30 jun 2014

El “efecto Francisco” en el Óbolo de San Pedro


Vaticano; aumenta el Óbolo de San Pedro debido al “efecto Francisco”
En 2013 se recibieron 78 millones de dólares, frente a los 65,9 de 2012
DE La REDACCIÓN; Vatican Insider, 06/29/2014
Ha habido un “efecto Francisco” incluso en los fondos del Óbolo de San Pedro, la ofrenda que cada año todos los católicos del mundo envían para las obras de caridad del obispo de Roma. A pesar de los embates de la crisis económica, la suma reunida en 2013 superó los 78 millones de dólares, frente a los 65,9 millones de 2012. Lo reveló, en una entrevista con “Avvenire”, el arzobispo Angelo Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado, es decir el esclesiástico que se ocupa de la primera sección de este dicasterio vaticano, misma que, históricamente, se ocupa de administrar el Óbolo.
Durante los úlitmos años se había registrado una disminución de las ofrendas.

En 2009, el total alcanzó la cifra de 82,5 millones de dólares, y un año más tarde disminuyó a 67 millones de dólares. En 2011 hubo un pequeño incremento (con 69,7 millones de dólares), pero en 2012 se registró una caída, seguramente debido a la crisis económica y a otros factores, como el descrédito de la Iglesia en ciertos países (motivado por los escándalos financieros y la pederastia clerical).
Sin embargo, durante 2013, explicó mons. Becciu, «registramos un repunte significativo. Los datos todavía no son los definitivos», pero indicarían que se alcanzó la cifra de 78 millones de dólares.
La crisis económica, añadió el arzobispo a propósito de la posible motivación de este repunte, no ha disminuido, pero «considero que nos encontramos frente a un “efecto” Papa Francisco. El Pontífice ha despertado, por así decirlo, a los fieles católicos; ha suscitado un particular entusiasmo que los ha llevado, evidentemente, a ser más generosos y a contribuir con las necesidades de la Iglesia universal».
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06/30/2014
Cuatro días decisivos para la reforma de la Curia (y del IOR)
     Nota de ANDREA TORNIELLI Para vatican Insider
Son cuatro días de trabajo decisivos para la reforma de la Curia: la reunión de los ocho cardenales consejeros (con la entrada del noveno miembro, el Secretario de Estado Pietro Parolin), que se lleva a cabo en el Vaticano del primero al cuatro de julio, debe revisar completamente todo lo que han discutido en los encuentros anteriores y elaborar una síntesis. El que propondrá el nuevo rostro de la Curia será el coordinador del grupo, el cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga. El consejo formulará propuestas concretas y gracias a ellas el Papa, que siempre está presente en las sesiones de trabajo, tomará sus decisiones.
 Es posible, pues, que el 4 de julio sepamos si algunas de las reformas que habían sido consideradas como hipótesis llegarán a buen puerto. Por ejemplo, ¿será institucionalizada la nueva figura del “moderator curiae”, de la que se ha discutido abundantemente, o quedará en el olvido tras el nacimiento del “ministerio de la Economía”? ¿Cuál será el destino de algunos pontificios consejos? ¿Pasará el de la familia, por ejemplo, a la congregación para los laicos, o permanecerá como hasta ahora en vista de los dos Sínodos dedicados justamente a este tema? ¿El nuevo Pontificio consejo para la promoción de la nueva evangelización mantendrá su dirigencia actual o será integrado en una congregación (para la Educación católica o Propaganda Fide)?
 La finalidad es llegar a una agilización, a una mayor coordinación, a una modernización, a una simplificación y, sobre todo, a una racionalización de los gastos. Justamente para alcanzar este último objetivo nació la Secretaría para la Economía, encomendada al cardenal George Pell, y se está estudiando algo parecido para reducir los costos de las diferentes vaticanas que se ocupan de la comunicación y de la información.
 También se hablará sobre el futuro del IOR. Aunque es casi cierta su supervivencia, todavía no se sabe cuáles competencias mantendrá y cuáles perderá, en relación con la Apsa (que deberá volverse casi un “banco central”) y con la Secretaría para la Economía, incluso en relación con la administración de las inversiones. Esta semana se reúne también la comisión cardenalicia sobre el IOR, presidida por el cardenal Santos Abril y Castelló, y es probable que el purpurado español también hable frente al “C8” de los consejeros papales. Además de los nuevos responsables del Instituto para las Obras de Religión, en vista de un posible cambio (con la salida del alemán Ernst von Freyberg, nombrado en febrero de 2013 después de la renuncia de Benedicto XVI, pero antes de que llegara la Sede vacante a la Sede Apostólica).
 Los ocho cardenales consejeros del Papa son: Giuseppe Bertello (único italiano y único curial presente), Francisco Javier Errázuriz Ossa (único emérito del grupo), Oswald Gracias, Reinhard Marx, Laurent Monsengwo Pasinya, Sean Patrick O’Malley, George Pell, Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga. El último de ellos es el coordinador del grupo, mientras que como secretario fue nombrado el obispo de Albano, Marcello Semeraro.
En los últimos meses, dos de los cardenales consejeros han sido llamados a desempeñar nuevos puestos curiales: Pell dejó Sídney para convertirse en “ministro de la Economía”, y Marx, que sigue siendo arzobispo de Mónaco de Baviera, fue nombrado coordinador del Consejo para la economía, compuesto por laicos y expertos en materias financieras. Algunos de ellos fueron elegidos en el ámbito de la comisión referente de estudio de los problemas económico-administrativos de la Santa Sede (Cosea). Las comisiones referentes, sobre el IOR (CRIOR) y la Cosea, concluyeron sus encomiendas y han sido disueltas.
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