¿Qué hace el daño de un periódico acompañando a Emilio Gamboa?
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Nuestra su lana/Manuel J. Jáuregui
Reforma, 17 Oct. 2017
Quienes saben de estas cosas coinciden en que el ahora ex Procurador Raúl Cervantes es protegido de Emilio Gamboa.
Lo demuestran pequeños detalles, como que Gamboa despache (en lo privado) desde una oficina en POLANCO que es propiedad del susodicho Cervantes.
Éste renunció a ser titular de la PGR, pero no para irse a su casa, sino para quedar libre para contender por el nombramiento de nueve años de Fiscal General impulsado, desde luego, por el Senador Gamboa con todo y su bancada, propia y rentada, tal como seguramente se lo pidió el Presidente.
La finalidad es obtener para el presente régimen una carta de impunidad que cubra la prescripción del delito (cinco años), por aquello de que no vaya a ser que gane Andrés Manuel.
Pero este tema, nos parece, ya estaba arreglado previamente al domingo cuando el Presidente mandó uno de los helicópteros del Estado Mayor a recoger a Gamboa y al cachorro de un dueño de medios impresos y electrónicos que ocasionalmente es invitado a jugar golf con el Presidente. ( se trata de Francisco González Albuerne, presidente ejecutivo de Grupo Milenio.)
Cosas de afinidad, u$tedes saben.
Entonces, el Presidente dispuso de un BIEN PÚBLICO para fines privados, esto es, para jugar golf con su "foursome".
Declaró Gamboa que la bolsa de palos de golf que subieron al helicóptero (como quedó evidenciado en las fotos publicadas ayer) no era de él, entonces debe deducirse que era del cachorro del magnate que lo acompañaba, y que en las fotos se le mira con una cachucha beisbolera que trae el logo de Sultanes, equipo del que es copropietaria su empresa.
También reconoció Gamboa que sí jugó golf con el Presidente "después de trabajar".
La conclusión que se puede sacar de este nuevo episodio de la telenovela titulada "Mi Lana es Mía y la Tuya También" es que nuestros gobernantes hacen lo que quieren y cuando quieren con los bienes de la Nación y con el dinero público sin tapujo alguno y sin la más mínima rendición de cuentas a nadie.
Con razón año tras año hay un sobregiro exagerado en el gasto de la "Oficina de la Presidencia", mismo que el Congreso le autoriza sin chistar porque a final de cuentas el propio Gamboa, miembro del "foursome" presidencial, impone, compra o renta los votos necesarios para que en la Cámara Alta se haga lo que el Presidente ordene.
No es éste el primer incidente que protagoniza Gamboa en el que se le capta abusando de su posición, ¿o qué no recuerdan ustedes aquel viaje en lancha en el que puso en riesgo la salud de un arrecife -declarado reserva natural e intocable- porque al señor se le ocurrió bajar ahí?
Son estos "detalles" (llamémosles así por el momento) lo que poco a poco han ido hartando a la opinión pública nacional.
Los pequeños y grandes abusos cometidos en lo que va del sexenio resultan directamente culpables de que en las encuestas salgan tan mal parados el PRI y sus posibles candidatos, contrastando con un voto sólido de alrededor de 30 por ciento de AMLO.
Claro, sabido es que el mismo PRI está impulsando la fragmentación del voto anti-PRI, ayudando a generar, alentando o propiciando, fracturas en los partidos -como el PAN- al tiempo que le ayuda a ciertos "independientes" a que le entren para adoptar un papel de esquiroles, no para que ganen ellos, sino para golpear y mermar al puntero, el multimencionado Andrés Manuel López Obrador.
Gamboa, Manlio, Osorio, Miranda y otros más son los encargados de realizar acuerdos, amarres, tratos insanos con otros grupos políticos, o con la promesa de garantizarles mantener su registro (que vale cientos de millones de pesos, incluso miles), del fondo para los partidos, o hasta el ofrecimiento formal de puestos, o para los más cortoplacistas dinero contante y sonante ya.
Sí, nuestra política es un chiquero, pero mismo que abonan y riegan con el dinero del pueblo, al que aparte de madrearlo a su antojo lo roban a lo chino... y además se carcajean.
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Comentario de Federico Arreola.,...en SDP...
La respuesta de Federico Arreola...
Señor Junco, el del helicóptero con Gamboa no es “cachorro”: es el empresario Pancho González
SDP...@FedericoArreola
El uso despectivo de la expresión "cachorro" convierte la denuncia periodística en un chisme de barrio, muy de San Pedro Garza García, que es la vecindad en la que tan conocidos son los señores Junco y los señores González
Sin duda, los diarios del Grupo Reforma —El Norte, de Monterrey; Reforma, de la Ciudad de México, y Mural, de Guadalajara— realizan un periodismo de calidad, objetivo, independiente, plural, basado en hechos y no pocas veces generado luego de investigaciones extraordinarias.
Gamboa en el helicóptero oficial
Ha sido un enorme éxito periodístico la foto del senador Emilio Gamboa subiendo a un helicóptero del gobierno de México, es decir, de todos los mexicanos, ¡para ir a jugar golf!
Gamboa tendría que ser destituido, después de un juicio político, por haber abusado del patrimonio del pueblo de México.
La cobardía de Gamboa
Mal se vio Emilio Gamboa culpando al presidente Enrique Peña Nieto por haber usado un helicóptero de las fuerzas armadas mexicanas para divertirse.
La columna Templo Mayor de Reforma tiene toda la razón. La cito:
1.- “Mal andan las cosas para el presidente cuando los priistas ya no sólo no lo defienden, sino que hasta le echan la culpa, como lo hizo Emilio Gamboa Patrón”.
2.- “Dentro y fuera del gobierno federal sorprendió el hecho de que el líder de los senadores tricolores le achacara a Enrique Peña Nieto, y en específico al Estado Mayor Presidencial, el haber utilizado un helicóptero oficial para ir a jugar golf”.
3.- “Al alegar que el presidente le pidió reunirse para analizar la renuncia del procurador Raúl Cervantes, el senador Gamboa quiso lavarse las manos, como si no fuera problema suyo el uso de recursos públicos para fines personales, como lo es jugar golf, así sea con el jefe del ejecutivo”.
4.- ¿A poco Emilio Gamboa no sabe programar Waze para llegar a Ixtapan de la Sal que es donde jugó con Peña? Es pregunta a ras del green”.
No es un “cachorro”, es un empresario y se llama Pancho González
El buen trabajo periodístico del Grupo Reforma ha quedado manchado por la forma en que sus directivos se refieren al acompañante de Emilio Gamboa en el helicóptero.
En la columna firmada por un seudónimo de la familia Junco de la Vega, propietaria de Grupo Reforma, se hace una referencia despectiva al mencionado acompañante.
Vemos lo que dice la familia Junco firmado por sus dos seudónimos, El Abogado del Pueblo en El Norte, y Manuel J. Jáuregui en Reforma y Mural:
1.- El domingo pasado “el presidente mandó uno de los helicópteros del Estado Mayor a recoger a Gamboa y al cachorro de un dueño de medios impresos y electrónicos que ocasionalmente es invitado a jugar golf con el presidente”.
2.- “Cosas de afinidad, u$tedes saben”.
3.- “El presidente dispuso de un BIEN PÚBLICO para fines privados, esto es, para jugar golf con su ‘foursome’…”.
4.- “Declaró Gamboa que la bolsa de palos de golf que subieron al helicóptero (como quedó evidenciado en las fotos publicadas ayer) no era de él, entonces debe deducirse que era del cachorro del magnate que lo acompañaba, y que en las fotos se le mira con una cachucha beisbolera que trae el logo de Sultanes, equipo del que es copropietaria su empresa”.
Señores Junco de la Vega, seriedad, por favor:
El “chachorro” tiene nombre. Si quieren denunciarlo, están en su derecho de hacerlo, pero deberían llamarlo con toda claridad Francisco González Albuerne, hijo del propietario de Grupo Multimedios, editor del diario Milenio, Francisco González Sánchez.
Por supuesto, para denunciarlo tendrían que probar que él hizo un mal usó de un bien público.
Me queda clara la culpabilidad de Gamboa, que insisto, tendría que ser destituido. Pero no está probado que el presidente Peña haya enviado el helicóptero por el senador y el ingeniero González Albuerne.
Tampoco hay razones contundentes para pensar que lo hecho por Pancho González sea ilegal. En principio, él simplemente realiza actividades de relaciones públicas invitado por un senador, algo perfectamente normal en la vida empresarial.
Pero si en opinión de la familia Junco de la Vega ha cometido un delito el empresario González Albuerne, deberían mencionarlo por su nombre, no como "chachorro".
El uso despectivo de la expresión "cachorro" convierte la denuncia periodística en un chisme de barrio, muy de San Pedro Garza García, que es la vecindad en la que tan conocidos son los señores Junco y los señores González.
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
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