28 feb 2023

Las columnas políticas hoy, martes 28 de febrero de 2023

La razón, la cordura se impuso al capricho presidencial

Finalmente, el presidente López Obrador reflexionó, rectificó, reculó en el caso de la empresa de vehículos eléctricos Tesla propiedad de Elos Musk..


“Si no hay agua, no (lo permitiría). No, no habría posibilidad (de que se instale la planta en Nuevo León). No, sencillamente no se entregan permisos para eso, o sea, no es factible”, dijo AMLO cuestionado sobre el tema en mañanera Palacio Nacional.

Puso como ejemplo a la cervecera Constellation Brands que canceló en Mexicali y se tuvo que mudar a Veracruz, ello debida a una encuesta patito...

Hay que decirlo, AMLO quería capricho presidencial que la empresa se instalará en Hidalgo, cerca de AIFA, incluso ya estaba listas varias hectáreas, el argumento fue pueril, la falta de agua...

Empero, la empresa no necesita mucha agua y la que usará será reciclada, lo dijo el gobernador de NL, Samuel García..

Estamos hablando de una inversión de casi 10 mil millones de dólares.

¡Qué bueno que llegó la cordura!, se impuso la razón.

El capricho presidencial iba a llevarnos a que la empresa se fuera a otro país: los tiempos de Elon Musk no son los del presidente de México...

De haberlo impedido, la incertidumbre y la desconfianza podrían frenar la ola de inversiones en México...

Y en la mañanera de este martes, informó que Tesla si se instalará en Nuevo León, con una serie de compromisos para enfrentar la "escasez de agua", subrayó...

Mencionó que desde el viernes tuvo comunicación con el dueño de Tesla, y ayer volvieron a charlar. No quiso dar detalles.."Se van a dar a conocer compromisos y la semana que viene otros compromisos., dijo.

Tras la confirmación de la llegada de Tesla a Nuevo León, el Gobernador Samuel García agradeció a López Obrador y a Musk su confianza.

"Muchas gracias al presidente y a Elon Musk por la confianza. Ahora sí Nuevo León, a jalar el doble", expresó García en un video de Instagram...

¡Ganó México, Ganó NL, ¡GANAMOS TODOS!, escribió en Twitter..

En efecto, ganó la razón, perdió la soberbia, el capricho. presidencial...

No me hubiera imaginado si AMLO decide consultar esa decisión al pueblo sabio...

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Demencial, reforma electoral, dice Córdova a estadounidenses

Ante la American Society of Mexico, el presidente del INE, Lorenzo Córdova, advirtió que la reforma electoral es "demencial", pues generará graves riesgos en las próximas elecciones.

El consejero aseguró que los mexicanos deben unirse a la batalla colectiva en defensa del sistema democrático actual, porque, de lo contrario, las elecciones se convertirán en un problema, cuando no lo son ahora.

"Cuando las democracias mueren tiene dos responsables: aquel que ataca, destruye la democracia, con un propósito político, pero también hay otro responsable, aquellos que pasivamente vieron como la democracia era atacada y finalmente aniquilada, es decir la pasividad, la indolencia de los ciudadanos que ven como su democracia se agota y no hace nada, es también responsabilidad en la muerte de las democracias", dijo.

Ante miembros de la comunidad estadounidense-mexicana, Córdova consideró que en México existe una sociedad dispuesta defender algo que le pertenece, como son las reglas democráticas de acceso al poder, por lo que recordó que pueden ampararse como ciudadanos ante los impactos de la nueva legislación, que está por publicarse.

"Las elecciones como hace 35 años van a volver a ser un problema que se va a sumar a los problemas de pobreza, desigualdad, impunidad, corrupción y violencia que hoy nos aquejan. No queremos un problema donde no lo tenemos. Entonces digo: no permitamos que en México la democracia se nos agote por no hacer nada", indicó tras festejar la movilización del domingo.

Resumió que el "Plan B" es una reforma disruptiva que va en contra de todo lo construido en 35 años, fue propuesta desde el poder, no desde la oposición, como solía ser, se aprobó por una "aplanadora legislativa" oficialista y sin consultar a expertos o a las autoridades electorales.

Sin mencionar directamente al Presidente Andrés Manuel López Obrador, afirmó que si bien en la elección del 2006 hubo situaciones cuestionables como la intervención indebida del gobierno y sus funcionarios, uso de recursos públicos para favorecer a una fuerza política, dinero privado para la compra de publicidad, no existió un fraude.

"El fraude respecto del 2006, estoy convencido, es más un discurso público y político que algo probado. No hay fraudes y el voto es el que determina quién gana y quién pierde elecciones", indicó.

Sin embargo, aseguró, parte de lo que se corrigió para que no volviera a suceder, va a regresar, provocando riesgos en la paz pública y gobernabilidad.

Córdova fue ovacionado cuando afirmó que un ejemplo de la pulcritud con la que trabaja el INE fueron las elecciones de Tamaulipas, donde pese a su complejidad por el crimen organizado, se instaló el 100 por ciento de casillas.

Confió en que la Suprema Corte de Justicia revertirá la nueva legislación, y afirmó que el primer logro es que un ministro haya suspendido la aplicación de la Ley de Comunicación Social en el Estado de México y Coahuila, pues permite la injerencia de funcionarios en la elección. (Nota de Erika Heenández/ Reforma)

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Las columnas políticas hoy, martes 28 de febrero de 2023 

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La promesa que AMLO no cumplirá/Francisco Garfias

Excelsior, 

Arsenal

No hay que restarle méritos a Andrés Manuel López Obrador. Es el único presidente mexicano que ha abarrotado de gente el Zócalo, pero en su contra. Toda la semana, el autócrata torpedeó la manifestación en defensa del INE y la democracia. Anatemizó a los ciudadanos que asistieron al Zócalo.

Lo hizo con falsedades que saltan a la vista. Los llamó corruptos, cómplices de García Luna, rateros, integrantes del narcoestado. Pero fue un búmeran. Ayer presumió que él ha llenado el Zócalo 60 veces. ¿Vitacilina, señor Presidente? ¿Se le olvidó su promesa de que, “a la primera manifestación con más de 100 mil personas en su contra, se iría a la Chingada (nombre de su rancho en Chiapas)? Son preguntas, no se alboroten.

Los organizadores de la manifestación calcularon en 500 mil los ciudadanos que estuvieron en el Zócalo para defender al INE. El propio AMLO los calcula entre 80 mil y 100 mil, sin contar los que lo hicieron en más de 100 ciudades. Diez a uno a que no cumple su promesa.

* Nos adelantamos a pedirle a Claudio X. González, uno de los villanos de AMLO, su opinión sobre las reiteradas críticas que le hacen en la mañanera. “No me preocupa porque se dicen muchas cosas en la mañanera que son mentiras o son distractores”, respondió uno de los principales opositores a la 4T. Hablamos con él atrás del templete que el domingo se instaló en el Zócalo. -Usted es cliente distinguido en las mañaneras —le recordamos.

-Será porque quizá sea funcional al discurso del Presidente. Hay que entender que viene de los populistas autoritarios latinoamericanos que, cuando no saben gobernar, cuando son ineptos, corruptos, quieren destruir a las instituciones, hablan, hablan y hablan…

Claudio X. González es uno de los convocantes y destacados manifestantes que AMLO “lampareó” en la mañanera de ayer, al estilo del viejo oeste, pero en versión siglo XXI. En la pantalla del salón de Palacio Nacional proyectó sus fotografías, al estilo del viejo oeste, pero en digital. Sólo faltó el “se busca” y el monto de la recompensa. En la galería de los apoyadores del narcoestado colocó al excanciller Jorge Castañeda, al historiador Enrique Krauze; al exgobernador de Morelos, Marco Adame; a Gustavo de Hoyos, expresidente de la Coparmex.

A los dos oradores en el evento, la periodista Beatriz Pagés y al exministro de la SCJN José Ramón Cossío. También a María Amparo Casar, de Mexicanos Contra la Corrupción.

Al diputado panista Santiago Creel, al escritor Héctor Aguilar Camín, a Guadalupe Acosta y Fernando Belaunzarán, del Frente Cívico Nacional, al senador independiente Emilio Álvarez Icaza; a la activista Mariana Moguel, hija de Rosario Robles, y a una docena más.

* Esta vez nos ubicamos cerca de los manifestantes. A un costado del asta bandera, que no tenía bandera. Junto a ellos cantamos el Himno. Vimos lágrimas, emoción y determinación en sus rostros. Les preguntamos a algunos porqué fueron al Zócalo: Filiberto García, 71 años, jubilado cuya ropa retrataba su condición humilde, respondió, tajante: a defender al INE contra el tirano. Abundó: “Vine porque ya estoy mayor y porque, si no lo hago yo, las generaciones que me siguen me van a reclamar en la sepultura que por qué no hice algo para defender la democracia. La democracia nos ha costado mucho como para que un solo individuo quiera hacerse dueño del país, como se hace en Venezuela, en Nicaragua, en Cuba. México es un país de libertades, progresista. Así queremos que siga”.

Claudio Y. Hernández, 18 años, alumno de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM: “Vine a esta marcha, como a la de hace dos meses, porque me importa la democracia. En el 2024 voy a votar por primera vez. Como joven estoy cansado de un hombre que vive en Palacio solo; que habla en un púlpito solo, critica, miente y odia a la gente”.

Andrea Cabrera, consultora en Diálogo Corporativo, una agencia de comunicación y asuntos públicos: “Soy mujer, mexicana y demócrata. Quiero elecciones lo más transparentes posibles. Con el plan B perdería la confianza. No confío en una institución controlada por el gobierno”.

Fernando Mangino, expreso político del 68, nueve días en celda de aislamiento en el Campo Militar Número Uno. Desde ese año no participaba en ninguna manifestación. Explica las razones por las que regresó a manifestarse: “Nunca encontré algo que valiera la pena apoyar. Pero ahora lo tengo que hacer. Siento amenazada no sólo la democracia, sino al país. “Esta persona —dijo mirando a Palacio Nacional— nos pone en choque a los diferentes grupos sociales. Eso es altamente peligroso. Puede desatarse una revolución, entre comillas, con miles de muertos”.

José Luis Ortega, jubilado, 69 años: “Vine porque no quiero que haya alguien que vaya a perpetuarse en el poder. Ha pasado en muchos países y en todas las épocas. No queremos que pase en México”.

Es la voz del pueblo disidente.

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¿Qué sigue después del Zócalo?/Carlos Loret de Mola

El Universal 

Frente al testigo más imponente de todos, el Palacio Nacional, se escuchó el ¡sí se pudo!, y retumbó en su centro la Ciudad con el himno nacional a todo pulmón. Dos discursos después, al término de una de las manifestaciones más emblematicas de la historia reciente de este país, los miles y miles se fueron desperdigando hasta que el Zócalo quedó vacío. 

¿Qué sigue? ¿Qué va a pasar con todo ese ímpetu? 

Sí, de entrada es la batalla por defender al INE, por empoderar a las 11 ministras y ministros de la Suprema Corte para que eliminen el Plan B de López Obrador que quiere descuartizar la democracia mexicana. 

Pero está claro que la batalla por el INE no es la culminación de este movimiento que dos veces ha llenado las plazas y calles, y dos veces ha dejado políticamente herido al presidente AMLO. Porque si López Obrador no puede descuartizar al INE, lo va a intentar la corcholata que él decida si ésta gana las elecciones presidenciales. Lo que no pueda Andrés, lo va a intentar Claudia. 

Por ello, un aroma subyacente del Zócalo lleno fue: ¿por quién votamos en el 2024 para seguir esta defensa de la democracia? ¿Quién puede representar un gobierno que no descalifique a la sociedad civil, que apueste por el profesionalismo en la toma de decisiones de política pública, que crea en los ciudadanos, que no quiera destruir la democracia después de servirse de ella con la cuchara grande, que invierta más tiempo en pensar en el futuro que en lamentarse del pasado, que gobierne para todos desde el cerebro y el corazón en vez de gobernar para los suyos desde el hígado y el ego? 

Esa pregunta no tuvo respuesta. Ni en el templete, ni en la marcha, ni en los partidos. Ya está la estructura. Ya está el músculo. Ya está la plataforma. Lo que vimos el domingo es la base sobre la que se construirá el contrapeso electoral a Morena. Pero falta la persona. No hay aún quien abandere ese descontento, quien entusiasme en un Zócalo lleno. Al menos, no aún. Y cada minuto cuenta. 

Si leemos entre líneas, en el fenómeno de este domingo en México la exigencia fue: queremos más y mejor, vamos a dar una mejor y más grande batalla. La ciudadanía salió de la plaza pública llena de un aire de victoria, con la adrenalina de haber triunfado, pero sobre todo con ganas de más. Con ganas de dar una mejor lucha, con ganas de dar la más grande de todas las batallas. 

No tendríamos que estar defendiendo hoy la democracia sobre la que se ha construido nuestra historia, ni tendríamos que estar en las calles defendiendo una de las instituciones autónomas más importantes. Tampoco tendrían los grupos minoritarios, uno por uno, que estar saliendo a la calle a defenderse solos de este gobierno. Pero a eso ha orillado López Obrador buena parte de México, y esa buena parte de México ha resistido con valentía. En política, alguien debe aprovechar esa tracción. 

 historiasreportero@gmail.com

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Estrictamente Personal

El enojo del Presidente/Raymundo Riva Palacio

El Financiero, febrero 28, 2023 | 

A nadie debe sorprender los insultos y mentiras del presidente Andrés Manuel López Obrador contra algunas de las figuras más visibles que participaron en la concentración que desbordó este domingo la Plaza de la Constitución. A nadie debe extrañarle que ese tipo de desafío lo desestabiliza, porque no es novedad su inestable madurez emocional. Lo que es diferente es que hoy es el jefe del Ejecutivo, y que con sus enojos incontenibles estimula la violencia retórica, se lastima a sí mismo, a la investidura presidencial, y alimenta la percepción de que es narcisista y autócrata.

La mañanera de este lunes es un botón de muestra. Dedicó 37 minutos a la concentración en el Zócalo, durante los cuales profirió, en un cálculo estimado, 45 insultos y mentiras flagrantes, distorsionando episodios políticos y contradiciéndose para mantener su discurso de odio. ¿Por qué está enojado el Presidente?, se preguntarán algunos. En realidad está furibundo desde que Morena perdió la mitad de las alcaldías de la Ciudad de México, su bastión, y que en las elecciones nacionales de 2021 su partido obtuvo unos 2 millones de votos menos que los que alcanzó la oposición.

Todos los días agrega pinceladas a su cada vez más inevitable retrato de autoritario cuando reacciona con sevicia retórica a quienes no participen en el culto a su personalidad ni bailen al ritmo de su tambor. No importa si es un asunto local o internacional. Acomoda la realidad a su pensamiento, aunque se quede solo en el mundo defendiendo posiciones que emanan de su cosmovisión tropical. Lo que mejor refleja esa personalidad fue su reacción, ayer, al retiro definitivo del embajador de Perú en México, porque, acusó Lima, violó el principio de la no injerencia en los asuntos internos al apoyar al destituido presidente Pedro Castillo.

En sus propias palabras, de acuerdo con la transcripción de la mañanera de la Presidencia, López Obrador dijo: “Nosotros no aceptamos toda la farsa que ha significado la destitución del presidente Pedro Castillo, porque no se respetó la voluntad del pueblo de Perú, se pisoteó la democracia y se cometió una gran injusticia al destituirlo y encarcelarlo, y luego establecer de facto un gobierno autoritario, represor, y nosotros no coincidimos con eso”.

“Además, molesta mucho que todos callan. Está como esto que vimos (se refería a la concentración del domingo), que son muy hipócritas, gritan como pregoneros, ¿no?, cuando les conviene y callan como momias cuando no les conviene; entonces, la prensa mundial, los periódicos más famosos del mundo, la OEA en el caso de América, la ONU, las organizaciones de derechos humanos, nadie habla de esa gran injusticia, cuyo fondo es que una oligarquía en el Perú, nacional, pero sobre todo extranjera, está saqueando los bienes naturales del Perú: el gas, los recursos mineros”.

“Y necesitan tener un títere, un pelele, un gobernante a modo, y un Congreso también, como lo padecimos aquí nosotros durante más de 30 años, que todas las reformas a la Constitución que se hicieron fue para favorecer a una minoría rapaz y entregarles los bienes públicos, los bienes de la nación a empresas nacionales y extranjeras, todo el proceso de privatización; es lo mismo. En el caso nuestro, en 36 años ninguna reforma a la Constitución se llevó a cabo para beneficiar al pueblo raso, todas las reformas fueron para ajustar el marco jurídico al propósito de saquear a México. Entonces, es algo parecido lo que está sucediendo en el Perú. Entonces, molesta, indigna, es una gran injusticia, no se puede uno quedar callado, y lo vamos a seguir haciendo”.

¿Cómo se traduce esto? Que la presidenta Dina Boluarte es una pelele de las oligarquías, que el Congreso, la Suprema Corte y las Fuerzas Armadas se unieron todas contra Castillo para permitir el saqueo de los recursos naturales de Perú, contando con el silencio universal, una especie de conspiración global que involucró a las organizaciones multilaterales internacionales, las defensoras de los derechos humanos y los medios más prestigiados. Es decir, el mundo se alineó contra Castillo y él, López Obrador, es el único que se ha dado cuenta.

No se ría. La lectura que hace el presidente de México no debe causar hilaridad, sino preocupación y alarma. De manera creciente López Obrador reinterpreta las cosas y las cuenta a su manera. Ayer dijo que José Woldenberg, que fue el consejero presidente del entonces Instituto Federal Electoral que organizó la elección que resultó en la primera alternancia en la Presidencia, había sido una especie de instrumento del régimen para facilitar un gatopardismo. Pero minutos después, reconoció la alternancia y dijo que Vicente Fox la había traicionado. ¿Con qué parte de su interpretación nos quedamos?

Da exactamente igual, porque la verdad no rige su pensamiento, sino el cómo acomoda las cosas en su beneficio, como cuando dijo que las elecciones presidenciales de 2012 fueron fraudulentas porque hubo dinero en la campaña de Enrique Peña Nieto que inyectó la constructora brasileña Odebrecht. Esa historia la contó el exdirector de Pemex Emilio Lozoya, en colusión con el fiscal general, Alejandro Gertz Manero, como una de las condiciones para que recuperara su libertad. Ni ha salido libre Lozoya, ni es verdad lo que dijo. Odebrecht señaló, ante fiscales de verdad en Brasil y Washington, que a la única campaña que inyectaron dinero (500 mil pesos) fue a la de Javier Duarte para la gubernatura de Veracruz.

Las mentiras, la tergiversación de hechos, la reinterpretación de las cosas con fines propagandísticos están en el ADN de López Obrador, que no dejará de repetir las mismas falsedades, ni dejar de insultar, ni de violar la ley para enfrentar a todo ese conglomerado trasnacional corrupto que no tiene su visión y claridad sobre lo que pasa y por qué pasa. A muchos les parecerá muy afortunado tener un Presidente como él; a otros les empezará a causar lástima sus limitaciones, aunque se enoje, siga enojado y busque quiénes le paguen la incomprensión que debe sentir entre sus compatriotas y en el mundo.

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Palabras necias/Manuel J. Jáuregui

en REFORMA

Apliquemos el consejo que nos daban nuestros abuelos: "A palabras necias, oídos sordos".

En nada absolutamente alteran la realidad, la verdad, impuesta por el impactante espectáculo escenificado en más de CIEN ciudades mexicanas y media docena de extranjeras, incluyendo la sede de la ONU en Ginebra, las mentiras, insultos y descalificaciones del señor López ayer afirmando que el llenazo del Zócalo del domingo "eran pocos" y que la manifestación la encabezaron raterazos y que fue en "defensa de la corrupción".

Lo que pasa es que la concentración, numerosa, pacífica, sin acarreados ni comprados, le ARDIÓ hasta el duodeno por la vía inversa, ¿saben por qué?

Por el REPUDIO en la capital, en el CORAZÓN de la CDMX, cuya MITAD gobierna su corcholata consentida, la Sra. Sheinbaum, y que está en PELIGRO para el 2024.

Encabritado el pueblo capitalino contra la Cuarta Tramitación, y con la MITAD de la capital YA EN MANOS de la OPOSICIÓN, luce difícil que quien sea el candidato de Morena la pueda ganar, visto y palpado el DESCONTENTO ciudadano en la capital del País, sobre todo si la 4T recurre a fichas gastadas como Mario Moreno Delgado, quien calificó la manifestación del domingo como "una farsa" (se requiere serlo para reconocerlo), o al traidor de Ricardo Monreal, la definición misma del político convenenciero, gelatinoso.

Una coalición de partidos con una Xóchitl Gálvez al frente, por ejemplo, trae consigo el potencial de ponerles una buena tunda en las urnas a los morenistas en la CDMX.

López lo sabe, sobre todo si conservamos un INE independiente, de ahí su juego de la minimización, de la descalificación, de los insultos y bullying desde el púlpito presidencial.

Quiere hacerle como que lo tiene sin cuidado la manifestación, cuando en realidad sabe -sólo que se hace- que lo del domingo resultó para él una TUNDA global, cubierta por los principales medios del planeta, expuesto como ha quedado ante los mexicanos y ante el mundo como un AUTÓCRATA antidemocrático, como un lagarto engullidor de las libertades ciudadanas, un demagogo populista y falsario.

Alguien, pues, en quien ni el pueblo ni los Gobiernos extranjeros, ni los inversionistas ni los empresarios, ni siquiera los pobres que él afirma defender, o incluso sus colaboradores más cercanos, pueden CONFIAR EN ÉL.

Con esa mala fama se irá a su rancho y a las páginas de la historia, resulta irremediable.

Así como es posible sacar a un tigre de la jungla, pero nunca sacarle la jungla al tigre, de esa manera la formación misma del veterano señor López, sus traumas formativos, su relativa falta de educación formal, sus tendencias narcisistas, hacen imposible que rectifique.

Ante eventos contundentes, rompeparadigmas como el del domingo, no sabe cómo reaccionar ni ACERTAR en responder correctamente a los sucesos, recaerá sobre sus instintos de siempre, no actualizados y menos acertados o inspirados: recurrirá como suele hacerlo a la PROVOCACIÓN, a agitarle el pañuelo al toro embravecido del disgusto ciudadano, a DISTANCIARSE más de la realidad y refugiarse con mayor profundidad en la cueva de sus delirantes percepciones.

López asemeja a un boy scout perdido en el bosque, sin brújula: para donde se lance se perderá más.

Preparémonos mentalmente, pues, amigos lectores, para un mínimo de año y medio adicional de pifias, de decisiones chicharroneras, de polarización y división, de crecientes tensiones, mayor inseguridad, menor CERTEZA para la inversión y el crecimiento, todo esto en un clima de creciente INSEGURIDAD.

Está comprobado estadísticamente que su "estrategia" -de alguna forma hemos de llamarle- de "abrazos, no balazos" no funciona, que apapachar a delincuentes, o a sus mamás o abuelas, TAMPOCO, y que es la IMPUNIDAD de la que gozan los criminales en el México de la Cuarta Trastocación la que figura como la principal causa del incremento de la delincuencia y la violencia.

Ese México que se nos despedaza ante nuestra mirada, siendo aquélla una de las causas principales de la desesperación que invade a gran parte de la población pensante: la que salió a la calle el domingo en defensa de nuestra DEMOCRACIA.

Resulta traumático que quienes están corrompiendo a México, destruyendo sus sistemas democráticos, son los que llaman "corruptos" a quienes los defienden.

Los que sueltan a los criminales son ahora quienes insultan calificando de "farsante" a un Ministro en retiro de la Suprema Corte, quien posee en su haber una limpia y honorable hoja de servicio.

Con la Cuarta Trastornación se ABUSA del poder, se calumnia y difama a los ciudadanos, se ensancha la división entre los mexicanos tornando imposible que jalemos juntos y parejos para sacar a México de la pobreza, la desigualdad y la injusticia.

Creen ellos que reman fuerte, cuando en realidad están cavando su tumba cada día más profunda.

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El asalto a la razón

Un voto patito colado entre once/Carlos Marín

Milenio, 

Por mucho que lleguen a sumar los recursos de inconstitucionalidad y controversias constitucionales contra las leyes que descuartizan al INE, lo que decidirá su destino será el voto de al menos ocho de los once ministros de la Suprema Corte, pues las inconformidades deberán resolverse por mayoría calificada, equivalente o superior a dos tercios del Pleno.

Bastarán cuatro a favor del demoledor plan B para que la legislación impuesta por las mayorías morenistas y morenianas norme las elecciones federales, estatales, municipales y legislativas de 2024 y el cuatroteísmo las manipule a su antojo.

Para documentar el pesimismo, recuérdese que son cuatro los ministros que alcanzaron este rango por iniciativa de Andrés Manuel López Obrador: Juan Luis González Alcántara (2018), Margarita Ríos-Farjat (2019), Yasmín Esquivel (2019) y Loretta Ortiz Ahlf (2021), y que las dos últimas suelen votar en apoyo de las iniciativas presidenciales, mientras los primeros dos han demostrado tomar más en serio su papel de velar por la Constitución antes que complacer a su camarada promotor. 

A pesar de sus dispares desempeños, el cuarteto fue descalificado hace dos meses por AMLO. 

“Dije: voy a tener oportunidad de proponer a ministros —hice mi cuenta, más los que estén ahí, decentes—, pues puede ser que logremos tener mayoría, no para que me apoyen en abusos, sino para reformar el Poder Judicial y que realmente haya justicia en México. Y ¿qué creen? ¡Me equivoqué!, porque hice las propuestas pero, ya una vez que propuse, ya por el cargo, o porque cambiaron de parecer, ya no están pensando en el proyecto de transformación y en hacer justicia”, dijo López Obrador en su mañanera del 2 de septiembre.

Si los cuatro perdieron la confianza del Presidente, no sorprenderá que Esquivel y Ortiz apoyen los engendros ni que González Alcántara y Ríos-Farjat reconozcan violaciones tan claras como la desaparición de la Secretaría Ejecutiva del INE (aunque el artículo 41 de la Constitución ordena que su titular sea “nombrado con el voto de las dos terceras partes del Consejo General, a propuesta de su presidente”). (¿Algún gobierno pretendería que en la UNAM desaparezca la Secretaría de la Rectoría o la oficina del abogado general?).

Cabe prever que el atentado sea rechazado por nueve, aunque hay quien supone que Arturo Zaldívar, por ser el ministro más cercano a López Obrador, votará por el plan B y el resultado quedaría ocho a tres.

Inclusive si Yasmín Esquivel diera la sorpresa de votar contra las reformas, el sufragio que emita será, virtualmente, patito. Impensable suponerlo admisible porque no solo plagió una tesis para titularse como licenciada en la UNAM, sino también se fusiló casi la mitad de la que presentó en la Anáhuac para graduarse de doctora en Derecho.

Durante su carrera profesional, su opinión jurídica tuvo y tiene el valor ético de cualquier fraude, porque sus documentos académicos constituyen una variante de los que pueden comprarse en el portal de Santo Domingo.

cmarin@milenio.com

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En privado

Oposición, sus pinches partidos y dirigentes/Joaquín López-Dóriga

Milenio,

Más de 60 mil manifestantes sería un escenario catastrófico, habría dicho López-Gatell. Florestán

El domingo, decenas de miles de mexicanos tomaron las calles para expresar su rechazo a las políticas presidenciales, marcadamente la reforma electoral, hoy en manos de la Suprema Corte de Justicia.

Los miles y miles de mexicanos que tomaron las calles en las principales ciudades del país lo hicieron para mostrar su descontento por las diferencias entre lo que el candidato López Obrador prometió que iba a hacer y lo que el presidente López Obrador ha hecho.

Y sí, marcharon originalmente por el rechazo a su reforma electoral y a favor del INE y la democracia, pero también para expresar su protesta por la inseguridad, la violencia, las carencias en salud y educación, la inflación, la carestía y la pobreza.

Muchos de ellos votaron por su proyecto el 1 de julio de 2018 y no sé si lo volverían a hacer en 15 meses, el 2 de junio del año que viene.

El problema es que estos cientos de miles de mexicanos que salieron a la calle, y muchos más, él dice que 25 millones de opositores, hoy están huérfanos de un liderazgo político que haga frente a su proyecto de continuidad política y de gobierno, vía la consolidación de la 4T, y a pesar de estar dadas las condiciones para una nueva alternancia en 2024, no tienen con quién, ni dirigente ni partido, ni candidato ni estructura.

Así, una vez más la oposición supera a las cúpulas, lo que la limita a seguir en ese rol, opositor, y no llegar al gobierno por la vía democrática.

Es la paradoja: hay ciudadanos, pero no hay liderazgos, por lo que no hay movimiento.

Ahora sí que mucho pueblo para esos pinches dirigentes y sus partidos.

NOTA. Hoy se cumplen 17 años de publicar esta columna en Milenio. Gracias, Pancho. Nació el 22 de mayo de 1969 en El Heraldo de México.

RETALES

1. TESLA. Tras un año de negociaciones la inversión de Tesla en México, la mayor en la historia del país, diez mil mdd, estuvo a punto de desbarrancarse por el desplante de que si no es donde quiero no doy permiso, ayer pareció enderezarse. Pero aún hay que cerrar el trato. No es lo mismo condicionarlo en la mañanera que cara a cara a Elon Musk, que tiene que anunciarlo mañana en su Investors Day. López Obrador lo diría hoy;

2. RELEVO. Termina su gestión José de Jesús Orozco como abogado general de la UNAM y llega al relevo Hugo Concha. Orozco deja un asiento en la Junta de Gobierno que tendrá que ser ocupado por otro abogado o abogada, los equilibrios internos. Y por eso mencionan a Leticia Bonifaz. Se resolverá en la semana; y

3.  FIRME. A pesar del recurso de la Presidencia de la República contra el fallo del ministro Alberto Pérez Dayán, que declaró inaplicable el plan B en las elecciones de los estados de México y Coahuila el 4 de junio. No hay duda que el togado mantendrá su decisión. Solo hay que leer su razonamiento legal.

lopezdoriga@milenio.com

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Hay oposición, faltan liderazgos/Jorge Fernández Menéndez

Razones

Excelsior, 

El éxito de la manifestación del domingo en el Zócalo y en más de otras cien ciudades de México y el mundo, se puede medir por el intento, vano, de deslegitimarla de todas las formas posibles desde el oficialismo. Decía Borges que el olvido es la única venganza y el único perdón. Pues la demostración del domingo ha tenido de todo menos olvido de parte del gobierno federal y sus propagandistas: el propio presidente López Obrador dedicó todo el mes pasado a descalificar la movilización, y este lunes le dedicó casi toda su mañanera, lo hicieron sus colaboradores más directos incluso cayendo en el ridículo, el domingo llegaron al exceso de no izar la bandera en el Zócalo o de colocar mantas en el mismo edificio de gobierno de la ciudad, intentando ligar la demostración contra la reforma electoral con la defensa de García Luna.

La convocatoria fue un verdadero éxito y confirmó que existe una oposición firme, socialmente transversal, que no puede ser ignorada. El presidente López Obrador sigue siendo popular, quizás en tasas más bajas de lo que algunos creen, pero lo es en un escenario ausente de consensos y en una sociedad profundamente polarizada por la propia acción gubernamental. Los adjetivos desmesurados que cuelgan el propio Presidente y sus colaboradores a sus adversarios, a los que terminan deslegitimando es a ellos mismos. Todos los gobiernos mueren por la exageración de sus principios, decía Aristóteles, y éste se está suicidando en su lógica de exageraciones y despropósitos.

El domingo se volvió a poner de manifiesto que existe una oposición que puede ser muy poderosa. Hay oposición, pero faltan liderazgos que la canalicen. Ése es el gran desafío opositor que se sigue rezagando incomprensiblemente. Para poder canalizar esa fuerza expresada en el Zócalo capitalino y en decenas de plazas de todo el país, es necesario construir liderazgos y candidaturas.

Un ejemplo claro de ello lo encontramos en todos los últimos procesos electorales. La Corriente Democrática del PRI, que encabezaron Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, cristalizó en 1987 (el equivalente a nuestro 2023), pero comenzó a gestarse desde 1985, y muchos de sus integrantes eran personajes conocidos a nivel nacional. Cuando se conforma el Frente Democrático Nacional en 1988, con la confluencia de varios partidos y finalmente incluso del PSUM, luego de la declinación de Heberto Castillo, sus candidaturas y liderazgos ya estaban conformados y eran públicamente muy conocidos. En esa misma elección la candidatura de Manuel Clouthier por el PAN se estaba construyendo desde años atrás y era la expresión de fuertes sectores empresariales, sobre todo del norte del país, los famosos bárbaros del norte.

Vicente Fox, ya gobernador de Guanajuato, comenzó a construir su candidatura tres años antes de las elecciones del año 2000. Felipe Calderón comenzó desde 2004 la candidatura de 2006 y tuvo un proceso de internas en el partido que le permitió darse a conocer nacionalmente. López Obrador para esos comicios era jefe de Gobierno de la ciudad y dedicó toda su gestión a preparar su candidatura a la que, paradójicamente, potenció el intento de desafuero. Peña Nieto construyó su candidatura desde el Estado de México en forma abierta. En contrapartida, para 2018 las candidaturas de Ricardo Anaya y de José Antonio Meade fueron construidas sobre la marcha, con fuertes divisiones dentro y fuera de sus partidos y coaliciones, con acuerdos cupulares y nunca terminaron de penetrar en el electorado. Hoy, con una fuerte oposición real, sería absurdo repetir aquel escenario.

La demostración del domingo también manifiesta que, si se quieren construir esos liderazgos, los mismos pueden o no surgir de los partidos, pero sin duda deben trascenderlos. La peor idea que pueden tener las fuerzas opositoras sería imponer a cualquiera de sus dirigentes como candidato o candidata presidencial. En 1988, Cuauhtémoc Cárdenas significaba mucho más que un disidente del PRI o un opositor a la candidatura de Carlos Salinas: ésa fue su verdadera potencialidad, más allá de los partidos. Hoy no se percibe desde la oposición quién podría jugar un papel similar, no porque no lo haya, sino porque esa candidatura, o grupo de ellas, incluso para que puedan competir internamente y así darse a conocer, no han sido construidas.

Algún miembro destacado de la oposición me decía que no era conveniente avanzar rápidamente en ello porque exponer un candidato o candidata con tiempo de anticipación lo podría hacer vulnerable al golpeteo desde el gobierno. Puede ser, pero sucederá lo mismo el día de mañana en plena campaña electoral y sin tiempo para asimilarlo y superarlo.

Creo que lo que sucede es que las que están temerosas de perder el control de ese proceso son las dirigencias de los partidos porque, como ocurrió en 1988 con el FDN, una candidatura exitosa, aunque no gane las elecciones puede borrar con dirigencias endebles: ¿quién recuerda hoy al PPS, al PFCRN o al PARM, incluso al PSUM y sus dirigentes de entonces? De allí nació el PRD y más tarde Morena, incluso desplazando con la candidatura de Andrés Manuel a los propios dirigentes perredistas. Si no se asume ese posible destino no se podrá consolidar una alianza o será un experimento cupular destinado al fracaso, como lo fueron las del 2018, de Anaya y de Meade, contra López Obrador.

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Un movimiento social sin dirigencia/Pascal Beltrán del Río

Bitácora del director

Excelsior, 

Al frente de la enorme movilización ciudadana del domingo 26 en la capital de la República y otras ciudades del país no hay un liderazgo claro.

Existen, sí, organizaciones sociales y personalidades que convocaron a dichas concentraciones, igual que a las marchas del 13 de noviembre, pero a ninguna de ellas se les vio en la tribuna en una u otra ocasión, quizá por el estigma generado en su contra desde Palacio Nacional.

Asimismo, han participado en las movilizaciones legisladores y servidores públicos surgidos de la oposición política, pero todos ellos se han abstenido de adoptar un papel protagónico, seguramente por el temor de ser señalados como oportunistas.

Estamos ante un movimiento social sui géneris. Sin duda, es expresión de la inconformidad que existe en diversos sectores de la sociedad con el estilo del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien, claramente, ha polarizado a los mexicanos y ha ido coleccionando adversarios, así como con los resultados de sus políticas, como la gestión desastrosa del covid-19 —enfermedad que hoy cumple tres años de haber aparecido en México—, el desabasto de medicamentos, la incesante violencia criminal y la inflación en alimentos, etcétera.

Y aunque son genuinas las preocupaciones sobre las consecuencias del llamado plan B de la contrarreforma electoral, lo que se ha visto en las calles desde hace tres meses es mucho más que eso.

Quizá sea una muestra de que se ha deshilvanado la coalición social que llevó a López Obrador al poder, en la que las clases medias tuvieron un rol relevante.

Eso es particularmente notorio en la Ciudad de México, donde Morena perdió la hegemonía política en las elecciones de 2021. La gran asistencia al Zócalo el domingo pasado evidencia que la ruptura entre las clases medias capitalinas y el oficialismo no se ha recompuesto ni tiene visos de hacerlo en el futuro cercano.

Es más, parece que el fenómeno que explotó hace casi dos años en la capital, luego del derrumbe de la Línea 12 del Metro, se ha extendido a otras áreas urbanas.

Sin embargo, como digo al principio, esta irrupción de inconformidad no tiene quien la dirija. No faltará quien alegue que no lo necesita, pero ningún movimiento social o político llega lejos sin alguien quien lo represente.

Desde luego, ese liderazgo podría surgir del movimiento mismo, como sucedió con las luchas contra la inseguridad de principios de este siglo, cuando aparecieron figuras como Alejandro Martí, María Elena Morera e Isabel Miranda, pero ésas eran personas directamente agraviadas por la violencia. Sería más complicado encontrar a dirigentes así en una lucha por evitar que el oficialismo destruya al árbitro electoral.

Imaginemos el escenario de que la Suprema Corte dé palo al plan B. ¿Qué pasaría con ese movimiento, que llenó el Zócalo? Lo más probable es que se terminara, al desaparecer la causa de la inconformidad, al menos hasta que surgiera una nueva causa.

Los convocantes a las movilizaciones tienen claro que algo está fermentándose, pero se han limitado a poner el escenario para que se exprese.

Lo paradójico es que quien se ha encargado de llenar las calles y plazas de manifestantes en su contra es el propio presidente López Obrador. A falta de una figura que dirija a este movimiento de protesta, el mandatario se ha convertido en el líder involuntario de la oposición a sí mismo.

Buscapiés

Dice el presidente López Obrador que su movimiento ha llenado el Zócalo 60 veces. No sé desde cuándo comience a contar, pero si es desde que él se convirtió en jefe de Gobierno capitalino, eso significa que lo hubiera llenado cada cuatro meses en promedio, lo cual ni siquiera ha sucedido desde que ocupa Palacio Nacional, con todo y la fuerza del acarreo. Pero en el Reino de los Otros Datos cualquier cosa es posible.

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Tesla y el agua

JAQUE MATE / Sergio Sarmiento

en REFORMA

"No puedes cruzar el mar simplemente 

poniéndote de pie y mirando el agua". Rabindranath Tagore

Ayer el presidente López Obrador despidió su mañanera con el anuncio de que iba a tener una videollamada con Elon Musk. Puede ser importante para el país. Musk está considerando construir una nueva planta de Tesla y el destino lógico sería México.

AMLO presumió que iba a hablar con el hombre más rico del mundo. "Tengo una llamada -dijo-. Si les digo con quién, ¿me dejan ir? Con el dueño de Tesla y quiero estar puntual. Es por teleconferencia y ya mañana les platico...".

No imagino, sin embargo, que cuando Cemex o Bimbo hacen una inversión en Estados Unidos sus directores generales deban hablar con el presidente de esa nación. En los países con Estado de derecho las inversiones simplemente deben cumplir reglas que se aplican a todos.

En México no. El presidente López Obrador había declarado que no permitiría que la nueva planta de Tesla se estableciera en Nuevo León porque "no hay agua". Era un golpe injusto para los neoleoneses. Pidió, además, que se construyera cerca del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, porque quiere apoyar a su hasta ahora fallido proyecto. Al final, sin embargo, parece que la planta sí quedará en Nuevo León, con otras fábricas en distintos lugares del país.

No es esta la primera vez que AMLO utiliza la excusa del agua para cerrar la puerta a una inversión. En 2020 canceló la planta cervecera que Constellation Brands construía en Mexicali, pese a que contaba con todos los permisos y una manifestación de impacto ambiental, tenía un avance de 70 por ciento y había requerido ya una inversión de 1,400 millones de dólares. Dijo que la planta debería construirse en su estado, Tabasco, aunque finalmente aceptó una propuesta para edificarla en Veracruz. El Presidente también ha pedido a la empresa Lala, mexicana, que deje la Comarca Lagunera, donde ha operado siempre, para irse a producir al sur del país.

Estas "sugerencias" dejan en claro que el Presidente, que nunca ha trabajado en una empresa, desconoce los factores que se toman en cuenta para realizar una inversión. El propio López Obrador ha iniciado sus proyectos del AIFA, Dos Bocas y el Tren Maya sin estudios previos de factibilidad porque sabe que las pérdidas las tendrán que cubrir los contribuyentes. Las empresas privadas no tienen esa opción. Una compañía toma en cuenta, por supuesto, la disponibilidad de agua y electricidad, pero también la infraestructura de transporte, la disponibilidad de personal técnico, la cercanía de proveedores y la distancia a su mercado. Aunque Constellation Brands ya compró terrenos en Veracruz, la construcción no ha empezado; la compañía está usando solo sus plantas ya existentes de Nava, Coahuila, y Ciudad Obregón, Sonora.

El Presidente nunca entenderá por qué en toda la zona árida de Estados Unidos hay inversiones industriales muy importantes, o por qué Israel, en un desierto, es un gigante económico; y es que el agua es muy importante, pero las inversiones en infraestructura permiten superar el problema. Tampoco comprenderá que la cancelación de la cervecera de Mexicali, que habría usado solo el 0.2 por ciento de la oferta de agua de la zona, habría mejorado el abastecimiento de líquido para los cachanillas por las inversiones de la empresa en infraestructura hídrica.

Al Presidente no le gusta el sistema en el que se establecen reglas para todos. Prefiere negociar directamente con los directivos de las grandes corporaciones. A esta forma de gobernar se le llama corporativismo, y genera malas decisiones y muchas oportunidades de corrupción.

· DESCALIFICAR

Una vez más AMLO dedicó buena parte de su mañanera a descalificar a quienes organizaron o participaron en los mítines y marchas por la democracia del domingo. Todos son "corruptos" y "conservadores", cuando no "farsantes". El Presidente no sabe debatir sin descalificar.

www.sergiosarmiento.com

 

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