La cancelación de vuelos por parte de seis aerolíneas internacionales (Iberia, TAP, Avianca, Caribbean, GOL y Latam) hacia Caracas no es solo una medida de seguridad aérea; es el efecto colateral más visible de una escalada geopolítica que utiliza el espacio aéreo civil como campo de advertencia.
La decisión, impulsada por una alerta de la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos, revela cómo la seguridad de la aviación se ha convertido en una pieza más del tablero de presión contra Nicolás Maduro.
Si bien la FAA tiene la obligación de proteger a la aviación civil, la naturaleza y el timing de su advertencia sugieren una instrumentalización. La alerta se basa en el "aumento de la actividad militar" y el "empeoramiento de la situación de seguridad," mencionando interferencias en el GNSS y movilizaciones militares venezolanas. Sin embargo, estas preocupaciones son indistinguibles de una estrategia de intimidación coordinada con el despliegue del portaaviones Gerald Ford y la "Operación Lanza del Sur" en el Caribe.
La advertencia de la FAA, que obliga a extremar precauciones e incluso a notificar vuelos con 72 horas de antelación, funciona como una medida de aislamiento indirecto. Al declarar el espacio aéreo como zona de riesgo en medio de una intensa presión política de Washington, se empuja a las aerolíneas a la autocensura, logrando de facto un cierre parcial sin necesidad de una prohibición formal de la FAA.
Es notable que las únicas aerolíneas que mantienen activas sus operaciones (Copa, Air Europa, Turkish, Laser, PlusUltra) demuestran una resistencia o una valoración de riesgo diferente a la impuesta por el clima generado por la presión norteamericana.
La narrativa estadounidense de la "Operación Lanza del Sur" se centra en la lucha contra el narcotráfico, reforzada por la designación del Cártel de los Soles como organización terrorista y la acusación directa a Maduro. No obstante, el despliegue de una flotilla de tal magnitud—con portaaviones, 15,000 soldados y buques de guerra—excede con creces las necesidades de una simple operación de intercepción antidrogas.
Como indican las fuentes citadas por Reuters, la verdadera intención parece estar alineada con la presión para lograr la caída de Maduro.
El Secretario de Defensa, Pete Hegseth, al afirmar que la designación del Cártel de los Soles "abre toda una gama de nuevas opciones," no hace sino confirmar que la justificación del narcotráfico es la fachada legal para una posible intervención o acciones encubiertas, haciendo de la seguridad aérea civil una víctima colateral de esta retórica de "guerra" ampliada.
Frente a esta intensa presión, el análisis de los aliados de Venezuela subraya la debilidad fundamental del régimen. El apoyo de China, Rusia, Irán y Cuba es exclusivamente económico y logístico. No existe ninguna señal de voluntad o capacidad militar que pueda contrarrestar el despliegue de fuerzas norteamericanas…
La "Postura de los aliados de Venezuela" es, en realidad, una descripción de la ausencia de un respaldo militar efectivo. Esto deja a Maduro en una posición estratégicamente aislada, donde la única defensa es la propia movilización interna y la denuncia de una "amenaza" de derrocamiento.
La cancelación de vuelos es un síntoma de que la crisis venezolana ha entrado en una fase peligrosa…
Pero Maduro se le ve feliz…, hoy inauguro una serie de TV . La serie #NicolásDeYareAMiraflores es un llamado a la reflexión sobre la resistencia del pueblo venezolano, y dijo “Hoy somos invencibles e indestructibles frente a amenazas y guerras psicológicas”.
PD: "Aunque Estados Unidos no dispone, según el estudio, de fuerzas terrestres suficientes para una invasión a gran escala, sus capacidades aéreas y navales serían suficientes para lanzar operaciones de misiles y bombardeos. Sin embargo, el Pentágono ha reconocido que ha entregado a Trump diferentes opciones, incluidos ataques a instalaciones militares venezolanas.", dice la agencia EFE, hoyss
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