10 jun 2013

Promulgación de la Reforma en Materia de Telecomunicaciones


Firma del decreto de  la Reforma en Materia de Telecomunicaciones  y Competencia Económica.
 Discurso del Presidente Enrique Peña Nieto.

10 de junio de 2013
Señoras y señores:
Muy buenas tardes a todas y a todos ustedes.
Quiero saludar a la Vicepresidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Al señor Vicepresidente de la Mesa Directiva del Senado de la República.
A los señores presidentes de las principales fuerzas políticas del país que forman parte de este Pacto por México, y que hoy están presentes, como entonces lo estuvimos cuando presentamos esta iniciativa en materia de telecomunicaciones.
Quiero saludar la presencia, también, de los coordinadores parlamentarios de las distintas fuerzas políticas, tanto en el Senado de la República como de la Cámara de Diputados.
A integrantes del Pacto por México que han puesto su mayor capacidad, esfuerzo y compromiso para que realmente este instrumento esté al servicio de nuestro país.
Saludo con respeto a los señores gobernadores de distintas entidades del país.
De las entidades cuyos congresos respaldaron precisamente esta iniciativa, aprobada por el Congreso de la Unión y también con el voto mayoritario de los congresos estatales.

Quiero saludar a empresarios de la industria de las telecomunicaciones que, también, nos acompañan.
Saludar a Senadoras, Senadores, Diputadas y Diputados del Congreso de la Unión, que han sido parte fundamental en la aprobación de esta iniciativa y de esta nueva legislación que hoy estamos promulgando.
Señores representantes de los medios de comunicación.
Señoras y señores:
Éste, sin duda, como aquí lo han expresado quienes me antecedieron en el uso de la palabra, es un día importante para nuestro país.
Hoy, gracias al Pacto por México, nuestro país demuestra que sí es capaz de transformarse en democracia, que la pluralidad no es obstáculo para construir acuerdos de fondo.
El decreto de reformas constitucionales que hoy estoy firmando, dota al Estado mexicano de mayores capacidades para asegurar la competencia económica en todos los sectores, y de manera señalada en las telecomunicaciones y la radiodifusión.
La competencia no sólo hace más productivas a las empresas y favorece al crecimiento económico, sino que también asegura mejores productos y servicios, así como precios justos para las familias mexicanas.
Ésta es la motivación de la reforma. Ésta es la razón por la que los integrantes del Pacto por México decidieron prepararla, consensarla e impulsarla ante el Congreso de la Unión, donde fue aprobada por más del 80 por ciento de los votos de sus integrantes.
Apenas el pasado 11 de marzo, luego de un intenso trabajo del Consejo Rector del Pacto por México, se envió esta iniciativa al Poder Legislativo para su análisis, discusión y eventual aprobación.
Hoy, tres meses después, la Reforma Constitucional en Materia de Telecomunicaciones, Radiodifusión y Competencia Económica, es una realidad.
Reconozco el serio y comprometido trabajo legislativo que requirió semanas de revisión, ajustes y mejora a la iniciativa, tanto en la Cámara de Diputados, como en la de Senadores.
Con objetividad y visión de futuro, los Legisladores enriquecieron esta reforma y el Congreso de la Unión la declaró constitucional, una vez que tuvo el respaldo de la mayoría de las legislaturas estatales.
Este proceso no estuvo exento de diferencias, propias de un régimen democrático. Sin embargo, anteponiendo siempre el interés superior de la Nación, no sólo fueron superadas, sino permitieron perfeccionar la iniciativa.
Al igual que lo fue la Reforma Educativa, publicada en febrero pasado, se trata de un logro de todos los mexicanos, especialmente de los dirigentes de los partidos y los Legisladores, quienes asumieron su compromiso con la sociedad mexicana.
Resultados como éste confirman que el Pacto por México es un gran espacio de diálogo y concertación política para concretar la agenda de reformas transformadoras que el país requiere.
Los componentes de esta reforma son muy variados. Sin embargo, quiero destacar seis ejes principales:
Primero. Fortalecimiento de derechos fundamentales. Se amplían las libertades de expresión y de acceso a la información, así como los derechos de los usuarios de los servicios de telecomunicaciones y radiodifusión.
A partir de esta reforma, las telecomunicaciones son servicios públicos, de interés general, por lo que el Estado garantizará que sean prestados en condiciones de competencia, calidad, pluralidad, cobertura universal, interconexión, convergencia, acceso libre y continuidad.
Segundo eje. Actualización del marco legal del sector telecomunicaciones. Para fortalecer la certidumbre legal, se expedirá un solo ordenamiento que regule de manera convergente el espectro, las redes y los servicios, mediante el régimen de concesión única.
Se instrumenta, también, la regulación asimétrica a la que se sujetarán los agentes económicos preponderantes, previa declaratoria del órgano regulador.
Tercer eje. Fortalecimiento del marco institucional. Se crean el Instituto Federal de Telecomunicaciones y la Comisión Federal de Competencia Económica, como órganos constitucionales autónomos.
El Instituto Federal de Telecomunicaciones regulará, promoverá y supervisará los servicios de radiodifusión y las telecomunicaciones.
Otorgará y, eventualmente, revocará concesiones en la materia, y sancionará a quienes infrinjan la ley.
A su vez, la Comisión Federal de Competencia Económica podrá prevenir, investigar y combatir los monopolios, las prácticas monopólicas, las concentraciones y demás restricciones al funcionamiento eficiente de los mercados.
Ambos órganos regularán, también, el acceso a insumos esenciales y ordenarán la desincorporación de activos, derechos, partes sociales o acciones de los agentes económicos en las proporciones necesarias para eliminar efectos anticompetitivos.
Para asegurar los derechos de los actores económicos, también se crean tribunales especializados en materia de telecomunicaciones, radiodifusión y competencia económica.
Cuarto eje. Promoción de la competencia. Se permitirá la inversión extranjera directa hasta en 100 por ciento en telecomunicaciones y comunicación vía satélite.
Asimismo, se autorizará hasta en un máximo de 49 por ciento en radiodifusión, siempre que exista reciprocidad en el país, donde se encuentre constituido el inversionista.
Se impulsará, también, la competencia, a través de la obligación de las radiodifusoras de permitir la retransmisión gratuita y no discriminatoria de sus señales a las empresas de televisión restringida.
A su vez, las radiodifusoras tendrán derecho a que sus señales sean retransmitidas de manera gratuita y no discriminatoria por las empresas de televisión restringida.
Quinto eje. Establece una política de inclusión digital universal y una agenda digital nacional.
El Ejecutivo tendrá a su cargo esta política que contemplará infraestructura, accesibilidad, conectividad, tecnologías de la información y comunicación, así como habilidades digitales.
Se busca que al menos 70 por ciento de los hogares y 85 por ciento de las micro, pequeñas y medianas empresas, cuenten con velocidad para descargas de información con apego a estándares internacionales.
Y sexto eje. Impulso a una mayor cobertura en infraestructura.
Para este fin se desplegará una red troncal nacional de banda ancha con fibra óptica, y una red compartida de acceso inalámbrico al mayoreo, con base en el espectro radioeléctrico de la banda de 700 megahertz.
Señoras y señores:
Al repasar estos ejes queda claro que todos los mexicanos ganan con la Reforma Constitucional en materia de Telecomunicaciones, Radiodifusión y Competencia Económica.
Gana la población, porque además de disfrutar de los beneficios de la era digital, tendrá acceso a productos y servicios de mayor calidad y a mejores precios.
Ganan las empresas, porque podrán ser más eficientes al contar con mejores insumos y a menores costos.
Gana México, porque un sector de telecomunicaciones moderno y mayor competencia económica en general, toda la economía será más productiva y más competitiva internacionalmente.
Sin embargo, el esfuerzo no concluye aquí. Hoy, hemos dado un paso más. Ahora se requieren leyes para concretarla y hacerla operativa.
Los alcances de la Reforma Constitucional deben reflejarse en las leyes reglamentarias. El paso audaz que hoy se ha dado debe consolidarse con la legislación secundaria.
Los integrantes del Pacto por México, los legisladores, los especialistas y los ciudadanos trabajaremos para que las leyes subsecuentes cumplan con el espíritu del Constituyente Permanente.
Continuaremos los esfuerzos para que la competencia económica y la modernización del sector de las telecomunicaciones nos permitan democratizar la productividad y con ello, elevar la calidad de vida de las familias mexicanas.
Continuaremos, también, privilegiando el diálogo y los acuerdos al interior del Pacto por México, para hacer realidad las reformas transformadoras que exige el desarrollo nacional.
Una vez más, quiero reiterar mi felicitación a todos los integrantes del Pacto. Porque éste, además de ser un medio, un instrumento de diálogo y de concertación, creo yo y estoy convencido, de que tiene un carácter mayor a esto.
Significa que estamos haciendo del Pacto una forma de darle rostro a la normalidad democrática. A demostrar a la sociedad que, no obstante las diferencias, el clima de pluralidad propio de toda democracia, hace posible, o debe hacer posible que el país avance y se acredite en resultados.
No importa el espacio de participación de cada una de las partes del Pacto. A veces, como Gobierno, otras como oposición, pero al final de cuentas, en los distintos órdenes de Gobierno, todos los partidos encaran cualquiera de estas responsabilidades.
Y no importando ellas, lo importante es este espíritu, esta voluntad comprometida para que realmente hagamos del Pacto por México un instrumento de transformación y que permita privilegiar el desarrollo y el progreso de la Nación.
México ha dado pasos muy importantes dentro de su democracia.
Ahora se trata de que en democracia, de que en pluralidad, y en este clima de diferencias propias de un régimen democrático, hagamos posible que México pueda concretar acuerdos que permitan, a través del consenso y respaldo mayor, o mayoritario, realmente darle forma a todas estas iniciativas y cambios estructurales que el país necesita, demanda y son parte fundamental para el desarrollo y el progreso que la Nación deba tener en los años por venir.
Yo hago votos porque este espíritu, este espíritu que ha permitido este acuerdo, este Pacto por México, esté por encima de cualquier coyuntura, de cualquier particularidad. Que privilegiemos lo más importante, lo que hoy demandan todos los mexicanos.
Me felicito de estar aquí y felicito, insisto, a todos los integrantes del Pacto por México.
Felicito a todos los Legisladores, tanto en la Cámara de Senadores, como en la Cámara de Diputados, que con gran compromiso han asumido y asimilado este espíritu de acuerdo y de consenso para darle forma a los grandes cambios estructurales que el país necesita.
Felicidades a todas y a todos ustedes.
Hago votos porque esta ruta siga permitiendo que el país avance.
Muchas felicidades.
-MODERADOR: Acto seguido, el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Enrique Peña Nieto, firmará el Decreto por el que se Reforma la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en Materia de Telecomunicaciones y Competencia Económica.

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-MODERADORA: Queda en uso de la palabra el Secretario de Comunicaciones y Transportes, licenciado Gerardo Ruiz Esparza.
-SECRETARIO GERARDO RUIZ ESPARZA: Ciudadano Presidente de la República, licenciado Enrique Peña Nieto; señor Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores, representante Enrique Burgos García; señora Vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Patricia Elena Retamoza Vega.
Señores Presidentes de los partidos políticos firmantes del Pacto por México: licenciado Gustavo Madero, del Partido Acción Nacional; maestro César Camacho Quiroz, del Partido Revolucionario Institucional; y licenciado Jesús Zambrano, del Partido de la Revolución Democrática.
Señores legisladores; amigas y amigos de los medios de comunicación; distinguidos invitados.
México empieza, hoy, una nueva etapa en la historia de sus telecomunicaciones. El señor Presidente de la República, el licenciado Enrique Peña Nieto, firma este día el Decreto de la Reforma Constitucional en Materia de Telecomunicaciones, cuya iniciativa fue producto del diálogo, la negociación y el acuerdo, y cuya aprobación se logró mediante un trabajo legislativo plural, responsable y cuidadoso.
Las telecomunicaciones, y en especial las redes de Banda Ancha, son en la actualidad infraestructuras básicas de las sociedades modernas. Constituyen instrumentos singularmente poderosos para acelerar el desarrollo, y son cada vez más el cimiento del progreso económico y social.
La economía mexicana enfrenta grandes desafíos para lograr un alto nivel de competitividad a escala global. Uno de los retos más evidentes, es lograr una mayor competencia en las telecomunicaciones y en la radiodifusión.
Construir mejores condiciones de competencia en el sector, que conduzca a más y mejores servicios, de buena calidad y a mejores precios, a precios más accesibles, fue una de las prioridades señaladas por el señor Presidente Enrique Peña Nieto, desde el primer día de su mandato.
Los objetivos de las reformas se han incluido en el Plan Nacional de Desarrollo, recientemente publicado, y cuyos contenidos recogen el sentir de la sociedad e incorporan los compromisos del Pacto por México.
Hoy, somos testigos de la Firma del Decreto de Reformas Constitucionales en esta materia. Se trata, sin duda, de un momento histórico para el país, porque se abren nuevas oportunidades de acceso de la sociedad en su conjunto a la información y al conocimiento.
Esta Reforma es histórica, también, por la manera en que se diseñó e impulsó.
Han transcurrido tres meses desde la fecha en que se presentó formalmente la iniciativa del Ejecutivo Federal, surgida del Pacto por México. Una forma inédita de hacer política y de lograr acuerdos.
El Ejecutivo Federal y las fuerzas políticas con mayor presencia en el país: PAN, PRI y PRD, sumaron voluntades, propuestas y capacidad de negociación para poner en el Pacto por México el interés de la Nación por encima de cualquier otro interés.
El resultado de este proceso incluyente e innovador, es un ejemplo de que cuando se pone en alto el interés general, es posible lograr acuerdos y llevar a cabo reformas de gran alcance y contenido, bajo los principios de gobernabilidad democrática y fortalecimiento institucional.
Desde entonces, ambas Cámaras del Congreso de la Unión, cada una en el momento procedimental correspondiente, analizaron, debatieron y mejoraron la iniciativa, como ocurre con el trabajo legislativo en una sociedad democrática.
En todo momento, la Consejería Jurídica de la Presidencia de la República y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes estuvieron atentas y, cada vez que fue solicitado, se hicieron presentes para responder a las inquietudes de todos los partidos y explicar con amplitud los contenidos de la iniciativa.
Posteriormente, como manda la Constitución, la Reforma se puso a consideración de las Legislaturas estatales, y en tan solo 14 días, a partir de que fue aprobada en el Congreso de la Unión, la mayoría de las Legislaturas votaron a favor.
De este modo, el pasado 22 de mayo se emitió la declaratoria que hace posible que el día de hoy, el señor Presidente Peña Nieto firme el decreto correspondiente, para su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
Con la Reforma, se fortalecen los derechos fundamentales de los mexicanos como son la libertad de expresión, el derecho a recibir y difundir información, así como el derecho de acceso a las tecnologías de la información y la comunicación.
Se establece una nueva arquitectura institucional, al crearse el Instituto Federal de las Telecomunicaciones como órgano constitucional autónomo.
Se da lugar a una participación relevante del Poder Judicial, mediante la creación de Tribunales especializados que eviten litigios sin fin, que se traducen en incertidumbre para la inversión.
Señor Presidente.
Señoras y señores:
Contamos ya con una nueva arquitectura jurídica, y estamos en el camino de una nueva estructura institucional que serán la base firme de un conjunto amplio y detallado de acciones de política pública para impulsar a México en la ruta del desarrollo, apoyados en las telecomunicaciones.
Lo que sigue, es la preparación de la legislación secundaria y la operación de mecanismos institucionales que den vida a esta reforma. Conforme a las instrucciones del señor Presidente, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes estará atenta y contribuirá, en ejercicio de sus facultades, a la preparación en tiempo y forma del complejo proceso de formulación de propuestas y de requerimientos administrativos, para cumplir con el mandato constitucional, cuyo decreto se firma el día de hoy.
Asimismo, la Secretaría estará pendiente de que la cobertura social se atienda a través del sistema satelital, del nuevo sistema satelital, y con la instalación de más puntos de acceso a la Banda Ancha por medio de programas de inclusión digital, dinámicos, extendidos y eficaces.
De la misma forma, nos aseguraremos de que la infraestructura de la red troncal y la red compartida se instalen y funcionen adecuadamente, para cumplir con estas nuevas disposiciones constitucionales.
Muchas gracias.
-MODERADOR: Interviene a continuación el Presidente Nacional del Partido de la Revolución Democrática, licenciado Jesús Zambrano Grijalva.
-LIC. JESÚS ZAMBRANO GRIJALVA: Gracias, muchas gracias.
Muy buenas tardes a todas y todos los aquí presentes.
Licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente Nacional de nuestro país, Presidente de la República; amigos integrantes del presídium; amigos del Consejo Rector; amigas y amigos integrantes del Consejo Rector.
Señores Gobernadores; señoras y señores Diputados; señoras y señores Senadores presentes; amigas y amigos todos:
En un país bien gobernado, debe inspirar vergüenza la pobreza. En un país mal gobernado, debe inspirar vergüenza la riqueza. Sentenció Confucio, hace mucho tiempo.
Por ello, en un Estado como en el nuestro que ha creado las condiciones para que apenas 11 familias con fortunas de más de mil millones de dólares convivan con más de 50 millones de personas, casi la mitad de nuestra población, sumidos en pobreza, luchando por no sumarse a los 13 millones engullidos por el infierno sin esperanza de la pobreza extrema, esta ceremonia de Promulgación del Decreto de Reformas Constitucionales en Materia de Competencia Económica, Telecomunicaciones y Radiodifusión, por más importante que signifique, no puede ni debe ser una celebración.
Diría, todavía más. Menos en un día como este, cuando hace 42 años fueron masacrados centenares de jóvenes por el viejo régimen autoritario, tan sólo por luchar por sus libertades políticas elementales.
Con reconocimiento de nuestra deuda histórica con la sociedad, como clase política, tenemos la obligación de asumir que la promulgación de este decreto es, apenas, un primer paso para la reconciliación, la reparación de deudas con la sociedad y con la construcción de una estructura de mercados que haga viable la justicia social que toda Nación debe a sus habitantes.
Y aunque nada de lo que hagamos hoy podrá resarcir el daño causado en el pasado, el gran calado de las reformas contenidas en el decreto que se promulga, deberá transformar las estructuras de los mercados nacionales, generando los incentivos apropiados para fomentar la competencia en todos ellos; el crecimiento y el desarrollo de los nuevos emprendimientos en todos los ámbitos de la economía nacional y, con ello, la generación de fuentes de empleo mejor remuneradas, que tan necesarias son para nuestro país.
Es, en sí misma, el cumplimiento de lo señalado en el Pacto, cuando se refiere a someter y regular a los poderes fácticos por las vías institucionales. Hay que recordar el enorme y extendido escepticismo que había entre importantes segmentos de las clases políticas de los distintos partidos, en el círculo rojo de los analistas, entre los propios posibles regulados y en grandes sectores de la población que apostaban a que no se cumplirían esos compromisos signados y que la oposición era, por lo menos, ingenua al creer que el Titular del Ejecutivo, el Presidente de la República, estaría dispuesto a transitar por ese camino.
En ese sentido, es importante empezar a resaltar, caracterizar y reconocer el sector como servicio público; que el sector, como servicio público, lo que cambia todo el espíritu de la regulación al poner como centro de todo y, por lo tanto, superior al interés general de los particulares, que son sólo concesionarios.
Atrás quedó la pretensión de apropiarse del espectro radioeléctrico mediante refrendos automáticos, permanentes, sin contraprestaciones; es decir, en los hechos, regalados.
Con la Reforma, se amplían los derechos ciudadanos en la Constitución, porque se reconocen los derechos de las audiencias y de los usuarios. Se prohíbe la transmisión de propaganda política y gubernamental presentada al público como información, de publicidad engañosa y subrepticia, se protege y regula la programación dirigida a los niños y en materia de salud, se consagra el derecho de réplica, se garantiza el libre acceso a la población al internet y a la Banda Ancha, y a todas las tecnologías de la información y comunicación.
Se ordena al Congreso, como al Gobierno de la República, la implementación de una política de integración digital universal agresiva, y a la canalización de recursos suficientes, como aquí se ha dicho, con metas anuales y sexenales.
Se mejoran los conceptos de libertad de expresión, información y difusión de las ideas, tanto en el Artículo 6º como en el 7º, y se impide cualquier censura previa.
Se garantiza al público la transmisión gratuita e íntegra de todos los canales radiodifundidos de televisión de manera gratuita, a través de la televisión restringida, tanto por el cable como la satelital.
Se da el mismo carácter de concesionarios a los entes permisionarios, públicos, sociales, comunitarios e indígenas, lo cual les permitirá, en la ley secundaria, comercializar una parte de sus tiempos para permitirles un desarrollo sano y cumplir con sus funciones sociales.
Se ratifica el pleno e irrestricto respeto a los derechos laborales de los trabajadores de este sector de las telecomunicaciones.
Para ello, estas reformas crean dos organismos autónomos constitucionales con facultades y atribuciones suficientes para obligar a los particulares, a través de resoluciones que no podrán ser suspendidas por las autoridades judiciales competentes, conformadas en tribuales especializados, mediante las que se desincentiven conductas contrarias al interés público, por parte de los agentes económicos regulados: la Comisión Federal de Competencia Económica y el Instituto Federal de Telecomunicaciones.
La Comisión, como el órgano responsable de garantizar el cumplimiento del mandato constitucional, que desde el Constituyente del 17, en su Artículo 28, prohibió la existencia de monopolios y ordenó la sanción severa de las concentraciones en pocas manos y las prácticas anticompetitivas ejecutadas por los agentes económicos para eliminar a sus competidores o para erigir barreras de entrada a sus mercados infranqueables.
Se le da plena autonomía a la COFECO y facultades, en el 28 Constitucional, para investigar y combatir estas prácticas, monopolios y los propios monopolios, las concentraciones indebidas.
Contará este organismo, entre otras facultades, para ordenar medidas que eliminen dichas barreras, regular el acceso a insumos esenciales y ordenar la desincorporación de activos, derechos, partes sociales o acciones de los agentes económicos en las proporciones necesarias para eliminar dichos efectos anticompetitivos.
Este aspecto, tan poco tratado, es de la mayor relevancia en un país donde los monopolios, oligopolios y las prácticas anticompetitivas están en prácticamente todas las ramas de la economía.
Por primera vez, se le dan dientes, como se dice coloquialmente, al Estado, para regular la economía y propiciar la libre competencia y el crecimiento equilibrado y equitativo.
Por otra parte. El Instituto, autoridad exclusiva en materia de competencia y regulación de los mercados de telecomunicaciones y radiodifusión, es garante de la óptima utilización, de los bienes de la Nación, susceptibles de ser utilizados para el desarrollo de la infraestructura, la competitividad y la productividad del país.
La generación de incentivos para la inversión privada en la adopción de tecnologías de vanguardia, para lo que tendrá la facultad de otorgar concesiones a particulares para satisfacer las necesidades de comunicación de toda la población, a través de la prestación de servicios de calidad a precios accesibles para la mayoría misma de la población.
El establecimiento de regulación asimétrica para agentes preponderantes en los mercados, a fin de garantizar condiciones para la sana competencia entre los participantes en los mercados.
La apertura de nuevos espacios para la pluralidad mediática, que permita la generación de juicios y criterios mejor informados.
La oferta de nuevas opciones de entretenimiento accesibles a la población, entre otras.
Las atribuciones conferidas a estos órganos autónomos son, en correspondencia, una grave responsabilidad para aquellas y aquellos que ocupen los cargos de comisionados, y por sus acciones y omisiones, responderán al Senado de la República.
Por ello, las reformas establecen un estricto procedimiento de selección que permita la mayor seguridad de que quienes son postulados como candidatos, contarán con la formación y competencia técnica necesaria para tan importante función, pero fundamentalmente, con la independencia indispensable respecto de los agentes regulados.
También, estas reformas reconocen al Estado en su capacidad de garante del derecho a la información y a la comunicación de toda la población.
Y para ello, establece la obligación de asegurar una política de acceso universal a las tecnologías de la información y el conocimiento, tecnologías disruptivas del quehacer humano, que han lanzado a la humanidad a una nueva era, la de la información. A la que México se debe incorporar redoblando esfuerzos, para erradicar el rezago que ha afectado la competitividad y productividad nacionales.
Y que debe permitir a todos los mexicanos, pero muy especialmente a los menos favorecidos, que se apropien de las nuevas herramientas tecnológicas a través de las que usufructúen servicios educativos, facilidades comerciales y financieras, de seguridad, salud, y recibir los beneficios sociales y económicos a los que tienen derecho.
Las reformas obligan al Estado a la constitución de un órgano público descentralizado con autonomía para proveer servicios de radiodifusión sin fines de lucro, que ofrezcan a la población contenidos de calidad y que será operado por un Consejo Ciudadano para asegurar su independencia, y una política editorial imparcial y objetiva. Y, además, reconocen la obligación de abrir espacios para la radiodifusión social, incluyendo las comunitarias y las indígenas.
Debo decir que no han faltado voces críticas que nos previenen sobre el regreso a lo que fue, en otros momentos, un canal oficial, y piensan que esto no va a funcionar. Y más, para asegurar la diversificación de opciones de contenidos, ordene el establecimiento de mecanismos para el fomento a la producción independiente y la tan debida regulación al derecho de réplica, y al nuevo Instituto le instruya el licitar frecuencias de televisión radiodifundida digital para conformar, por lo menos, dos nuevas cadenas de televisión abierta, con cobertura nacional, por grupos económicos distintos a los que actualmente detentan concesiones de esa naturaleza.
Y para cuyo funcionamiento y posibilidad de éxito, establece como fecha límite para el llamado apagón analógico el 31 de diciembre de 2015, que, también, empieza a ser cuestionado.
No puedo omitir el mandato del Ejecutivo, de garantizar la instalación de una red pública compartida de telecomunicaciones que impulse el acceso efectivo de la población a la comunicación de Banda Ancha, y a los servicios de telecomunicaciones, cuya construcción deberá iniciar antes de que concluya el 2014, y entrar en operación antes del 2018. Y que contará con el derecho de aprovechar al menos 90 megahertz del espectro liberado por la transición a la televisión digital terrestre.
Hace mucho que las reformas contenidas en el decreto que hoy se promulga, debieron ser impulsadas. Fue el trabajo de las fuerzas políticas que conformamos el Pacto por México, lo que hizo posible aprobar reformas estructurales que también éstas son, de las estructurales, aunque otros se empeñen en llamarle estructurales solamente a otras reformas, y que por ser constitucionales, requirieron de la aprobación por mayoría calificada por el Congreso de la Unión y de la mayoría de los estados de la República.
Mi reconocimiento pleno y absoluto a las y los Legisladores que, con su actuación responsable, hicieron esto posible.
Y aunque la promulgación de este decreto es el corolario de loables esfuerzos para alcanzar consensos, debemos estar conscientes de que para que los mexicanos puedan recibir los beneficios de estas reformas, su promulgación tiene plazos muy claramente establecidos en los transitorios constitucionales. Parecen plazos largos, pero son en realidad muy breves, y debemos trabajar a las carreras para ello, pero sin irresponsabilidades.
Éste es sólo una parte del gran problema que tenemos, y que, a nuestro juicio, es el de un modelo de desarrollo que ya no funciona, que mantiene a México en el estancamiento económico, y lo acabamos de ver en las últimas preocupantes cifras, y la no generación de los empleos requeridos, cuando otros países aquí mismo, en el subcontinente latinoamericano, crecen a ritmos envidiables.
Es un modelo que constituye una fábrica generadora de pobres y de ahondamiento de la desigualdad. Faltan las reformas que puedan reorientar esta dramática situación; la energética y la hacendaria, que deben apuntar en el sentido en que vamos construyendo los acuerdos en el Pacto por México.
Es decir, la hacendaria, que acabe con privilegios y sea en sí misma un acto de elemental solidaridad redistributiva con los que menos tienen. Y la energética, para modernizar a PEMEX y reforzarlo como una empresa pública competitiva, manteniendo la rectoría del Estado sobre la materia energética, sin privatizarlo, pero teniendo la inteligencia de generar círculos virtuosos en los que participe la iniciativa privada.
Esas reformas, junto con las que hoy se promulgan por el Presidente de la República, la financiera, ya en manos del Legislativo para su discusión, enriquecimiento y aprobación, junto con la recuperación del campo, perfilarán un nuevo rumbo, un nuevo modelo de desarrollo nacional.
Decía Churchill, también: Éste, posiblemente, no sea el final y ni siquiera el comienzo del final. Probablemente, es el final del comienzo.
Por eso, debemos preocuparnos, por cuidar el Pacto por México. Por eso, nos preocupan las prácticas de algunos Gobernadores y funcionarios públicos que aquí se visten, en el plano nacional, de los demócratas más avanzados del planeta, y allá, en sus estados, se comportan como pre demócratas que no conocen las reglas elementales de la contienda electoral democrática y, con ello, torpedean permanente e insistentemente al Pacto por México.
Por ello, exigimos de nueva cuenta, otra vez, el cumplimento elemental de los compromisos del Addendum por México. El Pacto requiere de nosotros. México requiere del Pacto.
Muchas gracias.
-MODERADORA: Enseguida, interviene el Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional, licenciado Gustavo Madero Muñoz.
-LIC. GUSTAVO MADERO MUÑOZ: Señor licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; Diputada Maestra Patricia Elena Retamoza Vega, Vicepresidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados; Senador Enrique Burgos, Vicepresidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores.
Licenciado Miguel Osorio Chong, Secretario de Gobernación; señores Gobernadores Constitucionales; licenciado Gerardo Ruiz Esparza, Secretario de Comunicaciones y Transportes; Presidentes de los Partidos de la Revolución Democrática, Jesús Zambrano; y del Revolucionario Institucional, César Camacho Quiroz.
Coordinadores de los Grupos Parlamentarios de las Cámaras de Diputados y de Senadores; integrantes del Consejo Rector del Pacto por México; integrantes de la sociedad civil; de los medios de comunicación; amigas y amigos todos.
El PAN aspira a ser una fuerza democratizadora y modernizadora de México desde cualquier posición que ocupemos; en el Poder Ejecutivo, en el Poder Legislativo, en cualquiera de los tres órdenes de Gobierno.
No es nuestra condición de partido gobernante, o de partido de oposición, lo que define nuestra doctrina, ni nuestra plataforma política, ni nuestra plataforma programática. Desde nuestra fundación y hasta la fecha, el PAN siempre ha luchado por construir un México de libertades, de oportunidades y de derechos para todos sus habitantes.
Hemos impulsado siempre todas aquellas reformas que permitan que México sea un país más próspero, más justo y más democrático.
Podemos llegar a acuerdos con los otros partidos, porque nuestra identidad está clara, y porque hemos sabido siempre anteponer el interés nacional a cualquier interés particular o de grupo.
Acción Nacional tiene un largo camino luchando por la libertad, por los derechos, las oportunidades y por la democracia en México. Una de estas trincheras, ha sido el combate a los privilegios, a los monopolios, a los monopolios de opinión pública y a los monopolios económicos.
Por eso, hoy celebramos, junto con todos los mexicanos, este logro histórico que representa la aprobación de esta Reforma en Materia de Competencia Económica y de Telecomunicaciones.
Aprobar una Reforma como esta, requirió una amplia mayoría Legislativa de los diferentes partidos políticos, a quienes les hacemos un merecido reconocimiento; a los Diputados Federales, a los Senadores, y a los Diputados locales.
Hago un reconocimiento plural a los coordinadores de las bancadas de Diputados: Luis Alberto Villareal, Manlio Fabio Beltrones y Silvano Aureoles.
A los Coordinadores de la Cámara de Senadores que participaron en su aprobación, entonces, como Cámara revisora: Ernesto Cordero, Emilio Gamboa y Miguel Barbosa.
Y a todos ustedes, y al nuevo Coordinador de los Senadores del PAN en el Senado, Jorge Luis Preciado, les deseamos que las leyes reglamentarias que serán necesarias para que esta Reforma trascienda, mantengan el ritmo y mantengan la profundidad de esta Reforma Constitucional.
A muchos panistas habría que agradecerles sus aportaciones para que esta Reforma fuera aprobada, pero hoy quiero, en especial, reconocer el trabajo del Senador Javier Corral, el de Santiago Creel, el de Juan Molinar, de Rubén Camarillo y el de Juan Pablo Adame, por ser todos ellos un ejemplo para nosotros, por su perseverancia y valentía en esta lucha.
Esta Reforma nos demuestra lo que podemos construir, lo que podemos alcanzar cuando, por encima de nuestras diferencias, hacemos compromisos y cumplimos nuestra palabra.
El Pacto por México, hay que recordarlo, es el mejor vehículo para concluir nuestra dilatada transición y para fortalecer el Estado democrático.
Hoy, lo fortalecemos, cuando a través de la competencia y la pluralidad en los medios de comunicación, conjuramos a la mediocracia.
Y cuando a través del combate a las prácticas monopólicas conjuramos el capitalismo de cuates y de privilegiados que prosperan al amparo de las relaciones con el poder y con su régimen de concesiones opacas.
No es un dato fortuito que los hombres más ricos de nuestro país son los que ostentan alguna concesión con el Gobierno Federal.
A diferencia de lo que ocurre en economías más desarrolladas, en las que quienes sobresalen son aquellos que han desarrollado alguna capacidad para competir, para innovar o para producir mejor.
Estamos seguros que con esta Reforma, esta situación cambiará.
La Reforma en cuestión, representa uno de los cambios más sustanciales que se han hecho en la historia de nuestro país, y abarca dos dimensiones:
Primero. Mejores reglas para la competencia económica.
Y segundo. Mejores condiciones para el desarrollo del importante sector de las telecomunicaciones.
Esta reforma, también, considera un nuevo derecho humano para todos los mexicanos. El derecho que obliga al Estado a garantizar el acceso a las tecnologías de información y la comunicación, propiciando la incorporación de nuestro país a esa economía del conocimiento y de la innovación.
También, este derecho garantiza el libre el acceso a la información veraz, plural y oportuna, así como a buscar y a recibir información e ideas de toda índole por cualquier medio de expresión, garantizando, también, la libertad para difundir opiniones, información e ideas a través de cualquier medio.
Hay que reconocer que en nuestra economía pocos mercados están tan concentrados como el de las telecomunicaciones, y que esto afecta directamente a la pluralidad y, por lo tanto, a nuestra joven democracia.
Cuando los medios están en pocas manos, se concentra un poder político y económico que cada día abre más la brecha entre los muchos que tienen poco y los pocos que tienen mucho.
Por todo ello, esta reforma incidirá directamente en la tarea más importante del México actual: combatir a la desigualdad económica, a la desigualdad política y a la desigualdad social.
En el contexto del Pacto por México, esta reforma incorpora nueve de los 95 compromisos que suscribimos las principales fuerzas políticas y el Ejecutivo Federal.
Al cumplir con estos compromisos, no estamos actuando con mezquindad y, por eso, entregamos resultados que sólo pueden ser alcanzados con un entendimiento conjunto entre las principales fuerzas políticas y legislativas de nuestro país.
Pero del mismo modo, que no hemos fallado en esta reforma, hoy exigimos que todos cumplamos los 95 compromisos del Pacto y los 11 del Addendum. Queremos elecciones limpias y transparentes, que los programas sociales sean para ayudar a los más necesitados y dejen de usarse como moneda de cambio por votos.
Todos los firmantes del Pacto por México estamos aquí, porque sabemos que el interés nacional está por encima de nuestras diferencias, pero confiamos en que esta misma voluntad que demostramos para que se aprobara esta reforma, se conserve en todos los compromisos que nos restan en el Pacto por México y en el Addendum.
Queremos un México que en el que se garantice el derecho a la información y el derecho a las tecnologías de información. Queremos un México en el que sea real la competencia en los mercados, pero, también, queremos un México en que cada elección se haga con equidad.
Un México que deje atrás la cultura de la impunidad, del clientelismo y de la corrupción. En Acción Nacional nunca nos han detenido los perímetros de la demarcación partidista cuando se pone por encima el interés de los ciudadanos.
Estamos construyendo, todos juntos, un México mejor para nuestros hijos. Sigamos por el camino del consenso, de la voluntad política, honrando todos los compromisos que hemos asumido.
Muchas gracias.
-MODERADOR: Sean tan amables de ocupar sus lugares, damas y caballeros.
Corresponde el uso de la palabra al Presidente del Consejo Rector del Pacto por México y Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional, Doctor en Derecho, César Camacho Quiroz.
-DR. CÉSAR CAMACHO QUIROZ: Señor Presidente de la República; señoras, señores Diputados y Senadores; señores Gobernadores; compañeros del Pacto; señoras y señores:
Gobernar es pactar, y pactar no es ceder; es convenir en algo y obligarse libremente a su observancia. Esta disposición a transigir, exige talento y talante incluyentes. El deseo de procurar la participación de todos; una vocación democrática.
Con el Pacto, ha surgido en el país un optimismo razonable: Los mexicanos no sólo perciben que sí se puede; están constatando que, juntos, sí podemos.
Claramente, la sociedad civil está preparada y dispuesta para vivir en democracia. Toca a la sociedad política; es decir, a los políticos de todos los partidos, demostrar que estamos a la altura de los ciudadanos.
Ésta es, también, la actitud de Enrique Peña Nieto, quien se comprometió a ejercer, y lo hace, una Presidencia democrática. Ésta, consiste en reconocer que un gobierno no podrá ser exitoso a menos que gobierne en asociación, cooperación, coautoría y corresponsabilidad con todos los partidos políticos, las organizaciones económicas, sociales, profesionales, laborales e intelectuales del país.
Así es, justamente, como funciona el Pacto por México; instrumento que sintetiza inquietudes, expectativas de la sociedad y de importantes sectores, muchas de ellas formuladas desde hace décadas.
El Pacto por México está al servicio de los mexicanos, empezando por serle útil a quien siempre en estos asuntos tiene la última palabra: el Poder Legislativo; colegiado y plural, crisol de la representación nacional.
Así ha quedado acreditado en la transcendente Reforma de Competencia Económica y Telecomunicaciones que hoy se promulga. Enriquecida, como debe ser, en ambas Cámaras del Congreso, mereció la aprobación del poder revisor de la Constitución y la comunidad en general.
Se pensó y se consiguió no perjudicar a nadie, sino robustecer al Estado y servirle eficazmente a los mexicanos. Esta es una reforma esperanzadora y comprometedora.
Esperanzadora, porque somos muchos los que confiamos en ella para alcanzar una economía más competitiva, una sociedad más comunicada y una ciudadanía mejor informada.
Reforma comprometedora, porque hoy inicia una carrera de 180 días, en los que debemos reconfigurar un organismo del Estado mexicano, crear otro completamente nuevo y reformar y adicionar, al menos, una docena de leyes secundarias de altísimo contenido técnico, jurídico y político.
Lo que tenemos por hacer es mucho, es mucho y delicado. Los comprometidos somos todos, para acreditarle a la comunidad que la política sí sirve, y que le sirve a ella.
Y del tamaño de nuestras aspiraciones serán nuestro destino. Ningún cargo de elección que ahora disputamos los partidos, es más importante que el Pacto por México.
No enrarezcamos el ambiente político y social. Busquemos convencer a los electores con propuestas persuasivas y comprometedoras, en vez de ser asiduos visitantes del Muro de los Lamentos.
Busquemos honradamente dónde está el origen de la ineficacia electoral, y no endosar culpas artificialmente. Atengámonos a la fuerza de la ley y de las instituciones electorales, y de las que no lo son, para dirimir nuestras diferencias.
Acotemos la competencia electoral. Participemos en buena lid, salvaguardando los propósitos trascedentes del Pacto, que están por encima de cualquier elección.
Señoras y señores.
Señor Presidente:
Avanzamos de manera fundamental hacia la consolidación democrática, porque siendo la democracia el Gobierno de las voces múltiples, la Reforma que hoy se promulga dará voz a todos, hará más productiva nuestra economía y democratizará sus beneficios para que todos alcancemos una vida mejor.
El Pacto por México avanza. Su fuerza es la palabra y el prestigio personal, institucional y partidario de los firmantes. Pero ahora, su poder emana de la legitimidad y el respaldo ciudadano, que le dan sus elocuentes resultados.
Ante el cúmulo de retos y dificultades, algunos se preguntan lastimosamente por qué.
En el Pacto nos preguntamos: Por qué no. Y lo estamos logrando.
Gracias.

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