"El clima que se ha generado en estos momentos es muy penoso, mucho muy penoso, no se sabe si llorar o reír"; Monseñor Francisco Robles Ortega, arzobispo de Monterrey,
Otro editorial más sobre AMLO: ¡ha perdido todo!
El exceso de Obrador; en El País, 3 de septiembre del 2006
El candidato izquierdista a las elecciones presidenciales mexicanas Andrés Manuel López Obrador, no sólo ha perdido la cita con las urnas de julio, aunque por el muy estrecho margen de votos del 0,58%, sino también todo grado de mesura y madurez política y, cada vez con mayor seguridad, toda posibilidad de volver a ser candidato a la jefatura del Estado de un país serio con la historia, el peso y la dignidad de México.
El espectáculo ofrecido el viernes en el Parlamento mexicano por los miembros del Partido de la Revolución Democrática (PRD) de López Obrador al impedir físicamente al saliente presidente de la República, Vicente Fox, que leyera su informe anual del Gobierno es un paso más del líder izquierdista hacia su fracaso y automarginación de todo proceso democrático en el futuro. El daño que López Obrador está infligiendo a la izquierda democrática mexicana es incalculable. Las últimas encuestas revelan que de celebrarse hoy elecciones, aquel exiguo medio punto de ventaja obtenido por Felipe Calderón podría ser ahora de 12 o 13 puntos.
Quien, como hizo López Obrador el viernes, manda "al diablo las instituciones" y las tacha a todas de caducas, corruptas e inservibles, se descalifica para presidirlas, y no sólo en este mandato que el voto le ha negado, sino también en los futuros. México ha luchado mucho por el crecimiento, solidez y mejora de sus instituciones democráticas como para sacrificarlas por la obcecación de quien parece presa de puro resentimiento. Lo que intentó en un principio con concentraciones callejeras, bloqueos urbanos, amenazas a los jueces e intimidaciones a la junta electoral ha acabado, fatídicamente, en un acto de coacción contra la cámara parlamentaria y el presidente saliente. Ningún país democrático quiere ver su Parlamento, donde reside la soberanía popular, rodeado de miles de agentes de seguridad, como sucedió el viernes en previsión de incidentes, pero eso no justifica, como pretendieron los diputados del PRD, el boicoteo sufrido por el presidente Fox, que tuvo que abandonar la cámara sin poder ejercer su derecho y deber de exponer su último informe de Gobierno, algo insólito en la democracia mexicana.
La deriva antisistema a la que parece haberse entregado ya definitivamente López Obrador no puede poner en peligro las instituciones democráticas mexicanas ni la madurez de una ciudadanía volcada en la lucha por la modernidad, el progreso y el respeto a las leyes. Se equivoca el candidato izquierdista cuando intenta evocar fantasmas del pasado al sugerir tentaciones represivas del Ejército o la policía mexicanos. México quiere estar a años luz de aquellos escenarios. Precisamente el comportamiento -impecable en su eficiencia, moderación y criterio- en estos dos meses de todos los estamentos e instituciones, incluidas las armadas, revela lo inútil del insensato populismo radical de López Obrador. El Tribunal Electoral ha fallado que ha perdido las elecciones. Su desmesura está fuera de tiempo y de lugar en el México moderno. (hasta aqui el editorial)
¡Al diablo las instituciones!; eso dijo AMLO el día 1 de septiembre, minutos antes de la apertura del periodo ordinadario de sesiones:
Pero hay ver como lo planteo, por lo que rescato una parte de su discurso:
"No pueden justificar el fraude electoral, no pueden legitimar al que supuestamente ganó la elección presidencial y no pueden legalizar realmente y legitimar a un gobierno usurpador porque sencillamente ellos no ganaron la elección presidencial y esto lo sabe la mayoría de nuestro pueblo. Por eso es que recurren a una serie de medidas autoritarias. No sólo es la campaña de calumnias en contra nuestra en algunos medios de comunicación sino también el uso de la fuerza bruta, el sitiar una zona amplia de la ciudad utilizando policías y soldados, tanquetas, todo esto que se está viendo hoy en la ciudad."
"Nosotros tenemos la razón y estamos luchando por una causa justa. Sólo recurren a la violencia, a la fuerza bruta, los que no tienen la razón y nosotros tenemos la razón, por eso no vamos a caer en ninguna provocación. Hace unos días dije aquí, con mucha claridad, que ese traidor a la democracia quería que este importante asunto lo resolviéramos enfrentándonos a la policía y al Ejército. Se equivoca, nosotros no tenemos nada que atender, no tenemos nada que ver, no tenemos nada que dirimir con la policía y con el Ejército, este es un asunto político no policiaco ni militar.
¿Por qué tanta desesperación, tanto nerviosismo, tanto miedo? Saben ustedes que no es el miedo al Informe, no, lo que quieren es que caigamos en la trampa para justificar la represión y que no lleguemos a lo que verdaderamente les preocupa. ¿Qué es lo que le preocupa? La Convención Nacional Democrática. ¿Por qué les preocupa la Convención Nacional Democrática? Porque ya hemos decidido hacer a un lado a todas esas instituciones caducas, corruptas, que no sirven para nada y que no representan el interés general.
Y ya empezó, como lo dije ayer, una revolución de la conciencia para que el pueblo se dé la forma de su gobierno, es decir, que el pueblo sea el que gobierne y el que podamos constituir las instituciones que el pueblo decida. Vamos a la Convención porque vamos a tener un gobierno de la República. ¡Que se vayan al diablo con sus instituciones!
Lo que más les preocupa es eso, lo que más les preocupa es que ya no estemos dispuestos a aceptar las reglas del juego de siempre, lo que más les preocupa es que ya no les vamos a rendir pleitesía, lo que más les preocupa es que vamos a tener nuestro propio gobierno, de conformidad con el Artículo 39 de la Constitución. Y sí, van a haber dos gobiernos, como lo dije ayer y lo repito: el gobierno del hampa de la política, de los delincuentes de cuello blanco, y el gobierno surgido de este movimiento popular y ciudadano. Y saben que tenemos toda la autoridad moral y política para iniciar las transformaciones que requiere nuestro país.
¿Qué dicen los comunicadores alquilados, vendidos del régimen? Dicen los oficiosos que no va a ser legal lo nuestro, que no va a ser legítimo. Y repito: ¿y lo de ellos es legal, lo de ellos es legítimo? Si han pisoteado la voluntad de la gente y pisotean los principios constitucionales.
Dicen que va a ser una República patito, dice un comunicador que antes era un periodista más o menos competente y ahora se entregó por entero a la mentira (se refiere a Carlos Marin, director editorial de Milenio) y no cabe duda que el hombre que se entrega por entero a la mentira pierde hasta la imaginación y el talento. Dice que va a ser una República patito. ¿Y la de ellos no es una República patito, no es una República chatarra? Vamos por eso a crear nuestro gobierno y ese es un cambio, una revolución en la conciencia, porque nos metieron en la cabeza que teníamos que estar respetando estas instituciones que sólo sirven para convalidar los despojos del fuerte, que sólo sirven para proteger a las minorías. Vamos a crear nuestro gobierno, ya no aceptamos la República simulada, vamos a establecer una República representativa y verdaderamente popular.
Eso es lo que significa la Convención....
"De modo que nosotros no vamos a entrar a ese juego, tenemos que cuidar nuestro movimiento. Por eso, les digo a ustedes que aún estando a cinco calles del Congreso, no vamos a ir, aquí nos vamos a quedar el día de hoy. ¿O creen ustedes que hay que ir allá a hacerles el juego? No tiene ningún sentido, que se queden con sus tanquetas, que se queden con sus soldados porque aquí aclaro y hago un llamado muy respetuoso al Ejército mexicano, que respeto mucho porque es garante de la soberanía nacional, porque es una institución que merece respeto.
Pero aquí vuelvo a decir que el Ejército no debe ser usado para justificar acciones de fraude electoral, el Ejército no puede ser utilizado para justificar la incapacidad de los gobiernos civiles, muchos menos el Ejército debe ser usado para reprimir al pueblo que lucha por la justicia, por la libertad y por la democracia. Hago un llamado al Ejército para que no caiga en la tentación de la represión, que no acepte órdenes para reprimir al pueblo. Nosotros, por nuestra parte, garantizamos que siempre vamos a actuar de manera pacífica, que el Ejército no vuelva a ser utilizado como en el 68 y como en otros tristes acontecimientos para reprimir al pueblo.
También recuerdo que en el 68, en ese triste año del 68, que el que era Secretario de la Defensa, Marcelino Barragán, después de un tiempo describió en sus memorias que no había sido el Ejército el que reprimió en Tlatelolco sino el Estado Mayor Presidencial. Hago un llamado a los militares para que actúen con rectitud y que respeten los derechos del pueblo y que no se vaya a utilizar al Ejército disfrazado de Policía Federal Preventiva. Y aclaro, porque la mayor parte de los elementos de la Policía Federal Preventiva proviene del Ejército: si actúa la Policía Federal Preventiva reprimiendo a la gente, la culpa va a ser directamente del Ejército, no van a poder encubrir un operativo de represión con el uniforme de la Policía Federal Preventiva ni utilizando a las guardias presidenciales, al Estado Mayor Presidencial. Estoy hablando con mucha claridad para que se entienda.
Estoy dejando también, como garantía, de que nuestro movimiento siempre será pacífico y estoy dejando como garantía que vamos a respetar la institución militar, pero exigimos el respeto a los derechos de los ciudadanos, a la libertad de los ciudadanos. Toda nuestra energía, toda nuestra imaginación, todo nuestro talento para organizar la Convención Nacional Democrática, para organizar el gobierno del pueblo y para el pueblo. Eso es lo que tenemos que hacer, dedicarnos a organizar la Convención Nacional Democrática para el día 16 de septiembre.....
Si nosotros seguimos firmes y no entramos a ninguna negociación y no aceptamos transar, no van a poder con nosotros y vamos a triunfar, más temprano que tarde va a triunfar nuestro movimiento. Después de este razonamiento, voy a preguntar a ustedes: ¿Vamos allá o nos quedamos aquí? A ver, que levanten la mano los que quieren ir. Bájenla. Que levanten la mano los que prefieren quedarse aquí. Esa es la decisión, es la decisión correcta. Eso es lo que vamos a hacer. ( y etcétera).
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