Rosa Bertha Martínez, "La Faraona"

La primer mujer matadora de toros en México
Originaria de Saltillo, Coahuila, hija de Pedro Martinez Reynaga y de Ester González, murió el 25 de diciembre de 2007 en la Ciudad de Toluca, Estado de México, tenía 73 años.
Casada con Mario Lasso Pérez (1910-2000), político guerrerense; diputado federal y cónsul en Chicago. Uno de los hombres más cercanos al ex candidato presidencial Ezequiel Padilla..
De ese matrimonio nacieron cinco hijos; Mario, Pedro, Gustavo (+), Gerardo (+), y Gustavo Gerardo.
El único que incursionó en la fiesta brava fue Pedro que llegó a ser novillero; debutó como tal en San Vicente Chicoloapan, Estado de México, el 27 de enero de 1980. Dejó  la fiesta para estudiar arquitectura.

A Mario, el mayor de los hijo, La Faraona lo metió a un ruedo con un becerro cuando sólo tenía 8 años, quizá con la idea de que no le siguiera sus pasos. No pregunten como fue.

Le pidió entonces, aa su amigo el matador José luis Padilla “alías El seminarista” que le diera unos “pases” arropando a Mario en una tienta en Michoacán y al grito de “déjalo solo” la vaquilla le dio un golpe durísimo, a niño  se le quitaron las ganas de volverse a meter a un ruedo.

La Faraona fue una figura de trascendencia internacional en aquel mundo taurino que entonces era un asunto de hombres; alternó con muchas figuras de la fiesta brava, entre ellas la española Conchita Citrón "La Diosa de oro" y la regiomontana Juana Aparicio.

Rosa Bertha vivió en varias ciudades del país, a saber: Tuxtla Gutierrez, Chiapas, Ciudad de México, Puerto Peñasco, Sonora, y los últimos días de su vida en Toluca.

Fue propietaria durante muchos años de una posada en la Ciudad de Morelia,  junto al campus de la Universidad Nicolaita.

En esa lugar dio cobijó gratuito a muchos muletillas, y toreros, entre ellos, a su paisano, Jorge de Jesús Gleason, El Glison (1960) a quien le obsequio un capote de paseo blanco con la imagen de la Virgen de Guadalupe..

También dio casa y sustento en la última etapa de su vida al gran torero potosino Gregorio García Morales (1917-1993); más tarde se llevó a vivir a su casa al gran pintor de tauromaquia, Luis Solleiro, a quien encontró deambulando por la calle de la Ciudad de México, después de los sismos de 1985.
Solleiro fue amigo y discípulo del español Carlos Ruano Llopis (1878-1950), quizá el mejor pintor de la tauromaquia mundial..
La Faraona empezó su carrera taurina en su natal Saltillo, de ahí se trasladó a Guadalajara, Jalisco, la tierra de su padre.
El matador Silverio Pérez le dió la alternativa y la bautiza con el nombre de "La Faraona", decía: "yo soy el faraón y tu será la faraóna". 

(En la imagen superior la vemos vestida "de corto", orando antes de entrar al ruedo; la foto es propiedad de la familia)..