14 mar 2015

¿Caballeros Templarios hoy?/Fred Álvarez

Retrospectiva
¿Caballeros Templarios hoy?/Fred Álvarez Palafox
El jueves 10 de marzo de 2011 se dio a conocer el “nacimiento” del autodenominado grupo delincuencial, Los Caballeros Templarios. La forma de presentarse en sociedad tenía que ser con algo que impactara mediáticamente y sobre todo que generará miedo. 
Ese día, en un puente peatonal del municipio de Lagunillas sobre la carretera a Pátzcuaro, apareció el cadáver de un hombre colgado con un letrero que rezaba:
 “Lo matamos por bandido y secuestrador. Atentamente Los Caballeros Templarios”.  Simultáneamente aparecieron varias narco mantas colocadas en diversos puntos de Morelia, así como en otras ciudades de Michoacán como Apatzingán, Ciudad Hidalgo, Zitácuaro, Lázaro Cárdenas, Huétamo y Múgica. 

Los Templarios hicieron su aparición pública un mes y medio después de que La Familia anunciará su presunta disolución, advirtiendo que combatirían a los secuestros y robos en la entidad, así como a organizaciones rivales encontradas en la región: "Les hacemos de su conocimiento que a partir del día de hoy estaremos laborando aquí las actividades que antes realizaban los de La Familia Michoacana".
 Esto significaba que La Familia no desaparecía, sino más bien que se había formado una fuerte escisión dentro del grupo que actuaba de forma más violenta y era más adoctrinado en su núcleo interior, y cuyo objetivo era el mismo que el del clan original: la siembra el terror

Además todos sus mensajes  son similares. El primero fue aquél que decía: "La familia no mata por paga, no mata mujeres, no mata inocentes. Sólo muere quien deve (sic) morir. Sépanlo toda la gente, esto es: justicia divina",mismo que fue enviado la madrugada del 6 de septiembre de 2006 cuando el grupo delictivo arrojó dentro de un bar en Uruapan, Michoacán, seis cabezas dentro del bar Sol y Sombra.
 Mes y medio después –el miércoles 22 de noviembre- publicaron un desplegado en la página 35 en La Voz de Michoacán, intentando justificar sus acciones delictivas. 
Hubo incluso entrevistas en medios, había publirrelacionistas que buscaron a reporteros para darse a conocer como si fuera una organización legalmente  constituida.
Después de ahí fue cosa común el descuartizamiento de cadáveres y otras aterradoras acciones que simplemente se convirtieron en deporte, al grado de que la gente empezó a perder el miedo por su periodicidad cotidiana. 
Hoy en día, muchas personas ya lo ven como cosa común en sus ciudades de origen. De hecho, se ha  perdido la cuenta de las cientos de personas que han muerto de esa forma y todo es un mero asunto de “justicia divina”. 
Sus mensajes están hechos por la misma mano, y alrededor de ellos siempre ha estado presente la sombra del ex-maestro normalista, Servando Gómez Martínez alías “La Tuta”. Y aunque su rol no fue originalmente como el número uno de La Familia- mucho tiempo fue el número 3-, éste siempre ha jugado un papel clave dentro de la organización criminal, aunque uno diría que por haberse desempeñado anteriormente como profesor debería de escribir correctamente y sin faltas de ortografía, pero ellos saben que eso –el escribir mal- llama aún más la atención en algunos medios.
O sea, tiene su chiste.
Por cierto, con la muerte de  Nazario Moreno y el encarcelamiento de Rafael Cedeño, La Tuta se convirtió en el jefe de la banda, y quizás por eso adaptó un nuevo nombre en honor a su antiguo correligionario, Rafael Cedeño “El Cede”, detenido hace un par de años en un narco-bautizo en un hotel en Morelia.
Todos ellos tenían originalmente de libro de cabecera, además de la Biblia: “El más loco. Pensamientos”, escrito por Nazario Moreno, muerto el año pasado y basado en los textos de autoayuda del gurú cristiano estadunidense, John Eldredge, contendida especialmente en su libro titulado, “Salvaje de corazón”. 
El grupo tiene una mística rara. Sus seguidores están adoctrinados en la religión cristiana, hablan de valores, son fundamentalmente patriotas y sobretodo aman la región: Michoacán. Son figuras contradictorias; venden droga, asesinan, pero son creyentes. Muy parecido a La Cossa Nostra siciliana.
Pero bueno La Familia quedó atrás,  ahora, se denominan Caballeros Templarios, y esto tiene una razón. 
¿Me había preguntado el porqué del nombre?  y la respuesta me la dio mi amigo Jorge Fernández Menéndez a través de su columna “Razones” del 31 de mayo pasado.
Quizá ahí este la clave para entender el origen del asunto: ¡Por la ermita denominada La Nueva Jerusalén
La Nueva Jerusalén de Turicato, Michoacán fue fundada en 1973 tras escindirse de la iglesia Católica. Cuenta con más de 10 mil  miembros que viven en una comunidad cerrada que es prácticamente un estado dentro del Estado. 
No debemos olvidar  que Cedeño era uno de sus principales pastores e ideólogos, de la congregación religioso. Esa influencia quizá influyó para bautizar así a la organización delictiva. 
Además recordemos que la antigua Orden del Temple fue la primera y más poderosa orden militar cristiana en Europa. Fue fundada en 1118 tras la primera de las Cruzadas por nueve caballeros franceses para la defensa de Jerusalén.
Fue de llamar la atención que apenas hace unas semanas -a mediados de julio- el Ejército mexicano incautó precisamente ropas que emulan vestimentas de los antiguos Cruzados. En efecto, soldados pertenecientes a la 21 Zona Militar aseguraron túnicas blancas con una cruz roja pintada al frente,  cascos artesanales a la usanza de los caballeros de la edad media, y los respectivos libros para su correcto “adoctrinamiento”.
 Cabe mencionar que los objetos y la vestimenta  especial fueron descubiertos  en la comunidad de Santa Gertrudis.
Recuerdo que cuando en 2006 se dio a conocer al grupo La Familia, me pregunte igualmente el porqué de su nombre y escribí de manera ocurrente que quizá dicha sociedad delincuencial estuviera involucrada directamente con La Cosa Nostra, ó probablemente sus ideólogos habían leído literatura sobre organizaciones delincuenciales italianas, o al menos habían visto la trilogía “El Padrino” de Francis Ford Coppola, o leído la novela homónima de  Mario Puzo para así asumir el modelo criminal mediterráneo en pro de darle caché a la organización delictiva, o más bien éste sólo era un asunto mediático para que causase resonancia.
Encontré que tanto La Familia (famiglia) como La Cosa Nostra tenía como punto común el uso de la Biblia.
En efecto, el grupo delictivo cuando se dio a conocer en 2006 afirmaron distribuir Biblias entre sus “más de 4 mil hermanos diseminados en los 113 municipios de Michoacán, para sensibilizarse en que tienen que ser obedientes y no perder los valores como personas”, le dice “El Tío” a un reportero.
 Y es que en aquel momento -2006- esa declaración de repente me recordó a Bernardo Provenzano, el otrora jefe supremo de La Cosa Nostra siciliana detenido el 11 de abril de 2006 en un pueblo muy cerca de Corleone, Italia, al momento que llevaba biblias en su poder, la cuales usaba para comunicarse con sus miembros.
¿Quiénes eran Los templarios originales?
La antigua Orden del Temple (Templarios) –en francés, Ordre du Temple ó Templiers- fue la primera y más poderosa orden militar cristiana en Europa, fundada en 1118 tras la primera de las Cruzadas por nueve caballeros franceses para la defensa de Jerusalén, con Hugo de Payens a la cabeza de la orden. Diez años después de su constitución, fueron aprobados por la Iglesia Católica bajo la jurisdicción directa del Papa Gelasio II, y con el paso de los años éstos siguieron la Regla Benedictina, profesando los tres votos usuales y un voto adicional de cruzado. 
En sus inicios, su denominación oficial fue conocida como, “La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Salomón”; más tarde fueron conocidos comúnmente como, “Caballeros templarios” ó “Caballeros del templo de Salomón”, denominación surgida tras instalarse en el antiguo templo del mismo nombre.
El 3 de abril de 1312, la bula Vox Clamantis de Clemente V (1305-1314) decretó la suspensión de la Orden pero sin disolverla, reintegrando a los altos dignatarios Templarios y a la Orden misma dentro de la comunión de la iglesia.
Es en el pergamino de Chinon donde se declara a los Templarios no disueltos sino absueltos. Esto suscitó la reacción inmediata de la monarquía francesa, de tal manera que obligaron a Clemente V a someterse a la ambigua componenda sancionada en 1312 durante el Concilio de Vienne con la bula Vox in Excelso, en la que se declaraba que el proceso no había comprobado la acusación de herejía de la Orden, sino sólo la indignidad y los malos hábitos difundidos entre muchos de sus miembros; por tanto, Clemente V dio su asentimiento a que fuera suspendida con sentencia no definitiva, motivada por la necesidad de evitar un grave peligro para la Iglesia de la época.
En el momento de disolución de la Orden del Temple, ésta contaba con 15,000 miembros y posesiones en los territorios actuales de España, Francia, Inglaterra, Portugal, Alemania, Italia, Bélgica, Luxemburgo y Polonia.
Sus bienes fueron transferidos a la casi desconocida, Orden del Hospital.
¿Los Templarios hoy?
Hay que decir que en varias partes del mundo,  existe  –en pleno siglo XXI- leyendas que dan cuenta de la existencia del grupo religioso, y algunos han manifestado estar reconocidos por la Santa Sede. Incluso, se le ha dado formalidad e imaginación a la publicidad construida en derredor de la asociación, como en los filmes hollywoodenses.
Hace tres años, una asociación española legalmente constituida se declaró heredera de los caballeros templarios, e incluso exigió a Benedicto XVI la rehabilitación de la misma ante un tribunal español.  Según una nota de la agencia EFE (publicada en El País, 03/08/2008), un grupo de personas interpuso en un juzgado de Madrid una demanda en contra Benedicto XVI, acusado de ser el sucesor directo de Clemente V, el Papa que siglos atrás disolvió la orden.  En ella, además del reconocimiento, el grupo hace mención que la Orden tienen bienes que han valorado –al año de 2008- en unos 100,000 millones de euros. Sin embargo, el asunto se trata sólo de reconocimiento. En ningún caso piden la restitución de esos bienes: “No pretendemos producir la quiebra económica de la Iglesia Romana”, añade el escrito, “sino que el tribunal pueda hacerse una idea de la operación tramada en contra de nuestra Orden”.
Y como era de esperarse, la demanda no fue admitida a trámite en primera instancia, por lo que los denunciantes apelaron ante la Audiencia Provincial. No sé en qué paro este asunto chusco, pero en el auto en que fue desestimada, la jueza justificó su decisión en la falta de jurisdicción, al entender que no correspondía al tribunal pronunciarse sobre hechos que sucedieron hace 700 años y que son “materia propia de historiadores”.
 Y no sólo eso.  Años atrás –en 2006- en tiempos de Juan Pablo II, circuló una supuesta carta del Secretario de Estado de Juan Pablo II, Angelo Sodano, que reconocía la existencia de una Orden del Templo. El caso fue llevado, incluso, a que se desmintiera por una nota del  EL'Osservatore Romano.  
En efecto, en la edición del 21 de mayo del 2006, la nota decía:  “como es sabido, el antiguo Orden del Temple (Templarios) fue suprimido por el pontífice Clemente V (1305-1314) y nunca fue restaurado por ningún otro sucesor suyo". Hoy día, por lo que se refiere a las órdenes de caballería, la nota vaticana confirma que, "la Santa Sede, además de las propias órdenes ecuestres, reconoce y tutela sólo a la Soberana Orden Militar de Malta –“la Soberana Orden Militar Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta”- y la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén".
Regresando  a México y sobretodo a Michoacán, quizá la Conferencia del Episcopado Mexicano o el arzobispado de Morelia debería de emitir un simple  comunicado –aunque  parezca chusco-, diciendo que Los Caballeros Templarios ya no existen, que fueron desconocidos  hace cientos de  años. Pero sobretodo deben decirle a los feligreses que no se vale generar miedo, y matar y –sobretodo- descuartizar a difuntos surgidos en la contienda. Que eso no es justicia divina. ¿O si?
Y sobretodo deberían excomulgarlos.
Al margen.
El pergamino de Chinon
El jueves 25 de octubre de 2007, los responsables del Archivo Vaticano publicaron el documento “Processus contra Templarios”, el cual recopila el Pergamino de Chinon, o las actas de exculpación del Vaticano a la Orden del Temple; precisamente en el año en que se conmemoraba el 700 aniversario del inicio de la persecución contra dicha Orden.
Los documentos que sirvieron al Tribunal papal para decidir la suerte de los templarios se encuentran en el Archivo Secreto del Vaticano, y se habían extraviado desde el siglo XVI después de que un archivero los guardase en un lugar erróneo. En 2001, la investigadora italiana Bárbara Frale los encontró, y su estudio mostró que el Papa Clemente V no quiso en principio condenar a los templarios, aunque finalmente termino cediendo a las presiones francesas.
En resumen el Processus contra Templarios establece que:
1. El Papa Clemente V no estuvo convencido de la culpabilidad de la Orden del Temple.
2. La Orden del Temple, su Gran Maestre Jacques de Molay y el resto de los templarios arrestados –muchos de ellos ajusticiados posteriormente- fueron absueltos por el Papa.
3. La Orden nunca fue condenada sino disuelta, fijando la pena de excomunión a quien quisiera reeditarla.
4. El Papa Clemente V NO creyó en las acusaciones de herejía, y por ello permitió a los templarios ajusticiados recibir los Sacramentos, a pesar de lo cual fueron ajusticiados en la forma en que la jurisdicción canónica establecía para los herejes relapsos (aquellos que después de confesar, se echan atrás en sus confesiones).
5. Clemente V negó las acusaciones de traición, herejía y sodomía con las que el Rey de Francia acusó a los templarios; no obstante lo cual fue convocado por el Concilio de Vienne para confirmar dichas acusaciones.
6. El proceso y martirio de Los Templarios fue un “sacrificio” para evitar un cisma en la Iglesia católica, que no compartía en su gran parte las acusaciones del Rey de Francia, y muy especialmente de la Iglesia francesa.
7. Las acusaciones fueron falsas y las confesiones conseguidas bajo torturas.
Si quieren saber más el volumen “Processus Contra Templarios”, contiene la reproducción fiel de los pergaminos originales conservados en el Archivo Secreto del Vaticano.   La obra –de una tirada limitada a 799 ejemplares- se enmarca en la colección "Exemplaria Praetiosa", la cual recoge los facsímiles de documentos antiguos.  Si usted, querido lector, quiere leer los documentos originales y dispone de 5, 900 euros en su bolsillo, puede adquirir un ejemplar en www.scrinium.org.

En una rueda de prensa, monseñor Sergio Pagano, prefecto del Archivo Secreto Vaticano, explicó que en la publicación de Processus Contra Templarios, "no hay ni podría haber ninguna voluntad rehabilitadora de los Templarios". Agregó que incluso el hecho de que fueran "procesados en los inicios de 1307, y de que esta presentación caiga en 2007, es completamente fortuito", pues el objetivo de ésta "se detiene en los estudios históricos correspondientes."

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