Han pasado casi dos años de los trágicos sucesos ocurridos en el Colegio número Uno en Beslán, Osetia del Norte donde perdieron la vida 331 personas: esa tragedia es la segunda mayor en el mundo después de la del 11 de septiembre del 2001.
Recuerdo perfectamente que ese 1 de septiembre del 2004 un grupo de hombres y mujeres fuertemente armados asaltó el colegio mientras en su interior se celebraba la tradicional fiesta del primer día de clases. Cerca de 1,200 personas, entre alumnos, profesores y familiares se convirtieron entonces en rehenes y fueron aglutinados en el gimnasio de la escuela.
Y bueno menos e dos años han tardado las víctimas de Beslán en recibir un poco de justicia. Aunque todavía no hay sentencia en firme, los jueces declararon ayer martes 16 de mayo al checheno Nurpashi Kulayev, de 26 años como culpable de los hechos sangrientos.
El Tribunal Supremo de Vladikavkav declaró culpable de terrorismo, toma de rehenes y asesinato al único superviviente del grupo de milicianos que atacaron una escuela de Beslán.
Nurpashi Kulayev es el único superviviente de los 32 hombres armados que tomaron cientos de rehenes en la escuela de Beslán aquel 1 de septiembre de 2004.
El juez Tamerlan Aguzarov, encargado de la lectura, aseguró que el tribunal "ha establecido la culpabilidad del acusado en asesinatos e intentos de asesinato, en realizar actos terroristas, en formar parte de un grupo criminal, en la captura de rehenes, en el almacenaje y transporte ilegales de armas".
La sentencia final no se conocerá hasta que termine la lectura.
El juicio ha generado dos debates en la sociedad y en el colectivo de víctimas del terrorismo. El primero se refiere a la pena de muerte, castigo que sigue vigente en Rusia, aunque su aplicación fue suspendida por la moratoria de 1995. El Consejo de Europa presiona al Kremlin para que decida su abolición, pero en las presentes circunstancias tendría mala prensa entre sectores de la ciudadanía.
Los fiscales piden la pena capital para Kulayev, pero por la moratoria sería conmutada por la de cadena perpetua.
El segundo debate se ha dirigido agriamente contra el Gobierno. Muchas víctimas creen que la justicia en este proceso es insuficiente y acusan a las autoridades de utilizar a Kulayev como un chivo expiatorio para no asumir responsabilidades.
La Voz de Beslán, un grupo de familiares, acusa a las autoridades de haber sido incapaces de prevenir el ataque. Otros denuncian la incompetencia de las fuerzas armadas para resolver el secuestro. En marzo se inició un juicio contra tres policías por negligencia en la crisis, pero muchos creen que la responsabilidad está más arriba.
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