Ye Gon: ¿Conexión jarocha??

Columna Estrictamente personal/Raymundo Riva Palacio
Tomado de El Universal, 27/07/2007;
Conexión jarocha
Una nueva pista en la investigación de Zhenli Ye Gon conduce directamente al gobernador Fidel Herrera, quien dice que es una trampa
La saga de Zhenli Ye Gon apunta para tomar altos vuelos y ya comienza a mostrar los huecos que creó el empresario acusado de narcotráfico en el sistema político mexicano. Dejadas atrás las pantallas para, acusando al gobierno de Felipe Calderón, construir su petición de asilo político en Estados Unidos, una clave sustantiva, deslizada casi fortuitamente en cartas enviadas a sus antiguos clientes y socios en México el 4 de mayo pasado, desvela qué ramificaciones sólidas tenía —más que con el PAN— en el PRI.
Una señal proviene de la carta donde Ye Gon justifica que los más de 205 millones de dólares escondidos en su casa eran fondos para campañas electorales. “Pensé que querían que apoyara a un partido político, porque en los últimos dos años hice un esfuerzo para aportar fondos a la campaña del senador del PRI para el gobierno de Veracruz”, escribió. “Por eso, obtuve también dos credenciales… de senador honorario”.
Esa credencial, en efecto, existía. A principios de julio EL UNIVERSAL publicó la copia de esa credencial expedida por Herrera, lo que motivó una airada defensa pública y privada. Cuando lo interrogaron los periodistas veracruzanos al respecto, el gobernador dijo que estaba “tan cerca del chino como está la Tierra de Plutón”, y aseguró que investigaría para ver “quién me metió al baile, porque como decía el ínclito, ¿‘y yo por qué’?”. Su vocero descalificó la credencial como “apócrifa, una falsedad, todo un montaje”, y el gobernador envió a su procurador estatal a mediados del mes a la PGR a presentar una denuncia para investigar por qué se le involucró.
Fidel Herrera parecía tener todo a su favor. La desmesura mediática de los abogados estadounidenses de Ye Gon le daban aire ante la opinión pública. Exigió al gobierno federal que no rebotaran el espinoso caso de Ye Gon a Veracruz y movió al líder del PRI en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, a pedir explicaciones al procurador general Eduardo Medina Mora, pues Herrera ubicaba este episodio dentro del contexto de las elecciones locales dentro de un mes.
A Beltrones le dijeron que no había nada truculento para dañarlo, y le demostraron que la credencial expedida a Ye Gon, si bien era evidentemente falsa, sugería una relación con el gobernador de Veracruz, quien para entonces ya había instruido a su procurador para que presentara una denuncia en la PGR exigiendo una investigación de por qué lo involucraban. Herrera no sabía en ese momento lo que le enseñarían a Beltrones: otra credencial de senador honorario a un socio de Ye Gon.
Esta credencial, integrada también al expediente, está a nombre de Juan José Escandón Paz, identificado por la PGR como uno de los principales operadores de Ye Gon en la compra de precursores, y actualmente detenido en La Palma. Un doble documento del mismo origen permitía la presunción de delito por parte del político, quien paradójicamente abrió la puerta para que lo investigaran a partir de que su procurador presentó la denuncia en la PGR. Lo que no había, ya hay. Ni hubo necesidad de que las autoridades mexicanas interrogaran en agosto a Ye Gon para confirmar que la carta publicada por EL UNIVERSAL fue escrita por él y proceder entonces a abrir una averiguación de oficio en contra de Herrera, por haber sido señalado de haber recibido fondos para su campaña que nunca fueron reportados.
En una entrevista telefónica este miércoles, el gobernador aseguró con ironía que si la primera credencial era falsa, la segunda era peor. Del único Escandón que tenía memoria, agregó, era del asistente de un senador del PAN, que no es el mismo que está en La Palma.
Las sospechas sobre el gobernador de Veracruz están lejos de disiparse, ya que aumentan en ese nivel por la circunstancia de que la seudoefedrina sólo entra a México por los puertos de Lázaro Cárdenas, Manzanillo y de Veracruz, y que dos grandes amigos de Herrera son agentes aduanales en el puerto. Adicionalmente, dentro del gobierno federal tienen la información de que Ye Gon visitó varias veces a Herrera en 2003cuando era senador, un año antes de la campaña para gobernador. Esos encuentros, en caso de que en efecto se hubieran dado, no pueden verificarse documentalmente porque no existe un libro de registro de visitas en el Senado, ni tampoco hay un sistema de vigilancia videograbado, salvo en las salas del PRI, aunque se desconoce todavía si conservan cintas de ese año. El gobernador, en cualquier caso, descalificó cualquier imputación.
“Falso”, dijo en la entrevista telefónica. “En las actas ministeriales le preguntaron a la esposa del chino si me conocía, y ella dijo que nunca había oído hablar de mí. El Senado es una caja de cristal donde todos los senadores y los trabajadores nos conocemos. También los periodistas nos conocen a todos. Nunca recibí a ningún asiático en mis oficinas, ni jamás he ido a China ni conozco Shanghai (donde nació Ye Gon). Es más, cuando fue una delegación asiática al Senado, ni siquiera estuve”.
Herrera considera que esas “pruebas” le fueron plantadas, sin identificar a nadie, pero en el contexto de que todo el año, alega, ha sido involucrado en distintos sucesos negativos, empezando con la violencia de Los Zetas, el caso de la anciana Ernestina Ascensión y ahora con el caso de Ye Gon. “Algo bueno debo estar haciendo”, subrayó.
Durante la conversación por teléfono, el gobernador exudaba confianza y jugaba con la frase que vuela para cliché de “cooperas o cuello”, y tan sólo a segundos de haber intercambiado saludos, comenzó a describir, sin mediar pregunta, la lista de empresarios mexicanos y extranjeros que lo han visitado recientemente para explorar proyectos de inversión en el estado. “Todos están viniendo a apoyarnos”, dijo contundente. Pero no todo terminó así. Tras la charla, varios colaboradores de prensa del gobernador estuvieron comunicándose para ir añadiendo datos que pudo haber olvidado Herrera, entre los cuales incluyó un hecho que le llamaba la atención. Se trataba de un procedimiento de la PGR que cuando obtiene credenciales que son falsas, las envía a análisis pericial para integrar el dictamen en la averiguación. Pero en el caso de las suyas, dijo uno de sus voceros, jamás pasaron a pruebas periciales. ¿De qué se trata? No contestaron la pregunta.
Dentro del gobierno, la conexión jarocha está configurándose como una nueva pista dentro de una investigación que conforme avanza empieza a mostrar lo intrincado de la madeja de complicidades. La de Fidel Herrera, por lo pronto, es una de las líneas colaterales, pero de las que conducen al PRI y al sistema político mexicano.
Si bien las autoridades esperan encontrar las redes de Ye Gon extendidas en el gobierno de Vicente Fox, las áreas de posible corrupción en Salud y Aduanas —se supone— son anteriores y con largos tentáculos que se empiezan a entrelazar en áreas donde los mismos ex funcionarios, sobre quienes se empiezan a poner las lupas, pasaron por la procuración de justicia, por la tramitología de salud, y por los accesos a quienes, en un momento determinado, pudieron haber agilizado todos los pedimientos de Ye Gon sin levantar sospecha alguna.
Este sábado 28 de julio se publica la siguiente carta en El Universal:
Señalamientos de PGR sobre ‘charolas’ de Ye Gon
Señor Director:
Me refiero por medio de la presente a los comentarios vertidos el 27 de julio por el señor Raymundo Riva Palacio en su columna “Estrictamente Personal”, relativas a las credenciales metálicas localizadas por el Agente del Ministerio Público Federal adscrito a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada de la Procuraduría General de la República, en los cateos realizados tanto al domicilio de Zhenli Ye Gon, como al de Juan José Escandón Paz, de la AP/PGR/SIEDO/UEIDCS/114/2007.
Las credenciales metálicas que los acreditan como enlaces legislativos de la 59 Legislatura, firmadas aparentemente por el entonces senador Fidel Herrera Beltrán, han sido confrontadas ministerialmente y no se ha acreditado que las mismas sean auténticas