 y no por Cuauhtémoc Cárdenas. El voto rural, el del pueblo, supuestamente incondicional a Labastida, no llegó con la densidad esperada al ejercer su libertad de elección.

Las elecciones del 2024 se resolverán en función de qué valores priorizan tanto quienes se consideran pueblo o ciudadanos. El primero, organizado por Morena y con la candidata seleccionada por AMLO. Los segundos, esperando a un líder capaz de aglutinarlos.

@carloselizondom

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Disonancias/Luis Rubio

en REFORMA...,

"Las culturas difieren notoriamente en cuanto al contenido de sus reglas, pero no hay cultura sin reglas, muchas reglas". En el último medio siglo, México transitó de un mundo de reglas establecidas desde el poder y para el poder -las importantes siempre siendo reglas "no escritas" y, de ellas, la primera era que nadie disputara la autoridad y legitimidad del presidente- hacia un sistema de reglas codificadas y establecidas en blanco y negro. Fue un intento loable, pero realizado sin convicción más allá de algunas áreas de la economía, especialmente aquellas vinculadas a la inversión y el comercio exterior y en el ámbito electoral. El resto siguió, y sigue, el viejo patrón. Ahora vamos de regreso hacia el reino del jefe máximo. La pregunta clave es si esas dos áreas -la economía y el sistema electoral- perderán esa cualidad única que las ha hecho distintivas y clave para la prosperidad y democratización, respectivamente, del país.

Las reglas, dice Lorraine Daston*, son parte inherente a la naturaleza humana, pero no todas las reglas son iguales y cada cultura desarrolla las suyas propias y las modifica en la medida de su proceso evolutivo. Cada sociedad, dice la autora, desarrolla dos tipos de reglas: las densas y las ligeras. Las primeras son administradas por jueces o expertos porque vienen acompañadas de excepciones circunstanciales, como ocurre con procesos judiciales, el juego de ajedrez o la conducción de operaciones militares. En estos casos, se requiere la interpretación o el juicio de expertos o personas especializadas para aplicar reglas que, por naturaleza, entrañan un elevado grado de discrecionalidad. Es por esto último que ese es el tipo de reglas que prefieren los políticos encumbrados pues les confieren poderes extraordinarios, con elevada propensión a la arbitrariedad.

Las reglas "ligeras" son explícitas, precisas y no sujetas a interpretación: la escritura (con su alfabeto y reglas gramaticales), la geometría, el tránsito de vehículos y otras similares que hacen posible la convivencia y la interacción humanas porque generan disciplinas elementales. Todas las sociedades desarrollan reglas que se codifican y publican de manera natural. En países serios, la obtención de una licencia de conducir requiere un examen de conocimiento (de las reglas) y de manejo, ambos requisitos esenciales para la vida en convivencia pacífica.

Si bien siempre hay reglas que requieren interpretación, el desarrollo de las sociedades y la creciente complejidad de la actividad económica exigen reglas (y leyes) confiables, conocidas por todos, no sujetas a interpretación y aplicadas de manera uniforme. Un exportador cuenta con que las reglas aduanales y fiscales del país al que le vende serán respetadas; un importador espera que, al llegar a la aduana, sus mercancías, de cumplir con los requisitos, podrán pasar de manera expedita. De manera paralela, un inversionista que pretenda fabricar bienes en el país cuenta con que las reglas se harán cumplir de manera pareja para todos, de acuerdo con lo establecido en los códigos o tratados respectivos.

Uno fácilmente puede imaginar el proceso que llevó a la adopción de reglas para la conducción de automóviles: cuando había sólo unos cuantos transitando, especialmente en lo que hoy son los centros de las ciudades con calles angostas, cada quien circulaba a su mejor entender; igual el estacionamiento o la dirección de las calles mismas. Poco a poco fue necesario adoptar reglas para que fluyera la circulación. Cuando éstas se acogen se convierten en normas sociales, con lo que adquieren permanencia y legitimidad. Eso mismo ha ocurrido con las leyes electorales que, con toda su complejidad, se convirtieron en norma que la ciudadanía reconoce como una característica distintiva y crucial para la determinación de quién nos gobernará.

La pretensión de echar hacia atrás este andamiaje es connatural a un gobierno que prefiere imponer sus propias reglas, interpretarlas y, en el camino, mantener un amplio margen de discrecionalidad. Pero no hay mayor riesgo para una sociedad organizada que un gobernante que así actúa, especialmente cuando se trata de asuntos de enorme volatilidad. Por ejemplo, las reformas electorales, desde fines de los cincuenta pero especialmente desde los noventa, se emprendieron no por gracia divina sino por la necesidad imperiosa de evitar violencia política. Morena jamás habría llegado al poder de no haber existido ese marco normativo. Lo mismo ocurre en nuestra relación con Estados Unidos y Canadá: el tratado que nos vincula existe para hacer predecibles los flujos de mercancías e inversión en ambas direcciones. El país se paralizaría, en lo político y en lo económico, de ponerse en duda estas dos fuentes de certidumbre y paz.

Carl Schmitt, un entusiasta promotor del régimen nazi, definió la soberanía como "el poder de decidir sobre las excepciones". No es casualidad que detestara la existencia de leyes y el debido proceso porque éstos limitaban los poderes gubernamentales. Ese es el tipo de compañía en que estaríamos si, en lugar de avanzar hacia la civilización, proseguimos en esta cauda destructora de todo lo que hace funcionar al país, sin aportar nada mejor para lograrlo.

* Rules: A Short History of What We Live By

@lrubiof

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Ciudadanos/Carlos Elizondo Mayer-Serra

en REFORMA

AMLO habla en nombre del pueblo. No se refiere a los pueblos como comunidades. Apela a quienes no tienen privilegios, a quienes no pertenecen a esa minoría tachada por AMLO de conservadora, corrupta, sin escrúpulos e hipócrita, en oposición al pueblo bueno y sabio.

Con ese pueblo AMLO ha ido tejiendo una estrecha relación. Para Peña Nieto, un buen fin de semana era jugar golf con sus amigos; para AMLO, visitar zonas marginadas. Lo hace de forma disciplinada. A Peña Nieto se le veía cómodo en eventos de gala. A AMLO, en ceremonias donde le dan un bastón de mando de algún pueblo originario.

Sin embargo, lo opuesto al pueblo no es la élite económica, sino los ciudadanos. Éstos son los actores centrales de la democracia liberal. Pueden ser de derecha o de izquierda, pobres o ricos. Se distinguen por ser individuos para quienes su relación con el Estado parte del principio de poder reclamar sus derechos y cumplir con sus obligaciones.

Los ciudadanos se manifestaron el domingo pasado de forma libre y hasta desordenada, por ello el cierre en el Monumento a la Revolución fue anticlimático: mientras muchos apenas llegábamos, otros ya se iban tras haber escuchado el discurso de Woldenberg. Los partidos políticos eran invitados marginales. El eje de las consignas eran gritos por México o a favor del INE.

No fueron ni entre 10 mil y 12 mil, como dijo el secretario de Gobierno de la CDMX; ni entre 50 mil y 60 mil, como señaló AMLO. Fueron por lo menos 4 veces más. Ahí están las fotos en las primeras planas de los diarios y los videos en redes sociales, aunque muchos ni se enteraron, pues los algoritmos de las redes sociales solo muestran lo que uno quiere ver. No se marchó únicamente en la capital, sino en muchas otras ciudades, logrando una de las movilizaciones más grandes en la historia reciente.

El domingo entrante AMLO hará su desfile. No había usado su músculo. Lo veremos en todo su esplendor. Ahí estarán los autobuses, las consignas, las matracas, los lonches. Llenarán el Zócalo, algunos de forma entusiasta, otros para cumplir con sus líderes. Habrá oradores oficiales y diatribas para los opositores.

El peso real de cada grupo no se puede medir a partir de cuántos se movilizan ni por un conteo censal con base en el ingreso o por algún otro indicador. Los marxistas aprendieron hace muchas décadas que no todos los obreros votan por partidos obreros, o por ponerlo en sus términos: no todos tienen conciencia de clase. El votante decide en función de muchos valores. Por Trump, siendo de derecha, votan obreros blancos de Pensilvania y por Biden, de izquierda, empresarios ricos de California.

Con todo, los indicadores socioeconómicos ayudan a entender la naturaleza de las coaliciones electorales. En el 2018, entre los votantes con educación superior o más, AMLO recibió una proporción de votos mayor que entre quienes contaban con educación primaria o menor. Esto se invirtió en la elección del 2021.

¿Cómo se identifica más el mexicano, como pueblo o como ciudadano? Esta pregunta fue planteada por Alejandro Moreno en una encuesta reciente. El 58 por ciento se dice ciudadano; el 40, pueblo. La aprobación presidencial entre los primeros es de 45 por ciento; entre los segundos, de 72.

La democracia contemporánea surge cuando los procesos de modernización económica crean ciudadanos. El PRI transformó un país rural en uno urbano y con crecientes clases medias, ahí cavó su eventual tumba. El ciudadano harto del PRI votó por Fox en el 2000 y no por Cuauhtémoc Cárdenas. El voto rural, el del pueblo, supuestamente incondicional a Labastida, no llegó con la densidad esperada al ejercer su libertad de elección.

Las elecciones del 2024 se resolverán en función de qué valores priorizan tanto quienes se consideran pueblo o ciudadanos. El primero, organizado por Morena y con la candidata seleccionada por AMLO. Los segundos, esperando a un líder capaz de aglutinarlos.

@carloselizondom

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