17 nov 2008

Nota de Milenio

La empresa llevaba menos de un año licitando servicios de tripulación
Los pilotos, de lo que hasta 2007 fue sólo un taller
Rojas trabajó desde 2001 hasta el año pasado y dio servicio al avión accidentado. En los últimos meses la empresa ha pujado para trabajar con artistas y empresas.
Milenio, 17-Noviembre-08;
La empresa que proporcionó pilotos y tripulación a la Secretaría de Gobernación hasta la muerte de su titular, Juan Camilo Mouriño, se dedicaba hasta hace un año sólo a labores de taller mecánico y carecía de experiencia comprobada en navegación aérea.
Así lo reveló a MILENIO Martín Santiago Rojas, ex jefe de taller de la empresa Centro de Servicios de Aviación Ejecutiva, quien hasta el año de 2007 dirigió las operaciones mecánicas de la compañía, dedicada hasta ese entonces a la reparación y mantenimiento de aeronaves, no a la contratación de aviadores.
“¡No dábamos servicios de pilotos! Nosotros éramos un taller mecánico que daba servicios a aviones. No teníamos pilotos ni nos metíamos en eso”, aseguró Rojas, quien dijo desconocer a los dos aviadores que comandaban el Learjet 45 en el que pereció Mouriño.
Ambos pilotos, Martín Oliva y Álvaro Sánchez, tenía menos de un año de trabajar para la Secretaría de Gobernación: la licitación con la que fueron contratados fue asignada apenas en diciembre de 2007, lo que los llevó a que acumularan menos de seis días de experiencia y horas vuelo al mando de dicha aeronave, en la que se desplazaba el hombre más importante de la política interior de México.
Rojas trabajó en el taller de la empresa de 2001 a 2007, tiempo en el que el avión Learjet accidentado recibió su servicio de mantenimiento por personal bajo sus órdenes directas en varias ocasiones.
“Ahora que vi a los pilotos que murieron, debo decir que los desconozco. Yo estaba en la época en que volaba el señor Carlos María Abascal (ex secretario de Gobernación) y jamás los conocí”, dijo.
En ese sentido, el ex subsecretario de Gobernación durante el sexenio foxista, Felipe González reveló el sábado pasado que Bucareli nunca contrató pilotos privados bajo la anterior administración y que siempre se confió la transportación del titular de la dependencia a la Secretaría de la Defensa Nacional, lo que cambió al relevo de gobierno.
Ahora contratado para otra empresa y profesor en una escuela del Estado de México, Rojas insistió en que durante su estancia en la empresa nunca escuchó que se dieran servicios de pilotos, como ahora se hizo, al poner a disposición de Bucareli una tripulación con virtual experiencia nula en Learjets 45.
“En todo el tiempo que estuve, el servicio era única y exclusivamente de un taller. Hasta la razón social es la de un taller. No sé si luego empezaron a meterle a que ofrecieran sobrecargos, pilotos, pero hasta donde yo sé éramos un simple taller y ante la Dirección General de Aeronáutica Civil estábamos autorizados como taller únicamente”, dijo.
Con n la venia de la Secretaría de Gobernación, la empresa ganó la licitación 00004010-020-07, tasada en más de 11 millones de pesos y mediante la cual se permitió a la empresa no sólo dar mantenimiento al Learjet 45 matrícula XC-VMC, si no se le pidió proporcionar a su tripulación completa.
MILENIO informó este sábado que Gobernación aprobó la licitación sin exigir alta experiencia a los pilotos que transportarían, regularmente, a Mouriño y a otros funcionarios importantes para la seguridad nacional del país.
“No sé si después empezaron a ofrecer pilotos, pero este negocio es de cuates, en el medio aéreo nos conocemos mucha gente. A veces una empresa pide prestados pilotos a otra empresa”, agregó Rojas, quien indicó que, infructuosamente, la empresa pujó en los últimos años para proporcionar servicios de mantenimiento a clientes como la familia de Vicente Fernández, Grupo Chedraoui, Pepsico y un diario de circulación nacional basado en la Ciudad de México.
El mecánico, especializado en ingeniería aeronáutica, señaló que en las ocasiones que llegó a revisar el XC-VMC jamás encontró un solo desperfecto en los sistemas internos de la aeronave.
“No recuerdo una sola avería o un solo problema. Le hicimos el check de motores, recuerdo haberle hecho el listado, el presupuesto y todo estaba bien. Lo que yo hacía era encargarme del estampado, firmaba cuando venía que todo estaba donde debía estar. Yo tenía la autoridad de decir ‘este avión sale o no sale’ y por eso nunca me dí el lujo detener un problema con ese avión”, agregó.
México • Víctor Hugo Michel

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