5 feb 2013

El accidente de Pemex en los impresos de hoy


Las primeras planas de este martes 5 de febrero de 2013 sobre la conferencia de Prensa del Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, sobre los hechos lamentables de Pemex de la tarde del jueves 31 de enero de 2013 donde concluye  después de una investigación donde participaron especialistas de SEDENA, PGR, PGJDF; SSP-DF, de la Coordinación General de Protección Civil de SEGOB, de la Policía Federal-Segob, de la Policía Nacional de España, de la agencia de Armas de Fuego y Tabaco de EU (ATF) y de la empresa inglesa SGC, y de la empresa ICA
  • ·      “Hemos podido determinar que la explosión fue causada por una acumulación de gas
  • ·      “Los peritos determinaron que esta explosión es difusa, es decir, es lenta, horizontal y está perfectamente definida, característica de las explosiones de gas.
  • ·      “De haber habido un artefacto explosivo, habría provocado la destrucción de todos los vidrios..
  • ·      “De ahí concluimos con la tesis de que el siniestro derivó de una explosión difusa, la cual se suscitó al acumularse un gas inflamable en los sótanos del edificio y que al hacer contacto con una fuente de calor, una chispa eléctrico, mecánica, cualquiera, explotó provocando así los hechos que se investigan...
  • ·      Déjenme decirles que estos son los resultados preliminares que nos permiten identificar la causa; sin embargo, nos faltan todavía muchísimas diligencias que realizar para determinar, con precisión, el gas que generó la explosión, su exacto punto de partida y el análisis, en su caso, sobre posibles responsabilidades, en caso de haberlas.


REFORMA: Hallan causas, no responsables


La Procuraduría General de la República (PGR) explicó las causas de la explosión en el edificio B2 de Pemex, pero no señaló a los responsables. La dependencia descartó el uso de explosivos en el siniestro del pasado jueves y afirmó que se trató de una explosión difusa por la acumulación de gas, presumiblemente metano o natural. El procurador Jesús Murillo Karam indicó que esta acumulación se dio en el sótano 2 del edificio. El titular de la PGR, Jesús Murillo Karam; el Secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong; el Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell; el director de Pemex, Emilio Lozoya y el subprocurador de control regional de la PGR brindaron una conferencia de prensa para dar a conocer los primeros avances de la investigación.

EL UNIVERSAL: PGR: gas en sótano causó el estallido
El titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam, informó que la explosión que se registró el pasado jueves en el edificio B2 de Petróleos Mexicanos, y que ocasionó la muerte de 37 personas, se originó por la acumulación de gas. El procurador descartó por completo la posibilidad de un atentado. En conferencia de prensa, al dar a conocer resultados preliminares de la investigación, acompañado por los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, así como el director de Pemex, Emilio Lozoya, Murillo precisó: ‘Fue una explosión difusa, lenta, horizontal y perfectamente definida’.

MILENIO; Fue el gas
Una acumulación de gas metano en los sótanos del edificio B2 del complejo administrativo de Petróleos Mexicanos provocó la explosión del pasado jueves, por la cual 37 personas fallecieron y más de 100 resultaron heridas, informó la Procuraduría General de la República. El titular de la dependencia federal, Jesús Murillo Karam, detalló que se trató de una explosión ‘difusa’, es decir, ‘lenta, horizontal y perfectamente definida’, características de las explosiones de gas, lo que, dijo, generó primero un impulso hacia arriba y posteriormente la caída de las estructuras del mezzanine y del primer piso del edificio. ‘El siniestro derivó de una explosión difusa, la cual se suscitó al acumularse un gas inflamable en los sótanos de los edificios y que al hacer contacto con una fuente de calor, una chispa, explotó, así provocando los hechos que se investigan’, informó en conferencia.


EXCÉLSIOR: La explosión por gas: PGR
La acumulación de gas ‘posiblemente de metano’ en la zona de pilotes causó la explosión en el edificio B2 del complejo administrativo de Pemex, dijo la PGR al informar los resultados preliminares de las investigaciones de la tragedia que ha ocasionado hasta ahora 37 muertos. Anoche en conferencia, Jesús Murillo Karam, procurador general de la República, reiteró que no fueron hallados rastros de explosivos. Sin embargo, aclaró que aún falta por determinar si la acumulación de gas inflamable fue intencionada u ocasionada accidentalmente. Afirmó que ‘hubo una explosión difusa, lenta y definida, causada por la acumulación de un gas metano’.

LA JORNADA: PGR: el estallido, por acumulación de gas en el sótano
La causa del siniestro en el edificio B-2 de la Torre de Petróleos Mexicanos (Pemex) fue una acumulación de gas metano o natural en el sótano, informó anoche el titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam, quien aclaró que aún no se puede determinar si el hacinamiento del fluido gaseoso fue provocado, si derivó de un acto de negligencia humana o si fue un hecho fortuito. ‘Lo único que puedo decir, por ahora, es que la explosión fue por gas acumulado’ señaló el procurador. 'En la investigación que vamos a hacer se habrá de determinar si hubo responsables o si fue un accidente’, puntualizó Murillo Karam.

LA RAZÓN: No fue atentado, fue accidente
Una fuga de gas metano fue lo que ocasionó la explosión del jueves en el edificio B-2 de la Torre de Pemex, dijo el procurador Jesús Murillo Karam, quien descartó por completo que en el lugar se hubieran hallado artefactos explosivos. ‘La explosión fue causada por acumulación de gas en los sótanos del edificio y propició, en su efecto álgido, un impulso hacia arriba, posteriormente de caída, y fue eso la principal causa de muerte’, dijo. Detalló las principales características por las que se descartó la explosión por artefacto explosivo, entre ellas que en el lugar había rastros de metano, no así de explosivos; además de que la detonación fue difusa (lenta, horizontal y definida). También destacó que en el lugar no se halló un cráter, las estructuras no se doblaron, los cuerpos de las víctimas no presentan desmembramiento ni daños en oídos y sólo tres sufrieron quemaduras, pese a lo cual no hubo fuego.

·      Miguel Mancera: No vi rastros de algún explosivo
En la primera revisión que hizo el Gobierno del Distrito Federal en la zona de la explosión en el edificio B-2 de la Torre de Pemex no se encontraron explosivos ni artefactos extraños, confirmaron el mandatario capitalino, Miguel Mancera, y el secretario de Seguridad Pública local, Jesús Rodríguez Almeida. Por la mañana de ayer Rodríguez Almeida, informó que sus agentes fueron los primeros en llegar el día de la tragedia y explicó que sus elementos localizaron diversas maletas al interior del inmueble. La primera de ellas, dijo, contenía artículos propios de una mujer. ‘La maleta encontrada en el edificio B-2 de Pemex contenía ropa y cosméticos; no se encontraron indicios de explosivos...’, informó a través de su cuenta en Twitter. Y luego añadió: ‘posteriormente (se localizaron) más maletas de la gente que checa en el tarjetero’.

EL PAÍS

·      El Gobierno mexicano achaca a una acumulación de gas la explosión en Pemex
El Gobierno mexicano informó la noche del lunes (madrugada en España) que la explosión ocurrida en el edificio B2 del centro administrativo de Petróleos Mexicanos (Pemex) el jueves pasado y que ha causado al menos 37 muertes, se debió a la ‘acumulación de gases’ que pudieron haberse filtrado al sótano del inmueble. Al mismo tiempo, el funcionario descartó que se haya debido a algún agente explosivo. Jesús Murillo Karam, procurador (fiscal) general de la República, dio una rueda de prensa de 45 minutos en la que dijo que lo ocurrido al filo de las 15:40 del pasado jueves se trató de una ‘explosión difusa, lenta y horizontal’ propia, sostuvo, de las que son causadas por gas. Para insistir en que no se trató de un explosivo explicó que ‘no existe en la zona afectada un cráter’, daño típico de los explosivos, y que las pruebas de laboratorio nunca dieron positivo a rastros de explosivos. ‘La causa es clara, es una explosión de gas’, aseveró.

Columna de Ricardo Alemán:
¿Y QUIEN LES VA A CREER?/Ricardo Alemán.
Columna Itinerario Político en El Universal 5 de febrero de 2013;
A estas alturas –casi cien horas después de ocurrida la tragedia–, la duda no es tanto sobre la certeza que pudiera arrojar la versión oficial de las causa de la tragedia en el complejo directivo de Pemex –una posible acumulación de gas natural–, sino que el problema mayor es combatir la percepción incubada en amplios sectores sociales, de que algo perverso se esconde.
Y es que si bien es perfectamente verosímil la hipótesis planteada por el Procurador Jesús Murillo Karam –y seguramente esa versión resistirá todas las pruebas científicas–, también es cierto que se trata de una explicación que llega tarde, que se presenta con escasos recursos políticos y, sobre todo, que la misma autoridad fue incapaz de atajar las muchas versiones envenenadas –salidas de los malquerientes históricos de Peña Nieto–, que prejuiciaron a buena parte de una sociedad que prefiere el "sospechosismo" a la verdad pura y dura.
Por eso la pregunta. ¿Quién les va a creer, si debieron pasar más de cuatro días para presentar una hipótesis que –a despecho de los sembradores de odio y los apostadores de la conspiración–, concluyó con la menos espectacular de las hipótesis; la de un lamentable accidente?.
 ¿Quién les va a creer, sobre todo después de que la propia autoridad –el gobierno de Peña Nieto–, dejó correr todo tipo de especulaciones, sin poner un freno eficiente desde las trincheras de la política y la comunicación social?.
 ¿Quién va a creer que se trató de un accidente parecido al de las explosiones de Guadalajara –en 1991, causada por la acumulación de gasolina que se fugó de una tubería de Pemex–, si el gobierno de Peña Nieto fue incapaz de negar las desbocadas y descocadas versiones de una supuesta venganza del crimen organizado, de un sabotaje para ocultar documentos comprometedores, o de quien sabe que otro alucine?.
 ¿Quién va a creer la versión de la explosión provocada por una acumulación de gas –proveniente de una fuente no determinada–, en la sede directiva de la empresa más importante en México y en el mundo en la producción y el manejo de gas, petróleo y sus derivados?.
 ¿Quién va a creer la hipótesis ofrecida anoche, si se supone que Pemex es –por lo menos en el papel–, algo así como el paraíso de la seguridad y la prevención de accidentes?. Las interrogantes pueden ser muchas, pero de nueva cuenta las respuestas son pocas.
 Y es que a los buenos deseos del presidente Peña Nieto y a las promesas del procurador Murillo Karam les faltó el ingrediente político y la habilidad en el manejo de la comunicación social.
 No es posible, por ejemplo, que el encargado de la seguridad interna del país y al tiempo jefe del gabinete, el experimentado Miguel Osorio, haya aparecido ante los medios como un funcionario principiante, titubeante, muerto de miedo, incapaz de encontrar las palabras adecuadas en el momento preciso.
 Pero más importante que todo lo anterior, es que el número dos del gobierno de Peña Nieto no puede aparecer sin la seguridad, la contundencia, la fuerza de un secretario de Estado convencido de lo que dice y de lo que comunica con su lenguaje corporal. Más que las palabras del titular de Gobernación, su lenguaje corporal comunicaba inseguridad y trasmitía poca confianza. Y frente a ese mensaje, la percepción de sectores amplios es de desconfianza. ¿Cómo creer en la versión de la tragedia, si los responsables de comunicarlo no saben convencer, no parecen convencidos?.
 Todos los indicios apuntan a que, en efecto, la tragedia de la torre ejecutiva de Pemex se debió a un accidente. Es casi un hecho que resultará acertada la hipótesis de la acumulación de gas natural que, en forma accidental estalló en los sótanos de la Torre B2. Pero de poco sirve que en cuatro días o en cien horas se haya llegado a un a primera hipótesis, cuando el mismo gobierno federal fue incapaz de manejar la comunicación social con los instrumentos y las directrices adecuadas.
 ¿Dónde estuvieron los estrategas políticos que debieron desactivar las perversas versiones de que asistíamos a una suerte de ajuste de cuentas con el gobierno de Peña Nieto, por parte del crimen organizado?.
 ¿Dónde estuvieron los "genios" de la comunicación social, incapaces de contrarrestar la gestación especulativa; de parar escándalos como el del vieja presidencial a Puntamita, Nayarit; de responder a las "sospechisistas hipótesis de una supuesta venganza contra el secretario Miguel Osorio; de una maniobra para empujar la supuesta privatización de Pemex?.
 En efecto, la tragedia puso a prueba al presidente Peña Nieto, pero también a muchos de sus colaboradores. Al tiempo.
 EN EL CAMINO.
 Por cierto, en Sonora se gesta una crisis mayor. Y nadie hace nada.

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