Mi padre, Lorenzo Alvarez Gámez (1919-2004)

Hoy es día del padre en México..; todo mundo ha colocado imágenes de su tata en la red social.

Yo hablaré de Lorenzo Alvarez Gámez, mi padre, difunto hace varios años.., está sepultado allá por el cerro de la memoria en Los Mochis.

Dice el poeta español Alfonso Costafreda.

 “Ha muerto mi padre.

Se repite su ausencia cada día

en el hogar vacío.

Yo pregunto,

y además de la ausencia y además

de perder los caminos de esta tierra,

¿qué es la muerte?

Yo te pregunto, padre, ¿qué es la muerte?

¿Has hallado la paz que merecías?

¿Encontraste cobijo en nueva casa

o vas errante, y sufres bajo el frío

del invierno más grande, del total

desamor?...”

Espero que donde te encuentres estés en paz; como decía el poeta Nervo:

"Amé, fui amado, el sol acarició mi faz. 

¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

Mi padre nació en Baymena, Choix, Sinaloa, el 16 de febrero de 1919, y murió en Los Mochis, Sinaloa el mediodía del 7 de marzo de 2004; hijo de padres yoremes; Fermina Gámez y Bartolo Alvarez; habitó por esos lugares 85 años y por ello tuvo la posibilidad de disfrutarlos intensamente...

De repente me vienen a la mente las líneas de Walt Whitman:

"Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,

de esta tierra y de estos vientos.

Me engendraron padres

que nacieron aquí,

de padres que engendraron otros padres

que nacieron aquí,

de padres hijos de esta tierra

y de estos vientos también....”

Vivió a su manera, la neta que ¡no fue fácil!

De niño se dedicó en la sierra sinaloense a ser pastor de chivas; años después -de adolescente-, junto con sus tatas dejó la montaña y bajó al Valle. En la década de los años 30s se convirtió en trabajador del campo y le tocó el reparto de tierras ordenados por el general Cárdenas, fue fundador de El ejido El Porvenir Vallejo; la situación precaria lo llevó a ser obrero haciendo también el trabajo de artista popular; guitarrero dicen por allá a las personas que se dedica cantar en cantinas y fiestas familiares.

De repente cuando bebía “vino", hablaba cahita -combinación del mayo, yaqui y tehueco- lengua que aprendió de sus tatas, y por eso cantaba sin problemas La Flor de Capomo, entre otras canciones regionales

¡También contaba cuentos sin saber que era un género literario!

Por supuesto que esas fábulas eran maravillosas y obligaban a despertar la imaginación. Ayudaba entonces que no había luz eléctrica ni muchos menos televisión.

!Y por supuesto que casí todo lo inventaba!... o quizás algunas eran de una realidad concreta.

¡La verdad no se!

Lamento no haber escrito lo que entonces contaba.

Recuerdo bien que fue él quien me habló por primera vez de Felipe “El Missi” Bachomo (1883-1916), el último de "Los Mochicanos”; fusilado por. las fuerzas federales el 24 de octubre de 1916, al pie del carro del ferrocarril Kansas City México.

Hoy los recuerdos son vagos; por eso y más, lo quise justo en el momento preciso y lo recuerdo con cariño..

Además, la sombra del Padre de uno siempre está presente siempre nos acompaña.

¡Ah! y juntó con Hildeliza Palafox -mi madre de 90 años hoy- tuvo una gran descendencia; yo soy uno de ellos; saludo a Blanca, Yolanda, Rosario, Lety, Jesús, Mundo, Lorena, Ericka y Juan Carlos.

Hoy me beberé un trago en su recuerdo; están convidados.