Perfil idóneo/Jorge Alcocer V.

Perfil idóneo/Jorge Alcocer V.

Reforma, 07 Mar. 2017

Sabemos de la molestia de la diputada Rocío Nahle, coordinadora de Morena en San Lázaro, por la designación de un veterano panista, Humberto Aguilar Coronado, como integrante del Comité Técnico de Evaluación (CTE) que calificará y seleccionará a los candidatos a consejero electoral del INE. El enojo de doña Rocío no fue tanto por la militancia del citado, sino porque no le aceptaron la propuesta de que el abogado John Ackerman, lopezobradorista puro y duro, ocupara uno de los 3 lugares que en ese Comité corresponden a la Cámara. De los otros 4, dos fueron designados por el INAI y dos por la CNDH, sin que nadie entienda qué demonios tienen que hacer esos dos órganos autónomos metiendo su cuchara en la integración del otro.

La diputada Nahle olvidó que en 2014 la historia fue similar. Para el CTE de ese entonces el PAN designó al ex gobernador de BC, Alejandro González Alcocer, a quien el entonces coordinador panista en San Lázaro, Alberto Villarreal, recriminó haberse dormido en sus laureles, en perjuicio de los aspirantes promovidos por el blanquiazul. Al final quien pagó los platos rotos por el pleito fue la entonces consejera María Marván, a la que, sin mayor contemplación, dejaron colgada de la brocha, fuera del flamante INE.

En esta ocasión se inscribieron al proceso de selección 152 aspirantes, de entre los que saldrán 3 consejeros con mandato de 9 años; cabe suponer que a todos motiva un ánimo de servicio a la democracia. Bajo el principio de presunción de inocencia, así cabe considerarlo. Entre los inscritos son 36 los que se desempeñan como consejeros en institutos locales, algunos de ellos con varios años por delante en su encomienda. Hay también un buen número de magistrados, o ex, de tribunales electorales, así como ex funcionarios del IFE. Completan la lista académicos, profesionistas y una variopinta mezcla de espontáneos que se lanzaron al ruedo, esperando por si hay tómbola.

Antes de entrar al asunto del perfil idóneo de los futuros consejeros del INE, insisto en la pregunta sobre la "metodología" que la Jucopo, de la Cámara de Diputados, debió entregar al CTE, conforme la Convocatoria aprobada. Reitero mi opinión de que esa atribución, que los coordinadores parlamentarios se arrogaron, es una flagrante violación al artículo 41 de la Constitución. Pero, chueco o derecho, deberían hacer pública la metodología con la que van a evaluar y calificar a los aspirantes. Los 7 integrantes del CTE nada han dicho. Será que calladitos se ven más bonitos.

Para decidir el perfil idóneo hay varias vías. La más sencilla es que cada uno de los tres partidos de mayor número de diputados escoja su gallo (creo que eso ya lo hicieron) y luego hagan lo necesario para que entren en las quintetas que serán entregadas a la Jucopo por el CTE. Es un paso delicado, pero para eso están los 3 comisarios políticos, uno por partido, que forman parte del Comité. Esa solución permite garantizar la votación en el Pleno y dejaría inalterados los equilibrios construidos en 2014 entre PRI, PAN y PRD. Pero, hay un problema: Morena queda fuera. Tener al candidato presidencial puntero en las encuestas militando en contra del INE anticipa conflicto grave, en caso de que no gane. Y si gana, también. Dirá que derrotó al fraude.

Una vacuna contra las denuncias de fraude anticipado es que López Obrador seleccione, de entre los 152, a los tres de su mayor simpatía y confianza, o simplemente que le parezcan los menos malos. Morenos debe haber en la lista. Recordé ya que en 1994 el PRD promovió a 3 de los 6 consejeros ciudadanos, y la medida funcionó. Sin embargo, no veo en el escenario de hoy alguien de la talla del doctor Jorge Carpizo como para conducir una operación política de ese calibre.

La tercera vía es seleccionar a los 3 de mayor capacidad y experiencia en materia electoral y que al mismo tiempo sean los de mayor independencia respecto de los partidos.

La cuarta vía es la tómbola; podría ser aceptable para Morena, que la usa para seleccionar candidatos.