7 nov 2024

Las columnas políticas hoy, jueves 7 de noviembre de 2024

 RAÚL VERA, Obispo emérito de Saltillo, Coahuila,  negó respaldar una eventual reelección de Rosario Piedra al frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Explicó en redes sociales que se había enterado de una falsa carta membretada con su nombre, en la cual se aseguraba que se dirigía a las Comisiones legislativas para hacerles saber que está a favor de Piedra.


"Quiero denunciar que ese papel membretado donde se utiliza mi nombre, además de ser un diseño malo y oscuro, no existe en mi oficina particular (y) que las palabras que ahí se expresan ni son mías ni obedecen mi pensamiento ni reflejan mi ideología", sostuvo.

En el documento apócrifo, se lee que el Obispo se refería a María del Rosario Piedra Ibarra como "constructora de esperanza" a la que respaldadas en su lucha por la dignidad de los derechos de las personas.

Reacciones de Piedra…

"Lamento profundamente estos hechos, y simplemente puedo decir que recibí la carta de adhesión, como recibí muchas otras, y la transmití sin malicia ni mala fe a las Comisiones Unidas de Derechos Humanos y Justicia del Senado de la República, en el entendido de que era real y atendiendo a los requisitos que se expresaban en la Convocatoria respecto a este tipo de expresiones", aseguró en una carta publicada en sus red social…

"Como bien señala Monseñor Vera, el robo, utilización y difusión de su firma en ese documento, es un delito grave, e igual que él espero se atienda por las autoridades correspondientes, para lo cual desde luego ofrezco mi concurso".

¿Quién fue?

Piedra Ibarra fue incluida en la terna que la semana próxima se pondrá a consideración del Pleno del Senado de la República.

Le debería dar pena…

Hace años  llegó al cargo mediante un fraude legal,  No cumplió con el requisito de mayoría calificada, exigido en 102 constitucional..,;  votaron es aquella sesión 116 senadores...pero la presidenta de la Mesa directiva la morenista tabasqueña Mónica Fernández dio la cifra de 114  para cuadrar el fraude.

¡Increíble!

Además hizo un triste papel… ; si la dejan como titular es mejor desaparecer la CNDH no servirá para nada.

Ella debería renunciar a la terna x dignidad aunque traiga el aval de Claudia Sheumbaum, por la memoria de su madre…..

Las otras candidatas son Nashieli Ramírez titular de la CDH de la Ciudad de México, y Paulina Hernández, secretaria ejecutiva del Instituto Jalisciense de las Mujeres…

El senador Alejandro Moreno, líder del PRI, exigió a Morena que la retire de la terna para elegir al nuevo titular.

"El oficialismo, que es el que la promueve más, debería de retirarla. Pero a eso llega el oficialismo: a los excesos, porque no respetan la ley, no tienen límites y por eso hacen todo este tipo de tropelías con tal de salirse con la suya. El mero hecho de que hubiera tan solo una duda en ese documento era para que se le retirara incluso de la propuesta que promueve el oficialismo", planteó en entrevista.

La también senadora priista Claudia Anaya adelantó que pedirá formalmente a la Junta de Coordinación Política  que retire de la terna a Rosario Piedra, y pedirá al Presidente de la Cámara alta  presentar una denuncia contra quien resulte responsable.

Por cierto, la Presidenta CSP respalda a Piedra…

-Olivia Vázquez, de Infobae México.

Y mi primera pregunta es, ayer el senador Javier Corral dio a conocer, respecto a la elección de la presidencia de la CNDH, que Rosario Ibarra no estaba considerada dentro de los mejores evaluados y aun así fue incluida en la terna a petición de las personas que están impulsando su reelección en la Comisión.

Mi pregunta es, ¿no preocupa que este tipo de prácticas como la imposición o el tema, por ejemplo, de la carta falsa que desmintió el obispo emérito de Saltillo, se está replicando ahora cuando eran características de gobiernos anteriores a la 4T?

PRESIDENTA SHEINBAUM PARDO: Es una decisión del Senado, lo planteé el día de ayer, las y los senadores hacen la terna a partir de sus Comisiones y el Pleno decide a partir de la terna.

Rosario Ibarra es, con su madre, digamos, su familia, un símbolo en México de lucha contra la represión, el autoritarismo, las desapariciones forzadas desde el Estado; y el Senado tomó la decisión de incluirla en la terna con otras dos mujeres, son tres mujeres, y ellos y ellas van a decidir, los senadores y senadoras, quién es el mejor perfil para ocupar la CNDH.

(evitó hablar de la falsa carta de Vera).

Lástima..

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Estrictamente Personal

Rectificación acertada/Raymundo Riva Palacio

EL Financiero,  noviembre 07, 2024 | 

La presidenta Claudia Sheinbaum rectificó ayer una decisión que le iba a costar cara. Por la mañana había dicho que no reconocería la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales hasta que fueran dados a conocer los resultados oficiales, pero ocho horas y media después, dio marcha atrás y le extendió sus parabienes a través de un mensaje en X donde reconoció al pueblo de Estados Unidos y mandó un mensaje al próximo presidente: continuar trabajando de manera coordinada, con diálogo y respeto. Parece que no necesitaba hacer mucho, pero fue todo lo contrario.

Sheinbaum, que se encuentra acosada por los radicales fieles a López Obrador, había replicado lo que su mentor hizo hace cuatro años con Joe Biden, quien alegó también que no había resultados oficiales, y terminó felicitándolo un mes después de su victoria. Sheinbaum había hecho declaraciones absurdas, como tomar una posición hasta que los resultados fueran oficiales, trasladando hasta al 6 de enero, cuando se comprobaran los certificados electorales en el Capitolio, iniciar los acercamientos con el equipo que llegará a la Casa Blanca.

La Presidenta, una dogmática de izquierda, sacó una de las mejores cualidades que tiene, escuchar y cambiar decisiones aunque no le gusten, si entiende que son mejores de lo que tenía en mente. El razonamiento para la rectificación en tan corto tiempo debe estar asociado al sentido común.

Trump fue declarado ganador, no oficialmente pero con toda la evidencia del cómputo a la mano, cerca de las cinco de la mañana de ayer. Kamala Harris, la candidata demócrata que perdió la elección, le llamó al mediodía del miércoles para felicitarlo y por la tarde aceptó la derrota. El presidente Joe Biden también lo felicitó y lo invitó a la Casa Blanca para iniciar la transición. ¿Cómo podría esperar más Sheinbaum?

Por la mañana había tratado de desviar la presión mediática sobre su falta de pronunciamiento, y dijo que no había nada de qué preocuparse por la victoria del republicano. ¿De verdad? Un botón de muestra: cuando el candidato Trump dijo en el Club Económico de Detroit el 14 de octubre que al asumir la Presidencia invocaría el artículo para renegociar el tratado comercial con México y Canadá, la cotización del peso con el dólar era 19.38. Sus palabras tiraron nuestra divisa, convirtiéndose en la moneda más depreciada entre los países emergentes. Ayer en la madrugada llegó a rebasar los 20.80 pesos por dólar, su nivel más bajo en más de dos años.

Eso había sido producto de una declaración de campaña. Hoy es un juego nuevo. Así lo estaban leyendo en el mundo, donde varias de las naciones e instituciones a quienes Trump criticó durante la campaña y adelantó que cambiaría la política llevada a cabo por el presidente Biden fueron los primeros en felicitarlo por su victoria. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dijo que apreciaba su compromiso por “la paz a través de la fortaleza”, buscando alejar su tentación de dejarlo a merced de Rusia. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, lo llenó de miel calificando su victoria como “el regreso más grande”, para que no le quite la ayuda militar. El jefe de la OTAN, Mark Rutte, dijo que esperaba seguir trabajando para fortalecer la paz a través de la organización militar atlantista, de la que se ha quejado amargamente Trump porque no pagan sus cuotas.

Presidentes y reyes, primeros ministros y jefes de gobierno de todo el mundo, demócratas y autoritarios, felicitaron a Trump. Sheinbaum, rehén de López Obrador en sus formas, y atrapada en su propia ideología trasnochada donde su visión del mundo está anclada en la Guerra Fría, volvió a quedarse en el bloque de Rusia, China, Venezuela, Cuba y Nicaragua, enemigos de Estados Unidos, como sucedió hace cuatro años con su predecesor en la felicitación a Biden. No son buenas compañías, dado que la Presidenta ha asegurado que está en el mayor interés de México y de Estados Unidos seguir fortaleciendo la relación comercial.

La felicitación era un gesto, no un compromiso. Regatearla con el argumento de que no es un resultado oficial pese a que la forma como fue declarado electo, se traduciría como un desdén y un acto de enemistad. López Obrador lo hizo al utilizar la migración como instrumento de chantaje, ya que Biden y Trump necesitaban que se frenara por razones electorales y ambos tenían la reelección en el horizonte, por lo que administrarla y tenerla bajo control era prioritario. El fenómeno migratorio evolucionó en “frontera segura”, un nuevo concepto que unía la migración con el narcotráfico por la crisis del fentanilo que transformó la relación bilateral hace 21 meses, por la cual López Obrador fue crecientemente presionado desde Washington.

Por estas características delicadas en la relación bilateral, Sheinbaum, como Zelenski, Netanyahu y Rutte, debió de haber tenido la sensibilidad de ellos para olvidarse del machismo político de López Obrador y llamarlo por teléfono o, como hicieron muchos, escribir un mensaje en X. No era una buena manera de iniciar una relación con un líder misógino, hipermachista, soberbio y violento, que además ha probado ser rencoroso. Pero ante tantas felicitaciones, comenzando por Harris y Biden, la sensatez llegó a Palacio Nacional.

La hoja de ruta de la Presidenta con Trump estaba siendo inadecuada, y lo peor de él no se ha visto todavía, como un grupo de radicales en su círculo interno que alimentan su radicalismo contra México, al que consideran un ‘Estado fallido’ donde tienen que intervenir militarmente. Sheinbaum ha estado normalizando las amenazas y las ha minimizado, pero ayer, con la felicitación, parece haber corregido ese camino.

Entró en la lógica mundial que ve en Trump un político impredecible y mercurial, y en la rápida reacción de aquellos líderes de países amenazados por su regreso a la Casa Blanca, e hizo a un lado el recuerdo de López Obrador con Biden y felicitó a Trump. No fue políticamente incorrecto o imprudente. Fue inteligente y sirve como acción preventiva por lo que viene, una relación compleja y difícil con un presidente que tiene una alta iniciativa, y que toma decisiones sin consultar ni consensuar.

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La reunión previa a las mañaneras/ Salvador García Soto

El Universal, | 07/11/2024 |;

Cada mañana, entre la reunión del Gabinete de Seguridad y las conferencias matutinas que da en Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum se reúne con un pequeño grupo de asesores que le dicen las líneas de comunicación que manejan los medios, los temas que dominan la agenda mediática y de redes sociales, y le aconsejan y le dicen lo que debe comentar y cómo abordar los distintos temas que le preguntarán en la conferencia, cuyas preguntas ya han sido previamente revisadas por el equipo de comunicación de la Presidencia.

Lo que parecería un ejercicio normal de preparación previo a una conferencia de prensa, cobra un sentido completamente distinto cuando se saben los nombres de los "asesores" a los que escucha la Presidenta previo a su encuentro diario con los periodistas, youtubers y demás asistentes a las mañaneras. El principal que lleva la palabra y que le explica y alecciona a la presidenta es Jesús Ramírez Cuevas, exvocero presidencial del sexenio pasado y actual Coordinador de Asesores de la mandataria. Es él, nos dicen fuentes directas del Palacio, quien lleva la voz cantante y sugiere temas, líneas discursivas y hasta los materiales de apoyo que presenta en video la doctora.

Junto a Jesús está Jenaro Villamil, director ratificado del Sistema Público de Radiodifusión, y también herencia del sexenio pasado, quien también opina, comenta y sugiere a la Presidenta lo que debe responder a las preguntas que le esperan. Luego hay otros colaboradores del staff presidencial que también participan en esa reunión de entre 20 y 30 minutos, después de la cual la doctora sale al Salón Tesorería para sostener su diálogo con los asistentes a la conferencia.

Quienes han atestiguado esas reuniones, comentan que es inevitable tener un déja vu con el sexenio pasado. Porque cuando Jesús Ramírez habla y propone temas y recomendaciones a la Presidenta, parece no sólo hablar a título personal, sino de su antiguo jefe. Y no es que estén seguros que Ramírez hable a nombre del expresidente, pero por la forma en que se expresa y hace sus comentarios frente a la doctora, pareciera que intenta aparentar que habla a nombre del expresidente.

Al final, en su afán de imitar todo lo que hacía su antecesor, ya sea por lealtad ciega o por miedo al que se fue, la presidenta Sheinbaum terminó aceptando herencias y prácticas nefastas que, incluso dentro del anterior gobierno y del mismo Morena, eran cuestionadas y se rechazaba la influencia negativa que llegó a ejercer el exvocero presidencial Ramírez Cuevas, a quien incluso entre las cúpulas de la 4T se referían despectivamente por el oscuro papel que jugó en el gobierno anterior.

Y aunque ahora la influencia de Jesús ya no incluye otros temas políticos y electorales, como sí llegó a tener con el expresidente, a quién llegó influir tanto al grado de no solo envenenarle el oído con chismes e interpretaciones personales de lo que publicaban los medios, sino incluso llegaba a sugerir nombres de candidatos a gobernador, para favorecer a personajes que lo financiaban y con quienes tenía intereses, lo que sí mantiene el ahora Coordinador de Asesores es el manejo del oído de la Presidenta sobre los temas y posicionamientos que esta hace en la mañanera.

Eso explicaría por qué, aunque se han hecho algunos cambios que se agradecen como la menor duración y las respuestas más breves de la mandataria, al final el ejercicio político y de propaganda en que se convirtieron las conferencias presidenciales, sigue siendo tan parecido al del pasado sexenio, aunque sin la misma chispa e ingenio que caracterizaba al que se fue a Palenque.

Lo más curioso del tema es que, aunque cambió de oficina y mermó su influencia política, a Jesús Ramírez Cuevas le mantuvieron intacta su condición de ser una mala imitación goebeliana en el vetusto Palacio. Y lo que antes hacía en unos minutos caminando al lado del expresidente, en el trayecto entre la reunión de Seguridad y la mañanera que empezaba a las 7. Hoy lo hace en media hora, sentado y con toda la atención de la Presidenta, que escucha y atiende las recomendaciones de su asesor heredado.

NOTAS INDISCRETAS...

En la operación "traidor" con la que doblaron y convencieron al ministro Alberto Pérez Dayán, para que le diera el voto decisivo a la constitucionalidad de la polémica reforma al Poder Judicial, además del líder del Senado, Adán Augusto López, y del coordinador de Política y Gobierno de la Presidencia, Arturo Zaldívar, también participó la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, quien estuvo buscando y dialogando con los ministros en busca de un "Judas" que rompiera la mayoría del pleno de la Corte que quería invalidar la reforma. Y en tiempos en que la traición, las amenazas y los expedientes judiciales se han vuelto a poner de moda como "instrumentos de convencimiento", queda claro que la 4T ya aprendió bien las técnicas de la extorsión política y el amedrentamiento del viejo régimen priista, ahora revestido de guinda... Este es un Servicio Social: "Solicitamos su colaboración para encontrar al canciller Juan Ramón de la Fuente. La última vez que se le vio fue cuando tomó posesión del cargo. No se le escuchó expresar condolencias y ofrecimiento de apoyo al pueblo de España, por la tragedia de la DANA en Valencia, tampoco se le ha oído hablar de la relación con Estados Unidos o del resultado electoral del pasado martes ni de cómo plantearán la relación con el nuevo presidente electo Donald Trump y apenas ayer por la tarde se supo, por un comunicado de la SRE, que tuvo una llamada con su homólogo de Guatemala para hablar del tema migratorio. Se agradecerá cualquier información sobre el encargado de la política exterior mexicana"... Los dados hicieron Capicúa. Volvemos a lanzarlos.

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Cronopio

Un error, una claudicación y una falsa excusa/Roberto Gil Zuarth

El Universal, noviembre 07, 2024 | 

La reforma judicial no fue declarada constitucional. Mucho menos se puede asumir zanjada la discusión sobre la posibilidad de control de constitucionalidad y convencionalidad de las reformas constitucionales. Todo lo contrario: una mayoría de siete de once ministros sostuvo, con énfasis y razones diversas, que la actuación del órgano reformador de la Constitución se encuentra sujeta tanto a límites formales (exigencias de procedimiento) como a límites materiales (contenidos explícitos o implícitos que no pueden ser tocados, sustituidos o reemplazados a través de la función de reforma). En la evolución de la doctrina sobre la cuestión, éste es el precedente más cercano.

¿Qué sucedió entonces? La Constitución exige, desde la reforma de 1994, que se reúnan al menos ocho votos para expulsar una norma general del ordenamiento. Esta regla –muy reveladora de nuestro constitucionalismo de la desconfianza–, se estableció con el propósito de contener la tentación al activismo de la Corte frente al legislador democrático, pero tiende inevitablemente a producir un efecto peculiar en la lógica sistémica del orden jurídico: una norma general tachada de inconstitucionalidad por la mayoría de la Corte conserva su validez. Justo este es el desenlace de la reforma judicial: faltó un voto, el del ministro Pérez Dayán, para que la reforma impugnada pasara a mejor vida en el mundo del derecho; sobrevive, gracias al veto de una posición que quedó en minoría aritmética y argumental; puede ser invalidada a través del juicio de amparo, al menos en teoría, en relación con la esfera concreta de las personas que resienten alguna afectación en sus derechos.

Más allá de la fatalidad de las matemáticas, sobre este desenlace pesa un error, una claudicación y una falsa excusa.

El error consistió en enredar la votación sobre la procedencia de los juicios constitucionales con la votación que se requiere para declarar la invalidez de las normas impugnadas. Efectivamente, el análisis sobre si se actualizaba una causal de improcedencia de las acciones de inconstitucionalidad que promovieron los partidos no requería ocho votos, sino únicamente seis. ¿Por qué? Porque esa determinación en sí misma no implicaba la invalidez parcial o total de ninguna parte de la reforma, sino que únicamente superaba las objeciones procesales planteadas para que el Pleno entrara a la discusión de fondo. El texto literal de la Constitución es incontrovertible: se necesitan ocho votos para expulsar del sistema; todo lo demás se resuelve por mayoría. Este error condujo a otro: la pretensión de recurrir a la regla de decisión que la reforma judicial exige para un Pleno de nueve ministros. Un desliz político que, de prosperar, habría legitimado la crisis constitucional del desacato.

El error condujo a la claudicación. En lugar de hacer un esfuerzo por reordenar el procedimiento y entrar a la discusión particular de validez-invalidez de la constelación de preguntas planteadas en el proyecto, ahí sí bajo la regla de ocho votos, pareciere que se consideró ocioso fijar posiciones y criterios ante lo inevitable: no contarían con el voto de Pérez Dayán y, por tanto, todo estaba perdido. Ya no se encontró sentido en dejar como legado razones para futuros abordajes a los problemas e implicaciones de esta reforma, sobre todo a la independencia judicial. Consummatum est.

No encuentro más que una falsa excusa en el argumento de la congruencia del voto de Pérez Dayán. Por supuesto que los jueces, especialmente los jueces constitucionales, deben dialogar con sus precedentes. Para reducir la discreción judicial y para que sus decisiones resulten aceptables, se encuentran especialmente vinculados por la necesidad de “mantener lo que haya sido decidido” y, en contrapartida, justificar con buenas razones cualquier opción pragmática por el cambio. En eso reside, en buena medida, la garantía de estabilidad y previsibilidad del derecho. Pero frente a ciertos casos difíciles y cuando el colegiado emprende una revisión explícita de su propia doctrina, no es suficiente con atarse al caso similar antes resuelto. Para emprender una nueva reflexión sobre si el órgano revisor puede contradecir la voluntad del Poder Constituyente, basta con recordar que los diputados de Querétaro expresamente discutieron el voto popular de ministros, magistrados y jueces y que resolvieron por “alejar al Poder Judicial de la política” (Machorro, 20/01/1917).

La reforma judicial no tiene vuelta atrás. Podrá haber condenas internacionales o amparos. Las reglas del juego están puestas. Abstenerse es un nuevo error. Apostar a la corrección del poder, una claudicación. Quedarse a esperar el colapso, una falsa excusa.

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Optó por el texto, ignoró el contexto

El asalto a la razón/Carlos Marín

Milenio,  / 07.11.2024;

Al ministro Alberto Pérez Dayán le llueven descalificaciones por haber votado contra la procedencia de que la Suprema Corte se ocupara de la acción de inconstitucionalidad contra la reforma al Poder Judicial.

Su actitud ha sido equiparada inclusive con la ruin traición del “panista” Miguel Ángel Yunes Márquez para darle al oficialismo en el Senado el voto decisivo a fin de que la iniciativa de López Obrador fuese aprobada.

A su favor, sin embargo, está su pública y añeja convicción de que una reforma solo es atacable por vicios en el procedimiento legislativo, pero no por su contenido.

De una propuesta en 2022 del ministro Luis María Aguilar contra la constitucionalidad del arraigo y la prisión preventiva oficiosa, Pérez Dayán razonó:

“No me corresponde asumir una tarea que no se me asignó, no soy quién para desprender hojas de la Constitución…”.

Este martes, en la sesión para resolver sobre el proyecto del ministro Juan Luis Alcántara Carrancá de conceder solo validez parcial a la reforma con la idea política de propiciar un acuerdo con los poderes Ejecutivo y Legislativo, argumentó:

“Resolver en el sentido que se propone sería responder a una insensatez llevada irresponsablemente al texto supremo con otra insensatez equivalente, al forzar el ejercicio de una facultad que no me fue conferida en el conocimiento de una acción de inconstitucionalidad.”

Con Joaquín López-Dóriga, el ministro Javier Laynez Potisek recordó ayer que idéntica posición ha tenido Pérez Dayán desde hace al menos ocho años:

“Entiendo que él habló de ser congruente; que había antiguas votaciones desde 2016 donde habría votado que la Constitución no es revisable, y prefirió mantenerse en ese sentido”.

Lo de la “insensatez” fue alusión a la de los cuatro magistrados del Tribunal Electoral (no “el pueblo”) que le regalaron al oficialismo su antidemocrática sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados para asegurar la aprobación de la reforma que mata la separación de Poderes y la independencia del Judicial.

Laynez refirió que otro ministro pensaba como Pérez Dayán, “pero el contexto era totalmente distinto. Jorge Pardo Rebolledo lo explicó muy bien el martes (‘Sí, también fui de los que en esa época votó en un caso similar que no procedía revisar la Constitución’), pero años después tuvimos una condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que nos dice que el arraigo y la prisión preventiva oficiosa, que están en la Constitución, son violatorias de tratados internacionales y convenciones, y lógicamente eso implica que hagamos una nueva reflexión”.

Quiso decir que Pérez Dayán debió tomar muy, pero muy en cuenta el peligroso contexto de crisis constitucional en que estábamos antier y, pese a su criterio jurídico sobre la procedencia, bien pudo sumarse a sus siete pares a favor de declarar inconstitucional la reforma que dinamita la división de Poderes.

Comparto con Laynez que el canijo contexto era mucho más importante que el manoseado texto… 

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La reelección de Rosario/Carlos A. Pérez Ricart 

REFORMA, 07 noviembre 2024;

-Hay que integrar a Rosario a la terna.

Palabras más, palabras menos, esa fue la instrucción que recibieron los senadores de Morena que hace dos semanas entrevistaron a los aspirantes a presidir la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Si la instrucción vino de Palacio Nacional o de Palenque es algo que deduciremos la próxima semana.

No podían creerlo. Durante tres días, 30 senadores de las Comisiones Unidas de Derechos Humanos y de Justicia del Senado de la República habían entrevistado a 47 candidatos finalistas a dirigir la CNDH. En la lista de los mejor evaluados, el nombre de Rosario Piedra Ibarra no figuraba. La hoy presidenta de la Comisión, con pretensiones de reelegirse cinco años más, había sido relegada a los últimos lugares.

Quien tenga ojos para ver, que vea. En YouTube está el video de la comparecencia de Piedra Ibarra. Es desastrosa. La presidenta de la CNDH se muestra ignorante de temas básicos y elude responder a los cuestionamientos de los senadores. Hora y media de torpezas que no superan la prueba del ácido.

Lo peor no fue, sin embargo, la comparecencia. Un mal día lo tiene cualquiera. Lo grave, lo verdaderamente grave, ha sido el quinquenio de Piedra Ibarra al frente de la CNDH.

Su administración comenzó con un fraude. Hay que recordarlo siempre: en noviembre de 2019, Piedra no obtuvo los votos requeridos para obtener la mayoría calificada en el Senado, el umbral necesario para llegar a la presidencia de la CNDH. Una triquiñuela de Ricardo Monreal hizo que se cantaran menos votos de los realmente emitidos. Aquella noche, la magia se cruzó con la aritmética.

Fue presagio de lo que vendría, pero también traición al pasado: la hija de una luchadora por la democracia y los derechos humanos llegaba a una posición de alta responsabilidad avalada por el fraude, por la mentira.

Y no hizo nada para reivindicarse. Tiene razón Rosario Piedra en señalar que, en el pasado, otras administraciones de la CNDH fueron obsequiosas con el gobierno en turno. Miente al señalar que ella no lo ha sido.

Los hechos lo demuestran. El pasado octubre, el Centro Prodh publicó el informe CNDH: balance de su debilitamiento institucional durante la gestión 2019-2024. Los hallazgos pueden resumirse en una línea: Piedra Ibarra ha sido mansa frente a los abusos de miembros de la Guardia Nacional y la Sedena, pero feroz con los críticos de su gestión.

Piedra Ibarra ha estado cinco años al frente de la CNDH. Ha sido tiempo suficiente para que le hayan renunciado, en momentos y en integraciones diferentes, dos consejos consultivos. Piedra no sabe trabajar en equipo. No es, entonces, casualidad, que de las catorce organizaciones de derechos humanos que atendieron a la convocatoria de Parlamento abierto del Senado, doce se manifestaran en contra de su reelección. El ecosistema de Derechos Humanos repudia su gestión.

La probable imposición de Rosario Piedra al frente de la CNDH sería el primer gran error de Claudia Sheinbaum, una contradicción con el espíritu aperturista mostrado en campaña. Entiendo la necesidad política de la Presidenta de acompañar la reforma judicial heredada por su antecesor; no puedo, sin embargo, comprender las razones que la llevarían a sostener a una figura tan cuestionada. Una CNDH sin legitimidad no le sirve a nadie y, menos que a nadie, a la presidenta de México.

La CNDH tiene solo un arma para funcionar: su autoridad moral. Al no ser vinculantes sus recomendaciones, sus alcances están mediados por la fuerza de la legitimidad. Piedra Ibarra hoy no la tiene. En un contexto en el que la presidenta de México ha enviado señales antirreeleccionistas para diferentes posiciones de poder, la excepción de Piedra Ibarra resultaría, cuando menos, inexplicable.

La crisis de derechos humanos aconseja una comisión fortalecida, no una cuestionada en su legitimidad democrática. Si de lo que se trata es de debilitar a la CNDH y llevarla a la irrelevancia, la reelección de Rosario es el camino. Notimex espera del otro lado del cadalso.

La próxima semana los senadores tendrán la última palabra. El voto es -por fortuna- en cédula. Ello abre la posibilidad de escisiones en la mayoría oficialista. Está en la conciencia de los senadores de Morena evitar que la CNDH se sumerja (aún más) en la irrelevancia absoluta. Última llamada.

@perezricart


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