16 dic 2012

–¿Le quitaron o no poder? a la profesora Gordillo

Intactos, el poder sindical... y las cuotas/
José Gil Olmos, reportero.
Revista Proceso # 1885, 16 de diciembre de 2012
El gobierno entrante lanza mandobles a la cabeza del sindicato de los maestros –coloca en la SEP a un personaje, Emilio Chuayffet, en cuyo historial destaca un triunfo sobre Elba Esther Gordillo, al tiempo que a ella la margina de la planeación de la reforma del sector–, y por otro lado le regala a la líder sindical los amarres necesarios para que siga beneficiándose con las prebendas gremiales y de su partido, sin que ninguna investigación judicial ensombrezca su horizonte. Juego de espejos, una de las imágenes reflejadas haría pensar que la dirigente vitalicia del SNTE pactó con Peña Nieto los detalles de una reforma a la educación en la que lo menos importante parece ser precisamente la educación.
Días antes de su toma de posesión, Enrique Peña Nieto se reunió con Elba Esther Gordillo. Hablaron del Pacto por México y de la propuesta de reforma educativa. Sin embargo, la profesora no fue convocada para la elaboración de la iniciativa.
Desde el regreso del PRI a Los Pinos la dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) aparentemente no las ha tenido todas consigo. El poder que alcanzó durante los gobiernos panistas –entre otras cosas colocó allegados suyos en las direcciones generales de la Lotería Nacional y del ISSSTE, en la Subsecretaría de Educación Básica y en la Secretaría Técnica de Seguridad Pública– se ve desdibujado.
Además el gobierno peñista le puso como cuña en la Secretaría de Educación Pública a Emilio Chuayffet Chemor, con quien Gordillo tuvo serias desavenencias hasta que fue desconocida como coordinadora del grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados en 2004.
Mientras la maestra guarda silencio –no asistió a la presentación de la propuesta de reforma educativa y no ha emitido declaración personal alguna–, Chuayffet manifestó que esperaba no tener problemas con ella. En entrevistas diversas, ha expresado su respeto por ella: ambos somos profesionales, dice.
Ahora Gordillo está limitada por la iniciativa de reforma educativa, que restringe sus poderes para el manejo de las plazas de los maestros de educación básica y media de todo el país. Aparentemente aceptó a cambio de mantener el control del SNTE –lo que le significa disponer de 170 millones de pesos mensuales–, seguir recibiendo las prebendas del Partido Nueva Alianza (Panal) y no ser investigada por la tenencia de más de 70 propiedades a su nombre y al de miembros de su familia, como consta en documentos oficiales de los que Proceso tiene copia.
Según versiones de dirigentes magisteriales y legisladores, Gordillo fue excluida de tomar parte en la elaboración de la iniciativa de ley en materia educativa que reforma los artículos 3 y 73 de la Constitución, proyecto en el cual participaron varios especialistas opuestos al liderazgo vitalicio de la política chiapaneca.
Pero ella sí se mantuvo enterada de la reforma educativa y la aceptó. A cambio de ello, señalan algunos disidentes del sindicato magisterial, hace unos días el magistrado Álvaro Castro Estrada –nombrado presidente del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje apenas una semana antes del fin del gobierno de Felipe Calderón– le otorgó la toma de nota de los cambios al estatuto del SNTE realizados en octubre en su Congreso Nacional.
Con esta toma de nota Gordillo es reconocida legalmente como presidenta del Consejo General del SNTE para cualquier negociación con el gobierno federal y de los estados como la única representante del millón 700 mil trabajadores de la educación que integran el sindicato magisterial.
Ese tribunal tiene pendientes de resolver 150 mil demandas interpuestas por maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en los cinco últimos años contra la Alianza por la Calidad de la Educación y la aplicación de la evaluación universal.
Pago de facturas
Para el profesor Artemio Ortiz Hurtado, secretario general del Comité Ejecutivo Nacional Democrático del SNTE, es más que claro que se trata de un pago de facturas a Gordillo por su trabajo en las elecciones pasadas y por aceptar la reforma educativa. “Le dijeron que podía seguir al frente del sindicato siempre y cuando sometiera o mediatizara a la disidencia”, advierte en entrevista.
El profesor michoacano, exlíder de la sección XVIII del SNTE en Michoacán, fue quien advirtió, antes de las elecciones del 1 de julio, sobre el Operativo Ágora, mediante el cual Gordillo movilizó a 27 mil promotores magisteriales para conseguir 5 millones de votos a favor de Peña Nieto.
Ortiz considera falso que haya una pelea entre Peña Nieto y Gordillo, porque dice que mientras la maestra le sirva al gobierno mediatizando al sindicato y atacando a la disidencia, será una garantía política.
–Da la impresión de que se pactó desde antes la reforma educativa entre Peña y Elba Esther…
–Por lo menos hay un acuerdo por debajo del agua. Un primer acuerdo fue que Elba Esther apoyara a Peña Nieto en el proceso de fraude de la elección de julio. Otro acuerdo fue que le darían nuevamente la gracia para este sexenio al otorgarle la toma de nota y el reconocimiento como presidenta del Consejo General del SNTE.
“El compromiso es que ella cumpla con los ordenamientos del nuevo gobierno federal de hacer constitucional la Alianza por la Calidad de la Educación con toda la agresión al sistema educativo nacional, al derecho laboral de los trabajadores de la educación sustentado en la Constitución.
“Creo que le pidieron a la señora un perfil bajo porque ahora que Juan Díaz de la Torre anunció que aceptaron todo el proceso de la reforma educativa de Peña Nieto, dicen que muchos de los puntos de la reforma son de ellos. Pero lo real es que les pidieron que guardaran silencio a cambio de poderse robar las cuotas sindicales, sustraer todo lo posible con los aviadores y los procesos electorales que tiene enfrente, siempre y cuando no se atraviesen con las propuestas del gobierno de Peña Nieto.”
El lunes 10, en el Museo de Antropología, Gordillo no se presentó al acto en el que Peña Nieto dio a conocer la iniciativa de reforma constitucional en materia educativa; sólo llegó el secretario general del SNTE, Juan Díaz de la Torre, lo que fue interpretado como un rompimiento entre la dirigente magisterial y el nuevo presidente.
Pero un día después el propio Díaz de la Torre aclaró que no había ruptura del sindicato con Peña Nieto sino que había un diálogo fluido y constructivo.
“Los críticos y adversarios de nuestra organización intentan estigmatizar y debilitar al magisterio, al sindicato y a la escuela pública (…) Claramente buscan generar la percepción de una ruptura o un enfrentamiento entre el SNTE y el gobierno federal. No vamos a caer en esa provocación absurda. Mantenemos un diálogo fluido y constructivo con el gobierno federal y mantendremos igualmente nuestra estrategia institucional de cooperación y corresponsabilidad, ejerciendo nuestra autonomía”, dijo.
Díaz de la Torre dio a conocer un documento de 15 puntos en el cual manifestó que el SNTE, “como titular legal, legítimo y democrático de las relaciones laborales”, reconocía y valoraba la iniciativa de decreto presidencial porque recogía propuestas que desde hace una década ha formulado, como el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, el examen para las plazas de nuevo ingreso, reformular la carrera magisterial, construir un sistema nacional de evaluación integral y la creación del Sistema de Información y Gestión Educativa y del Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos que desarrollará el INEGI.
Sin embargo para el dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano, fue sintomática la ausencia de Gordillo en la presentación de la reforma educativa.
“Ella conoció previamente el contenido del Pacto por México y la reforma en materia educativa. Sabía perfectamente que el contenido es un asunto de fondo que toca fibras sensibles del sistema educativo nacional y que en este país urgen reformas que implican que este manejo de la educación pública que ha tenido ella a través del SNTE es un ciclo que ya se acabó”, dice a Proceso.
Añade: “Las ausencias de Elba Esther son elocuentes, porque ha identificado que ese ciclo que viene desde 1989 ha concluido, ya se agotó porque ha hecho crisis el sistema educativo nacional y su propio liderazgo en el SNTE”.
Zambrano asegura que fue el PRD el que manifestó ante el equipo de Peña Nieto la necesidad de realizar la reforma educativa de fondo para acotar el poder de Gordillo y recuperar la rectoría del Estado en la educación, rescatarla de la camarilla que la tenía en su poder.
No obstante rechaza que se vaya a presentar una situación similar a la de 1989, cuando el presidente Carlos Salinas de Gortari decidió quitar del SNTE a Carlos Jonguitud e imponer en su lugar a Gordillo. Tampoco acepta que se trate de un quinazo, en referencia a la acción que realizó el mismo Salinas de remover a Joaquín Hernández Galicia, La Quina, del sindicato petrolero y meterlo a la cárcel alegando que estaba en posesión de armas de uso exclusivo del Ejército y había sido responsable de la muerte de un agente del Ministerio Público federal.
Considera que en todo caso este cambio de dirigencia debe ser parte de las corrientes que integran el sindicato y observa que ahora que le han quitado la incidencia en la política educativa, así como posiciones de gobierno, Gordillo se halla en una situación vulnerable que sus adversarios internos pueden aprovechar.
Se le recuerda que en la reciente reforma laboral no se aceptó que se revisara el uso de las cuotas y otros ingresos de los sindicatos, como el de los maestros, y que por eso la reforma educativa no es un golpe de fondo al poderío de la dirigente nacional del SNTE:
–Parece un golpe a medias, porque no le pegan al bolsillo…
–Claro, por ahí deberían avanzar. En lugar de que el Estado o los gobiernos de los estados sean los recaudadores de cuotas para entregárselas a los líderes sindicales, debiera hacerse una reforma que permita que los trabajadores aporten de manera libre y no mediante descuentos.
“Es un golpe a medias, por eso reitero que la reforma es apenas un paso y hay que darle continuidad, que se debe reflejar en la revisión de la Ley General de Educación y en las reformas a la Ley Federal del Trabajo para posibilitar la democratización de la vida sindical.”
Zambrano considera que es demasiada especulación la idea de que hubo un acuerdo previo entre Gordillo y Peña Nieto para concretar la reforma educativa. “No lo creo, a menos que ella haya aceptado que le cortaran la cabeza”, dice.
Pero se le insiste en que mientras no la quiten del SNTE ella seguirá teniendo el poder político y económico que usa para apoyar las campañas de algunos candidatos a gobiernos de los estados.
“Sí se lo dejaron y eso significa millones de pesos. Pero, ¿vamos a dejar que decida Peña el sucesor o que lo decidan las bases? No creo que sea el quinazo de Peña; la reforma fue un acuerdo pluripartidista, no se trata de una venganza política como fue con Salinas contra La Quina.”
–Pero si no le quitan el sindicato no le quitan el poder…
–Debería revisarse por parte de los gobiernos de los estados y del federal si es una obligación que se les sigan descontando las cuotas a los trabajadores de la educación para entregárselas a Elba Esther.
Amparos y resistencia
Ortiz Hurtado y el profesor Rubén Núñez Ginez, de la Sección 22, de Oaxaca, aseveran que no dejarán que se imponga la reforma educativa en varios estados y adelantan que a pesar de las amenazas del secretario Chuayffet de que se actuará con la ley en la mano, presentarán miles de amparos para evitar que les quiten las plazas o que dañen sus derechos laborales.
“Vamos por un plan nacional de resistencia, de rechazo a la reforma, a la imposición de Peña Nieto. En ningún momento hemos aceptado que Elba Esther sea la líder del sindicato; al contrario, por eso la coordinadora va a luchar para que de una vez por todas acabe su liderazgo”, manifiesta el profesor de la Sección 22 de Oaxaca que junto con la 18 de Michoacán y las IX y XI del Distrito Federal son las más numerosas del magisterio disidente.
Según Ortiz lo que gana Gordillo al aceptar la reforma educativa es su permanencia en el SNTE y la impunidad ante tantas irregularidades y delitos cometidos desde 1989, cuando asumió la dirigencia.
–¿Le quitaron o no poder?
–El poder que le quitan es que ya no tendrá una incidencia mayor en cuanto al sometimiento de la educación pública. Pero ahora se lo dan a Televisa y a otras organizaciones, como Mexicanos Primero, de Claudio X. González, para que manejen el presupuesto educativo, ver hacia dónde lo dirigen y definir cómo se van a llevar 250 mil millones de pesos en educación básica y otro tanto de educación media y media superior.
“Pero le dejaron el poder del sindicato y la mina de oro que son las cuotas. Somos 1 millón 700 mil aproximadamente, a 100 pesos mensuales cada uno, esto son 170 millones de pesos mensuales. Se ha llevado mucho dinero en 24 años en los que ha estado como cacique del SNTE. Ese es el negocio que le dejaron y obviamente lo que tiene de espacios de inversión fuera de México con todo lo saqueado a los programas de vivienda, las propiedades del sindicato, las prerrogativas del Panal.”
Núñez Ginez también advierte que no le están quitando el poder como dice el gobierno.
“Nosotros no nos casamos con esa idea, no nos prestamos a ese juego. La lucha del magisterio siempre ha sido contra las imposiciones, sobre todo la reforma educativa y al artículo tercero, porque consideramos que es una traición del gobierno, diputados y senadores, a la educación pública”, dice el profesor.
Y adelanta que la posición del magisterio disidente es que la reforma educativa de Peña Nieto no pasará, pese a que sea aprobada en la Cámara de Diputados
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El desastre educativo, con el sello Calderón-Gordillo/Rodrigo Vera
Al enunciar uno de sus 13 compromisos de inicio de gobierno, Enrique Peña Nieto anunció lo que llegó casi de inmediato: su propuesta de reforma educativa. Olvidó mencionar por su nombre a los responsables del atraso del país en ese terreno. Por ejemplo: aunque Felipe Calderón pregonó que en su sexenio hubo una amplia cobertura de las necesidades de educación básica, estadísticas oficiales demuestran que un tercio de los niños y los jóvenes no terminan ese nivel. Peor aún: Calderón entregó la educación básica a Elba Esther Gordillo, y ésta, a su vez, le regaló esa conducción a su yerno… y vino el desastre.
“La inequidad para acceder a la educación, y el bajo aprendizaje que obtienen los alumnos en la escuela, son los dos principales rezagos de la educación básica en México. Hasta el momento no se ha hecho un esfuerzo eficaz para atenuar estos problemas”, asegura Olac Fuentes Molinar, exsubsecretario de Educación Básica y Normal de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Considerado uno de los especialistas más avezados en el tema, Fuentes Molinar empieza por ligar el grave problema de la inequidad educativa a los de pobreza y marginación. Dice al respecto:
“Obviamente que la gente más pobre es la que tiene un menor acceso al sistema educativo, pues es muy escasa su familiaridad con la escuela y cuenta con menos bases para apoyar a sus hijos. De manera que la inequidad educativa está ligada a la desigualdad social, a la pobreza y a las diferencias culturales.
“¡Ahí están las estadísticas! Cuando uno las revisa estado por estado, invariablemente nos encontramos con que las entidades más empobrecidas del país, como Chiapas, Oaxaca, Guerrero o Michoacán, son las que tienen los niveles más bajos de terminación de la educación primaria.”
–¿Hay acciones para que estas zonas se emparejen a las que tienen mayor escolaridad?
–No, porque el problema proviene del sistema educativo mismo. Es decir, el sistema sigue dando las formas más precarias y vulnerables de escolarización a los más pobres, a quienes ya de por sí nacieron padeciendo todas las desventajas sociales.
–¿Cuáles son estas precarias formas de escolaridad?
–Bueno, están las escuelas incompletas o unitarias; están también las telesecundarias… todo este tipo de escuelas destinadas a los pobres siguen presentando los resultados más bajos, pese a los enormes esfuerzos de sus maestros. En resumen, la desigualdad es propiciada por el mismo sistema.
“Pero hay también formas más ocultas y sutiles de desigualdad educativa que tienen un peso muy fuerte. Por ejemplo, el que un niño vaya a un turno vespertino lo coloca en una posición poco favorable para continuar estudiando, ya que sus maestros llegan más cansados a clase o con pocas expectativas respecto a sus alumnos. Eso está bien comprobado.”
Fuentes Molinar pasa luego a hablar sobre el otro gran rezago: el bajo aprendizaje de los estudiantes. Expone sobre este punto:
“El 40% de nuestros estudiantes de 15 años de edad –es decir, los que están terminando la secundaria o empezando la prepa– tiene niveles mucho muy bajos en el uso del lenguaje, en el razonamiento matemático y en la aplicación de conocimientos científicos básicos, que son las tres áreas de mayor peso.
“Estos estudiantes nuestros, pese a que ya han pasado 10 u 11 años en las aulas –si les incluimos la educación preescolar–, siguen teniendo, sin embargo, un nivel muy bajo de comprensión de lectura; no captan bien lo que leen. Y además les cuesta mucho trabajo razonar en términos matemáticos y aritméticos. Podrán haber memorizado muchas fórmulas, pero no saben para qué sirven ni cuándo aplicarlas en la vida diaria. Estas deficiencias limitarán fuertemente sus posibilidades de aprendizaje posterior.
“La evaluación PISA, una de las más importantes a nivel internacional y que se aplica principalmente en los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), es la que sigue arrojando estos desfavorables porcentajes para México, que siempre aparece en los últimos lugares de los países evaluados.”
–¿A qué se deben estas deficiencias?
–Están relacionadas con dos cosas. La primera es una tradición memorista y enciclopédica que tiene raíces históricas bastante antiguas y que en México no sólo se conserva, sino que incluso se ha incrementado. Y en segundo lugar, se debe al desorden y a la confusión que provocan nuestras descuidadas políticas educativas, que empeoraron durante el gobierno de Felipe Calderón.
–¿Por qué empeoraron?
–Porque Calderón se desinteresó de la conducción cualitativa de la educación básica. Se la entregó prácticamente a la cúpula del sindicato de maestros. De manera más primitiva aún, se le entregó a la maestra Elba Esther Gordillo. Y ésta, a su vez, le regaló esa conducción a su yerno, que se sintió pedagogo e hizo un desastre de la educación.
“Si usted va hoy a una escuela de educación básica encontrará a los maestros metidos en una mayor confusión, cargados con esquemas de planeación y criterios de trabajo. Hoy cuesta más trabajo el planear que el hacer. Puros planes y planes. Se perdió la sustancia. Esto se lo debemos en gran medida al yerno de Elba Esther.”
Olac Fuentes alude así a Fernando González Sánchez, quien ocupó la Subsecretaría de Educación Básica de la SEP durante la administración de Calderón, por ser el yerno de la lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
Las decisiones de González Sánchez repercutieron en la educación de los 25 millones 590 mil alumnos que estudian educación básica (4 millones 600 mil en preescolar, 14 millones 860 mil en primaria, y 6 millones 130 mil en secundaria), así como en el trabajo de 1 millón 165 mil maestros que imparten esa instrucción, según estadísticas de 2010 del Instituto Nacional para la Evaluación Educativa (INEE).
Esas mismas estadísticas revelan que en México la educación básica sigue siendo mayoritariamente impartida por el Estado: Es pública 80% de la educación preescolar, 90% de la primaria, y 86% de la secundaria. El resto está en manos de instituciones privadas.
Advierte Fuentes Molinar:
“El gobierno viene pregonando que la educación primaria cubre totalmente la demanda que hay en el país, mientras que la secundaria cubre más de 90% de la demanda. Con esto, da por sentado que la educación básica obligatoria es un compromiso cumplido.
“Sin embargo, este es un manejo muy superficial de la matrícula escolar, con el que se trata de esconder la cruda realidad de los hechos, y es que realmente una tercera parte de los niños y jóvenes mexicanos quedan excluidos de la educación básica.”
–¿Cómo se demuestra esto?
–Con las mismas estadísticas que da el INEE. Éstas nos señalan que de cada 100 niños que ingresan a primer año de primaria, 89 terminan el sexto año y solamente 66 concluyen la secundaria. Así, un tercio de nuestros niños y jóvenes ni siquiera terminan su educación básica.
“Y, sorprendentemente, los varones son quienes más dejan la escuela. Es una realidad muy distinta a la de hace décadas, cuando la deserción escolar se daba sobre todo en las niñas. La mujer tenía entonces un menor acceso a la educación básica. Hoy la tendencia se está revirtiendo para desfavorecer a los varones.”
–¿A qué se debe este nuevo fenómeno?
–A las prolongadas crisis económicas; a la falta de generación de empleos. Estos fenómenos están afectando mucho más a los niños que, por ser varones, tienen que dejar la escuela para salir a buscar trabajo y así apoyar a sus familias.
“Y quienes tienen la fortuna de continuar formándose en las aulas –prosigue– lo hacen por lo general en escuelas cuyas condiciones materiales dejan mucho que desear.
“Está comprobado que, por lo menos, 20% de los planteles escolares está en muy malas condiciones. Por ejemplo, no tienen las instalaciones hidrosanitarias adecuadas. De ahí que, paradoja terrible, sea muy común que los niños se enfermen en las escuelas”, comenta Fuentes Molinar.
El investigador Felipe Martínez Rizo, en su estudio Las desigualdades en la educación básica, plantea sobre el asunto:
“Las escuelas que atienden a sectores particularmente desprotegidos cuentan también con recursos inferiores a los de las escuelas que operan en mejores condiciones, de manera que, en lugar de contrarrestar las desigualdades sociales, la escuela de alguna manera contribuye a aumentarlas.”
Martínez Rizo presenta cuadros comparativos sobre la calidad de la infraestructura escolar en primarias privadas y públicas. A las últimas las divide en urbanas, rurales, para indígenas o para cursos comunitarios. Y hace el siguiente contraste:
“Casi 90% de las primarias privadas tienen infraestructura muy adecuada, y sólo tres de cada 100 están en las categorías de infraestructura deficiente o muy deficiente. En cursos comunitarios la situación es la opuesta: más de 90% tienen infraestructura muy deficiente y deficiente.”
La ignorancia de Peña Nieto
Como un compromiso suyo para solucionar estos problemas, el pasado 1 de diciembre, al asumir la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto anunció que emprenderá una reforma educativa de gran alcance. Y agregó:
“Adicionalmente a la reforma, he instruido al secretario de Educación Pública solicitar al INEGI la realización de un censo de escuelas, maestros y alumnos. Esta información, que hoy no se tiene, será la base de datos necesaria para lograr una operación más eficiente y transparente del sistema educativo de nuestro país.”
Peña Nieto demostró en su discurso un absoluto desconocimiento del tema, ya que el INEGI sí lleva un censo sobre el número de escuelas, maestros y alumnos. Incluso tiene los conteos por entidad federativa.
Por cierto que en su último censo (2010-2011) el INEGI señala que hay 91 mil 134 escuelas de preescolar, 99 mil 319 de primaria y 35 mil 921 de secundaria.
Por otro lado, la SEP, en su documento Reforma integral de la Educación Básica; acciones para la articulación curricular 2007-2012, también reconoce las “debilidades” que aún padece la educación básica en México, entre las que señala precisamente la “falta de equidad”. Asienta:
“Lo más llamativo es la falta de equidad entre la enseñanza privada y la pública, entre las zonas urbanas y urbano-marginales y rurales, y entre las poblaciones no indígenas e indígenas. Esa inequidad se manifiesta en la diferente preparación para el ingreso a la escuela, en la desigual calidad de la enseñanza que se imparte, en los escasos materiales educativos y en la diversa preparación del profesorado.”
También lamenta que haya un “abandono prematuro de la escuela”, que se está dando sobre todo antes de finalizar el quinto grado de primaria. “En zonas rurales, entre 16% y 68% no llega al quinto año”, situación más parecida a la de África subsahariana (donde el abandono escolar es de 67%) que a la de los países desarrollados (donde sólo es de 1%), revela el estudio de la SEP.
Da un dato revelador sobre el atraso educativo: “La escolaridad promedio de la población mayor de 15 años en México es de 8.1 años, mientras que el promedio de los países de la OCDE es de 12 años”.
Agrega:
“El 43.9% de la población mayor de 15 años, poco más de 30 millones de mexicanos, no ha concluido satisfactoriamente su educación básica; es decir, su educación secundaria.”
Y respecto a los maestros de educación básica, comenta que “la escasa formación del profesorado, con bajísimos niveles de retribución, convierte en poco atractivo el ejercicio de la docencia, debiéndose completar el salario con las retribuciones percibidas en otros empleos. La necesidad de los maestros de tener que atender más de un trabajo significa un impacto negativo en la calidad de la educación impartida, y dificulta sobremanera la formación en servicio”.
También menciona que “las reformas educativas son impuestas con baja participación del profesorado, y a veces son trasladadas de sistemas educativos de contextos diferentes, que, buenas en sí mismas, se convierten en negativas cuando no se tienen en cuenta las circunstancias del medio en que se aplican”.
Indica que las políticas “impuestas” por los “organismos de financiación” muchas veces no toman en cuenta “el medio en el que deben desarrollarse”. Y los programas por lo general no atienden a la “diversidad del alumno per se y por su cultura”. De modo que “falta considerar el multiculturalismo”.
En un documento fechado el pasado miércoles 12 de diciembre, dirigido a Jorge Federico de la Vega, presidente de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, un grupo de maestros pide a los legisladores mayor presupuesto a la educación básica para el ejercicio fiscal 2013. Los recursos se destinarán –dicen– a resolver las graves carencias que tiene ese sector.
Y enfatizan que es “urgente construir 50 mil aulas faltantes”, más secundarias, espacios para bibliotecas, laboratorios, patios cívicos, bardas perimetrales, y reparar “más de 54 mil aulas agrietadas por su mala construcción”.
Menciona el escrito que 70% de los estudiantes no cuenta con los implementos educativos indispensables, como pizarrones, butacas, escritorios, televisores y antenas para telesecundaria, entre otros.
Olac Fuentes Molinar comenta:
“Es muy poco el dinero del presupuesto que finalmente llega a los estudiantes para su educación. El magisterio tiene una burocracia muy costosa y llena de privilegios. Acaban de darse a conocer pormenores sobre un crucero en el Caribe al que fueron más de 100 dirigentes sindicales, con un acompañante cada uno.
“Así se las gastan. Hay un sector privilegiado de maestros que ganan más que un profesor universitario de tiempo completo, gente que acumula plazas, a la que se le pagan indebidamente 62 horas a la semana, o que de plano cobra sin trabajar.
“También se desperdicia dinero en caprichos que no dan resultados, como el de Enciclomedia, que representó una inversión muy alta. En fin, para los recursos que consume, el sistema escolar mexicano está dando como resultado niveles de aprendizaje muy bajos.”

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