La imposición de Morena

REVISTA R, Reforma, 29 diciembre 2024;

La imposición de Morena

Martha Martínez y Mayolo López

Echando mano de recursos variados, como el reclutamiento de legisladores de Oposición y el uso de una aplanadora legislativa, Morena y sus aliados en el Congreso sacaron adelante prácticamente el Plan C que diseñó el ex Presidente Andrés Manuel López Obrador y que continuó la Presidenta Claudia Sheinbaum: la reforma al Poder Judicial, la desaparición de siete órganos autónomos, la readscripción de la Guardia Nacional y la prohibición de comercialización de vapeadores, entre otros, son los temas avalados por la Legislatura en funciones

Con el 78 por ciento del Plan C aprobado, la Cámara de Diputados concluyó el primer periodo ordinario de la actual Legislatura.

Con prisas y en algunos casos con inconsistencias y errores, Morena y sus aliados del Partido Verde y del Partido del Trabajo usaron su mayoría aplastante para avalar 14 de las 18 reformas constitucionales propuestas por el ex Presidente Andrés Manuel López Obrador, las cuales fueron retomadas como prioridades por su sucesora, Claudia Sheinbaum. Pocas de ellas fueron acompañadas con el voto de la Oposición.

La primera reforma constitucional impulsada por la mayoría se enfrentó a la resistencia de los trabajadores del Poder Judicial, quienes obligaron a los legisladores a trasladarse a la Sala de Armas de la Magdalena Mixhuca y a discutir los cambios constitucionales en circunstancias que hoy siguen poniendo en tela de juicio la legitimidad de su aprobación.

Morena y sus aliados ignoraron también la orden de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y modificaron la Constitución para volver a ampliar la prisión preventiva oficiosa, ahora para incorporar delitos como la extorsión.

Las modificaciones siguen siendo rechazadas por un grupo de trabajadores y su implementación ha generado la crítica de quienes se oponen a ella, no sólo por la incorporación de personas afines a Morena en los Comités que analizan los perfiles de aspirantes a Jueces, Magistrados y Ministros, sino por el recorte de más de 13 mil millones de pesos al presupuesto para 2025 del INE que, afirman, compromete la legitimidad de la elección judicial.

En contra de las recomendaciones de organismos internacionales como la Oficina de Naciones Unidas en México y Amnistía Internacional, Morena y sus aliados trasladaron la Guardia Nacional a la Sedena, reforzando así, advirtieron, las tareas castrenses en la seguridad pública.

A razón de una reforma constitucional aprobada cada semana, en promedio, la mayoría le quitó a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a Pemex el estatus de “empresas productivas” y les regresaron el de “empresas públicas”. Además, establecieron que, en ningún caso, las empresas privadas prevalecerían sobre la estatal en materia de industria eléctrica.

Declararon los ferrocarriles como área prioritaria para el desarrollo nacional y le permitieron al Estado retomar el derecho de utilizar vías férreas para prestar el servicio de transporte de pasajeros, lo que le permite a la Presidenta cumplir con su promesa de regresar los trenes de pasajeros como un medio de transporte prioritario en el País.

Además elevaron a rango constitucional más programas sociales creados en el Gobierno anterior, como la pensión para personas con discapacidad permanente, Sembrando Vida, Precios de Garantía y los apoyos anuales a productores y pescadores a pequeña escala, prohibieron los vapeadores, le permitieron al Infonavit volver a construir vivienda y blindaron cualquier reforma constitucional aprobada por ellos.

También desaparecieron siete órganos autónomos: el INAI, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación.

En materia social, la mayoría aprobó reformas constitucionales para que el incremento al salario mínimo no sea menor a la inflación, elevaron a rango constitucional la prohibición del maltrato animal y reconocieron a los pueblos originarios y afromexicanos como sujetos de derecho público.

Las prisas de la mayoría por sacar adelante el Plan C provocaron que algunas de las reformas constitucionales fueran aprobadas con errores e inconsistencias.

En el marco de la reforma judicial, Morena y sus aliados modificaron el Artículo 94 de la Constitución para establecer que la presidencia de la Corte recaerá en el Ministro que obtenga el mayor número de votos en la elección correspondiente y durará en el cargo dos años, pero “olvidó” reformar el Artículo 97, que señala que “cada cuatro años” el pleno elegirá de entre sus miembros al presidente de la Corte.

En noviembre pasado, diputados del PAN y del PRI denunciaron que en la reforma constitucional en materia de extinción de organismos autónomos, la mayoría legislativa eliminó de la redacción de los Artículos 76 y 78 los párrafos relativos a la Guardia Nacional.

Indicaron que, además, en el Artículo 105 de la Constitución borraron –el 31 de octubre pasado– los párrafos sobre inimpugnabilidad de las reformas constitucionales avalada por Morena y sus aliados.

El 12 de diciembre pasado, tres semanas antes de la fecha límite para su cierre, la Cámara de Diputados concluyó el periodo ordinario de sesiones con la aprobación apresurada del Presupuesto de Egresos de la Federación 2025.

Diputados de Oposición acusaron en el pleno que las prisas se debieron a que Morena había convocado para más tarde su posada navideña en un restaurante de Polanco, evento que de acuerdo con el coordinador de Morena, Ricardo Monreal, no fue organizado por la bancada, aunque ese mismo día los diputados asistieron a una reunión convocada en otro lugar.

HACES, EL BRAZO DERECHO

A lo largo de casi tres meses, Ricardo Monreal, coordinador de la bancada de Morena, ha tenido que lidiar con los escándalos de quien él mismo designó como su brazo derecho, el diputado, líder sindical y empresario taurino, Pedro Haces.

También ha enfrentado pugnas internas de la bancada e incluso el fuego amigo.

En agosto pasado, Haces hizo pública en su cuenta de X una comida que organizó en una finca del Ajusco a los entonces diputados electos de su bancada.

Ahí, de acuerdo con los fragmentos del encuentro dados a conocer por el propio legislador, Monreal tomó la palabra para informarle a los presentes que Haces sería su “segundo” e incluso que estaría a su mismo nivel.

Su posición se formalizará más tarde, cuando a través de una modificación al Reglamento Interno de la bancada, Morena aprobó crearle a Haces el cargo de Coordinador de Operación Política.

La propuesta original era que, mediante este nuevo puesto, el también líder sindical administrara el trabajo de todos los presidentes de comisiones, que coordinara las gestiones de las y los diputados ante los tres niveles de Gobierno y las Cámaras Empresariales e incluso que pudiera tomar decisiones en materia de seguridad de la Cámara de Diputados, tarea que, por ser institucional, no es competencia de los grupos parlamentarios, sino de la Mesa Directiva.

Monreal pretendía quitarle facultades a la vicecoordinación que semanas antes había asumido Gabriela Jiménez, lo que generó que un grupo de morenistas que rechazaban los superpoderes que pretendían darle a Haces, pugnaran para evitar que se concretara la modificación al Reglamento Interno en los términos que estaba propuesta.

Tras la batalla de Gabriela Jiménez y de diputados como Alfonso Ramírez Cuéllar, Haces se quedó sin superpoderes, pero el nuevo cargo le permitió ostentar la representación del coordinador parlamentario ante la Mesa de Coordinación del grupo parlamentario en su ausencia, lo que lo convertía en el segundo al mando de la bancada.

De acuerdo con asistentes a esa plenaria, molesto, Monreal les pidió unidad a sus pares. Algunos de ellos habían denunciado previamente que Haces contaba con la anuencia para asignar oficinas y espacios de estacionamiento a los diputados entrantes.

Pero las diferencias internas volverían a hacerse presentes cuando Morena aprobó 15 de las 26 comisiones legislativas que le corresponde en medio de reclamos de algunos diputados por la forma en la que Haces impuso los nombramientos.

Según relataron, el líder sindical recurrió a prácticas “pandilleriles”, porque presentó una planilla que respaldó con firmas de legisladores a quienes no les informó que serían utilizadas para ese fin, por lo que un grupo de diputados abandonó la plenaria.

Haces ha sobresalido como diputado por sus escándalos, más que por su trabajo legislativo y eso le ha pasado factura al coordinador parlamentario.

El 30 de octubre pasado, al mismo tiempo que Morena y sus aliados aprobaban la reforma en materia de inimpugnabilidad de reformas constitucionales, se destapaba el escándalo por el voto fantasma del empresario taurino.

El voto a favor de la reforma que blinda las reformas constitucionales de la mayoría apareció en el tablero electrónico, a pesar de que el propio morenista reconoció, un día después, que no estaba presente en el Pleno, aunque se negó a precisar si estaba en Nueva York, en la final de la Serie Mundial.

Pero Monreal y el presidente de la Mesa Directiva, Sergio Gutiérrez Luna, minimizaron el hecho.

En una explicación que no dejó satisfecho a nadie, Gutiérrez Luna atribuyó el voto fantasma a una “intermitencia” del servicio de internet, que pudo generarse por el intento de algún diputado que se equivocó de tableta e intentó votar en la del líder sindical.

Un par de semanas después, otro escándalo involucraría al legislador, luego de que se dio a conocer un video en el que se ve a Haces y a Monreal abordar un helicóptero en el Deportivo Venustiano Carranza, a unos metros de la Cámara de Diputados.

Monreal reconoció que usa con frecuencia helicópteros y aclaró que seguiría usándolos. No obstante, luego de que Sheinbaum dijo que el coordinador parlamentario tenía que explicar el uso del helicóptero, se disculpó por usar ese tipo de transporte en la Ciudad de México y aseguró que trataría de no repetir un acto como ese para no afectar su movimiento que predica la austeridad.

Pero esa no sería la única vez que Monreal recibiría un comentario por parte de la Presidenta.

El 17 de diciembre pasado, fue citado en Palacio Nacional junto con el coordinador de Morena en el Senado, Adán Augusto López Hernández, el presidente de la Cámara Alta, Gerardo Fernández Noroña y el senador Ignacio Mier.

En esa reunión, la Mandataria les dijo a los coordinadores parlamentarios que el tipo de desencuentros que protagonizaron la semana previa no deben repetirse y señaló que fue incorrecto que los ventilaran públicamente.

Esto luego de que Adán Augusto y Monreal protagonizaran un enfrentamiento en el que el senador acusó al líder de los diputados de Morena de “negocitos” cuando estuvo al frente de la Cámara Alta y el segundo aseguró que el origen de los señalamientos era un fideicomiso de cerca de mil millones de pesos a disposición del Senado.

A pesar de todo esto, con su mayoría, Monreal ha logrado sacar adelante las reformas prioritarias de la llamada Cuarta Transformación y las enviadas por la Presidenta Claudia Sheinbaum, como la que modifica la estructura de la Administración Pública Federal, cinco leyes secundarias y otras en materia de igualdad sustantiva, derecho a una vida libre de violencia y brecha salarial.

EL ESTILO DE LEGISLAR DE NOROÑA Y ADÁN

Los meses del agandalle y del ni los veo ni oigo.

Empezaron sobornando y terminaron amenazando y jaloneando en el pleno.

Y el último día de sesiones en el Senado de la República, un viernes 13, empujaron en lo oscurito el polémico dictamen que, según la Oposición y expertos, pone en riesgo los ahorros de los trabajadores del Infonavit.

¿La cereza en el pastel? El jefe de Morena, Adán Augusto López Hernández, subiría a la tribuna para revelar la existencia de “negocitos añejos” y su intención de acabar con “cualquier sospecha de corrupción” de la gestión de su correligionario el zacatecano Ricardo Monreal, el pastor morenista en la pasada legislatura, el mismo que, a ojos del tabasqueño, habría operado el recorte de 123 millones de pesos al Senado. 

“Es la hora de los plebeyos”, sentenció Gerardo Fernández Noroña, designado presidente del Senado en la instalación de la LXVI Legislatura el 29 de agosto. A fines de año, en broma insinuó la pertinencia de que los parlamentarios entrasen al salón de sesiones con “guantes de box”.

A mediados de septiembre, la aceitada máquina de la 4T se afanaba para ponerle el moño al regalo de despedida del líder moral de su movimiento, Andrés Manuel López Obrador: la reforma al Poder Judicial que, a ojos de muchos, significó la muerte de la Constitución y de división de Poderes.

Morena no se contuvo: blandiendo carpetas de investigación, se hizo de los servicios del panista Miguel Ángel Yunes Márquez para arañar la mayoría calificada, con el soterrado apoyo de un emecista campechano que alegó que su padre había sido detenido para excusarse de votar en la vieja sede senatorial.

“En realidad Monreal fue el que llevó a Yunes, pero Adán Augusto no se quiso quedar atrás y a como diera lugar maniobró con la gente de MC para que no se lo debieran todo a Monreal”, describió una fuente parlamentaria que conoció detalles de la jugada.

Tres meses después, Yunes fue debidamente cobijado por la 4T: la orden de aprehensión que pesaba en su contra por los delitos de uso de documentos falsos, falsedad ante la autoridad y fraude procesal, había quedado sin efecto, con arreglo al acuerdo que se tomó en el Juzgado de Proceso y Procedimiento Penal Oral del Décimo Primero de Distrito Judicial, con sede en Xalapa, Veracruz.

En otro lance, Morena ya se había hecho de los dos únicos perredistas que llegaron al Senado: la morenista Araceli Saucedo y el tabasqueño José “El Chavo” Sabino.

Luego vino el sabadazo de la tómbola para acicatear la primera etapa de la reforma judicial: la elección de Jueces, Magistrados y Ministros. Las pelotitas a sortear cayeron y rodaron como canicas en el pleno. ¡Lotería..!

Inerme, la Oposición veía pasar las reformas. La supremacía constitucional, la adscripción de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional… Y llegó la elección del nuevo titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. 

Rosario Piedra ya había sido marginada de la terna final, pero, de último momento, llegó “la línea” y, a pesar de que la hija de doña Rosario Ibarra de Piedra había sido la peor calificada, los morenistas se sometieron y acataron “la línea” para impulsar su reelección.

Al frente de la Mesa Directiva, Gerardo Fernández Noroña se ha conducido atropellando las buenas formas: ha introducido temas sin avisar a la Oposición y a ésta le ha escamoteado el desahogo de asuntos convenidos. El último lance fue el que protagonizó con la panista Lilly Téllez, que exigía en tribuna a Adán Augusto que aclarara sus acusaciones contra Monreal.

Fernández Noroña hubo de ordenar que se le cerrara el micrófono a la sonorense.

Otro escándalo en el pleno se derivó de la negativa de conceder la palabra a la Oposición. Furioso, el senador Alejandro ‘Alito’ Moreno subió a encarar al presidente y a punto estuvieron de liarse a golpes.

Y lo inédito: a la cabeza de una turba de senadores morenistas que iban a buscar bronca, Adán Augusto López Hernández llegó a los escaños panistas para encarar al chihuahuense Mario Humberto Vázquez, que había acusado a Yunes Márquez de “haberlas dado” con su brinco a Morena.

“Fernández Noroña, Monreal y Adán Augusto no quieren quedar bien con la gente: quieren quedar bien con AMLO o con Claudia (Sheinbaum)”, resumió una fuente parlamentaria.

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