25 may 2011

¡Muy bien por la decisión del CJJ!

Niegan ratificar a magistrado por acoso  sexual

¡El buen juez por su casa empieza!
El Consejo de la Judicatura Federal (CJF) determinó este martes 24 de mayo NO  ratificar en su cargo al magistrado Miguel Ángel Ramos Pérez al tener como antecedente una sanción por hostigar a una de sus subordinadas; en el 2006, el impartidor de justicia fue suspendido 6 meses sin goce de sueldo, sanción por la que ahora el Pleno de consejeros de la Judicatura consideró que estaba impedido para continuar en el puesto.
Ramos Pérez se desempeñaba como magistrado de Circuito, integrante del Primer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Segundo Circuito, con residencia en Toluca, Estado de México.
En un comunicado –No 20-, el CJF informó que a partir del 24 de mayo fue separado de su cargo. Ya que durante su desempeño no se ajustó a los principios de excelencia y profesionalismo que exige la Constitución, al contar en su expediente con esta suspensión por hostigar a una colaboradora.
En opinión del CJF, la función que tienen encomendada los juzgadores no puede cumplirse, adecuadamente, por funcionarios que no respetan al personal bajo su mando y que los acosan para tener relaciones distintas a las laborales. Por lo que a partir de este caso, el Consejo determinó que quienes incurren en este tipo de conductas no sólo afectan a quienes son objeto de las mismas, sino también a la sociedad, pues quienes se aprovechan de una situación de jerarquía y  con un deseo sentimental denigran, humillan y someten a sus subalternos, causan una afectación que trasciende a las instituciones.
Sobre todo en el caso del Poder Judicial de la Federación en el que recae la delicada tarea de impartir justicia, cuyos integrantes es necesario que se conduzcan, tanto en el ámbito público como en el privado, con decoro, probidad, honradez, sencillez y profesionalismo.
A los juzgadores no sólo se les debe exigir una preparación y conocimiento que permita resolver los conflictos que son sometidos a su potestad, sino que sean confiables, esto es, que los justiciables y quienes laboran a sus órdenes tengan la certeza de que están ajenos a pasiones, vicios o inclinaciones que puedan influir en su desempeño y en su juicio.
Los impartidores de justicia, para lograr su ratificación deben cumplir con los principios de profesionalismo y excelencia que marca la Constitución, y estos principios se dañan en definitiva cuando acosan laboralmente a un subordinado que se niega a mantener un vínculo sentimental con ellos.
El Consejo de la Judicatura Federal hace patente su compromiso con la transparencia y el mejoramiento del sistema de impartición de justicia a través de una estrecha vigilancia de la actuación de sus integrantes.
El CJF administra más de 600 juzgados y tribunales federales en todo el País, con alrededor de 30 mil empleados, de los que unos mil 100 son jueces de distrito y magistrados de circuito.
El martes 18 de mayo se publicó en el DOF las funciones y perfiles de los 75 puestos del poder judicial. Y por ejemplo para ser Magistrado de Circuito se requiere, entre otros cuestiones además de desempeñar su función jurisdiccional  cumpliendo con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y todas las leyes que de ella emanan “Llevar a cabo sus actividades observando una conducta ética que muestre: legalidad, integridad, honradez, imparcialidad, equidad, transparencia, eficiencia y calidad en el desempeño de su cargo.”
¡Muy bien por el Consejo!

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