20 jul 2017

"El Ojos", líder del Cártel de Tláhuac

Al estilo del narco colombiano, Pablo Escobar, "El Ojos" y su gente acostumbran engrosar las filas de su organización criminal bajo el credo de plata o plomo.
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"El Ojos", líder del Cártel de Tláhuac/ retrospectiva
Felipe de Jesús Pérez Luna controla la distribución de droga y comercio informal en Tláhuac y parte de Iztapalapa; utiliza mototaxis como estructura de poder1
Reportaje de  JULIO PÉREZ, 

La Silla Rota,  22/05/2017
Ciudad de México. Hace poco más de cinco años, a sangre y fuego, se gestó el que podría ser el primer grupo del crimen organizado autodenominado cártel en la capital del país: "El Cártel de Tláhuac". Su líder: Felipe de Jesús Pérez Luna, "El Ojos", un hombre de  48 años de edad y oriundo de la Colonia La Nopalera, en esa delegación que lo ha protegido por ser conocido desde hace años y tener antigüedad sobre sus competidores. 
Este domingo su hijo Miguel Ángel P, de 25 años de edad, fue detenido en Acapulco acusado del asesinato de un ex comandante de la Fiscalía del Estado de México, Felipe Carmona Dávila, ocurrido el 24 de febrero en Iztapalapa. El joven había ido al festival Aca Moto 2017 en el que tendría una participación.
Carmona protegía a narcomenudeistas en la delegación Iztapalapa, misma que "El Ojos" ha penetrado desde 2012 para la distribución de cocaina y marihuana.

Aunque hay poca información oficial sobre cómo inició su carrera delictiva, La Silla Rota tuvo acceso a  informes de Inteligencia de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) que lo ubican entre finales de los noventa y principios del año 2000 proveniente de una banda relacionada a Andrés Caletri, considerado uno de los criminales más peligrosos de la historia capitalina.
 "Tenemos algunos informes que nos dicen que ha hecho de todo, desde robos hasta secuestros; inclusive hay testimonios de que se alió con un ex integrante de los Caletri, pero no llegó a resaltar en el tema de secuestro, se fue por el lado de la venta de droga porque tenía familiares ya establecidos en eso", revela a La Silla Rota un alto mando de la Procuraduría capitalina (PGJ) que ha dedicado años a indagar sobre "El Ojos".
Su alianza con un ex convicto le proporcionó de golpe el brazo armado que necesitaba. Dicho sujeto es José Eduardo Zamora Jaime "El Cholo", su actual líder de sicarios, según abunda la carpeta de investigación FIZP/IZP-5/UI-3S/D/1154/11-2016.
Después de salir de prisión, "El Cholo" puso a disposición de "El Ojos" a una legión de pistoleros y entre 2011 y 2012 comenzaron a apoderarse, colonia por colonia, de puntos de venta de droga y casas de seguridad en Tláhuac, señalan los expedientes. 
Desde entonces, los asesinatos con arma de fuego y con características de "ajustes de cuentas"  amontonaron los expedientes de la Procuraduría General de Justicia (PGJ). Aunque la dependencia alegó no tener las cifras exactas, según respondió vía solicitud de Transparencia, funcionarios consultados calcularon entre 30 y 50 hasta el año pasado.
"El Ojos" maneja la venta al menudeo de marihuana y cocaína, así como de fayuca, ya que controla los tianguis y el comercio informal –con permiso temporal, en ferias y temporada decembrina-, revelaron fuentes policiacas.
Dos fuentes distintas al interior de la policía federal aseguran que el Cártel de Tláhuac tiene asociaciones con grupos criminales asentados en Guerrero, de donde obtiene la mayor parte de droga que distribuye en la CDM y el Estado de México.
"Hay ciertos pactos con la gente de Guerrero, no es especulación porque hubo un cateo en noviembre del año pasado, fue en la Colonia Miguel Hidalgo (Tláhuac) donde se incautaron cocos que venían de Acapulco y que traían en su interior marihuana. Se supo el trayecto de unos tráiler que llegaron al DF y son los que traían toneladas de cocos; no se decomisó todo porque cuando llegaron a la bodega ya habían descargado la mayor parte, pero eso y otros eventos han servido para tener esa información de inteligencia".
El informante agrega que lo mi1smo ocurre con cocaína, la cual es almacenada en bodegas de la CDM, bajo la fachada de talleres mecánicos, salones de fiestas y predios irregulares y distribuida a través de una red de mototaxistas de Tláhuac e Iztapalapa.
También, asegura, se ha detectado que "El Ojos" lucha por controlar algunas vías que dan acceso al Estado de México, como la carretera Tláhuac Chalco y la carretera federal México-Puebla. Todo esto con el propósito, presuntamente, de usarlas para el trasiego de drogas y armas.
Su corrido con música de banda
Aficionado a las fiestas pomposas, el jaripeo y la música de banda, "El Ojos", sus hijos y el resto de su familia son conocidos en la demarcación; tan es así que el intérprete, Javier Reyes, "El Príncipe del Corrido", le compuso un corrido que le cantó en la Feria de Zapotitlán de 2015 y en octubre de 2016 en un baile en San Lorenzo Tezonco, Iztapalapa.
"Comandando el cártel, siempre voy al frente; mi nombre es noticia, ´El Ojos´, el mal, soy Felipe Pérez", reza el corrido, el cual está en Youtube como "Corridón, feria de Zapotitlán 2015".
Su cercanía con la gente de Tláhuac le dio una ventaja estratégica natural: nadie lo ha denunciado porque conoce a las familias, creció con ellas, son vecinas de la suya.
"No existe mandamiento judicial alguno contra él porque no lo denuncian; tiene familiares cercanos y políticos dentro de las propias instituciones de seguridad y la delegación, le sirven como espías, por decirlo así. Tenemos testimoniales de primera mano, de que incluso amenazó de muerte a un hermano suyo, quien le dijo que lo iba a denunciar por el asesinato de su hijo, cuyo sospechoso era uno de los hijos de ´El Ojos´; la amenaza se la hizo en frente de todos en el funeral del chavo, así ha logrado generar temor y evitar que lo denuncien", detalla un comandante de la Policía de Investigación cercano a las indagatorias y que habló con La Silla Rota a condición de proteger su identidad.
 No obstante, su camino al reinado del narco en el oriente de la Ciudad y parte del Estado de México estuvo minado por la violenta resistencia de sus oponentes.
Para "El Ojos", el 4 de agosto de 2014 quedó marcado con sangre, y no porque resultase algo ajeno al negocio, sino porque fue la de su hermano Víctor Manuel.
Con base a la averiguación FLTH/TLH-1/T1/1482/14-08, a Víctor Manuel lo sorprendieron tres sicarios mientras descansaba en su casa de la colonia Zapatilla.
"Entrevistando a Fátima Ortega, quien manifiesta que momentos antes de las 5:40 horas, tres sujetos agreden a su esposo con armas de fuego, intentando éste repeler con una pistola calibre .22", destaca el informe de la Policía.
De 39 años de edad, el hermano de "El Ojos" se escondió en un cuarto de 6 por 6 metros. Su novia hizo lo propio debajo de una cama.
Desde la pequeña habitación, Víctor Manuel enfrentó a los gatilleros con una pistola calibre .22. Prueba de lo que duró el enfrentamiento y de lo salvaje que fue son las paredes de la casa. Peritos contabilizaron 109 impactos, la mayoría en los muros verde limón desde donde se defendió Víctor Manuel.
Su cadáver quedó tendido entre la puerta y una sala roja con negro.  
Pese a que el tiroteo se prolongó casi 40 minutos, ningún policía llegó al lugar. Los pistoleros usaron armas con silenciador, una de las cuales olvidaron a unos pasos del cuerpo.
Aunque el crimen no fue esclarecido, los investigadores estaban convencidos que estaba relacionado con "El Ojos" y su avance en Tláhuac.
El expediente 1945/RO/2000 revela que Víctor Manuel estuvo en el Reclusorio Oriente por tentativa de robo, pero su pareja alegó ante las autoridades que se dedicaba a la compra y venta de terrenos.
Dicho asesinato terminó por "calentar" la zona de Tláhuac, donde en ese año inclusive cobró la vida del agente federal, Érik Germán Peña Cabello, hallado en abril en la caja de una camioneta, abandonada en la colonia Villa Centroamericana.
Unos pocos meses antes, de igual modo fue asesinado Jorge Carvallar Martínez, un ex policía judicial al que dejaron maniatado y con un narcomensaje.
A partir de ese año, los encobijados, desmembrados, embolsados y baleados se volvieron comunes en Tláhuac y Milpa Alta, a diferencia de otras zonas de la Ciudad donde los ajustes de cuentas son menos llamativos.
La lucha solitaria
Miguel se juró a sí mismo llevar ante la justicia a Felipe de Jesús Pérez Luna "El Ojos". Miguel es agente de la Policía de Investigación, de la Procuraduría, y su rivalidad con el narcomenudista va más allá de la natural entre un policía y un criminal. El 24 de febrero de 2016 se volvió personal: su hermano Felipe fue acribillado bordo de su Hummer, cuando llegaba a su casa en la colonia Vicente Guerrero, Iztapalapa. Al profundizar en las pesquisas, todo apuntó hacia "El Ojos" y su organización delictiva.
Los antecedentes de Felipe no eran positivos: tenía unos cuantos meses de haber salido de prisión, donde estuvo por extorsión, ya que fue comandante de la policía ministerial del Estado de México. Quien lo trató afirma que era socarrón, ostentoso, temido porque al parecer seguía teniendo el poder suficiente para chantajear a delincuentes bajo el supuesto de que seguía siendo policía. Resultó que, mientras Felipe siguiera vivo, "El Ojos" no podría penetrar en Iztapalapa. Cosa que, tras su muerte, logró.
Fue por este asesinato por el que fue detenido el domingo su hijo, justo a las 3:40 de la mañana, cuando ya había montado una carpa y estacionado vehículos que iban a ser usados en la competencia del AcaMoto. 
Aquel día de febrero de 2016, conforme a lo que se estableció en la averiguación FIZP/IZP5/T2/104/16-02, Miguel fue el primero en llegar a donde quedó el cuerpo. Inclusive vio el coche en el que iban los sospechosos alejarse a toda velocidad. "Él llegó minutos después del crimen, inclusive pidió que detuvieran a un hombre que llevaba un perro, porque aparentemente lo había visto dentro del coche de los sospechosos; días después nos pidió que lo ayudáramos, que iban a hacer investigaciones extraoficiales", recuerda  un agente de la PGJ que colaboró con Miguel.
No era él el responsable de indagar lo sucedido con su hermano, pero así lo hizo. Conformó un grupo con otros policías y al cabo de un tiempo descubrió que "El Ojos" había dado la orden.
Queriendo a toda costa llegar hasta "El Ojos", Miguel continuó su investigación. Dio con casas de seguridad, ubicó vehículos e inmuebles donde se escondía el narco, todos en Tláhuac. Pero conforme su "cacería" personal tenía éxito, la gente de "El Ojos" se le adelantó y en agosto del año pasado recibió una llamada telefónica de Eduardo Zamora Jaime "El Cholo", jefe de sicarios.
Eran las 17:43 horas y Jaime atendió la llamada. Al otro lado de la línea estaba un hombre que hablaba velozmente, con mucha seguridad y poniendo énfasis en ciertas palabras:
"¿Ya sabes quién habla? Soy ´El Cholo´, ya le dije y usted no entiende; si mañana no te presentas con ´el patrón´ aquí en Tláhuac y dejas de estar chingando la madre con tus tiras, te voy a ir a matar yo mismo".
Miguel cuestionó a su interlocutor: "¿Quién eres? ¿Quién es el patrón?", a lo que "El Cholo" respondió: "No te hagas pendejo, el patrón es Felipe de Jesús Pérez Luna ´El Ojos´ y yo soy ´El Cholo´; voy a ir a matarte a ti y a tu familia para ver si así entiendes". Esto  quedó asentado en la carpeta CI-FIZP/IZP-5/UI-3S/D/1154/11-2016 a la que La Silla Rota tuvo acceso.
Al otro día, un par de sicarios interceptaron a Miguel cerca de su casa. Iban en motocicleta y el que iba en la parte trasera se llevó la mano a la cintura y sacó una pistola.
Miguel corrió hacia la casa de un vecino, cuyo portón estaba abierto por suerte. Protegido por los muros, los gatilleros no tuvieron más remedio que abrir fuego contra la casa del agente policiaco. No solo él quedó sentenciado, sino también los policías que lo ayudaron en sus indagatorias. El equipo se disolvió y no apenas Miguel denunció los hechos, sus mandos lo cambiaron de adscripción. Fue concentrado en la Jefatura General, cerca del búnker de la PGJ, donde sus investigaciones terminaron: ahora escucha las frecuencias policiacas, hace registros, bitácoras y demás trabajo administrativo, confirmaron informantes de la Procuraduría.
Las desapariciones
Han pasado ocho meses desde que Josué fue raptado. Su caso se une al de otros desaparecidos en Tláhuac por un elemento: era mototaxista, solo que Josué, de 15 años de edad, daba el servicio en un carrito de Golf.
Investigaciones de la Procuraduría señalan que los mototaxistas son usados por "El Ojos" para distribuir droga o hacer labores de "halcón", es decir, vigilar la entrada de intrusos o de la Policía.
Al estilo del narco colombiano, Pablo Escobar, "El Ojos" y su gente acostumbran engrosar las filas de su organización criminal bajo el credo de plata o plomo.
Los mototaxistas que se negaron a trabajar para el narco desaparecieron, fueron ejecutados o simplemente tuvieron que dedicarse a otra cosa para salvar la vida.
Lo que vinculó la desaparición de Josué con el Cártel de Tláhuac es el hallazgo de un predio en la carretera Tláhuac-Tulyehualco, donde estaba el carrito de Golf en el que fue visto por última vez.
También había otros mototaxis pertenecientes a Nicolás Martínez Luna y Aldo Isaac Gutiérrez, ejecutados el 6 de junio y el 1 de agosto de 2016.
Estaba asimismo el vehículo de Ismael "N", otro chofer que, como Josué, sigue sin aparecer.
Para la familia del adolescente, su búsqueda ha sido un círculo agobiante en el que dan vueltas. Durante este tiempo se enteraron que hay otros casos como el de Josué.
"Hay muchos otros casos, estamos molestos por la actitud de las autoridades que no dan atención a lo que está sucediendo aquí en Tláhuac; nosotros no sabemos nada de Josué y de alguna manera nos sentimos, pese a todo, con la esperanza de encontrarlo, no sabemos cuándo.
"Pasan cosas extrañas, como que las cámaras no sirven, se tardan en investigar y a 8 meses no se ha sabido nada, es una desesperación", manifestó Lucio Mosqueda, tío del ausente.
La guerra en Iztapalapa
"El Ojos" ambiciona poseer la delegación más poblada de la ciudad: Iztapalapa.
A mediados del año pasado, la organización delictiva de Felipe de Jesús Pérez Luna incursionó en esta demarcación, donde ganó terreno tras asesinar a "El Hules", que controlaba las zonas limítrofes con Tláhuac.
La clave, según las indagatorias, fue el reclutamiento de "El Ramoncito", un pistolero que estuvo internado en la Comunidad de Tratamiento para Adolescentes, acusado de cometer dos homicidios.
La PGJ tiene pruebas documentales de que el joven de ahora 20 años de edad se integró al Cártel de Tláhuac, junto con un grupo de individuos que trabajan para él.
Su confrontación con narcomenudistas dejó ya un rastro de muerte: el 6 de febrero murió María Iveth, una joven que recibió una bala perdida en la Colonia Presidentes de México.
"Entrevistando a la pareja de la occisa, quien manifestó que María Iveth salió de su domicilio para abrir la tienda que ambos administran en el lugar de los hechos y que estando en su casa oyó varias detonaciones, por lo que fue a ver y encontró a su pareja tirada en el suelo con heridas de arma de fuego", informa un reporte de la Fiscalía de Iztapalapa.
Quedó en medio del fuego cruzado entre sicarios de "El Ojos" y sus rivales.
En Santa María Aztahuacán, cinco días antes, agentes de la Procuraduría se enfrascaron en un pleito a tiros con sujetos que resguardaban droga y armas en una casa de seguridad.
Dos delincuentes murieron y un policía salió herido. Agentes cercanos al caso informaron que el operativo mermó a una banda enemiga de "El Ojos".
Mientras el avance del Cártel de Tláhuac en Iztapalapa continúa, otro brazo armado irrumpió en Chalco y Valle de Chalco.
Y en su delegación de origen, "El Ojos" logró desplazar a su principal competidor: Gastón Montealegre "El Gastón", quien conforme a la carpeta TLH/UI-2C/D/40/01-2017 intentó secuestrar en enero a su sobrina usando a policías bancarios de la capital.
Pese a todo, el Gobierno de la Ciudad de México insiste en negar la operación de la delincuencia organizada en su territorio.

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