3 feb 2008

Bajo reserva

Soy un lector de lo que sucede en Colombia, y una de mis fuentes secundarias es el periódico en español El Nuevo Heral (Miami Herald).
El reportero Gonzalo Guillén publica reportaje y notas sobre el tema. He usado sus materiales para mis análisis sobre las FARC. Y como a todo reportero de investigación le tengo respeto, pero este reportaje -revelan horribles abusos de las FARC a menores- al igual que otro, publicado el 20 de enero -Acusan a Venezuela de proveer municiones a las guerrillas colombianas-, no tiene fuentes firmes sólo señala que son "fuentes militares".
Se que los que nos dedicamos a hacer periodismo debemos cuidar las fuentes, pero como buen reportero hay que reconfirmarlas. 
¿Por qué? 
Pues porque sino no se reconfirman el daño que generan es algunas veces irreversible.
Entonces lo tomo bajo reserva, ya que es muy duro lo que publica, si se confirma. 
El domingo 20 de enero de 2008 publicó un reportaje sobre el que Venezuela provee municiones a las guerrillas colombianas. Y sus fuentes fueron "fuentes colombianas de inteligencia militar"-
Tomo de El Nuevo Herald on line pues la nota completa. Y le damos seguimiento.
Publicado el domingo 03 de febrero del 2008
Revelan horribles abusos de las FARC a menoresGONZALO GUILLEN, reportero.
El Nuevo Herald
UNA NIÑA guerrillera de las FARC es montada en un helicóptero luego de entregarse.
El vocero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Luis Edgar Devia Silva, conocido como Raúl Reyes, mantiene a su disposición grupos de niñas desde los nueve años de edad, secuestradas por orden suya en barrios pobres de ciudades y pueblos con el objeto de esclavizarlas para satisfacer su afanes sexuales, según testimonios de decenas de las propias menores que han escapado del poder de la guerrilla.
Los desgarradores testimonios fueron revelados a El Nuevo Herald por fuentes militares, así como del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, que atiende a la mayoría de las víctimas de estos abusos y los han documentado en sus archivos. Todas las fuentes pidieron mantenerse anónimas por temor a las represalias del grupo guerrillero.
Sonia, una niña que fue secuestrada en el departamento de Caquetá a los 12 años para ser llevada el servicio de Devia, por ejemplo, contó a autoridades militares y de familia que en 16 oportunidades intentó escapar. Pero siempre fue recapturada y encadenada a un árbol, donde permanecía a disposición de Devia, miembro del secretariado de las FARC.
Por último, a los 16 años, Sonia consiguió huir de manera definitiva y hoy permanece bajo protección especial de un programa estatal de redención infantil.
Otras niñas que han escapado de las FARC o han sido capturadas por las autoridades, también han aportado información sobre grupos de menores confinadas a servir los apetitos sexuales de Devia u otros jefes de esa organización.
De acuerdo con los testimonios de decenas de niños fugados de las FARC o arrestados, quienes contraen sida son eliminados para impedir que propaguen la enfermedad.
Las niñas que resultan embarazadas a pesar de los dispositivos y medicamentos que deben utilizar por órdenes superiores, son obligadas a abortar. Si el embarazo avanza, las jóvenes son apartadas hasta que dan a luz y tres meses después del parto vuelven a las filas y los bebés son regalados.
Un estudio de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), sobre niños prisioneros combatientes, presentado en una rueda de prensa el pasado viernes en Bogotá, confirma al menos parcialmente los mencionados testimonios.
De acuerdo con la consultora internacional Natalia Springer, que lideró la investigación, encontró casos de niñas reclutadas por la guerrilla según las cuales inicialmente fueron atadas a árboles para ser agredidas carnalmente.
El estudio reveló además que por lo menos 20 por ciento del pie de fuerza de los ejércitos ilegales de Colombia, principalmente de las FARC, son niños.
El estudio también estableció que no menos del 35 por ciento de los guerrilleros adultos de hoy fueron incorporados a la guerra cuando eran niños.
De hecho, Víctor Julio Suárez Rojas, el sanguinario Mono Jojoy, jefe militar de las FARC, sostiene que entró a la organización a la edad de 12 años y, por eso, basado en su propia historia, justifica el secuestro de menores para convertirlos en prisioneros combatientes.
Desde mediados del 2007, de acuerdo con Springer, en Colombia está disparado el secuestro de niños humildes para convertirlos en carne de cañón en la primera línea de combate de las FARC.
Las principales conclusiones de la investigación de la OIM fueron presentadas en rueda de prensa en Bogotá en la que además intervinieron la Procuraduría General, la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo y el Comando General de las fuerzas militares.
El Procurador, Edgardo Maya, precisó en la rueda de prensa que en 250 municipios de 18 departamentos de Colombia los ejércitos guerrilleros y paramilitares continúan reclutando niños.
El último cálculo sobre niños combatientes en Colombia lo hicieron UNICEF y el Instituto de Bienestar Familiar: ambas instituciones indicaron que había entre 10 y 13,000.

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