El Papa en Eslovaquia: encuentro con la comunidad judía y el oscuro recuerdo de monseñor Jozef Tiso
Julio Algañaraz
Clarín.com Mundo, 13/09/2021 14:01
El Papa, que el lunes dijo en Hungría que en Europa era necesario “apagar la mecha del antisemitismo”, renovó este lunes su preocupación por el odio a los judíos que sigue imperando en Eslovaquia, donde los sondeos demuestran que la mitad de la población tiene sentimientos antisemitas.
En el último encuentro de su segunda jornada en Bratislava, la capital eslovaca, expresó su solidaridad con la comunidad hebrea en un encuentro emotivo entre católicos y judíos.
Hace cuatro días, las autoridades eslovacas pidieron perdón por la colaboración de este país con el genocidio que perpetraron los nazis. Se trata de una historia horrible de la Shoah, la masacre de seis millones de judíos en Europa durante la pesadilla hitleriana.
Jozef Tiso junto a Adolf Hitler. Foto: Archivo
Lo que sigue siendo muy grave para los católicos es que fue un sacerdote, monseñor Jozef Tiso, el protagonista principal en Eslovaquia. Tiso era presidente del gobierno autónomo con el apoyo de Hitler y había formado un gobierno títere.
Era presidente del Partido Popular Eslovaco, una formación de inspiración católica fundada en 1913 cuando el país formaba parte del Imperio Austro-Húngaro.
Tiso reclamaba la autonomía a los checos, que invadieron Eslovaquia el 9 de marzo de 1939 y lo echaron del poder. Hitler corrió en su ayuda y le hizo declarar la independencia con la protección alemana. Monseñor Tiso, primer ministro del país independizado por el jefe nazi, se convirtió unos meses después en presidente de la nueva República.
Deportaciones y muerte
Las deportaciones de los judíos a Alemania con la colaboración de la Guardia de Hinka, brazo armado del régimen de monseñor Tiso, comenzaron en 1942.
Se estima que 105 mil judíos eslovacos murieron en los campos de concentración, la mayor parte en Auschwitz. En agosto de 1944 hubo una insurrección popular que los alemanes ahogaron en sangre al ocupar el país.
Perdida la guerra monseñor Tiso huyó a un monasterio en Baviera, Alemania, donde lo capturaron los aliados que lo consignaron al nuevo estado checoslovaco. Fue juzgado, condenado a muerte y ahorcado el 18 de abril de 1947.
El antisemitismo no se ha extinguido en Eslovaquia. Tiene raíces lejanas. Según la agencia France Presse, un estudio de Globsec, un grupo de reflexión local, reveló que el 51% de los eslovacos consideran que “los judíos tienen demasiado poder y controlan en secreto los gobiernos y las instituciones del mundo entero”.
El problema del Papa es que sobre todo en estas tierras de la Europa central son muchos los católicos que todavía tienen sentimientos antisemitas. Por eso en Budapest advirtió sobre “la amenaza del antisemitismo que serpentea en Europa”.
Recién con el documento del Concilio Vaticano II “Nostra Aetate” de 1965, que preconiza el respeto por los judíos, la Iglesia cambió decididamente de rumbo. Durante siglos el origen judío de Jesús se mantuvo oculto y los hebreos seguían siendo considerando el pueblo deicida de Cristo, hijo de Dios, en muchos ambientes y sermones católicos.
Una Europa más solidaria
El Papa aprovechó su jornada de este lunes para pedir por una Europa más solidaria. “La fraternidad es lo que necesitamos para promover una integración cada vez más necesaria”, dijo al ser recibido en los jardines del Palacio Presidencial por la jefa del Estado eslovaco, Zuzana Caputova, presente el gobierno en pleno y el cuerpo diplomático acreditado.
“Lo que necesitaos es promover una integración cada vez más necesaria”, afirmó Francisco. Aseguró que en la etapa pospandemia “la sola recuperación económica no será suficiente en el mundo”.
Hizo un llamado a Eslovaquia “para que reafirme su mensaje de integración y paz” y reclamó que Europa “se distinga por una solidaridad que, atravesando las fronteras, pueda volver a llevarla al centro de la historia".
El segundo acto de la jornada fue su encuentro con los obispos y religiosos del país en la catedral de San Martín, en el centro histórico de Bratislava. A los religiosos les habló de la necesidad de “una Iglesia humilde que no se separa del mundo y no mira la vida con desapego”.
Eslovaquia es un país católico, el 62% de los 5,5 millones de habitantes. Pero según el clero local se nota un importante descenso de fieles debido a la secularización.
Jorge Bergoglio en su mensaje aconsejo al clero “no olvidar” la necesidad de “compartir, caminar juntos, acoger las preguntas y las expectativa de la gente”.
Finalmente el Papa habló a los religiosos eslovacos de la necesidad de diálogo “porque una Iglesia que forma en la libertad interior y responsable, que sabe ser creativa adentrándose en la historia y la cultura, es también una Iglesia que sabe dialogar con el mundo”.
Este martes, en su tercera jornada eslovaca, el Papa irá en avión a las ciudades de Presov y Kosice. Regresará a Bratislava y el miércoles 15 visitará el santuario de Sastina, antes de despedirse y regresar a Roma donde arribará en torno a las 15:30, hora local.
Vaticano, corresponsal
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