31 mar 2013

Pide Pepe Barba al nuevo papa acabar con el encubrimiento



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    Pide al Papa acabar con el encubrimiento
 Atender los casos de pederastia debe ser la primera señal de cambio del nuevo Papa, afirma José Barba
 Andro Aguilar, reportero.
Enfoque-Reforma,  (24 marzo 2013).- José Barba Martín, uno de los primeros denunciantes de los abusos de Marcial Maciel en la congregación de Los Legionarios de Cristo, asegura que la investigación de los casos de pederastia en el seno de la Iglesia Católica pondrá a prueba la actitud reformadora del Papa Francisco.
 Hoy académico del ITAM, Barba dice confiar en que el nuevo Papa sí dé cauce a los procesos por casos de pederastia y abusos, al no provenir del grupo cercano a Benedicto XVI.
 Barba ve una oportunidad para que el argentino dé señales de cambio en la Iglesia Católica y no intente seguir sosteniendo la imagen de la institución a pesar de los reiterados señalamientos de las víctimas de los abusos.
 "En cuanto a la pederastia, en cuanto al abuso de poder, el abuso psicológico dentro de la Iglesia, yo creo que sí va a tomar cartas en el asunto, yo espero que sí, y que ponga reglas clarísimas en cuanto al encubrimiento. Es ahí donde se va a ver dónde está el corazón y la lealtad verdadera del nuevo Papa", sentencia.
Encubrimiento y poderes fácticos
Antes de conocer la designación de Jorge Bergoglio como sumo pontífice, el académico José Barba Martín se muestra escéptico sobre un viraje en el rumbo de la Iglesia Católica: "las mismas causas producen los mismos efectos", señala al respecto.
Al día siguiente, en una nueva entrevista –cuando el nombramiento del Papa Francisco ya ha dado la vuelta al mundo–, Barba advierte que no quiere quedarse con la actitud de un dicho manido, pero su pronóstico es el mismo: "si va a haber cambios, no va a haber cambios súbitos".
José Barba, doctor en letras romances y literatura latinoamericana por el Boston College y la Universidad de Harvard, denunció en 1997 junto con otros ex miembros de Los Legionarios de Cristo los abusos de Maciel.
En 1998 presentaron el caso ante Gianfranco Girotti, subsecretario del cardenal Joseph Ratzinger, entonces prefecto para la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. En octubre de 1999 llevaron la traducción al latín del expediente y 10 meses después la escueta respuesta de Girotti fue que "por ahora" su caso estaba detenido.
 Barba ha señalado que Juan Pablo II y Benedicto XVI encubrieron a Marcial Maciel, aun cuando los señalamientos de pederastia ya eran públicos.
 Mantener la atención puesta en Joseph Ratzinger como conductor de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y posteriormente durante su papado, le permitió a Barba identificar claramente la relación de poder entre Juan Pablo II y el entonces cardenal.
 "El Poder Judicial no lo ejerció con plena libertad el cardenal Ratzinger porque dependía directamente del Papa (Juan Pablo II), y ahí no se movía una hoja del árbol si el Papa no lo permitía", afirma.
 Coautor junto con Alberto Athié y Fernando González de La voluntad de no saber (Grijalbo, 2012), un libro donde describen cómo el Vaticano conocía el comportamiento de Marcial Maciel desde los años cuarenta, Barba señala que los poderes fácticos dentro de la Iglesia Católica influyeron en la renuncia de Benedicto XVI al cargo.
 "Yo creo que (Benedicto XVI) renuncia porque se da cuenta que dentro de su ejercicio del poder había cometido errores que ya no podía corregir, que había descuidado el observar sistemáticamente al Vaticano y que no tenía la fuerza para contrarrestar a hombres de más poder real, no de tradición, no teológico, pero sí de poder fáctico en el Vaticano, por ejemplo, Angelo Sodano", señala.
 Crisis del catolicismo
 Barba describe la verticalidad dentro de la Iglesia Católica que ha generado una crisis de credibilidad en varias regiones del mundo, incluyendo México.
 "Hay una ilogicidad de facto que nunca ha cambiado: la indicación de que cualquier cristiano bautizado puede ser nombrado Papa, pero no puede cualquier cristiano bautizado ser elector.
 "El Papa fue elegido por los cardenales como cuerpo colegiado, pero nadie del laicado escogió ni a los cardenales ni al Papa. Y sin embargo tienen que obedecer todo lo que digan", lamenta.
 Otro señalamiento es el impedimento que tienen las mujeres para acceder al cónclave que designa a los Papas, a pesar de que éste tomará decisiones que afectarán directa o indirectamente al género femenino.
 Según Barba, esta verticalidad acentúa la crisis de la Iglesia, que ha tenido entre otros efectos el de la pérdida de fieles.
 Aunque en México existen aún más de 92 millones de católicos, el porcentaje de las personas pertenecientes a esa religión disminuyó de 88 a 82 por ciento de 2000 a 2010, según el Inegi.
 Habría que considerar también, destaca Barba, que mucha gente conserva los aspectos de religiosidad de culto en ceremonias de primeras comuniones o presentaciones de XV años, pero es difícil saber con precisión cuánto ejercicio de religiosidad auténtica existe en el país.
 El ejército jesuita
 De acuerdo con datos publicados por la agencia especializada Fides, la Compañía de Jesús contaba hasta el 1o. de enero de 2012 con 17 mil 637 miembros, lo que la convierte en la mayor orden religiosa masculina de la actualidad.
 Ese ejército de hombres preparados con presencia en todo el mundo otorga poder al Papa para emprender posibles cambios dentro de la institución, subraya Barba.
 "Le va hacer falta un ejército muy eficiente al Papa para ir deconstruyendo gradualmente el poder establecido y que ha traicionado a la naturaleza misma de la santa sede como sede administrativa. Va a ser muy importante", explica, "yo creo que va a trabajar con comisiones. Él no es un pulpo, no lo puede hacer todo".
 Otro factor que ha destacado en el perfil del Papa Francisco es su imagen fresca y humilde desde el día de su nombramiento, que Barba califica de "muy inteligente".
 "Fue de una sumisión total al espíritu, con buen humor, el tomar casualmente la situación desde el momento que se presenta al pueblo, inclinar la cabeza, pedirles que lo bendigan a él; es decir, con esa actitud literalmente franciscana es clarísimo que él es un hombre que sabe hacer lo que hace, que puede juntarse lo auténtico con lo estudiado", indica.
 Tres días después de su designación, Jorge Bergoglio tuvo un encuentro anunciado por el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, como "más personal" que una conferencia de prensa con unos seis mil periodistas de 81 países que registraron a un Papa sonriente cuando exclamó al margen del discurso preparado para la audiencia: "¡Cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!". El júbilo estalló en el recinto.
 Ahí Francisco narró cómo decidió elegir su nombre empujado por su interés por los más pobres. En su asunción oficial como nuevo pontífice ante fieles católicos y líderes mundiales reiteró su intención de trabajar por los más desfavorecidos.
 La presencia de los pobres en el discurso de Francisco hace probable la publicación de una nueva encíclica que vaya a las raíces del cristianismo y a la inconsecuencia de los líderes cristianos que han ido postergando a los pobres, prevé Barba.
 Lo importante, señala, es que la gente ha observado sus tendencias, sus costumbres, su buen humor, que le interesa el futbol, que usa medios de transporte comunes.
 "Hay sin duda una preocupación, quizá sutil, por una creación de imagen. Leía que en la época de los años setenta el superior, aún inferior al puesto actual, viajaba siempre en coche, con chofer. Ahora viaja de otro modo. Puede ser que lo haga de corazón o que lo haga como creación de imagen, pero de todos modos eso lo identificaría como un hombre muy moderno", destaca.
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Comentario:
Coincido en algunas cosas con Pepe Barba:
Cuando dice “el nuevo Papa sí dé cauce a los procesos por casos de pederastia y abusos”.
No coincido cuando afirma que No proviene del grupo cercano a Benedicto XVI.
Creo en lo personal, que Bergoglio es papa, gracias a A Benedicto XVI.
Pero, en efecto, son diferentes; Francisco es diferente.
En lo personal me ha sorprendido en poco tiempo. Los casos son varios, uno de ellos fue la tarde de jueves 28 de marzo, cuando sucedió algo insólito; lavó los pies a 12 de los jóvenes reclusos de la Casa Marmo; por cierto, los jóvenes eran de diferentes nacionalidades y distintas confesiones religiosas; con ello se convirtió en el primer pontífice que celebra la misa de la última cena en un centro penitenciario para menores, fuera de la solemnidad de la Basílica de San Juan de Letrán.
Como sabes el rito del lavado de los pies busca recordar el momento en el que, según cuenta el Evangelio de San Juan, durante la última cena Jesús de Nazareth se arrodilló ante sus discípulos y les lavó los pies, en un signo de profunda humildad.
Como sabemos han sido muchos papas que han llevado a cabo ese rito en el día de jueves Santo, pero siempre en la Basílica de San Juan de Letrán y nunca lavándole los pies a reclusos o marginados sociales.
Eso, en lo personal, me dice mucho.
Creo que estamos ante un pastor. Y seguramente ello obligará a cambiar a los obispos, y sacerdotes, para que no sean “gerentes de la fe”. Ello los llevará a una profunda revisión de su modo de se.
Eso creo. La verdad le hacia falta a la Iglesia un papa así.
El mismo Norberto Rivera Carrera, ha manejado un discurso diferente; lo hizo apenas el jueves Santo, cuando encabezó la Misa Crismal en la catedral metropolitana.
En la homilía, Norberto les insistió – a los sacerdotes- sobre las prioridades que ha marcado Francisco: "El papa quiere que nos comprometamos con los más pobres, que dejemos de fijarnos y preocuparnos por las cosas superfluas y centremos nuestra vida en Cristo Mesías, modelo, como buen pastor, que ha dado su vida por su ovejas. La sencillez de su mensaje, su frescura, el anuncio de la misericordia y del perdón, la construcción de la paz, esa paz de la que tanto adolece nuestra patria, profundamente herida por la división, la discordia y la violencia criminal que nos llena de dolor y de desolación, a tantas víctimas inocentes y sus familias."
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En efecto, como dice el cuerpo de la nota “José Barba, doctor en letras romances y literatura latinoamericana por el Boston College y la Universidad de Harvard, denunció en 1997 junto con otros ex miembros de Los Legionarios de Cristo los abusos de Maciel.”
Pero eso que dice Barba se pudo concretar gracias al Doctor Antonio Roqueñi Ornelas (1931-2006) , sacerdote canonista, ex presidente del Tribunal Eclesiástico de México.
Apenas hace unos semanas charlé con Pepe Barba –a quien Roqueñí me presentó, hace algunos ayeres.-, en la presentación del libro de Emiliano Ruiz "Las ovejas Negras", Ed. Océano. Pepe´ reconoce el papel que Antonio Roqueñí  jugó en el caso de Los legionarios.
Sólo comparto en este espacio lo que charlé esa noche antes de su partida a Roma.
Nos vimos en el lugar acostumbrado en La Condesa; cenamos y bebimos vino, él encendió un cigarrillo y dando le una fumada me platicó -como si fuera secreto de confesión- el asunto de Los Legionarios. El asunto ya estaba en los medios.
Me platico de las víctimas, y me habló de su visita a Roma donde iría a litigar el caso. Toño tenía contactos en la santa sede, de hecho ya conocía al cardenal (Joseph( Ratzinger, lo había visto años atrás para el caso de Samuel Ruiz García y probablemente hayan coincido en mayo de 1996 cuando el poderoso cardenal estuvo de visita en la Ciudad de México.

Me dijo: "-Mañana me voy a Roma" 

-¿Y que vas hacer- le pregunte? 

"-Voy a ver el asunto de las victimas del padre Maciel-, respondió.

Le agradezco a Toño su confianza, él venía de una reunión con don Justo Mullor, conocía del caso también Norberto Rivera y las victimas.

Pepe Barba, ex legionario lo relata así: "Nos acercamos al padre Antonio Roqueñí, una de las máximas autoridades en derecho canónico y un hombre generoso y justo que supo escuchar los reclamos de este grupo de sesentones que están tratando no tan sólo de dar un testimonio y buscar justicia para lo que les ocurrió hace tantos años, sino de evitar que tales cosas sigan ocurriendo ante la indiferencia o la complicidad de las altas jerarquías eclesiásticas. 
Hablamos con Roqueñí, con Don Justo Mullor y finalmente decidimos ir a Roma ".
La charla esa noche fue larga. Toño estaba inquieto, tenso. Sabía donde se había metido y lo que ello implicaba. Era difícil su situación. Su carrera por una mitra ya no importaba, de hecho eso nunca le intereso, ni siquiera fue a pagar los derechos por el Monseñorato que le dio el Cardenal Corripio-, tenía el compromiso con es agente, y se la jugó.
Toño, en ese tiempo y debido a las circunstancias se vio obligado a presentar la renuncia al cargo de juez eclesiástico de la arquidiócesis de México. 

Por cierto, Toño tenía otra impresión de Ratzinger ya como papa, él sabía que abriría el caso, y que bajaría a Macie de los altares...
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-¿Y el intransigente Ratzinger?- le preguntamos
A lo cual nos contestó categórico: ¡-Ratzinger ya no existe! existe Benedicto XVI!; agrego de inmediato ¡Mi lealtad total a él!
Lo dijo cuál si fuera súbdito.



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