20 nov 2011

Daniel Sada (1953-2011), in memóriam

Yo no invento palabras, las oigo o, en todo caso, las deformo;
soy un explorador del lenguaje...”Daniel Sada (1953-2011), In Memóriam.


El escritor y poeta Daniel Sada Villarreal,  falleció el  viernes  18 de noviembre a las 23:00 horas debido a una disfunción renal que padecía desde hace varios años como consecuencia de la diabetes, además le fallaba el corazón.
Originario de Mexicali, Baja California, donde nació hace 58 años de edad. (25 de febrero de 1953)
Murió justamente unas horas después de que fuera anunciado como uno de los ganadores – el otro fue José Agustín Ramírez Gómez- del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2011, él no se enteró que fue galardonado, pues Adriana, su esposa decidió no darle la buena nueva por temor a que la sorpresa le causara algún impacto negativo en su salud.
Pero quizá lo presintió y sólo esperaba esa noticia.
Estaba internado en el Hospital Primero de Octubre del Issste, al norte de la Ciudad de México.
Sada necesitaba dinero para sobrevivir: “Estoy muy gastado. Estoy totalmente sumergido en mi enfermedad. No puedo salir a la calle más que en silla de ruedas,” dijo.
Tenía fama de ser un escritor obsesivo y asiduo lector, además de apasionado del beisbol.
Era también amante del buen comer y un hábil jugador de ajedrez.
Colaboró en Vuelta y Letras Libres.
Fue discípulo de Juan Rulfo, y dos de sus novelas, Una de dos y Luces artificiales fueron llevadas al cine por el director Marcel Sisniega.
Su obra fue reconocida por premios como el Xavier Villaurrutia en 1992, el Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares en 1999 o el Premio Herralde de Novela 2008, entre otros.
Era licenciado en Letras Hispánica y en Periodismo por la Escuela Carlos Septién García, fue amigo del director  Alejandro Avilés quien lo envió  a Culiacana para “foguearse” en El Noroeste de Sinaloa, trabajo durante cinco años por allá, y fue cuando empezó a escribir Lampa vida; fue catedrático en la Universidad de Zacatecas y profesor en diversas instituciones universitarias, y tallerista. (Impartía talleres literarios).
Autor de tres libros de poemas, cinco de cuentos y nueve novelas, su obra Porque parece mentira la verdad nunca se sabe (Tusquetes, 654 págs.), le mereció en 1999 ser considerado un renovador de la narrativa mexicana.  Se trata de una novela  'circular' que retrata la violenta y fraudulenta sociedad mexicana de los años sesenta y setenta.
Por cierto Carlos Fuentes y Álvaro Mutis, entre otros, consideran la obra una revelación para la literatura mundial. La novela empieza con esta frase: 'Llegaron los cadáveres a las tres de la tarde'.
Otros títulos de sus novelas son: Una de dos, publicado por Alfaguara en 1994, en la que unas gemelas idénticas comparten un novio que no atina a descubrir el engaño en el que vive; La duración de los empeños simples, Luces artificiales y Casi nunca;  con Registro de causantes ganó el Villaurrutia. De entre sus poemarios destacan Los lugares y El amor es cobrizo.
Murió escuchando poesía leída por su esposa Adriana Jiménez, de Octavio Paz y del brasileño  João Guimarães Rosa:
"Mis manos saben el color de tu cuerpo,
Y la alcoba esta tibia...
Apaguemos la luz...
No sientes en tu boca
un gusto de amapolas?...
Quizá antes de partir también escucho su canción preferida - que también es mía-:  La Flor de Capomo  en mayo :
Triguenyita hermosa
tütulikë yötu
kápo sehuáta bénasi_jíbba huerama
ínapo ento ilítchi
énchi basilároa
énchi enamorároa
kánne_jíba hueráma.
Yoko máchu líchi
En la versión de Los Sierreños de Sinaloa: http://www.youtube.com/watch?gl=ES&hl=es&v=_H7XeXlciIQ

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