3 ene 2015

Cuco...Devoto del periodismo

Cuco...Devoto del periodismo
José Refugio Haro Haro no ve la luz del nuevo año al perder la guerra contra el cáncer; fue sencillo, digno, humilde, buen periodista y mejor lector
Nota de Guillermo Gallardo
Noroeste, 03-01-2015

CULIACÁN._ José Refugio Haro Haro, Cuco, fue un amante de las letras y un hombre apasionado de su profesión. Digno, sencillo, humilde como su cuna, buen periodista y mejor lector.
No llegó a ver la luz del nuevo año, pues el cáncer le ganó la guerra el 31 de diciembre de 2014, después de cerca de dos años de lucha férrea, de batalla tras batalla, por eso el periodismo de Sinaloa está de luto, pues perdió a un fiel devoto del periodismo independiente, honesto.
"En el periodismo, cada vez que agarras lana, dádivas, baja un nivel tu dignidad, tu independencia, tu reputación, tu libertad", dijo a Noroeste en una entrevista realizada por José Alfredo Beltrán, en junio de 2007, en el contexto de su jubilación.
Decía que el periodista debía estarse preparando permanentemente porque en los medios de comunicación no se podía estar transmitiendo ignorancia.

Lector apasionado
Cuco Haro nació el 13 de septiembre de 1944, en la comunuidad de San Vicente, Ahome, de padres zacatecanos. Su condición precaria no le permitió en un primer momento cursar sus estudios de manera normal, pues tras la muerte de su padre, cuando él tenía apenas 14 años, lo obligó a trabajar en diferentes oficios, desde cargador, ayudante de albañil, empleado de refaccionaria, e incluso como repartidor de periódicos, entre otros.
Su tezón por superarse, lo llevó a conocer los libros, a convertirse en un apasionado lector y a detonar su interés por la escritura.
Estudiaba por las noches y soñaba con cursar la carrera de periodismo. Un día, con 23 años de edad, tomó la decisión más importante de su vida: irse a vivir al Distrito Federal para estudiar periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Fue una etapa muy difícil para el joven Haro, pues tenía que trabajar para sostener su carrera. Allá vivió cerca de siete años donde laboró para el Gobierno federal y publicó en algunos medios, sin embargo, el gusanito de regresar a su tierra estaba siempre presente.
Heriberto Galindo, quien en ese entonces tenía un puesto en la CFE, fue quien lo recomendó para volver a Sinaloa.
"Fui a la dirección que me habían dicho que trabajaba Heriberto Galindo y me dijeron que no estaba. Estuve como tres horas esperando; me dormí en el sillón y llegó la noche hasta que me pasaron con él. Entré y me dijo que me podía recomendar para trabajar en el periódico Noroeste.
"Me dio una carta para Silvino Silva y me vine muy contento porque creía que me iban a dar un puesto directivo, jajajaja, pero no...", comentó en 2013.
Así fue como llegó por primera vez y de manera efímera Cuco Haro a Noroeste Culiacán. Era 1975 cuando se presentó con Silvino Silva, director general, quien lo mandó con Mario Montijo, entonces jefe de redacción. Al siguiente día inició cubriendo descansos y lo mandaron a cubir la nota de la Cuaresma; se la publicaron a ocho columnas en la portada. "Fue un ranazo", rió.
Pero se sentía inquieto porque estaba toda la semana en la capital y el fin de semana se iba a Los Mochis, donde tenía la familia. Aparte de lo desgastante, se juntaban las balaceras que ya hacían de Culiacán una ciudad violenta. A los tres meses de haber llegado del DF, renunció.
"Me enfadé porque no me gustaban mucho las balaceras cada rato ahí cerquita y me vine para acá (a Los Mochis)", dijo.
Entonces se encontró con un amigo con el que fundó en Los Mochis el periódico Voces del Valle. Cuando fue a la Ciudad de México a registrarlo, le negaron el nombre porque ya había muchos medios que se llamaban igual. Cuando se iba a regresar, el destino lo puso en otra disyuntiva: le ofrecieron trabajo en el Fonafe y se quedó de nuevo.
Se casó, formó una familia y ahí estuvo hasta 1981. Colaboraba para el Rotativo  cuando le habló el administrador de Fertimex para decirle que seguido los visitaba el empresario mochitense Guillermo Elizondo Collard y fue a verlo para que lo recomendara para regresar a su tierra.
"Le llevé lo que había hecho y me preguntó: ¿conoces El Debate?, sí cómo no, hasta lo vendí, le dije".
De nueva cuenta estaba en casa, ahora colaborando para El Debate. A los tres días de que llegó lo designaron jefe de redacción. A partir de ahí la vida profesional le sonrió y poco a poco se fue ganando un nombre. Posteriormente lo llamó a colaborar Ernesto Álvarez Nolasco a la Presidencia Municipal, como su director de prensa. Terminaron los tres años y el nuevo Alcalde Ramón Ignacio Rodrigo lo nombró Secretario de Acción Social y posteriormente en el área de prensa de nuevo.
 Su regreso a Noroeste se dio por recomendación de Miguel Zazueta y Javier del Ángel, estando como director del periódico Jesús Cantú.
 "Me habló Jesús cantú y me dijo: mira, te recomendaron dos personas, necesitamos una persona en Los Mochis", narró hace más de un año.
 Fue así como en 1992 se convirtió en Editor de Noroeste Los Mochis, sin embargo, las circunstancias económicas por la crisis de 1994-1995 provocaron el cierre de la plaza.
 A pesar de esa adversidad, su trabajo profesional como carta de presentación, lo puso en una nueva encomienda, todavía más grande: ser Editor General de Noroeste Culiacán, invitado por Manuel Clouthier Carrillo, entonces director general.
 "No la pensé mucho, fue maravilloso entrar... Era apasionante irse a Culiacán y ser de alguna manera cabeza de un periódico tan importante como era Noroeste", expresó en entrevista por el 40 aniversario de esta casa editorial.
Café, pan y libros...
Su interés por la lectura y por el perfeccionamiento del lenguaje, llevó a Cuco a crear en Noroeste un círculo de lectura en la que participaban periodistas.
Gestionó la adquisición de libros, los cuales eran comentados en la tertulia de los miércoles por la mañana, combinando la literatura con café y pan dulce. Así, cada semana, la oficina de Cuco se llenaba de reporteros, algunos para comentar libros, otros para escuchar las narraciones, pero sobre todo, los chistes de Cuco, que no faltaban.
De 1995 a 2002 fungió como Editor General, para posteriormente hacerse cargo de la coordinación de las plazas de Los Mochis, Guasave y Guamúchil, hasta 2007 cuando se jubiló.
Su pasión por los libros y su amplio conocimiento y trayectoria dentro del periodismo lo llevó a ser nombrado Defensor del Lector de Noroeste.
Cuco Haro consideraba que era un privilegio para los lectores contar con un defensor, pues no muchos medios tienen esta figura.
"Yo tengo la obligación de ver por el bien de los lectores", afirmó en una entrevista cuando fue designado el ombudsman de los lectores de este periódico.
Luego de jubilarse y saldar compromisos institucionales, Cuco Haro se dedicó a descansar y luego decidió escribir literatura.
Uno de sus sueños cumplidos fue el ver publicado su libro Pero Hay que Saber Llegar, el cual se presentó en Los Mochis en agosto de 2014.
El cáncer no le permitió concluir otros proyectos y dejó en el tintero varios relatos y poemas, que tal vez algún día se conozcan públicamente.
Cuco Haro deja un gran legado al periodismo sinaloense. Descanse en paz.
"En el periodismo, cada vez que agarras lana, dádivas, baja un nivel tu dignidad, tu independencia, tu reputación, tu libertad".
José Refugio Haro
Periodista

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