28 abr 2015

Informe y Propuestas sobre Justicia Cotidiana en México

Palabras del Presidente Enrique Peña Nieto, durante el evento: Informe y Propuestas sobre Justicia Cotidiana en México
México DF, a 27 de abril de 2015
Señoras y señores:

Muy buenas tardes a todas y a todos ustedes.
Quiero saludar al señor Jefe de Gobierno del Distrito Federal, agradecerle su presencia.
Al doctor Sergio López Ayllón, quien ha encabezado este esfuerzo realmente y, sobre todo, por haber asumido la tarea a la que le pedí y convoqué, para realmente establecer estos foros, llevar a cabo estos foros que nos han permitido realmente tener un mejor diagnóstico, al ya conocido, a este hilo negro, al que refirió; más bien, no es que estemos descubriendo el hilo negro, como hace un momento alguien refería, sino que nos permita realmente prestar una mayor atención a un asunto de la mayor relevancia para la sociedad mexicana y para las futuras generaciones, que es el de la justicia cotidiana.
Muchas gracias por encabezar este esfuerzo y por estar hoy dando cuenta de todo lo que se ha realizado.
Quiero saludar, también, al señor Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Al Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, quien ha recibido doble reconocimiento: uno, representando al Tribunal de nuestra ciudad capital, pero también en representación de todos los Tribunales de Justicia del país.

Saludo al señor Gobernador del Estado de Tlaxcala y Presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores.
A los integrantes del Gabinete Legal del Gobierno de la República.
A Rectores y Directores de distintas instituciones educativas y de análisis, que han participado en este esfuerzo para rendir el informe que hoy aquí, se está presentando.
Quiero saludar a la representación de la sociedad civil que aquí hoy nos acompaña.
A presidentas y presidentes de distintas organizaciones de la sociedad civil que están aquí presentes.
A muy connotados periodistas que nos acompañan.
A Legisladores Federales.
A Senadores de la República que están aquí, acompañándonos.
A jóvenes estudiantes, académicos que están presentes en este acto.
Muchas gracias por su presencia y, sobre todo, por acompañarnos en la entrega del informe que el día de hoy, aquí se ha rendido.
Señoras y señores.
Señores representantes de los medios de comunicación:
El pasado 27 de noviembre, como aquí ya se refirió, presenté a la Nación una agenda de 10 medidas para mejorar las condiciones de seguridad y de justicia de nuestro país.
Una de ellas contemplaba acciones para hacer efectivo el acceso a la justicia, y concretamente me comprometí a enviar al Congreso de la Unión iniciativas de reforma para mejorar la justicia cotidiana.
Cuando referimos a la justicia cotidiana estamos hablando de ámbitos de justicia diferentes al penal, pero igual de importantes como el civil, el laboral, el mercantil, el administrativo.
Nos referimos a los ámbitos que sentimos más cercanos y que son los más importantes para vivir en comunidad.
Es la justicia que permite a un menor recibir la pensión alimenticia, que por derecho le corresponde; es la justicia que demanda una trabajadora despedida por estar embarazada.
Es la justicia que merece el dueño de un negocio que no puede cobrar un cheque, o que se ve acosado por inspectores abusivos, quienes le impiden realizar su actividad productiva.
Es, pues, la justicia del día a día, la que debe prevalecer en las relaciones sociales más cercanas, como las que se establecen entre vecinos.
La justicia cotidiana es la que permite que la ley sea un instrumento útil para resolver diferencias y que los derechos se ejerzan plenamente.
La justicia cotidiana es hacer realidad el ideario de José María Morelos y Pavón, quien decía, y cito textualmente: que todo aquel que se queje con justicia, tenga un tribunal que lo escuche, lo ampare y lo defienda contra el fuerte y el arbitrario.
No obstante su vital importancia, la justicia cotidiana está hoy rezagada y, hay que reconocerlo, olvidada. Y en muchos de los casos, rebasada.
Cuando hablamos de justicia, permítame referirlo, a partir de la conversación que sostuve previo a este encuentro con algunos de los organizadores de los distintos foros, y que hoy han rendido cuenta, precisamente, de lo que derivó de los mismos.
Ellos presentaron, que aquí no se ha dicho o se ha comentado en alguna forma, pero en una gráfica que ilustra realmente la atención que hoy queremos prestarle a asuntos de lo que son la justicia cotidiana.
Cuando hablamos de justicia pareciera que sólo nos referimos a aquello que tiene que ver con el ámbito penal, cuando de los millones de asuntos, más de dos millones 100 mil asuntos, que según pude conocer, precisamente en el informe que hace un momento presentara el doctor Sergio López Ayllón, que se ventilan en distintas instancias de justicia de nuestro país, solamente el 13 por ciento tienen que ver con el ámbito penal; los otros son del ámbito laboral, del ámbito civil, del ámbito mercantil.
Esos, insisto, que son parte de la justicia cotidiana y son a los que hoy les queremos prestar una mayor atención.
En la práctica, esta justicia suele ser excluyente, lenta, compleja y costosa, lo que provoca que la mayoría de los mexicanos no accedan a ella o queden insatisfechos con sus resultados.
Y así lo apreciamos en los testimonios que en el video proyectado hace un momento pudimos conocer.
Cuando la justicia formal es inaccesible o poco útil, se generan espacios de ilegalidad e impunidad, de corrupción y abuso.
Estos males han estado presentes en la vida de los mexicanos por varias décadas y se han visto agravados por el crecimiento de nuestras ciudades y su densidad demográfica.
Como Nación, tenemos un desafío estructural en materia de justicia cotidiana. Así es, hay que reconocerlo. Ese es el primer paso para encontrar soluciones de fondo.
En el Gobierno de la República creemos firmemente que ha llegado el momento de cambiar las cosas. Estamos convencidos de que esta situación no puede continuar por más tiempo.
Y para hacer frente a esta problemática y comenzar a resolverla, solicité al Centro de Investigación y Docencia Económicas organizar foros de consulta con juristas, académicos y representantes de la sociedad civil sobre el tema trascendental de la justicia cotidiana.
A lo largo de 40 años, el CIDE se ha distinguido por realizar diagnósticos objetivos sobre la situación del país y plantear soluciones a los problemas nacionales.
Le propuse entonces al CIDE hacer recomendaciones concretas para fortalecer nuestro Estado de Derecho, para hacer efectivos los derechos de las personas y resolver de manera y de forma pacífica y oportuna, los conflictos propios de la moderna vida en sociedad.
Con el respaldo de otras 17 instituciones de gran prestigio, se organizaron los foros de consulta sobre justicia cotidiana.
Yo quiero referir puntualmente y precisar cuáles han sido estas instituciones, que si bien ustedes ya escucharon, porque han recibido un reconocimiento del Presidente de la República, del Gobierno de la República, por su participación en estos foros, quiero citarles a cada una de estas instituciones, reiterándoles mi agradecimiento y mi más amplio reconocimiento por su participación.
En esta tarea, que hay que decirlo, está iniciando, los foros realizados son un punto de partida que nos llevará a tomar acciones específicas, como aquí ya lo refirió el doctor Sergio López Ayllón, a lo que son tareas del ámbito del Ejecutivo Federal, pero también, a la participación de otras instancias y de otros Poderes de la Unión.
En orden alfabético, quiero agradecer:
A la Asociación Mexicana de Impartidores de Justicia de nuestro país, al Centro de Investigaciones y Estudios Superiores de Antropología Social, al Centro de Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación.
A la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, a la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia de los Estados Unidos Mexicanos, al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, al Colegio de la Frontera Norte.
Al Instituto Nacional de Administración Pública, a la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey; al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Al Instituto Mexicano para la Competitividad, al Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal; a la Universidad Autónoma Nacional Aguascalientes, a la Universidad Autónoma del Estado de Baja California, a la Universidad Autónoma Metropolitana, a la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas y a la Universidad de Guanajuato.
Mi reconocimiento a todas ellas por su destacada participación.
Sé que fueron largas jornadas, en las que aportaron su trabajo serio y profesional para fortalecer el Estado de Derecho de nuestro país.
Desde el Gobierno de la República estuvimos al tanto de este proceso que incluyó la organización de siete foros temáticos, ocho foros especializados y un foro virtual.
Sé que participaron más de 400 expertos, varios de ellos aquí presentes, a quienes también expreso mi más amplio reconocimiento y felicitación.
Felicito a todos los participantes en este ejercicio abierto y plural.
Agradezco a quienes compartieron sus experiencias y formularon propuestas de mejora. Sus planteamientos serán de gran utilidad para los mexicanos.
Éste es un Gobierno que invariablemente escucha la voz, las ideas y las propuestas de la sociedad.
Recibo, como aquí ha ocurrido ya, oficialmente los resultados de los foros de consulta sobre justicia cotidiana. Analizaremos a profundidad las propuestas que me han entregado este día.
En el Ejecutivo Federal habremos de instrumentar las recomendaciones de política pública y las propuestas de reforma que se determinen prioritarias.
Y en este sentido le he dado indicaciones ya al Consejero Jurídico del Ejecutivo Federal, a fin de que coordine los trabajos necesarios para hacer realidad y efectivas estas propuestas.
Por su trascendencia y alcance, en estricto respeto a la división de Poderes, también habré de compartir los resultados de estos foros con los otros Poderes de la Unión y los distintos órdenes de Gobierno.
La justicia cotidiana, como aquí ya se expresó en quienes me antecedieron en el uso de la palabra, requiere del esfuerzo y participación de todos.
Igualmente, asumo el compromiso de convocar a la instancia de encuentro y concertación que se recomienda.
Estos Diálogos por la Justicia nos permitirán analizar y buscar soluciones a distintos desafíos que hoy enfrenta nuestro marco jurídico, con mayor detenimiento y con la participación de los responsables directos.
Se trata de resolver juntos problemas añejos que hoy parecen ser parte inevitable de nuestra diaria realidad.
En los foros ha quedado claro que la sociedad mexicana ya no está dispuesta a resignarse ante las injusticias.
Qué bueno que el impulso transformador esté llegando a todos los ámbitos de la vida nacional.
Trabajaremos para que todos los mexicanos conozcan plenamente sus derechos y puedan acceder a la justicia cuando estos sean vulnerados.
El objetivo es que la justicia esté verdaderamente al alcance de todos. Se trata de que los procesos legales sean sencillos, flexibles y económicos, y que cualquiera que asista con razón ante los Tribunales, obtenga justicia y quede satisfecho.
Mejorar la justicia cotidiana significa que sea cercana a todos los ciudadanos y forme parte de su vida diaria.
Señoras y señores:
Todos los que nos reunimos este día compartimos un compromiso esencial: hacer de México una Nación más justa.
Recordemos que el fin último del derecho es la justicia, y que una responsabilidad esencial del Estado es garantizar que ésta sea accesible para todos.
Mejorar la justicia cotidiana implicará en el fondo renovar nuestro pacto social; un pacto en el que los ciudadanos reafirmen su confianza en la ley y en las instituciones y en el que las autoridades demuestren su compromiso de servicio a la sociedad.
Para que los mexicanos vivan en un verdadero Estado de Derecho, el derecho debe estar al servicio de los mexicanos.
Ese es el reto que hoy, como país, estamos asumiendo.
Por ello, nuevamente quiero agradecer este esfuerzo, que como se lo dije a cada uno de los participantes, es el inicio.
Pero, al final de cuentas, reafirma un claro compromiso, en primer lugar, del Gobierno de la República; pero, también, deberá de ser de todos, de las instituciones educativas, de los Poderes de la Unión, de los distintos órdenes de Gobierno, para lograr, realmente, que la justicia cotidiana, la justicia de todos los días, esté al alcance de todos los mexicanos.
Nuevamente, muchas gracias, y deseo éxito a este esfuerzo que recién estamos iniciando.

Muchas gracias.

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