Columna Diario de América Latina /Joaquim Ibarz
Estados Unidos arma a los narcotraficantes mexicanos
Publicado en La Vanguardia, 26/02/2009;
Más de 2.000 armas y decenas de miles de balas entran cada día a México por la frontera con EE.UU. Con ellas se equipa a los pistoleros del narcotráfico. Los controles en las aduanas que deberían detener el contrabando facilitan el paso: sólo el 0,18% de ese armamento es interceptado.
Según la Oficina de Control de Armas de Fuego de EE.UU. (ATF por sus siglas en inglés), el 90% de las pistolas, fusiles y ametralladoras que abastecen a los sicarios mexicanos proceden de su país. El 10% restante es robado a los agentes mexicanos abatidos. Para facilitar el contrabando, los carteles reclutan ciudadanos estadounidenses que simulan la compra legal de armas de alto poder y luego las llevan a México de contrabando. Es toda una ficción porque, en la mayoría de los casos, el vendedor sabe, o al menos intuye, que el comprador es sólo un prestanombres de los mafiosos.
Las principales rutas de entrada a lo largo de 3.152 kilómetros de frontera común se localizan en Tijuana, Mexicali, San Luis Río Colorado, Nogales, Ciudad Juárez, Ciudad Acuña, Piedras Negras, Nuevo Laredo, Ciudad Miguel Alemán, Reynosa y Matamoros. De todos esos puntos fronterizos las armas bajan al resto del territorio mexicano por el Golfo y el Pacífico. 80% de las armas son estadounidenses, les siguen las de origen español, italiano y belga.
Combatir el tráfico de armas es una tarea desigual: EE.UU. destina sólo cien agentes especiales y 25 investigadores a vigilar el tráfico de amas. Por el contrario, más de 25.000 agentes conforman la Patrulla Fronteriza que busca impedir el ingreso de emigrantes indocumentados.
Resulta imposible controlar el contrabando de armas a lo largo de una frontera tan extensa con EE.UU. Y menos aún si se realiza por las corruptas aduanas mexicanas... y norteamericanas. Las cifras hablan por sí mismas. Entre 2007 y 2008, las autoridades mexicanas incautaron 27.000 armas de un total de 1.460.000 que -se estima- ingresaron a México.
Desde la frontera norte entran cohetes antitanques M-72 y AT4, lanzagranadas MGL, lanzacohetes RPG-7 y ametralladoras Herstal, armas mortíferas propias de los arsenales militares más poderosos. La peligrosidad de los narcos radica en su capacidad de corrupción y en su fuerza económica, pero también en su poderoso armamento.
LAS ARMAS ENTRAN POR TODOS LOS PUESTOS FRONTERIZOS
Las armas entran por todos los puestos fronterizos pero aparentemente son invisibles para las autoridades fronterizas estadounidenses que sólo persiguen a indocumentados. Washington critica y condena las acciones y omisiones mexicanas, sin tomar medidas efectivas para frenar el tráfico de armas y reducir el consumo de droga. Sin fuertes estructuras de corrupción, es improbable que los agentes de emigración de EE.UU. no sean capaces de detectar pesados camiones cargados de fusiles de asalto, granadas y lanzacohetes que cruzan las fronteras para armar a las bandas mexicanas. Por el contrario, los sistemas de seguridad sí les permiten ubicar a los indocumentados que pasan la frontera a pie.
Esta desidia o complicidad de los agentes de aduana y emigración contribuye a que la violencia ligada a los carteles de las drogas provoque un creciente número de víctimas. En lo que va del año 2009, ya han muerto más de 1.100 personas en acciones vinculadas al narcotráfico. En 2008, los asesinados por acciones relacionadas a las mafias sumaron más de 5.300 (en 2007 fueron 2.800). En los últimos siete años, hubo más de 15.000 muertos.
El comentarista Jaime Sánchez Susarrey señala que los cárteles de la droga cuentan con dos recursos esenciales: el primero y fundamental, el monetario. La oficina antidrogas de EE.UU. calcula que en el año 2008 los narcotraficantes mexicanos, que ya controlan el mercado en los dos lados de la frontera, obtuvieron más de 14.000 millones de dólares; a los que habría que sumar las ganancias que lograron en México con la expansión del consumo de drogas y con otras actividades criminales, como la extorsión y el secuestro.
LOS NARCOS SE PERTRECHAN EN EL MERCADO DE ARMAS MÁS GRANDE Y MENOS REGULADO
El segundo recurso estratégico es el armamento. Según un informe del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU., cada día cruzan por la frontera mexicana 2.000 armas, esto es, 730.000 al año. Incluye armamento sofisticado, como bazucas o lanzacohetes, fusiles de asalto AK-47 (llamados en México cuernos de chivo), granadas. Los narcotraficantes se pertrechan en el mercado de armas más grande y menos regulado del mundo. Su capacidad de fuego es prácticamente ilimitada, gracias a sus enormes recursos económicos.
El Ejército mexicano está preocupado por las armas sofisticadas que emplean Los Zetas, grupo de sicarios de élite constituido por desertores de cuerpos especiales de las Fuerzas Armadas. En decomisos y en enfrentamientos contra los pistoleros del Cártel del Golfo, los gatilleros utilizan fusiles, granadas y lanzamisiles de uso exclusivo del Ejército estadounidense. Los mandos militares mexicanos informaron de que en Tamaulipas fueron decomisados dos misiles M72, arma contra blindados con alta capacidad de destrucción; en la capital mexicana se incautaron tres lanzacohetes a los sicarios que planeaban asesinar al fiscal José Luis Santiago Vasconcelos, quien semanas después murió en un accidente aéreo. Algunos de los misiles incautados funden el blindaje de más de 30 centímetros de espesor.
Los Zetas es el grupo armado más peligroso del crimen organizado no sólo por su duro entrenamiento militar, sino también por su armamento. Lo más preocupante es cómo se saca ese armamento de bases militares estadounidenses y aparece en manos de la mafia mexicana.
La procuraduría general de la República (fiscalía) de México informa que el cártel del Golfo y Los Zetas son los de mayor presencia delictiva y los que originan mayor violencia. A estos grupos les han capturado las armas de mayor versatilidad, gran poder de destrucción, alcance, penetración y capacidad de fuego. Entre el material incautado hay cohetes antitanque de tipo M-72 y AT-4, lanzacohetes RPG-7, lanzagranadas MGL calibre 37 mm, lanzagranadas calibres 37 y 40 mm, granadas de fragmentación, fusiles Barret calibre 50. Entre las armas de nueva generación destaca el fusil subametrallador FN Herstal de fabricación belga, calibre 5.7x28 mm, conocida como Five-Seven, que por sus características técnicas, por las cualidades de su munición "subsónica, trazadora y de penetración" -capaz de traspasar los blindajes de Kevlar y Crisat-, es conocida en todo el mundo como matapolicías.
El cártel de los Arellano Félix opera con armamento menos sofisticado, aunque se les han aprehendido fusiles Barret, lanzacohetes y subametralladoras FN Herstal, calibre 5.7x28. El cártel del Pacífico se le han asegurado fusiles de asalto de características convencionales y lanzagranadas de 37 mm.
GRANDES CARENCIAS DEL ESTADO MEXICANO
Frente a este potencial de fuego y destrucción de los mafiosos, el Estado mexicano presenta grandes carencias. Su impotencia frente a una tupida red de complicidades puede generar desesperanza. Aunque en los últimos años el Ejército y la Marina se han podido dotar de moderno armamento, no tienen capacidad para enfrentar en forma simultánea tantos frentes abiertos.
Al no contar con la colaboración de una policía eficiente, el Ejército parece que vaya repartiendo palos de ciego. El 95% de los cuerpos de seguridad pública son de las alcaldías y de los estados. Corroídos por la corrupción, los agentes no están capacitados ni armados para enfrentar a los narcotraficantes. Varias poblaciones del norte del país están indefensos, sin un solo policía; por temor a las mafias ningún joven quiere vestir el uniforme. De hecho, la policía federal está conformada con unos miles de soldados que cambiaron de uniforme.
Por otro lado, por temor, prudencia o connivencia, gobernadores y alcaldes se mantienen al margen del conflicto con las mafias de la droga, alegando que es de orden federal. Pero también hay complicidades. La prensa ha dado nombres de autoridades regionales y locales que mantienen estrechos lazos con los cabecillas de los carteles de la droga.
Con una policía ineficaz y corrupta, el uso del Ejército se torna obligado e indispensable. Retirar ahora a los soldados a los cuarteles sería como admitir una derrota y dejaría un vacío de poder que rápidamente ocuparían los mafiosos. Sánchez Susarrey apunta que el solo hecho de poner a los militares en la primera línea de fuego supone una serie de riesgos. El principal, que los propios uniformados se corrompan, como ha pasado con la policía. Pese al despliegue de más de 35.000 soldados en los estados con más violencia, el número de muertos no cesa de aumentar. Desde que el presidente Felipe Calderón decidió lanzar la ofensiva contra el narcotráfico en diciembre de 2006, ni el Gobierno ni el Congreso han delineado una estrategia para modernizar y crear una policía nacional que sea capaz de asumir la lucha contra el crimen organizado.
MAS DE 100.000 LOCALES VENDEN ARMAS EN LA ZONA FRONTERIZA
En EE.UU. la venta de armas es un negocio formal y supeditado a pocas restricciones. Tan sólo en la línea fronteriza existen más de 100.000 locales que venden legalmente armas. De esos 100.000 comercios, 12.000 son armerías en toda la regla, que expenden el doble de mercancía que en otras partes del país. El negocio va tan bien que se han montado las ferias Gun Show (Pistola Show), en las que se vende armamento legalmente. En esta compra-venta es donde aparecen los intermediarios, prestanombres que posibilitan que las armas crucen la frontera y lleguen a las redes criminales. Washington culpa a los demás de la venta de droga en las calles de sus ciudades pero no asume su parte de responsabilidad por leyes permisivas que facilitan la venta de armas sofisticadas.
El tráfico de armas de EE.UU. a México es un cáncer mutante: comenzó en locales legales y se transformó en una venta de goteo casi imposible de rastrear; antes llegaban desde California, Texas y Arizona, pero ya se detectaron envíos desde Florida y el estado de Washington. Los narcos modifican sus hábitos de compra: Ya no les interesan las pistolas calibre 38. Ahora prefieren los rifles de asalto Colt AR-15 y 7.62 (variante del AK-47) y la FN 5.57. Según la comisión de Defensa del Congreso mexicano, durante la presidencia de Vicente Fox (2000-2006), 4,3 millones de armas entraron de contrabando; sólo se decomisaron 29.360.
El Gobierno mexicano admite que las redes criminales inundan el país con armas de alto poder de fuego, que los mafiosos utilizan para repeler los operativos del Ejército y para intensificar sus sangrientos ajustes de cuentas. Según un estudio del ministerio de Seguridad Pública, las armerías estadounidenses "sin mayor requisito venden el arsenal más moderno, que incluye lanzagranadas, bazukas, rifles para francotiradores y ametralladoras".
México expresó su indignación por la liberación en Phoenix (Arizona), con una fianza de sólo 75.000 dólares, de George Inkadosian, proveedor de armas para los cárteles mexicanos. A principios de mayo, Inkadosian fue detenido por venta ilegal; en su almacén tenía 1.300 armas. Tan sólo en abril, vendió 200 fusiles de asalto kalashnikov AK-47 a sicarios mexicanos.
William Newell, agente especial a cargo de las sucursales de la ATF de Arizona y Nuevo México, que intervino en la detención de Inkadosian, dijo que las armas "entran a México por todas las vías, por Nogales, El Paso y Yuma". Según Newell, los fusiles de asalto preferidos de los narcotraficantes arriban a territorio mexicano a través de túneles ocultos y coches con doble fondo. "Hay una guerra -declaró Newell- entre los carteles de la droga. Y otra guerra entre el gobierno y los carteles. Las armas empleadas (por los carteles) en esta guerra son adquiridas ilegalmente aquí en EE.UU."
53 CONGRESISTAS PIDEN A OBAMA QUE PROHIBA IMPORTACION DE ARMAS DE ALTO CALIBRE
Durante su visita a la capital mexicana, 53 congresistas demócratas de EE.UU. informaron del envío de una carta al presidente Obama en la que le solicitan controlar la entrada al país de armas de alto poder, que terminan en manos de cárteles mexicanos. Los senadores y representantes pidieron que se respete la prohibición de importar armas de asalto de grueso calibre, las cuales son vendidas a narcotraficantes.
Eliot Ángel, presidente del subcomité para el Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes de EE.UU., denunció que el mercado estadounidense se ha visto inundado por armas de asalto procedentes en gran parte de Europa del Este y China.
Según Engel, congresista demócrata por Nueva York, esas armas han permitido a los carteles de la droga aumentar su capacidad de fuego y desatar mayor violencia en México.
"(Esas armas) vienen a los EE.UU. de Europa y otros lugares, y luego se dirigen a México", afirmó Ángel.
En la carta a Obama se afirma que la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego no hace cumplir la prohibición de importar almas de grueso calibre. Ángel asegura que ese tipo de armamento "nunca habría llegado a México si la prohibición (a su importación) en EE.UU. fuera aplicada". El representante subraya que la medida fue aplicada por los ex presidentes George Bush padre y Bill Clinton, pero en los últimos ocho años fue abandonada.
Aunque la misiva fue entregada el 12 de febrero, su contenido se dio a conocer un día después de que el crimen organizado desplegara mayor presencia pública en los estados mexicanos fronterizos con EE.UU., en particular por el tiroteo que durante varias horas protagonizaron pistoleros y fuerzas federales en Reynosa, Tamaulipas, y por las protestas de los llamados "tapados", que rechazan la presencia del Ejército y las acciones militares de combate al narcotráfico.
Estados Unidos arma a los narcotraficantes mexicanos
Publicado en La Vanguardia, 26/02/2009;
Más de 2.000 armas y decenas de miles de balas entran cada día a México por la frontera con EE.UU. Con ellas se equipa a los pistoleros del narcotráfico. Los controles en las aduanas que deberían detener el contrabando facilitan el paso: sólo el 0,18% de ese armamento es interceptado.
Según la Oficina de Control de Armas de Fuego de EE.UU. (ATF por sus siglas en inglés), el 90% de las pistolas, fusiles y ametralladoras que abastecen a los sicarios mexicanos proceden de su país. El 10% restante es robado a los agentes mexicanos abatidos. Para facilitar el contrabando, los carteles reclutan ciudadanos estadounidenses que simulan la compra legal de armas de alto poder y luego las llevan a México de contrabando. Es toda una ficción porque, en la mayoría de los casos, el vendedor sabe, o al menos intuye, que el comprador es sólo un prestanombres de los mafiosos.
Las principales rutas de entrada a lo largo de 3.152 kilómetros de frontera común se localizan en Tijuana, Mexicali, San Luis Río Colorado, Nogales, Ciudad Juárez, Ciudad Acuña, Piedras Negras, Nuevo Laredo, Ciudad Miguel Alemán, Reynosa y Matamoros. De todos esos puntos fronterizos las armas bajan al resto del territorio mexicano por el Golfo y el Pacífico. 80% de las armas son estadounidenses, les siguen las de origen español, italiano y belga.
Combatir el tráfico de armas es una tarea desigual: EE.UU. destina sólo cien agentes especiales y 25 investigadores a vigilar el tráfico de amas. Por el contrario, más de 25.000 agentes conforman la Patrulla Fronteriza que busca impedir el ingreso de emigrantes indocumentados.
Resulta imposible controlar el contrabando de armas a lo largo de una frontera tan extensa con EE.UU. Y menos aún si se realiza por las corruptas aduanas mexicanas... y norteamericanas. Las cifras hablan por sí mismas. Entre 2007 y 2008, las autoridades mexicanas incautaron 27.000 armas de un total de 1.460.000 que -se estima- ingresaron a México.
Desde la frontera norte entran cohetes antitanques M-72 y AT4, lanzagranadas MGL, lanzacohetes RPG-7 y ametralladoras Herstal, armas mortíferas propias de los arsenales militares más poderosos. La peligrosidad de los narcos radica en su capacidad de corrupción y en su fuerza económica, pero también en su poderoso armamento.
LAS ARMAS ENTRAN POR TODOS LOS PUESTOS FRONTERIZOS
Las armas entran por todos los puestos fronterizos pero aparentemente son invisibles para las autoridades fronterizas estadounidenses que sólo persiguen a indocumentados. Washington critica y condena las acciones y omisiones mexicanas, sin tomar medidas efectivas para frenar el tráfico de armas y reducir el consumo de droga. Sin fuertes estructuras de corrupción, es improbable que los agentes de emigración de EE.UU. no sean capaces de detectar pesados camiones cargados de fusiles de asalto, granadas y lanzacohetes que cruzan las fronteras para armar a las bandas mexicanas. Por el contrario, los sistemas de seguridad sí les permiten ubicar a los indocumentados que pasan la frontera a pie.
Esta desidia o complicidad de los agentes de aduana y emigración contribuye a que la violencia ligada a los carteles de las drogas provoque un creciente número de víctimas. En lo que va del año 2009, ya han muerto más de 1.100 personas en acciones vinculadas al narcotráfico. En 2008, los asesinados por acciones relacionadas a las mafias sumaron más de 5.300 (en 2007 fueron 2.800). En los últimos siete años, hubo más de 15.000 muertos.
El comentarista Jaime Sánchez Susarrey señala que los cárteles de la droga cuentan con dos recursos esenciales: el primero y fundamental, el monetario. La oficina antidrogas de EE.UU. calcula que en el año 2008 los narcotraficantes mexicanos, que ya controlan el mercado en los dos lados de la frontera, obtuvieron más de 14.000 millones de dólares; a los que habría que sumar las ganancias que lograron en México con la expansión del consumo de drogas y con otras actividades criminales, como la extorsión y el secuestro.
LOS NARCOS SE PERTRECHAN EN EL MERCADO DE ARMAS MÁS GRANDE Y MENOS REGULADO
El segundo recurso estratégico es el armamento. Según un informe del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU., cada día cruzan por la frontera mexicana 2.000 armas, esto es, 730.000 al año. Incluye armamento sofisticado, como bazucas o lanzacohetes, fusiles de asalto AK-47 (llamados en México cuernos de chivo), granadas. Los narcotraficantes se pertrechan en el mercado de armas más grande y menos regulado del mundo. Su capacidad de fuego es prácticamente ilimitada, gracias a sus enormes recursos económicos.
El Ejército mexicano está preocupado por las armas sofisticadas que emplean Los Zetas, grupo de sicarios de élite constituido por desertores de cuerpos especiales de las Fuerzas Armadas. En decomisos y en enfrentamientos contra los pistoleros del Cártel del Golfo, los gatilleros utilizan fusiles, granadas y lanzamisiles de uso exclusivo del Ejército estadounidense. Los mandos militares mexicanos informaron de que en Tamaulipas fueron decomisados dos misiles M72, arma contra blindados con alta capacidad de destrucción; en la capital mexicana se incautaron tres lanzacohetes a los sicarios que planeaban asesinar al fiscal José Luis Santiago Vasconcelos, quien semanas después murió en un accidente aéreo. Algunos de los misiles incautados funden el blindaje de más de 30 centímetros de espesor.
Los Zetas es el grupo armado más peligroso del crimen organizado no sólo por su duro entrenamiento militar, sino también por su armamento. Lo más preocupante es cómo se saca ese armamento de bases militares estadounidenses y aparece en manos de la mafia mexicana.
La procuraduría general de la República (fiscalía) de México informa que el cártel del Golfo y Los Zetas son los de mayor presencia delictiva y los que originan mayor violencia. A estos grupos les han capturado las armas de mayor versatilidad, gran poder de destrucción, alcance, penetración y capacidad de fuego. Entre el material incautado hay cohetes antitanque de tipo M-72 y AT-4, lanzacohetes RPG-7, lanzagranadas MGL calibre 37 mm, lanzagranadas calibres 37 y 40 mm, granadas de fragmentación, fusiles Barret calibre 50. Entre las armas de nueva generación destaca el fusil subametrallador FN Herstal de fabricación belga, calibre 5.7x28 mm, conocida como Five-Seven, que por sus características técnicas, por las cualidades de su munición "subsónica, trazadora y de penetración" -capaz de traspasar los blindajes de Kevlar y Crisat-, es conocida en todo el mundo como matapolicías.
El cártel de los Arellano Félix opera con armamento menos sofisticado, aunque se les han aprehendido fusiles Barret, lanzacohetes y subametralladoras FN Herstal, calibre 5.7x28. El cártel del Pacífico se le han asegurado fusiles de asalto de características convencionales y lanzagranadas de 37 mm.
GRANDES CARENCIAS DEL ESTADO MEXICANO
Frente a este potencial de fuego y destrucción de los mafiosos, el Estado mexicano presenta grandes carencias. Su impotencia frente a una tupida red de complicidades puede generar desesperanza. Aunque en los últimos años el Ejército y la Marina se han podido dotar de moderno armamento, no tienen capacidad para enfrentar en forma simultánea tantos frentes abiertos.
Al no contar con la colaboración de una policía eficiente, el Ejército parece que vaya repartiendo palos de ciego. El 95% de los cuerpos de seguridad pública son de las alcaldías y de los estados. Corroídos por la corrupción, los agentes no están capacitados ni armados para enfrentar a los narcotraficantes. Varias poblaciones del norte del país están indefensos, sin un solo policía; por temor a las mafias ningún joven quiere vestir el uniforme. De hecho, la policía federal está conformada con unos miles de soldados que cambiaron de uniforme.
Por otro lado, por temor, prudencia o connivencia, gobernadores y alcaldes se mantienen al margen del conflicto con las mafias de la droga, alegando que es de orden federal. Pero también hay complicidades. La prensa ha dado nombres de autoridades regionales y locales que mantienen estrechos lazos con los cabecillas de los carteles de la droga.
Con una policía ineficaz y corrupta, el uso del Ejército se torna obligado e indispensable. Retirar ahora a los soldados a los cuarteles sería como admitir una derrota y dejaría un vacío de poder que rápidamente ocuparían los mafiosos. Sánchez Susarrey apunta que el solo hecho de poner a los militares en la primera línea de fuego supone una serie de riesgos. El principal, que los propios uniformados se corrompan, como ha pasado con la policía. Pese al despliegue de más de 35.000 soldados en los estados con más violencia, el número de muertos no cesa de aumentar. Desde que el presidente Felipe Calderón decidió lanzar la ofensiva contra el narcotráfico en diciembre de 2006, ni el Gobierno ni el Congreso han delineado una estrategia para modernizar y crear una policía nacional que sea capaz de asumir la lucha contra el crimen organizado.
MAS DE 100.000 LOCALES VENDEN ARMAS EN LA ZONA FRONTERIZA
En EE.UU. la venta de armas es un negocio formal y supeditado a pocas restricciones. Tan sólo en la línea fronteriza existen más de 100.000 locales que venden legalmente armas. De esos 100.000 comercios, 12.000 son armerías en toda la regla, que expenden el doble de mercancía que en otras partes del país. El negocio va tan bien que se han montado las ferias Gun Show (Pistola Show), en las que se vende armamento legalmente. En esta compra-venta es donde aparecen los intermediarios, prestanombres que posibilitan que las armas crucen la frontera y lleguen a las redes criminales. Washington culpa a los demás de la venta de droga en las calles de sus ciudades pero no asume su parte de responsabilidad por leyes permisivas que facilitan la venta de armas sofisticadas.
El tráfico de armas de EE.UU. a México es un cáncer mutante: comenzó en locales legales y se transformó en una venta de goteo casi imposible de rastrear; antes llegaban desde California, Texas y Arizona, pero ya se detectaron envíos desde Florida y el estado de Washington. Los narcos modifican sus hábitos de compra: Ya no les interesan las pistolas calibre 38. Ahora prefieren los rifles de asalto Colt AR-15 y 7.62 (variante del AK-47) y la FN 5.57. Según la comisión de Defensa del Congreso mexicano, durante la presidencia de Vicente Fox (2000-2006), 4,3 millones de armas entraron de contrabando; sólo se decomisaron 29.360.
El Gobierno mexicano admite que las redes criminales inundan el país con armas de alto poder de fuego, que los mafiosos utilizan para repeler los operativos del Ejército y para intensificar sus sangrientos ajustes de cuentas. Según un estudio del ministerio de Seguridad Pública, las armerías estadounidenses "sin mayor requisito venden el arsenal más moderno, que incluye lanzagranadas, bazukas, rifles para francotiradores y ametralladoras".
México expresó su indignación por la liberación en Phoenix (Arizona), con una fianza de sólo 75.000 dólares, de George Inkadosian, proveedor de armas para los cárteles mexicanos. A principios de mayo, Inkadosian fue detenido por venta ilegal; en su almacén tenía 1.300 armas. Tan sólo en abril, vendió 200 fusiles de asalto kalashnikov AK-47 a sicarios mexicanos.
William Newell, agente especial a cargo de las sucursales de la ATF de Arizona y Nuevo México, que intervino en la detención de Inkadosian, dijo que las armas "entran a México por todas las vías, por Nogales, El Paso y Yuma". Según Newell, los fusiles de asalto preferidos de los narcotraficantes arriban a territorio mexicano a través de túneles ocultos y coches con doble fondo. "Hay una guerra -declaró Newell- entre los carteles de la droga. Y otra guerra entre el gobierno y los carteles. Las armas empleadas (por los carteles) en esta guerra son adquiridas ilegalmente aquí en EE.UU."
53 CONGRESISTAS PIDEN A OBAMA QUE PROHIBA IMPORTACION DE ARMAS DE ALTO CALIBRE
Durante su visita a la capital mexicana, 53 congresistas demócratas de EE.UU. informaron del envío de una carta al presidente Obama en la que le solicitan controlar la entrada al país de armas de alto poder, que terminan en manos de cárteles mexicanos. Los senadores y representantes pidieron que se respete la prohibición de importar armas de asalto de grueso calibre, las cuales son vendidas a narcotraficantes.
Eliot Ángel, presidente del subcomité para el Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes de EE.UU., denunció que el mercado estadounidense se ha visto inundado por armas de asalto procedentes en gran parte de Europa del Este y China.
Según Engel, congresista demócrata por Nueva York, esas armas han permitido a los carteles de la droga aumentar su capacidad de fuego y desatar mayor violencia en México.
"(Esas armas) vienen a los EE.UU. de Europa y otros lugares, y luego se dirigen a México", afirmó Ángel.
En la carta a Obama se afirma que la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego no hace cumplir la prohibición de importar almas de grueso calibre. Ángel asegura que ese tipo de armamento "nunca habría llegado a México si la prohibición (a su importación) en EE.UU. fuera aplicada". El representante subraya que la medida fue aplicada por los ex presidentes George Bush padre y Bill Clinton, pero en los últimos ocho años fue abandonada.
Aunque la misiva fue entregada el 12 de febrero, su contenido se dio a conocer un día después de que el crimen organizado desplegara mayor presencia pública en los estados mexicanos fronterizos con EE.UU., en particular por el tiroteo que durante varias horas protagonizaron pistoleros y fuerzas federales en Reynosa, Tamaulipas, y por las protestas de los llamados "tapados", que rechazan la presencia del Ejército y las acciones militares de combate al narcotráfico.
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